El viaje hacia la eterna longevidad es largo y solitario. Ante las adversidades, hay que sobrevivir y permanecer inflexible. Solo entonces uno podra avanzar y continuar su viaje hacia la cima para convertirse en la existencia más fuerte. El Monarca de la Falsedad vaga por la existencia misma fingiendo y adueñandose de las identidades y razas de otros, asesinando y sembrando el caos a donde sea que vaya, cometiendo incluso toda clase de actos sin escrúpulos en su camino con tal de conseguir estar siquiera un paso mas cerca de cumplir su tan ansiado objetivo...
En un lugar mas allá de la comprensión.
Se encontraba un hombre que nunca creyó que él, vería la llamada "Luz al final del túnel" la que las personas, después de vivir experiencias cercanas a la muerte, se despertaban sobresaltadas en medio de un sudor frío, diciendo haber visto la llamada "Luz".
Pero en este momento estaba en el llamado "Túnel" frente a una deslumbrante luz...
Cuando lo último que recordaba es haber estado experimentando con un sujeto de pruebas sobre la inmortalidad.
"¿He muerto? Si es así, ¿Cómo...? ¿Fui asesinado...?"
No recordaba haber muerto y en este momento, sentía un extraño sentimiento de dificultad para pensar o recordar...
Pero... Si realmente había muerto...
El matar a otra persona ya daba todo tipo de razones para que quisieran matarlo...
De todas formas, no lo pensó mucho...
Después de todo sentía que no parecía que fuera a despertar pronto, solo pensaba en dejarse llevar hacia la luz brillante y seguir la corriente dejando que el destino siguiera su curso...
En este momento no sentía nada más que caos en su cabeza y extremo dolor en todo su ser... lo que lo llevaba a tener un extraño anhelo por dormir y descansar.
El viaje parecía durar una eternidad...
...
En los Tres Continentes, los Continentes se dividían en; Continente Inferior, Continente Medio y Continente Superior.
En el Continente Superior.
En cierto clan con un estatus relativamente alto en este mundo.
En una lujosa habitación, mientras descansaba, el joven maestro del Clan Celestial Feng, acababa completamente frío y sin vida.
Pero en este momento, sus ojos que estaban completamente cerrados y su cuerpo que acababa de morir, abrió sus parpados lentamente...
Su expresión era extraña e incomoda...
"¡Ahhh!" De repente grito mientras sostenía su cabeza con ambas manos.
"¿Donde... donde estoy...?"
"¿Realmente tengo casi la misma apariencia...? Incluso el mismo nombre..." Susurro Feng Yang con una expresión extraña mientras reflexionaba.
Él no era el verdadero Feng Yang.
Al menos no el Feng Yang de este mundo, él se llamaba Feng Yang pero provenía de otro mundo...
Luego de lo que al parecer fue su muerte, sintió un gran mareo, recordaba haber estado durante mucho mucho tiempo en un lugar extraño al que relaciono con la famosa y dichosa "Luz al final del túnel" dejándose llevar por esa extraña luz... y cuando abrió los ojos, despertó en este cuerpo.
En el instante en el que desperto, recibió una gran cantidad de información en su cabeza...
Joven maestro Feng, Feng Yang, el único hijo del Líder del Clan Celestial Feng, Tres Continentes...
Todo esto era un poco demasiado extraño... pero Feng Yang había comenzado a entender y a comprender su situación actual. Según recordaba, en la tierra de donde él provenía, había leído sobre la trasmigracion del alma, no sabía cómo, pero su "alma" o "conciencia" trasmigro a este mundo...
La situación en la que se encontraba... Era un mundo en el que existían cultivadores.
Pero no eran la clase de cultivadores que él conocía en la tierra, estos tenían poderes extraños y vidas mucho mas largas que las de los mortales.
Al ser consciente de esta información, Feng Yang sintió conmoción por un momento, pero rápidamente pensó en algo: "¿No significa que en este mundo de cultivadores es más real el ir tras la perfecta inmortalidad e incluso el poder de controlar la vida y la muerte...?"
En su vida, en la tierra, era un científico... no, no lo era como tal, al menos no uno graduado o reconocido por los demás.
Investigaba en privado la inmortalidad, quería volverse Inmortal e indestructible así como el mas fuerte capaz de controlar la vida y la muerte, incluso no le importaba experimentar con seres vivos o sacrificarlos con tal de cumplir su objetivo. Sabía que para conseguir algo también debía de sacrificar algo.
Al principio solo eran animales... pero luego llegó a hacerlo con humanos.
Pero todas sus experimentaciones sobre la inmortalidad fallaban una tras otra... hasta que en una de sus experimentaciones, en la última para ser mas exactos, su sujeto de pruebas se volvió loco y lo asesino... así terminando en este lugar.
Era alguien bastante extraño desde el punto de vista de los demás, pero luego de haber dejado el horfanato a la edad de dieciocho años, Feng Yang comenzó a trabajar y a ganar dinero para sí mismo.
A la edad de veinte años, se interesó en la ciencia... no, sería mas precisó decir que solo vio a la ciencia como el camino más confiable a seguir para cumplir su objetivo...
