Chu Yichen se sorprendió por la decisión de Yu Tian. Estaba tan decidido que no le dio ninguna importancia a su opinión.
Quería depender del esclavo Chu Wen para abrirse paso, pero ese pedazo de basura, esclavo Chu Wen, no era rival para Yu Tian en absoluto.
Volteó los ojos y se le ocurrió un plan. Le dijo a Chu Wei en voz baja, —Parece que ahora sólo podemos contar con nosotros mismos. Más tarde, encuentra una oportunidad para decirle a Yu Tian que lo invitemos al barco.
Chu Wei asintió solemnemente. Ahora que el plan había cambiado, esta era la única manera.
Cuando la ceremonia de compromiso estaba a punto de terminar, los invitados se fueron uno tras otro. Chu Wei encontró una oportunidad y se acercó al lado de Yu Tian. Dijo en un tono cercano a suplicar, —Mi señor, ¿no sientes nada por mí en absoluto?
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