A través de la ciudad hacia el sur, la mayoría de las fuerzas del Primer Ejército luchaban contra la Nube Devoradora. Aún sin dirección, el enjambre glotón seguía siendo una amenaza existencial para Falcon Scott — el cielo estaba destrozado por el fuego y las explosiones, innumerables bestias de la prole derritiéndose en ese infierno mientras se arrojaban contra las defensas de la capital asediada.
En algún lugar más al sur, muy lejos, Marea del Cielo estaba una vez más enfrentándose en una terrible batalla contra el Titán Corrompido, Bestia del Invierno.
Y sin embargo, aquí, en la orilla del oscuro océano, apareció una nueva amenaza... una que quizás no era menos peligrosa que la Nube Devoradora.
Lo peor de todo, nadie excepto dos Maestros y un puñado de soldados dispersos parecía estar consciente de ello.
...O eso había pensado Sunny.
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