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Escape

Obito se materializo a las afueras de Konoha, y cayo el suelo de rodillas, en cuanto su figara termino de parecer.

Las lágrimas seguían cayendo mientras miraba al suelo, y apretaba sus puños, dejo escapa run pequeño sollozo, y por un momento el solo permaneció tirado en el suelo, revolcándose en su propia miseria.

"quiero que mi hijo sea tan fuerte como óbito"

Obito llego una mano a su pecho y la apretó con fuerza.

—Lo siento, lo siento, lo siento. — el comenzó a repetir mientras su voz se rompía con cada palabra, él no era ese Obito, ya no, le había fallado por completo a Kushina, verla hablar de esa manera sobre el antiguo Obito, hizo que el sintiera como si una daga estuviera perforando los pedazos de su corazón.

Luego de un momento, él se tranquilizó el dolor aún estaba ahí, pero no podía quebrase aun, tenía que seguir con el plan que había pensado.

Luego de un momento él se puso de pie, y con enfoco su vista en un lugar en específico, luego un vórtice se formó en ese lugar, Obito trato de tener cuidado y que Kushina no se lastimara en estos momentos.

La figura de la pelirroja apareció y quedo sentada en el suelo.

Ella pareció desconcertada y luego se dio cuenta de la presencia.

—Hey, idiota que fue eso te conté mi sueño y tú ves, acaso no sabes que es de mala educación dejar a una mujer hablando sola. . .

Ella dijo mientras sus cabellos se alzaban detrás de su espalda.

La situación se había vuelto completamente ridícula en este punto, no había ni un solo rastro de tensión en la mujer, ella examino sus alrededores y noto que estaban cerca de la aldea, ella giro sus ojos y miro al tipo.

—Entonces realmente solo querías hablar dattebane.

Ella dijo mientras lo miraba.

Obito pensó en hablar, pero no lo hizo porque sabía que su voz se rompería antes de completar cualquier oración, solo asintió con la cabeza.

Los ojos de Kushina se abrieron de golpe.

Obito pudo ver un destello por el rabilo del ojo.

—¿Por qué secuestraste a mi esposa? — Obito no se giró para mirar al hombre que repentinamente tenía un kunai de tres puntas apuntando directamente a su cuello.

En vez de eso se mantuvo calmado, y puso en práctica todo lo que Madara le había enseñado, calmo sus emociones, y respiro profundamente.

—Minato namikaze , o mejor dicho cuarto Hokage.

—Responde a mi pregunta, ¿qué es lo que buscas?

Obito pudo notar la inflexibilidad en las palabras de Minato, y el tono que estaba usando, no era el mismo que usaba cuando habla con ellos como un equipo, era el tono que usaba un shinobi, un Hokage.

—Yo solo quería hablar con Kushina-sama . . . y también con usted.

Minato entrecerró los ojos con un brillo de sospecha, movió su kunai mas cerca de la garganta del hombre.

—A que te refieres. . .

Obito dio un paso adelante traspasando la mano del cuarto y su kunai, pero la sangre no broto, como si fuera un fantasma Obito se movió hasta una distancia de unos cuantos metros, alejándose de Kushina y de Minato.

—Solo quiero advertirles algo . . . — el comenzó, y luego miro a Minato que a pesar de haber estado sorprendido por el jutsu tan extraño que acababa de presenciar mantuvo la compostura, y lo miro con esos ojos filados. — hay fuerzas que amenazan y traman desde las sombras, no amenazan únicamente a Konoha, sino a todo el mundo.

Minato entrecerró los ojos, y Kushina también le mando una mirada suspicaz.

—No tengo mucho tiempo para explicarlo, por eso . . . — Obito saco un rollo en el cual estaba escrito todo lo que sabía sobre el plan de Madara, la localización de la cueva, y otros detalles como la existencia de Nagato, lo lanzo hacia el cuarto Hokage, este lo tomo, no sin antes darle una cuidadosa mirada para detectar cualquier trampa oculta. — ahí está todo lo que necesitan saber . . .

—Crees que te dejare ir, luego de lo que hiciste.

