¡Convénzame con Fuerza!

—Yang Luo se apresuró a ayudar a Bujie y a los otros dos—. ¿Están bien?

—Hermano Yang, ¡estamos bien! —Bujie sacudió la cabeza e intentó precipitadamente avanzar otra vez.

Xu Ying y Prajna también querían avanzar.

—¡Alto ahí! —Yang Luo detuvo a los tres y dijo en voz baja—. No son rival para él. ¡Apúrense y evacúen con su cuñada y los demás!

—¡Sí! —Aunque a Bujie y a los otros dos no les gustaba la idea, también sabían que la diferencia entre ellos y Xiang Kunlun era demasiado grande.

Si continuaban peleando, sin duda estarían buscando problemas.

Por lo tanto, los tres de inmediato dieron media vuelta y escoltaron a Su Qingmei, Qin Yimo y Su Wanqiu bajando la cima de la montaña y a un lugar seguro.

Hong Yunzhi y los demás también se fueron.

—Yang Luo, ¡ten cuidado! —Su Qingmei gritó, con sus ojos llenos de preocupación.

Qin Yimo y Su Wanqiu también mostraron expresiones preocupadas.