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Capítulo 8: "La Torre de Seraphina"

Lissara se encaminó hacia la morada de la maestra Seraphina, una sanadora de gran reputación en Valyria. La torre de Seraphina, un lugar enigmático y lleno de misterio, se alzaba majestuosamente ante ella. La construcción estaba hecha de piedras fundidas y moldeadas con maestría, como si se tratara de arcilla, lo que le confería una dureza inigualable por obra de manos mágicas. Las mismas técnicas de construcción utilizadas en esta torre eran empleadas en todas las estructuras, desde las más sencillas hasta los palacios de todos los feudos en toda Valyria.

<font style="vertical-align: inherit;"><font style="vertical-align: inherit;">A medida que Lisara se acercaba, los detalles tallados en la fachada de la torre capturaron su atención. </font><font style="vertical-align: inherit;">Intrincados grabados, meticulosamente trabajados, adornaban cada centímetro de la superficie, creando una estética casi mágica. </font><font style="vertical-align: inherit;">Cuando los rayos del sol acariciaban los grabados, parecían cobrar vida, resaltando aún más la elegancia y el encanto de la construcción. </font><font style="vertical-align: inherit;">Incluso durante la noche, la luz de la luna bailaba sobre ellos, creando un espectáculo de luces y sombras que envolvía el lugar en un aura misteriosa.</font></font>

<font style="vertical-align: inherit;"><font style="vertical-align: inherit;">Con cada paso que Lissara daba hacia la entrada de la torre, sent una mezcla de emocin y reverencia.</font></font>

<font style="vertical-align: inherit;"><font style="vertical-align: inherit;">Lisara, asombrada por la magnificencia del interior de la torre, continuó su camino a través de un largo pasillo. </font><font style="vertical-align: inherit;">Las paredes estaban adornadas con candelabros mágicos que iluminaban cada rincón, creando una atmósfera cálida y acogedora. </font><font style="vertical-align: inherit;">Al final del pasillo, se encontró una imponente escalera helicoidal que conducía a un espacioso salón.</font></font>

<font style="vertical-align: inherit;"><font style="vertical-align: inherit;">El salón estaba lleno de sillas de estudio y enormes libreros que albergaban una vasta colección de libros de diferentes tamaños, colores y grosores. </font><font style="vertical-align: inherit;">Larissa se maravilló al ver la diversidad de conocimiento que se encontró allí, listo para ser explorado y asimilado. </font><font style="vertical-align: inherit;">Grandes vitrinas reforzadas ocupaban una parte del salón, exhibiendo frascos y recipientes que contenían líquidos extraños y fascinantes, algunos tan transparentes como el cristal, mientras que otros eran opacos y turbios como la brea.</font></font>

En las sillas del salón, se encontraban trece jóvenes, tanto varones como mujeres, de diferentes edades que iban desde los 12 hasta los 23 años. Era evidente que estos jóvenes eran las futuras generaciones de sanadores, inmersos en la lectura de complicados libros y sumidos en profundos estudios. Los más mayores participaban en debates, compartiendo descubrimientos y conocimientos en voz baja, mientras intercambiaban ideas y comprensiones sobre las materias e información que habían adquirido en sus investigaciones y experimentos.

<font style="vertical-align: inherit;"><font style="vertical-align: inherit;">Sin embargo, la atención de Lissara fue atraída por una mujer de rostro severo, sentada en un escritorio apartado del bullicio. </font><font style="vertical-align: inherit;">A pesar de su apariencia, que indicaba no más de 73 años, se sabía que superaba los 100. Se la vio inmersa en la escritura de un libro que, a juicio por su grosor de 7 centímetros, estaba próximo a ser finalizado. </font><font style="vertical-align: inherit;">La mujer emanaba un aura de sabiduría y autoridad, y Larissa reconocioció de inmediato que esta era Seraphina, la maestra a quien la había enceñado desde que era solo una niña.</font></font>

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