—De hecho, eso hare, lamento haberla molestado Kushina-sama.

El enmascarado estaba dispuesto a irse, pero la voz de Kushina lo detuvo.

—Espera . . . — ella hablo, el hombre se quedó parado. — . . . este . .

Kushina tampoco estaba segura de por qué lo detuvo, no era porque quería que este hombre fuera atrapado, tampoco porque quería una explicación.

Es solo que cuando vio la espalda de esta persona, ella no pudo evitar estirar su mano hacia él.

—Kushina-chan. — la voz de Minato sonaba sorprendida, Kushina no sabía porque, pero en ese momento lo vio, o mejor dicho lo sintió, lagrimas estaban cayendo de sus ojos.

—¿eh? . . . ¿Por qué . . . estoy llorando?

Ella dijo, con verdadera confusión, Minato miro a Kushina desconcertado, pero siempre se mantuvo alerta de ese hombre.

Obito los miro a los dos.

Kushina lo había reconocido, se preguntó si era eso.

Incluso su propio sensei no parecía haberlo notado, pero ella, incluso si no paso tanto tiempo como con Minato, ella lo había notado. Probablemente desde el principio, Obito sintió una pulsada de culpa atravesar su cuerpo.

Se dio la vuelta, no sin antes decir algo de lo que estaba seguro se arrepentiría.

—Lamento . . . — él dijo, se preguntó por qué no simplemente podía desaparecer sin provocar más molestias a Kushina, porque tenía que seguir lastimándola. — lamento no haber cumplido mi promesa.

—. . . ¿eh?. — los ojos de Kushina se abrieron como si fueran platos.

Un remolino apareció y el enmascarado desapareció en solo una fracción de segundo.

Obito cayó en su dimensión y se quedó parado unos momentos.

Guruguru que hasta el momento no había dicho nada, se separó del cuerpo de Obito, y luego volvió a su forma humanoide, y miro a Obito mientras inclinaba la cabeza.

—¿entonces seguirás con todo esto?

Él pregunto mientras colocaba un dedo en su barbilla.

Obito se tomó un momento para recomponerse, se sintió un poco aliviado por el hecho de que Guruguru fuera tan despreocupado, y capaz de aliviar la tensión del ambiente sin esfuerzo.

—Si, ya tomé mi decisión. Lo siento.

—Ah, no te preocupes, después de todo es el plan de Madara, es cierto que siento la necesidad de conseguir ese plan, pero al final del día, Obito es mi amigo, así que supongo que no se puede evitar, solo me arrepiento de una cosa.

Obito lo miro con una media sonrisa.

—¿Qué es? — Obito pregunto.

—Que nunca podre saber que se siente cagar. — Guruguru dijo mientras hacia una pose dramática.

—. . . bueno, yo tampoco lo recuerdo muy bien, sabes.

Obito dijo mientras se rascaba la cabeza, luego miro a Guruguru por una última vez.

—Bueno, me voy, tengo de hablar una última vez con la voluntad de Madara.

—¿y luego que harás bobito?

Guruguru pregunto con interés, Obito lo medito por un segundo, y luego dijo.

—Ya no hay un lugar para mi . . . ni en la aldea . . . ni en el plan de Madara . . .

Obito dijo, luego se dio la vuelta y se fue desapareciendo en un remolino.

Guruguru lo miro irse, luego se rasco la cabeza, y pateo el suelo.

—Espera. . . ¿Qué pasara conmigo? — el grito mientras extendía los brazos y miraba hacia todos lados.

.

.

.

.

Obito miro a la estatua delante de él, seguía siendo igual de terrorífica que la primera vez que la vio, ese día cuando despertó con la mitad de su cuerpo hecho mierda, y un anciano raro mirándolo.

Una mirada melancólica apareció en su cara, se había encargado de Zetsu hace un momento, en realidad la voluntad de Madara le dio muchos más problemas de los que pensó posibles, incluso trato de tomar control de su cuerpo, pero eso fue inútil, y al final Obito logro acabar con él.

También se vio obligado a terminar con la existencia de Zetsu blanco, le dolió hacerlo, después de todo, él lo había ayudado en su rehabilitación.

