138. Grupos de clase

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Además, sin este coche, ella en realidad tiene otros coches.

El problema es que estos coches no estaban registrados a su nombre, así que no podía usarlos abiertamente.

A menos que hubiera una nueva política que les permitiera recoger los coches al lado de la carretera, Anna se sentiría un poco culpable por tomar el coche de otras personas.

Y tampoco quería mostrar esos coches que venían de esa tienda porque no tenían ninguna placa de matrícula. Aquellos que los veían sabían que esos coches aún no estaban registrados.

—Eso está bien —dijo Dylan—. Me siento aliviado.

Estaba preocupado de que Anna fuera tan tonta como Lucía, poniendo el coche en el aparcamiento subterráneo.

En ese momento, no sabía si reír o llorar ante la estupidez.

—Um —asintió Anna—. ¿Crees que en el futuro se podrán tomar los coches abandonados de las calles?