Problemas Despertados (Parte 1)

—Ileza es una buena niña y una buena Guardiana. Por eso, después de golpearla hasta dejarla al borde de la muerte, le di a elegir entre morir junto a su Consejo o arrastrarse a mis pies y apartarse de mi camino.

La radiante sonrisa de Tyris no coincidía con la fría luz de sus ojos plateados ni con las explosiones de poder en bruto que, con cada uno de sus latidos, hacían que sus músculos se hincharan y sus huesos crepitaran. La furia de Tyris era diferente a la de Salaark, pero de ninguna manera inferior.

Así como el Guardián Fénix había oscurecido el sol, había sido la luz del Guardián Grifo la que temporalmente devolvía la vida a los no muertos y hacía huir a las Abominaciones.

—¿Están muertos los representantes del Consejo de Verendi? —Lith preguntó.

—No sólo ellos. Mate a cualquiera que estuviera remotamente involucrado y quemé sus casas hasta los cimientos. —Tyris respondió con una risita enloquecida.