Cuando la comida se hubo acabado en gran parte, los sobrantes fueron empacados y se pagó la cuenta, Ryan finalmente hizo su movimiento mientras Keeley trataba de sacar a su familia por la puerta lo más rápido posible.
—Keeley, ¿eres tú?
Se quedó congelada en sus pasos. Descubierta.
Robert miró de un lado a otro entre ellos antes de que apareciera un destello de reconocimiento en sus ojos. —Te conozco. Fuiste amigo de Keeley en la universidad. Ryan, ¿verdad?
Él asintió. —Hola, Sr. Hall. ¿Qué te trae por aquí?
—Podría hacerte la misma pregunta —dijo Aaron con los ojos entrecerrados.
Aún no entró en modo hielo. Afortunadamente. Ese no sería el caso si hubiera notado a Ryan mirando a su esposa antes.
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