No tenía miedo a morir, solo que la inmortalidad y el poder de controlar la vida y la muerte se habían vuelto su mas grande obsesión, perfecta inmortalidad y el poder de controlar tanto la vida como la muerte...
Desde que su familia en la tierra murió en un incendio cuando tenía siete años, había comenzado a preguntarse sobre qué sentido tenía la vida...
¿Cuál era su razón de haber nacido en un mundo con seres que sólo tenían deseos mundanos?
Luego de varios eventos importantes en su vida, con el tiempo, comenzó a obsesionarse con la perfecta inmortalidad y el poder de controlar la vida y la muerte, su obsesión en la vida era el ser un ser eterno con el poder de controlar tanto la vida como la muerte...
Nada más importaba...
"No... incluso en este mundo parece ser un poco demasiado irreal el obtener el poder de controlar tanto la vida como la muerte... por no hablar de la inmortalidad. Después de todo, aunque algunos viven muchos años, todos mueren en algún momento... interesante... eso es aún más interesante..."
"Si logro conseguir la eterna inmortalidad y el poder de controlar la vida y la muerte, ¿no sería él primero en alcanzar tal majestuosidad? Espera..."
"¿El trasmigrar realmente es una especie de vía alterna a la vida eterna...? No... si es solo una vez, no podría considerarse vida eterna o inmortalidad..."
"¿Pero y si todos pudieran trasmigrar más de una vez...? ¿O mi caso es especial...?" Susurro Feng Yang haciéndose pregunta tras pregunta con entusiasmo y éxtasis mientras sonreía extrañamente.
"Espera... si los cultivadores mejoran su fuerza absorbiendo la llamada energía mundial de la atmósfera..."
"¿No significa que si absorvieran también la energía del resto de las estrellas en el espacio serían mucho más fuertes...? No, no... no hay información sobre eso en la cabeza del niño que comparte mi nombre..."
"Pero aunque no exista tal información, no significa que sea imposible... mientras se intente podría ser posible... en el peor de los casos, mi cerebro se 'apagaria' en el mejor de los casos, volvería a trasmigrar y confirmaría mi teoria... ah... sera mejor que me calme y reflexione tranquilamente..." Suspiro Feng Yang mientras sonreía.
Este mundo... todavía no había comenzado y ya se había encantado con el...
¡Era simplemente el mundo de sus sueños!
¿Qué era el gobierno en este mundo?
¿Qué era esa basura de opinión pública en este mundo?
¡En este mundo la fuerza lo era todo, no importaba quien tenía o no la razón, el fuerte era venerado y el débil repudiado!
Era simplemente perfecto... solo que no había tecnología, pero en comparación con todo lo demás...
¿Qué era esa basura de tecnología o ciencia?
¡Siempre que cumpliera su objetivo todo era aceptable!
Incluso si llegara a morir en esta vida mientras perseguia su deseo, no tendría arrepentimientos.
Porque en esta vida podría hacer lo que en la anterior no pudo... podría seguir fielmente su objetivo sin importar cuantos se opusieran a él.
Aunque en este mundo a las personas que asesinaban casualmente o realizaban actos malvados las llamaban; cultivadores demoniacos. Mirando hacia su actual cuerpo, su estatus y clan asi como identidad, eran nobles y del llamado camino recto.
Por lo que si él, decidia volverse un llamado cultivador demoniaco, siempre y cuando jugará en las sombras mientras en el exterior fingia ser alguien noble ¿Quién lo descubriría?
En el peor de los casos, sería descubierto y todos a su alrededor podrían morir y él sería cazado...
¡Pero esto era lo más grandioso de este mundo!
Una vez llegara a cierto nivel, uno no solo podía cambiar su aspecto y apariencia con las llamadas habilidades marciales o técnicas, sino que si su cultivo era alto, incluso podía oponerse al mismo mundo.
Siempre y cuando pudiera ir tras su deseo, ¿qué importaban los demás?
Simplemente estaba demasiado emocionado de pensar en esto.
Pero Feng Yang suprimió rápidamente sus emociones y se calmo poniendose a reflexionar.
"El talento heredado en este cuerpo es realmente bueno, pero mi cultivación no es muy alta porque hasta antes de mi llegada el Feng Yang de este mundo estaba enfermo desde su nacimiento... pero nada de esto tiene importancia, siempre y cuando sea paciente y lo haga bien, mi objetivo se cumplirá tarde o temprano... no hay porque tener prisa, será emocionante el experimentar este mundo mientras me dirijo hacia mi objetivo..."
Mientras pensaba, Feng Yang se había recostado como estaba anteriormente el difunto Feng Yang de este mundo.
Mirando hacia el pasado, su apariencia no era muy diferente a la del Feng Yang de este mundo, solo que aunque sus rasgos eran casi idénticos, su cabello y otros detalles en esta vida habían cambiado e incluso su piel era un poco mas pálida...
