SORPRESAS DE LA VIDA

—Realmente no puedo creer que accediste a ir a prisión solo porque te apetecía —le dijo Adrain a la persona junto a él que tenía un tatuaje de víbora en sus brazos—. ¿Y para qué exactamente? No tengo idea. Eres un criminal notorio, podrías escapar fácilmente de aquí y huir, pero decidiste quedarte aquí, por favor dime ¿por qué? —le preguntó a Viper, quien estaba mirando al cielo como si Adrain no estuviera a su lado, hablándole desde un principio.

Después de esperar un rato y que Viper aún no le respondiera, Adrain frunció el ceño.

—¿Acaso el gato te comió la lengua? —exigió.

Como ambos estaban en prisión, Adrain no sentía la necesidad de respetar a Viper en absoluto, así que le habló de cualquier manera.

Frunciendo el ceño, Viper se volvió hacia Adrain y lo fulminó con la mirada.