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Capítulo 69 - El final de La Bestia

En las afueras del edificio que estaba sobre la red de túneles que conducían a la recámara donde se había realizado el ritual, los hechiceros de las artes místicas se preparaban para una posible batalla.

Mordo que era el encargado de supervisar el desarrollo del ritual se acercó a la Antigua (en inglés suena mucho mejor). "El ritual ha sido completado. ¿Cómo procederemos?" Él estaba listo para luchar y probar su valor frente a todos.

"Esperaremos. Este evento nunca se trató de nosotros. Es una oportunidad para ver las decisiones que tomará." La Hechicera Suprema mantenía su serenidad incluso en esta situación.

"Disculpe maestra ¿de quién está hablando?" Mordo estaba confundido y no entendía porque la Antigua parecía darle poca importancia a la Bestia, quien era un demonio muy antiguo.

"Solo alguien un poco especial." Fue lo único que le respondió la Antigua.

[EN LA RECÁMARA]

Todos habían hecho espacio para que la horrible criatura saliera por el portal y excepto por los 3 dioses presentes y Morgana el resto sentía temor. "Libre al fin." Todos escucharon una voz aguda hablar en un idioma desconocido, pero que de alguna manera fueron capaces de entender.

El ser que había salido por el portal media aproximadamente unos 3 metros con una piel de color grisácea purpura en la que se marcaban todas las venas del cuerpo o así parecía. Su cuerpo era obeso y desagradable, sus piensas cortas y delgadas, completamente desproporcional al resto de su cuerpo. Sus brazos eran largos que casi llegaban hasta el suelo, poderosos, con largas garras en vez de manos.

La siguiente acción de la Bestia fue arrojar una serie de huesos que salieron disparados de su brazo hacia Morgana quien rápidamente tuvo que interrumpir el hechizo que estaba pronunciando para crear una barrera que apenas pudo protegerla a tiempo. "Desperdicio arrogante, ¿crees que puedes forzarme a estar bajo tu servicio?"

Estaba a punto de dirigirse hacia la hechicera cuando sintió un poderoso instinto asesino que provenía de un ser que podía identificar con facilidad, un dios. "Maldito dios, ¿has venido aquí a interponerte en mi camino?" Las palabras estaban dirigidas a Aegon, los otros 2 dioses mantenían sus existencias como dioses oculta de la Bestia.

Aegon no le respondió en cambio las llamas azules de Ryūjin Jakka comenzaron a manifestarse y en un abrir y cerrar de ojos Aegon estaba frente la Bestia realizando un corte vertical que, aunque no parecía suficiente para producir un daño considerable, la criatura no fue tonta como para no bloquearlo y quedó sorprendido al tener que retroceder unos pasos debido a la fuerza detrás del ataque.

No solo había una enorme fuerza detrás del ataque, la protuberancia ósea que había utilizado para bloquear el ataque solo aguantaría unos golpes más, además ese mismo brazo presentaba fuertes quemaduras. "Aaarrrg." Rugió la Bestia enojado por daño recibido y comenzó a atacar a Aegon quien evadía con facilidad.

Las mujeres en la recámara habían retrocedido hasta donde estaban los dioses. La diosa viendo que la temperatura en el lugar comenzaba a afectar a todas las asesinas creó una barrera para protegerlas. Morgana se podía proteger a sí misma. La batalla parecía estar a la par para ambos bandos a simple vista, pero todos en la recámara tenían experiencia en batalla y podía ver que Aegon no estaba tomándoselo en serio.

"Bakudo 79 Kuyo Shibari (Nueve Trampas de Luz del Sol)." Ocho agujeros negros se formaron alrededor de la Bestia con un noveno agujero en el centro que conectó violentamente la energía espiritual de todos los agujeros inmovilizando fuertemente a la Bestia. Aegon no se detuvo solo con eso, ya había tenido más que suficiente para analizar los niveles de poder de su oponente.

"Uchiha Kaenjin (Formación de Llamas Uchiha)." Una poderosa barrera de llamas azules y forma cuadrada se erigió alrededor de la Bestia. Luego Aegon enterró su zanpakuto en un lado de barrera y un torrencial de llamas fue descargada de esta incinerando a la Bestia que ya no rugía y gritaba de manera agonizante.

Solo tomó unos segundos y las llamas junto con la barrera desaparecieron. Solo se podían ver algunos restos calcinados, eso era todo lo que quedaba de la Bestia. Todos excepto los 3 dioses pensaron que ya todo había terminado.

"Pensé que estaría más debilitado, pero ese no fue el caso, aun así, que haya caído con tanta facilidad es increíble, el chico es más poderoso de lo que imaginaba. Esta sería una buena oportunidad para sellarlo." Le dijo a Aegon la diosa alertando al resto de que la Bestia no había sido destruida.

Pronto los resto calcinados comenzaron a regenerarse, aunque de manera lenta, Aegon se acercó aún más formando un Cero y lo dejó caer sobre la Bestia repitiendo este proceso varias veces. Nadie sabía lo que pasaba por su cabeza.

Mientras la Bestia era torturado una y otra vez Roma finalmente llegó a la recámara y no podía creer lo que veían sus ojos. Aunque sabía que la Bestia estaría debilitada no pensó que el joven dios fuera rival para este, mucho menos que todo tomara tan poco tiempo.

