Una Diosa

Carter era como ser golpeado por un rayo. 

Esta era la primera vez que presenciaba a su hermano mayor sonreír y hablar tiernamente con alguien. 

Hasta ahora, su hermano siempre daba la impresión de ser un príncipe de hielo a su alrededor. Parecía un glaciar. ¿Pero ahora? Parecía que la primavera había llegado temprano en medio de una tormenta de invierno.

—¡¡Maldita sea!! ¿Desde cuándo los hermanos cambian así?'

Impaciente por ver a la mujer que podía hacer que su hermano fuera así, Carter miró hacia atrás.

Sólo le tomó una fracción de segundo entender por qué su hermano mayor había cambiado drásticamente. Esta mujer era realmente impresionante. Era como una diosa.

Su rostro estaba a la par de cualquier mujer que había visto cerca de su hermano. Y su aura era tan fuerte como si una luz brillante estuviera colgando sobre su cabeza — parecía que ella brillaba.