Una risa seca escapo de sus labios, incluso ahora seguía siendo un niño ingenuo, sintiendo culpa por acabar con alguien que estaba dispuesto a matarlo.

Sacudió su cabeza, y miro la estatua una vez más, según recordaba la única persona en el mundo que actualmente podía invocarla era Nagato, así que él esperaba que la información que le brindo a Minato, le sirviera para evitar que esos ojos cayeran en malas manos.

Pensó en ir el mismo y destruirlos. . . pero eso no pareció correcto, así que no lo hizo.

Coloco una mano sobre la estatua, lentamente la estatua comenzó a ser absorbida por un vórtice, luego de un minuto entero la figura desapareció.

Obito cayo de rodillas, usar su kamui en algo tan grande realmente exigía mucho de sí mismo, comenzó a respirar profundamente en un intento de calmarse.

Luego se puso de pie, y miro la cueva una última vez.

Como si fuera la despedida final, Obito comenzó a caminar por esta misma, había memorizado a cada parte de ella, miro su cama, miro la sala de entrenamiento que tanto había usado, todo era tan nostálgico.

Luego continúo caminando hasta la salida de la cueva, había una enorme roca obstruyéndola, Obito suspiro y camino hacia ella.

Él lo traspaso como si fuera un fantasma, cuando emergió en el exterior vio el enorme y frondoso bosque sé que extendía por cientos de kilómetros, soltó un suspiro, y luego se dio la vuelta.

Un remolino se formó a su alrededor y su figura desapareció del mundo, para nunca más volver a aparecer.

Obito aterrizó en su dimensión, sus pies se pararon firmes sobre este lugar.

Luego el tomo un kunai que estaba oculto entre su túnica, y lo miro un momento.

Obito Uchiha, ya no tenía ningún lugar en el mundo.

Fallo en todo.

Recordó la sonrisa de Kushina.

Sintió un dolor perforarlo.

Recordó las palabras de Madara y luego recordó las de Kushina.

"siempre te estaré observando"

Todo había terminado, rin estaba muerta, le fallo a Kushina, le fallo a Madara.

Frente a él se extendía una dimensión repleta de oscuridad, y vacío, exactamente como su corazón.

Miro el filo del kunai.

—Me pregunto . . . — Obito comenzó, con sus palabras temblorosas. — rin estaría decepcionada de lo que me convertí . . . me pregunto si estaría decepcionada del hecho de que pensé en lastimar a Kushina-san. . .

Frente a las cavilaciones del niño, que estaban siendo escupidas al aire, nadie respondió.

—¿Por qué . . . ?

Obito escupió una pregunta al aire.

—Ojala el sueño de Kushina-san se pueda cumplir . . . aunque me siento culpable por tener que haber dicho eso al último momento, hahaha ni siquiera pude desaparecer sin causarle problemas ha ha ha ha ha . . . realmente soy así de patético. .

El murmuro.

Él se relajó, después de decir eso, el miro hacia el "cielo", que en realidad era un lienzo cubierto de oscuridad.

Las lágrimas ya no salieron de sus ojos, no tenía sentido.

Incluso en este momento cuando ya todo estaba decidió, aun podía sentir ese dolor en su pecho.

Sofocante.

Como si se estuviera ahogando constante, le dificultaba respirar, le dificultaba moverse.

Tomo el kunai, y lo apunto a su garganta.

Miro la hoja del kunai, y se dio cuenta que su pulso estaba temblando, como el de un niño, un genin que ve por primera vez la muerte de cerca.

Obito frunció el ceño.

En realidad, era un cobarde por completo.

Cerro los ojos y apuñalo su cuello.

. ..

Abrió sus ojos, y se dio cuenta que la hoja del kunai estaba a unos cuantos milímetro de su garganta, pero él no podía morir. .. se preguntó que era esta mierda.

Trato de apuñalarse varias veces, pero el resultado era siempre el mismo.

La hoja de su kunai se detenía antes de lastimarlo.

Obito se quedó en silencio, y luego una risa escapo de su boca, luego un grito desgarrador escapo de su garganta con tanta fuerza que parecía que se la desgarraría, con furia arrojo el kunai hacia un lado.