Pero no le desagradaba esta apariencia de un joven de dieciséis años, cuando murió tenia veintesiete años y en la tierra se podía decir que ya habia envejecido bastante. Pero ahora llego a este mundo y se veía casi como cuando tenía dieciséis, era prácticamente una segunda vida en un lugar mas interesante, también sabía que veintisiete años en este mundo era una edad relativamente corta para los cultivadores e incluso había cultivadores que tenían más de quinientos años existiendo en este mundo.
Justo cuando Feng Yang reflexionaba recostado, una voz se escucho: "Oh, Yang'er, has despertado, padre estaba realmente preocupado por ti..."
Mirando hacia la puerta de su habitación, Feng Yang vio entrar a un hombre de mediana edad...
Sabía que era el padre del Feng Yang de este mundo.
Pero al escuchar sus palabras, un pequeño rastro de disgustó apareció sutilmente en el corazón de Feng Yang, pero él no lo demostró y dijo con calidez; "Padre, has venido a ver a Yang'er..."
"Jajaja, por supuesto que he venido a verte, eres mi único hijo, ¿cómo no vendría a verte...?"
"Anteriormente... no pude venir por que estaba realmente ocupado en los asuntos del clan, pero tan pronto como termine vine a verte..." Dijo Feng Jiu con una sonrisa cálida y llena de cariño al ver a Feng Yang.
"Suspiro, Yang'er solo causa problemas para padre, padre no debería de explicarme nada... El que estuviera enfermo desde niño no es culpa de padre ni de nadie." Suspiro Feng Yang con culpabilidad, como si sintiera que era un hijo no filial.
El Feng Yang de este mundo había estado enfermo desde el día en el que nació y Feng Jiu había invitado a muchos cultivadores médicos y alquimistas para tratarlo.
Pero todo fue inútil, al menos hasta hace unos días, cuando un cultivador médico lo trató y 'curo'.
Lo que Feng Jiu no sabía, era que ese cultivador médico que había traído no era para nada bueno haciendo su trabajo y por error dejó al borde de la muerte a Feng Yang.
Aunque lo curo, curo solo su cuerpo más no su alma y el Feng Yang de este mundo, estaba principalmente enfermo porque su alma tenía una extraña enfermedad oculta con la que nacio. Pero el llamado Anciano Hei no lo sabía y solo curo el cuerpo del Feng Yang de este mundo... esto llevó a que este último muriera en silencio postrado en su cama mientras dormía, pero inmediatamente luego de su muerte el alma de Feng Yang trasmigro y se apodero de su cuerpo antes de que este se quedara completamente sin vida.
"Realmente me alegro de que hayas comenzado a recuperarte, realmente quería agradecerle al Anciano Hei, pero cuando lo busque para agradecerle no pude encontrarlo en el clan... supongo que es alguien que disfruta de ayudar desinteresadamente y no del recibir recompensas o el agradecimiento de otros..." Suspiro Feng Jiu mientras pensaba en el Anciano Hei que era el cultivador médico que había tratado a Feng Yang.
"Suspiro, realmente le debemos mucho al Anciano Hei, si no fuera por él, tal vez no estaría aquí en este momento..." Suspiro Feng Yang.
Estas palabras realmente las decía desde el fondo de su corazón...
Estaba agradecido con ese Anciano por haber matado al Feng Yang de este mundo, por que tal vez si no fuera por él, habría trasmigrado a otro cuerpo... o tendría que convivir con el alma del otro Feng Yang en el mismo cuerpo... lo cual sería demasiado problemático.
"Mm, realmente es nuestro benefactor." Asintió Feng Jiu mientras se sentaba junto a una mesa frente a la cama de Feng Yang y se servía té.
Luego de servirse té en una taza, tomo un sorbo y miro calidamente a Feng Yang mientras suspiraba, dijo; " Realmente me alegro de que te hayas recuperado..."
"Si tu madre estuviera aquí... seguramente también se alegraría."
Por lo que sabía Feng Yang, la madre del Feng Yang de este mundo había muerto el mismo día en que nació él, por lo que naturalmente el Feng Yang de este mundo nunca la había visto.
Pero al escuchar esto, Feng Yang agarro fuertemente la sabana de su cama con sus manos y mientras sus ojos estaban rojos y acuosos, asintió y dijo; "Mm, tal vez realmente lo estaría... Madre... suspiro, realmente desearía el poder haberla conocido..."
Feng Yang era bastante bueno mintiendo y actuando, desde cuando estaba en el horfanato, el mentir y engañar a los demás se había vuelto una costumbre en su vida cotidiana.
Por lo que al escuchar las palabras de Feng Yang, Feng Jiu sintió que su corazón se retorcía y dijo; "Mm, realmente lo estaría... ella... realmente te amaba cuando aún estabas en su vientre."
Luego volvió a suspirar y mientras se levantaba para irse, dijo: "Es bueno que estés bien, te dejare descansar y recuperarte en paz... luego podremos hablar más a gusto."
Al ver como se iba, Feng Yang simplemente se quedó mirando inexpresivamente en la dirección en la que se iba, luego suspiro mientras estaba recostado y cerro nuevamente sus ojos.