Maquinando

Al escuchar esto, el rostro de Bai se puso instantáneamente pálido.

Era consciente de la actual fuerza de Wei Ying.

¿Cómo podría una existencia como Ye Chen hacer que Wei Ying sintiera miedo?

¿Podría ser que había juzgado mal a Ye Chen?

—Vamos, Bai. Quiero ver qué se ha dejado atrás en la tierra prohibida del Palacio Juehan —dijo Wei Ying.

—Quizás este lugar contenga lo que necesito para alcanzar la cima del Continente Lingwu.

Wei Ying entonces entró en las profundidades de la cueva de hielo.

Oscuridad...

¡Nadie sabía qué había en las profundidades!

...

En el asentamiento de la Familia Fuego Celestial, que estaba a cierta distancia de la Familia del Cielo Ardiente, Zhou Yan de la Secta Luna Mística estaba hablando con un miembro de la Familia Fuego Celestial en un lugar apartado.

Zhou Yan sonrió.

—Hermano Zhao Kui, nos encontramos de nuevo. Como era de esperar, todavía eres el elegido para participar en la competencia este año —dijo Zhou Yan con una sonrisa.