Obito hizo una rabieta como un niño pequeño, comenzó a maldecirse por ser tan cobarde.

¿por qué? ¿por qué? ¿por qué? ¿por qué? ¿Por qué? . . . ¿Por qué no puedo solo morir?

Obito se preguntó con el corazón completamente destrozado.

Él no pensó en nada, solo un pensamiento vino a su cabeza . . . ahh, es verdad, soy un inútil.

Él pensó, mientras dejaba todo su cuerpo caer al suelo.

El solo quería escapar de todo.

Quería abandonar este mundo.

Quería evitar la mirada de Kushina.

El solo quería . . . escapar de todo el dolor.

El solo quería eso. . .

Su Sharingan se transformó, las tres aspas se convirtieron en una especie de remolinó.

Obito noto algo en ese momento.

Como si su vida estuviera siendo extraída., como su todo estuviera desapareciendo.

Noto que su dimensión se estaba distorsionado, todo comenzó a volverse completamente indistinguible, un remolino de negro, y gris lleno su visión.

Incluso así, Obito solo recibió esa sensación, no lucho, no se alarmo, no se confundió . . . el solo quería descansar.

Y entonces uno de sus ojos de color rojo escarlata perdió su luz.

A la edad de 14 años, Obito Uchiha, desapareció del mundo ninja definitivamente.

.

.

.

.

.

.

Ella corrió por los laberinticos callejones de orario.

Su respiración era aun poco irregular, pero no era tan malo.

Estaba acostumbrada a caminar largas distancias con un peso sobre sus hombros, en estos momentos no pensó que estuviera cerca de llegar su límite, simplemente se limitó a correr, dio la vuelta en un callejo, dio la vuelta en otro callejón, se metió por un lugar estrecho y salió en otro callejón-

Una ligera sonrisa estaba grabada en su cara mientras sus pies chochaban contra el suelo de piedra, se sentía ligera como una pluma danzando con una suave brisa en el aire.

Era la primera vez en mucho tiempo que se sentía de esta manera.

Ella era pequeña, talvez de la misma altura que una niña pequeña, su altura rondaba los 100 centímetros, su rostro era infantil, pero con cierto encanto.

Su cuerpo era delgado, tal delgado que parecía que se rompería con solo un golpe. Una sonrisa estaba en cara, era una sonrisa que podía ser calificada como sincera, el tipo de sonrisa que una niña pequeña haría cuando estaba feliz desde el fondo de su corazón.

Eso es.

Ella estaba feliz desde el dónde de su corazón, tal vez desde el momento de su nacimiento hasta este día, era la primera vez que podía sentir este tipo de emociones.

Antes la vida en su llamada familia, entre infinitas comillas, fue una pesadilla.

Ignorada por todos.

Pisoteada por todos.

Insultada por todos.

Perdió la cuenta de las veces tu lloro desconsoladamente por noches, hasta quedarse dormida, perdió la cuenta de las veces que fue tratada como un estorbo, las veces que nadie, absolutamente nadie le había preocupado si ella estaba viva o muerta.

Esos recuerdos eran dolorosos.

Pero ahora ella se sentía libre.

Había huido cuando su corazón parecía a punto de romperse, y tomo la decisión de vivir como una persona normal.

Estaba usando ropa de una persona común, una falda de color azul, y un gorro de color café sobre su cabeza.

Aunque estaba un poco apurada, porque quería llegar antes de que sus jefes abrieran la tienda de flores, antes ella siempre temía el momento en que tenía que trabajar porque sus compañeros, siempre la trataba mal y siempre pensó que algún día simplemente moriría porque a ninguno de sus compañeros les importaría si ella moría, pero ahora era diferente.

Nunca pensó que podría sentir "Felicidad" por tener que trabajar, pero eso ancianos eran tan amables con ella, pensó que había elegido el mejor lugar para trabajar.

Mientras corría por los callejones, ella tropezó con algo.

Su cuerpo se tambaleo hacia delante, y cayo contra el suelo.