"¿Qué te demoró tanto?" Le preguntó Aegon que seguía descargando Ceros sobre la Bestia que no podía mantener su regeneración a la par con el daño que estaba recibiendo. Roma no contestó de inmediato y solo miró a sus alrededores, en especial hacia Morgana y los dioses. "Fue más difícil de lo estimado hallar el camino correcto."

Aegon solo asintió y percibió como sus mujeres se estaban acercando ahora que él había dejado de entrometerse. Dándole la espalda a todos y mirando a la Bestia hizo aparecer nuevamente su zanpakuto. Nadie pudo ver ningún cambio en Aegon, pero los dioses sintieron el aura que era común en los dioses de la muerte emanar desde Aegon de manera violenta y poderosa.

Incluso el dios que había venido esta noche estaba más sorprendido que nunca, su hermano mayor era el dios de la muerte de su panteón por lo que tenía bastante conocimiento sobre este tipo de dioses y el chico frente a él emanaba un aura de muerte mucho más poderosa que nada que hubiera sentido antes.

Con un movimiento de su zanpakuto la vida de la Bestia fue extinguida y los dioses se percataron de esto al instante. La fuerza y potencial del joven dios era terrorífica, sin duda lo suficiente para convertirlo en un pilar dentro de cualquier panteón.

La Bestia estaba muy debilitada al final de la batalla por lo que Aegon podía ver un gran número de líneas de la muerte en su cuerpo. Se sentía tentado a mirar hacia donde estaban los dioses, pero no quería alarmarlos, la bella diosa de cabellos blancos era bastante hermosa, quien sabe y tal vez tendría la oportunidad de conocerla mejor, solo para entablar relaciones amistosas nada más. Por último, Aegon descargó otro Cero más eliminando por completo cualquier existencia de la Bestia.

"Creo que hemos terminado por hoy." Nadie respondió y solo Roma asintió, pero luego vio a alguien que por todo lo ocurrido había olvidado. "No del todo. Morgan Le Fay, tienes algo que decir después de la estupidez de hoy."

Morgana no estaba nada contenta con las palabras de Roma. "Todo estaba bajo control antes de que llegaran y lo arruinaran todo."

"A mí me parece haberla visto a punto de estallar en llanto cuando la Bestia iba a darle una golpiza por pasarse de lista." Mencionó Aegon burlándose de Morgana a lo que el viejo dios se echó a reír. "¡Eso no es cierto!" Rugió la bella hechicera.

"Admítelo, fuiste arrogante al pensar que en tu estado debilitado podrías tomar control del demonio." Recalcó Roma. Lo cierto era que la Bestia no era el único que estaba debilitado, Morgana hacía poco que había escapado de su castillo donde Merlín la había aprisionado cientos de años atrás.

"¡Tu padre es el culpable!" La hechicera estaba por perder el control sobre sus emociones. "Ok, ya es suficiente, lo último que quiero escuchar ahora son las quejas de ambas." Las interrumpió Aegon. Luego se dirigió hacia Elektra y el resto. "Ahora que todo terminó ¿qué pretenden hacer?"

La primera en responder fue Ángela. "Este es un buen momento para tomar el control de los negocios legales de La Mano en la ciudad."

Aegon pensaba que la mujer sería más ambiciosa. "¿Solo los negocios legales y no la organización completa?" Ella primero negó sus palabras con un gesto. "No, no quiero tener nada más que ver estos idiotas. Además, la sede principal está en Japón y jamás podré tomar control sobre esta."

"Yo abandono la organización y regresaré a casa." La siguiente que habló fue la chica más joven de todas, la misma que antes le había preguntado a Aegon si las mataría a todas. Cuando la chica habló, miró hacia sus compañeras para ver si estas estarían en desacuerdo y Aegon lo notó.

"¿Cuál es tu nombre?" Le preguntó a la chica que estaba un poco nerviosa. "Colleen Wing." Aegon después de escuchar su nombre miró al resto. "Estoy seguro que ninguna de ustedes tiene algún problema con que Colleen regrese con su familia ¿cierto?" Todas asintieron y estaban siendo honestas, lo último que querían era estar en lado malo de él. "Perfecto."

Nuevamente Ángela habló y esta vez a Colleen. "Incluso si regresas a casa todavía necesitarás un empleo ¿Por qué no vienes a trabajar para mí? Ahora que digamos tomaré el buen camino."

"Déjame pensarlo." Fue la respuesta de la chica y Ángela solo asintió.

Aegon miró al resto. "¿Qué hay de ustedes?" Ninguna sabía que contestar y fue Elektra la que habló. "Yo no pienso regresar, creo que me quedaré en la ciudad por el momento." El resto no dijo nada y Aegon no le dio importancia. Pronto todas sus mujeres junto a Matt y su novia llegaron seguidos de las vampiras.

Aegon iba a decirles algo, pero el viejo dios se le acercó. "Hoy ha sido un día interesante, ahora deberías celebrar la victoria, muy pronto nos volveremos a ver." No dijo más y desapareció del lugar. La diosa también se acercó a él. "Es una lástima que personas de mi tierra sean los responsables de todo lo que ha ocurrido hoy, estoy segura que volveremos a vernos." Electricidad comenzó a rodear a la diosa para luego desintegrarse en pequeños relámpagos que no lastimaron a nadie.

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