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capitulo 4

Capitulo 4.

Salgo de la oficina del Sr. Garnet con mis ojos cristalizados y aguantando las ganas de llorar, Amir Garnet si que sabe como bajar un calentón, Dios, estaba a punto de entregarme a él en esa oficina, soy una fácil sin remedio, sin duda si mi padre se entera de esto se pondría furioso. Entro a la cocina para evitar encontrarme con Taylor, tomo un vaso con agua pero mis manos tiemblan, dejo que se me escapen un par de lágrimas mientras bebo del vaso, no sabía que me pasaba pero sus palabras me hicieron sentir realmente mal.

-¿Katherine?- me volteo y me encuentro con Adhara y su madre, las dos me ven fijamente y yo trato de sonreír, como si nada pasara, aunque creo que mi aspecto me delataba.

-Hola, no sabía que habían llegado- murmuro tratando de sonar tranquila aunque por dentro me sienta desfallecer.

-Acabamos de llegar, ¿mi hijo?- me pregunta Taylor sin ocultar su desagrado por verme en su casa, estúpida cuando está casa sea mía no podrá verla ni en fotos.

-Está en su cuarto- y espero que siga ahí y no se diera cuenta de lo que hacía con su padre.

-¿y mi padre?- me ahogo cuando Adhara suelta eso, Dios ¿Cómo podre fingir que no paso nada? Cuando me sentía tan mal, destruir a una familia no era lo que yo creía que haría con mi vida.

-No sé si este en casa, desde que llegue con Amid no lo he visto Adhara- sonrió y ella asiente y sale de la cocina dejándome sola con Taylor, ella no me soporta pero el sentimiento es mutuo, solo que yo soy más inteligente y no lo demuestro.

-¿te quedaras a cenar?- sonrió de la manera más tierna que puedo fingir y niego, no podía sentarme en la misma mesa que Amir, al menos no hoy, no sabría ni como mirarlo a la cara.

-No señora Garnet, pero gracias por la invitación, si me permite iré a despedirme de mi primo.

Salgo de la cocina dejándola sola y con el corazón en las manos, Dios eso estuvo cerca, subo las escaleras al cuarto de Amid para buscar mis cosas, lo encuentro aun durmiendo y sonrió, Amid es el único que de verdad me conoce, el único con el cual me he abierto al cual le he contado mis cosas, sabe mis debilidades, mis metas, sabe cuando estoy bromeando o cuando hablo en serio y de verdad no sé cómo puedo estar traicionándolo de esta manera. Toco su hombro de manera delicada mientras el gruñe, sonrió y beso su mejilla, lo amaba tanto y meestaba matando por dentro tener que hacerle esto a su familia.

-Ya me voy, tu madre llego hace un rato- murmuro en su oído y con un Ok de su parte salgo de la habitación.

Llego a mi casa y voy directo a mi habitación ya que no me gusta el aspecto que tengo en estos momentos, al llegar a mi habitación puedo respirar con tranquilidad, antes de que pueda entrar al baño la puerta de la habitación se abre revelando a mi padre, el cual al verme alza una ceja, no tenía tiempo para esto, estaba cansada y de seguro venis con ganas de pelea.

-¿Por qué tardaste tanto?- me pregunta y sé que está furioso, no me gusta cuando mi padre se molesta, ya que nunca sé cómo va a terminar, pocas veces lo hacía conmigo, pero cuando pasaba era mejor que supiera muy bien que decir para evitar lo peor.

-Esta hecho- le digo y él me ve sin entender- Amir Garnet cayó en la trampa papa- el sonríe y se acerca a darme un abrazo, como si su molestia de hubiera esfumado solo por esas palabras.

-Apestas a alcohol Katherine- me tenso y trato de alejarme lo más posible.

-Papa te juro que no tome nada… yo…

-¿Hueles a alcohol y pretendes que crea una estúpida excusa?- me grita y me pego a la pared, no porfavor, no quería que esto pasara de nuevo.

-Papa por favor- siento como las lágrimas empiezan a bajar en el momento en el que se quita su correa de cuero, sabía lo que venía y me aterraba.

-Esto lo hago por ti hija.

Trato de correr al baño pero siento el primer correazo en las piernas lo cual ocasiona que caiga al suelo por el dolor, chillo cuando siento el siguiente en mi espalda y luego los otros en mi trasero, pierdo la cuenta en el quinto y solo me limito a llorar mientras se me escapan un par de gritos por el dolor, cuando para y sé que no va a seguir pegándome trato de pararme pero mis piernas me fallan y eso solo ocasiona que llore mas, no sabía porque tenía que ser así, en ocasiones deseaba largarme de aquí lejos de él y de estos maltratos que no me ayudan en nada.

-En mi casa no estoy criando perras drogadictas- dice con furia antes de cerrar la puerta de la habitación.

Dios ¿Por qué a mí? Lloro mucho por el dolor que me ha ocasionado mi padre, lloro porque me siento humillada, lloro por mí, escucho como abren la puerta de mi cuarto y luego siento el perfumé de mi nana la cual me ayuda a pararme y caminar al baño, ella abre la regadera y pone el agua tibia mientras yo trato de quitarme la ropa entre llantos, cuando estoy desnuda entro a la ducha en donde dejo que el agua se lleve mis lagrimas y todo mi dolor, tenía que ser fuerte.

Agradezco que mañana sea Sábado para que mi cuerpo sane sin necesidad de ir a la escuela, porque si llegara a faltar me vendría una peor, sé que mi padre solo quiere lo mejor para mi, el solo trata de que yo no sea mala, pero como duele, no me dejo ni siquiera hablar, pero la verdad es que yo si cometí un error yo si bebí un trago y estuve tragándome todo el humo de hierba que consumía Amid, pero lo hice para engañar a el Sr. Garnet y eso fue lo que él me pidió, la acción que había cometido estaba mal pero todo era para complacerlo a él.

-Ven niña, te vas a refriar- me dice la nana mientras me saca de la ducha y seca con cuidado mi cuerpo.

-Nana ¿Qué hay de mal en mi?- le preguntó pero ella no responde- respóndeme- chillo y ella trata de sonreírme.

-No hay nada malo en ti mi niña, te lo aseguro, tu padre es muy temperamental.

-Eso lo sé nana, pero nunca pensé que él me fuera a tratar como a mi madre, si ella no se hubiera ido- mi nana meigo mientras me pasa mi pijama, no tenía caso alguno pensar en eso.

-Eso no tiene nada que ver, niña, no hables de tu madre, sabes que si tu papa te escucha…

-Sé que me trate así porque le recuerdo a ella, pero nana yo hare todo lo que ella no pudo, yo hare que el este orgulloso de que yo sea su hija, te lo aseguro, digo limpiando mis lagrimas.

Me lo prometo a mí misma, yo Katherine Mosses hare que mi padre este orgulloso de mi, lo llenaría de felicidad y borraría esa huella oscura que había dejado mi madre en nuestras vidas.

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