Una expresión compleja cruzó por la cara de Ethan Smith.
Este Forrest Middleton parecía saberlo todo, y todo eso se basaba meramente en sus especulaciones.
—La maldición de la Tierra del Este se llevará mi vida —Ethan Smith tomó un profundo aliento, hablando fríamente.
Forrest Middleton cruzó sus manos detrás de su espalda y dijo:
—Cualquier maldición puede ser disipada.
—¿Cómo puede ser disipada? —Ethan Smith preguntó con urgencia.
—No lo sé —Forrest Middleton respondió sin vacilar.
Ethan Smith se quedó sin palabras, desconcertado.
—Pero creo que tú puedes hacerlo —dijo Middleton—. Con tu poder, habrías sido destrozado en la Tierra del Este, pero emergiste vivo. Creo que tienes buena fortuna.
—Además, te dije, el destino de la Tierra del Este pronto revertirá. Cuando ese momento llegue, aún tendrás que ir a la Tierra del Este. Sobreviviste esta vez, lo que significa que puedes defenderte allí.
Parecía haber algo de verdad en lo que Forrest Middleton estaba diciendo.
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