No era exageración decir que el anuncio levantó a todos de sus camas.
Por ejemplo, en los dormitorios, unos minutos después del amanecer, todas las áreas públicas/de convivencia se llenaron con equipos reuniéndose.
—¿Qué opinan? —preguntó Cuervo a sus compañeros de equipo, con la mirada fija en el nuevo anuncio.
—¿Nos unimos? —Hizo una pausa, mirando a sus compañeros—. ¿A Vismont?
Ante su pregunta, Sol y Perro asintieron apasionadamente. —¡Quiero! ¡Quiero quitarle la carne a ese tipo! —exclamó Sol, recordando aún la humillación que pasaron justo antes de partir.
El puño de Perro se cerró y se levantó como si golpeara imaginariamente a un Señor de Vismont allí presente. —¡Los haremos sangrar!
El trío se miró entre sí con sonrisas pícaras y emocionadas. ¿Quién podría no darse cuenta de que el territorio estaba tratando de atraer gente?
También estarían salvando gente con esto, ¡así que técnicamente también estaban haciendo buenas obras!
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