Un ligero gemido adolorido escapo de sus labios, y luego ella lentamente se puso de pie.

Miro hacia tras con una mirada molesta en su rostro.

—¿eh?. — sus ojos se abrieron con sorpresa cuando noto que no había tropezado con "algo", sino más bien dicho con "alguien", inclino su cabeza cuando miro la figura que estaba tumbado solo el suelo húmedo y frio.

La figura estaba encapuchada, mejor dicho, estaba usando una túnica de color negro, su rostro era cubierto por la capucha de color negro, pero podía ver mechones de cabello negro azumándose.

Ella miro hacia otro lado, y luego lo miro con desagrado, pensó que era un borracho que estaba tirado en un callejón, luego de haber bebido más de lo podía manejar.

Aun así, ella en realidad no se fue, mejor dicho, se acercó a la figura, y con curiosidad, levanto la capucha y miro el rostro de la figura.

Ella llevo sus pequeñas manos a su boca y dejo caer la capucha sobre el rostro de la figura, luego de un momento, ella hizo una expresión complicada, al final volvió a levantar la capucha, y miro el rostro esta vez se fijó en más detalles.

Era un chico, probablemente de 13 o 14 años, pero no podía ser mayor de eso, su cabello era largo, muy largo, mechones de cabello de color negro se extendía por su rostro y lo cubrían.

ella movió su mano lentamente, y movió uno de los mechones de cabello que cubrían su rostro, una mirada dolorosa aprecio en su cara cuando vio el lado derecho de la cara del chico.

Había horribles cicatrices que se extendían por todo su rostro, era como surcos, ella las miro, y se preguntó, como se las había hecho., por un momento ella extendió sus pequeñas manos para tocarlos, pero se detuvo antes de hacerlo.

Mirando de cerca al chico no tenía nada debajo de la túnica, excepto por unos pantalones, y unas extrañas sandalias.

Ella lo miro un momento, no podía oler la fragancia del alcohol o del vino, entonces supo que él no estaba borracho, podía ver que su respiración era superficial, y lentamente se pecho se alzaba y bajaba.

Luego de un momento de consideración ella pensó en que debía hacer.

El pensamiento que corrió a su cabeza, fue "no es mi problema y aparte voy tarde para el trabajo"

La primera parte era esencialmente verdadera, este no era su problema, pero viendo a este chico, ella no pudo evitar recordarse a sí misma, y el hecho de nunca nadie le había tendido una mano.

La segunda parte, también era mentira, aún faltaba al menos media hora para que la florería abrieran, así que no debía de haber problema si perdía unos minutos.

Ella movió su cabeza, entre el chico, y el camino que debía de tomar, luego de un momento ella suspiro con pesar, y movió sus ojos hacia el chico de cabello negro.

—Oye. — ella comenzó a sacudirlo tratando de despertarlo de la forma menos violenta posible, luego de unos minutos de hacerlo se dio cuenta que este chico no se iba a despertar, miro el chico, y luego levanto su mano, y entonces, el sonido de un golpe hizo que un gato que estaba cerca del lugar saliera corriendo.

Ella miro su mano, había quedado de un color rojo, al parecer lo golpeo un poco fuerte.

El chico por otro lado abrió los ojos y grito ligeramente.

Llevo sus manos instintivamente a su cara y se la agarro mientras su ojo, si solo uno de ellos se abría y rebelaba un color ónix.

El niño parecía confundido.

Ella no tenía tiempo para eso.

—oye, onii-san, onii-san. — una voz femenina lo llamo el chico la miro directamente, parecía confundido, no parecía completamente perdido, ella lo miro, parecía estar bien, asi que tomo una decisión rápida. — onii-san, no deberías de dormir en la calle, tienes suerte de que Lili se haya tomado el tiempo de ayudarte, ¿entiendes?

La niña, llamada Lili dijo mientras lo apuntaba con un dedo pequeño.

El niño la miro desconcertado.

Ella casi rodo los ojos, pero no tenía tiempo para esto, entonces ella tomo algo de sus bolsillos, y se lo tendió al niño.

