"En el dormitorio de Ethan, Erika yacía en la cama después de una agotadora sesión de amor. Después de innumerables intentos de despertar, decidió simplemente quedarse dormida. Ethan entró a la habitación con un caliente y vaporoso desayuno para reponer su energía.
Una vez que la nariz de Erika inhaló el dulce aroma de la comida, se levantó abruptamente —¿Es eso el desayuno? —le preguntó mientras frotaba sus manos juntas, anticipando la llegada de la comida.
—Sí, creo que te cansé anoche —dijo Ethan.
—¿Crees? —Erika le levantó una ceja. Se sentó y expuso su cuello y clavícula que tenían varios mordiscos de amor—. Mira lo que hiciste anoche —señaló los mordiscos de amor y él sonrió tímidamente a ella.
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