Capítulo 55 – Nuevo miembro del equipo

Las cosas entre Julia y yo se resolvieron parcialmente o eso creo. Lo que permitió que nuestra relación diera un nuevo paso acercándonos más. Ahora podía sentir con más claridad los sentimientos de Julia y Leila. Lo cual me parecía útil, pero no trataba de basar nuestra relación en ese vínculo.

Salimos del vestidor y regresamos a la sala de emergencia donde Diana estaba sentada frente a nosotros.

Julia: ¡Diana! ¿Cómo estás? ¿Qué te trae por aquí?

Desde que Melissa se recuperó las visitas de Sonia y Diana se habían detenido. Era raro verla aquí.

Diana: Estoy aquí porque necesito hablar con ustedes.

Leo: ¿Qué pasó?

Diana: Dijiste que te vas a ir. ¿Puedo preguntar a dónde?

Miré perplejo a Diana, pero decidí contestar su pregunta.

Leo: Vamos con rumbo a la ciudad G.

Diana se sorprendió al escuchar mi respuesta. No sabía por qué estaba tan inquieta pero aun así decidí esperar sus palabras.

Diana: ¿Puedo ir con ustedes?

Al escuchar sus palabras Julia y yo nos miramos con sorpresa. Considerando su personalidad de buena samaritana era muy raro que decidiera alejarse del hospital.

Julia: ¿Puedo preguntar por qué?

Diana con una mirada triste empezó a contarnos su historia. Antes del fin del mundo ella era una estudiante común y corriente de la carrera de ingeniería, pero lo que nadie sabía fue como logro entrar a la universidad. Ya que era una universidad pagada y no pública requería fuertes sumas de dinero. Sobre todo, cuando se habla de una carrera como lo es medicina. Sus padres eran agricultores que tenían sus terrenos a las afuera de la ciudad G más específicamente hablando vivían en un pueblo no declarado.

Sus padres tuvieron que empeñar la granja al banco para poder costear la educación de Diana. Pero la deuda era increíblemente alta haciendo que Diana tenga que cubrir turnos extras para poder ayudar a pagar esa deuda con el banco. Sin embargo, esto no era suficiente. Los intereses se estaban acumulando y no podían cubrir sus gastos personales. Diana tuvo que dejar el apartamento que ocupaba y se mudó a los cuartos de residentes del hospital. Vendió los pocos muebles que tenía para tratar de disminuir un poco la carga de sus padres. Pero las deudas se acumularon y todo empeoro con el desastre del niño que daño por completo las cosechas. Para colmo los cobradores ya habían empezado a acechar y amenazar a su familia.

Diana quería ver de nuevo a sus padres y ayudarlos si estaban en peligro. No sabía si sus padres que dieron todo por ella están bien. Por lo que estaba completamente atemorizada de lo que les pudo haber pasado.

Para este punto de la historia Julia ya estaba en un mar de lágrimas nuevamente. Haciendo que saltara sobre ella y la abrazara. Las dos se estaban consolando entre ellas. Incluso Julia le prometió que les ayudaría a encontrarlos de nuevo. Una vez se calmaron Diana continuo la historia.

Resulta que ella no era hija única. Su hermano menor se fue de casa a la ciudad G para conseguir un empleo en la ciudad y ayudar así a su familia. Diana estaba triste, enojada y frustrada con ella misma debido a que su hermano menor tuvo que dejar sus estudios de lado y trabajar para ayudarla a ella. Quería saber si estaba bien. Lo último que supo es que estaba trabajando en astillero día y noche.

Al escuchar la historia de su hermano supe que estaba siendo explotado. Era una situación a la que lamentablemente llamamos normal. En el país E las horas de trabajo por día eran ocho horas, pero las empresas negras contrataban inmigrantes o jóvenes sin experiencia que necesitaran el dinero con urgencia. Les pagaban menos del mínimo y su jornada de trabajo eran mayor de las ocho horas establecidas por la ley. Ni siquiera estaban contratados ni asegurados por lo que sus condiciones laborales eran precarias. Muchos no tenían tiempo ni de un descanso o acceso a agua potable para su consumo.

En este tipo de país era extremadamente raro encontrar una empresa que siguiera todo lo establecido por la ley. Si alguien los denunciaba o iban contra ellos desaparecerían silenciosamente o simplemente compraban al juez para descartar el caso. Las víctimas no eran apoyadas y muchas veces se veían involucrados en algo ilícito. Haciendo que no puedan volver a sus vidas normales nunca más.

Esto era conocido por todos en el país y aun así nadie hacia nada. Los sindicatos y autoridades estaban solo de decoración. Si se realizaban protestas eran truncadas sean pacificas o no y los participantes serian declarados como terroristas o se aplicarían otros cargos injustificados.

La situación del país era precaria y los medios disfrazaban los hechos para que el pueblo no entrara en pánico. Los periodistas huían del país por amenazas. Nadie podía hacer nada, la inseguridad era algo de todos los días.

Dentro de poco las personas saldrán a buscar alimento o morirán silenciosamente en sus casas. Solo los fuertes sobrevivirán y las personas se dividirán en dos grupos. Los fuertes y los débiles y los fuertes siempre se aprovechan de los débiles. Sobre todo, en este tipo de sociedad anárquica.

No sé en qué punto este país de gente trabajadora y amable se volvió así. Sin embargo, el mundo sigue girando las personas tienen que continuar sus vidas y adaptarse a su nuevo entorno. Sea por el buen camino o el malo.

Leo: No te preocupes te ayudaremos.

Diana derramo lágrimas y dijo.

Diana: Gracias.