Eran 50 Varisu, no era mucho, de hecho, era una mierda de dinero, pero al menos sería suficiente para que el comiera algo, su situación no era la mejor, así que hacer algo como regalar dinero, era absolutamente impensable, aun así, ella extendió el dinero al niño.

El la miro sin entender.

—Onii-.san, tómalo, Lili tiene que irse ahora.

El chico todavía aturdido pareció no entender sus palabras, ella cansado tomo la mano del niño, y coloco las monedad en ellas, luego se dio la vuelta sin esperar las gracias.

Se despidió mientras volvía correr.

La pequeña figura de la niña corrió, hasta desaparecer al dar la vuelta en un callejón.

El ojo del niño, miro en esa dirección por unos cuantos segundos.

Sus agudos sentidos podían escuchar el bullicio de la gente en la lejanía, pero solo ere ruido de fondo.

El miro su mano, miro las monedas que estaban vertidas en ella, pequeñas.

¿esto era el infierno?

Con su único ojo de color negro, el examino su entorno, no parecía la idea de que él había tenido del infierno, más bien parecía ser simplemente un callejón, sucio y solitario.

El miro sus dos manos.

¿estaba vivo?

Obito miro sus manos, y luego se di cuenta de que en realidad estaba vivo, su corazón seguía latiendo.

Obito apretó sus puños con fuerza, apretó las mendas en su palma.

Luego mientras apretaba los dientes, el levanto su mano para tirar las monedas en un intento de librarse de esa sensación de fracaso.

"Onii-.san, tómalo, Lili tiene que irse ahora"

Él se detuvo en el aire, su mano quedo suspendida mientras sentia las monedas en su mano, luego de un momento el apretó los dientes y miro al suelo, incapaz de lanzar esas monedas al suelo.

—¿Por qué no estoy muerto?

Recordó ese momento cuando el mundo parecía desvanecerse, cuando pensó que por fin era libre del dolor, pero ahora sentia como si la vida le hubiera dado una bofetada en la cara.

Incluso podía sentir el ardor en ella, ah no, en realidad alguien le había dado una bofetada en la cara, se dio cuenta.

—Maldición, maldición. — Obito maldijo en voz baja, mientras miraba al cielo.

Una risa amarga, una risa vacía escapo de sus labios

Abrió su palma y miro las monedas en ella.

—Lo siento, pero creo de desperdiciaste tu dinero. — él dijo mientras dejaba las monedas suavemente en el suelo. Luego miro su palma ahora desnuda, tenía poco chakra, se dio cuenta, entonces el enfoco su chakra en su ojo, y el rojo apareció, Obito no perdió el tiempo y un vórtice se formó en su mano, un kunai se materializo, luego su Sharingan se desvaneció una vez más, se sentía débil, miro el kunai en sus manos, y se tomó un momento para sentir el peso de este.

Luego miro el cielo, mientras de su ojo comienzan a caer lágrimas.

Por favor . . . déjame terminar con esto...

El pidió a cualquier dios que existiera en este mundo.

Déjame . . . morir. . .

El apuñalo una vez más a su garganta.

Pero la cuchilla una vez más se detuvo a unos pocos milímetros de tocar su piel.

El ojo de Obito se abrió con asombro, luego lentamente giro su ojo y la vio.

Primero lo sintió, una mano estaba sosteniendo su muñeca y le impidió moverla.

El agarraré era firme, tan firme que el no pudo mover su mano en absoluto, tal vez era porque estaba débil, pero sin duda la persona que estaba sosteniendo su mano, era más fuerte que él, en estos momentos.

El giro sus ojos, y miro la cara de la persona que lo había detenido.

Era una mujer.

La palabra hermosa podría ser usada para describirla, pero incluso así, ella superaba esa palabra por completo. Pero Obito no se fijó en ese, tampoco en las orejas puntiagudas que salían de entre su cabello que era relativamente largo.

El la miro directamente a los ojos.

Sus ojos eran de un color azulado y ella no parto la mirada.

La mirada en el rostro de Obito solo transmitía un único pensamiento.

—¿por qué?

El chico sollozo, luego su visión se volvió borrosa y finalmente el mundo se volvió negro.

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