Caballeros Dorados (Parte 1)

Las poderosas capacidades similares a una torre del Grifo Dorado también eran el secreto detrás del rápido avance del ejército de Thrud y el hecho de que nadie sobreviviera al encuentro.

El titán no solo podía moverse, sino también lanzar hechizos y atacar. Un solo pisotón era suficiente para convertir un ejército en un cráter y luego los estudiantes eliminaban a los supervivientes en el suelo y borraban cualquier rastro de su paso.

Aquellos lo suficientemente estúpidos como para volar fueron masacrados por las torretas de cristal automatizadas.

—¿Qué podemos hacer contra algo así? ¡Es simplemente demasiado grande! —exclamó Teseo.

—Tal vez, pero nosotros tampoco somos pequeños. —respondió Lith— Además, sin géiser, la academia no puede moverse ágilmente. Yo digo que le peguemos desde la distancia y dejemos al Grifo Dorado de rodillas. Luego la gravedad hará el resto del trabajo por nosotros.