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El Sexto Idaten: Combatiendo al Imperio Zoble

Todo el lugar estaba oscuro, mis extremidades se sentían muy pesadas y parecía no poder moverme en lo absoluto.

A pesar de que el lugar parecía ser extremadamente oscuro por naturaleza, mi vista parecía estar inutilizada.

Entonces, si no podía ver... ¿Cómo sabía que estaba oscuro?

Lo sabía instintivamente, al igual que sabía el motivo por el que estaba aquí.

Tenía un deber que cumplir, un motivo por el cuál existir.

Al mismo tiempo sentía que poseía recuerdos, aunque parecían estar bloqueados por algo.

Con el pasar del tiempo obtuve un nombre, la información llegó a mi mente repentinamente.

Kane, ese era mi nombre.

El tiempo seguía pasando, la oscuridad total que había inundado el espacio en el qué me encontraba parecía haber sido repelida y reemplazada.

Un pequeño punto dorado apareció en el espacio oscuro y comenzó a extenderse lentamente. No sabía cuánto tiempo había estado en éste lugar pero sabía por instinto que estaba a punto de salir.

Después de todo, el pequeño punto dorado ya había ocupado casi todo el espacio negro.

No faltaba mucho tiempo, pronto sabría con exactitud cuál era el propósito de mi existencia en ese espacio oscuro.

Esperaba poder acceder a esos recuerdos también.

¿Uh? Voces, había escuchado voces.

¿Porqué sabía que eran las voces? Daba igual, el hecho es que había escuchado algo además de mis pensamientos en éste espacio.

Era posible que algo más se hubiera formado como yo en éste espacio oscuro, pero era extraño.

Pude sentir la presencia del punto dorado entonces, ¿Porque no podía sentir la presencia de lo que causó el sonido?

¿Fuera?

Sí, era posible que estuviera fuera del espacio.

Aún me sentía confundido por saber que había algo más allá, fuera de ese espacio. Sin embargo estaba haciendo todo lo posible por no pensar demasiado en ello.

Mi instinto me decía que debía aceptar toda esa información con agradecimiento.

Tal vez me sería útil.

"¿En que demonios están pensando? ¡Los dioses nunca perdonarán tales actos de profanación!"

La voz había vuelto a escucharse pero esa vez con mayor claridad. Parecía ser una voz femenina.

"Hubo una época en la que el mundo estaba en crisis. Los dioses vinieron a la tierra, ¡Dónde se convirtieron en la salvación de los huma—"

En ese momento la voz femenina se cortó y una masculina pudo oírse.

"¿Dios? ¿Que significa eso?"

Al momento siguiente se pudo escuchar nuevamente la voz femenina pero con un toque de confusión, luego se oyó un grito.

"¿Eh? ¡Kyaaaa!"

"Tenemos un montón de pañuelos, ¡Vamos a necesitar muchos después de que hayamos terminado contigo!"

Al escuchar eso, sentí que algo andaba mal. Sabía que tenía que hacer algo.

Al momento siguiente, la poca oscuridad restante que estaba dentro del espacio fue devorada por el punto dorado y sentí cómo una presión que había ignorado se disipaba.

"...¿Pero qué?"

Me sorprendí bastante, la visión que había tenido inutilizada se recuperó y pude ver todo a mi alrededor.

Había salido de ese espacio y me encontraba dentro de un sótano.

El lugar en que me encontraba parecía ser un sótano, durante un momento me quedé paralizado hasta que volví a escuchar las voces.

"¡Oh! ¡El cuerpo de ésta hermana se siente increíble!"

Me recompuse y corrí hacía la escalera que llevaba a la puerta. Al llegar la empuje con algo de fuerza, no sabía si era porque estaba en malas condiciones pero se rompió en varios pedazos con facilidad.

No le dí más importancia y por fin salí del sótano. Al mirar hacía adelante, la escena que tenía frente a mí era simplemente horrible.

Un grupo de hombres mantenía agarrada a una mujer, le habían arrancado la ropa y estaban atentando contra ella.

Al ver la escena algo dentro de mí se activó, no sabía que era pero se sentía caliente.

Todo mi cuerpo quemaba, si no hacía algo ese calor acabaría con mi cuerpo.

"¡Malditos!"

Grité hacía los hombres que más bien parecían bestias. Al oírlo ellos dejaron de hacer lo que estaban haciendo y voltearon a verme.

"¿Uh? ¿Tu quién eres?"

"¡Golpealo! Cuándo acabemos con la monja iremos por él." Dijo con una sonrisa maníaca.

Yo comencé a avanzar mientras uno de ellos se acercaba a mí. Cuándo estuvo frente a mí trató de golpearme pero yo fui más rápido y lancé un golpe a su rostro.

Inesperadamente lo que creí que sería un golpe normal terminó haciendo explotar su cráneo.

Pedazos de materia cerebral y del cráneo se esparcieron por el lugar. El cuerpo se mantuvo erguido un momento antes de caer al suelo.

"¿Pero que-"

Los hombres que originalmente me habían ignorado, voltearon a verme de nuevo gracias al extraño sonido que la explosión de su compañero había hecho.

Me sorprendí ante la vista al igual que ellos, pero no era el momento para eso. Rápidamente recuperé el sentido y corrí hacía ellos.

Antes de que alguno pudiera siquiera parpadear, aparecí frente a dos de ellos. Levanté la pierna y lancé una patada a la altura de su cintura partiendolos en dos y dispersando sus entrañas.

Una enorme cantidad de sangre también salió expulsada. Yo, sin embargo continúe con el ataque.

No mucho después solo quedaba vivo el que había comenzado a violar a la mujer.

Hace tiempo que había dejado de hacerlo, solo podía observar con impotencia y miedo el como sus compañeros eran asesinados a sangre fría.

"P-por favor no me mates... ¡Te daré lo que quieras, pero déjame vivir!" Rogó.

Me acerque a él y le sonreí.

"¿Lo que quiera?" Pregunté.

Al oír mi pregunta la esperanza pareció volver al hombre y asintió desesperadamente.

"¡Dinero, mujeres- ¡Ahhhhh!"

Sin esperar a que terminara de hablar, tomé su mano y le arranqué todos los dedos.

En el transcurso que me había tomado asesinar a los demás, aprendí a controlar la fuerza de mis golpes.

Era increíble que lograra hacerlo en poco tiempo, pero parecía como si ya lo hubiera hecho miles de veces.

Por eso a pesar de que debería haber sido la primera vez que asesinaba, el impacto que produjo en mi no fue tan grande.

"Acepto. Tomaré tu vida." Le dije.

El ya desesperado rostro del hombre se retorció más cuándo oyó mi declaración.

No hubo piedad. Así como ellos se divirtieron abusando de una mujer, yo me divertí viendo sus rostros de desesperación al verse totalmente perdidos.

Después de terminar con las bestias gire la vista hacía el lugar, por la forma del lugar parecía ser una iglesia, por último observé a la mujer. Fruncí el ceño y di un suspiro de pesar.

Si hubiera salido antes, ella no habría sufrido todo eso. Lamentablemente llegué varios minutos tarde.

Ella se encontraba en el suelo mientras se tapaba las partes más íntimas en posición fetal. Su rostro estaba sonrojado y de sus ojos corrían lágrimas.

Me acerque a ella y comenzó a temblar.

"Q- ¿Quién eres?" Dijo sin poder evitar chirriar los dientes.

"Ya todo terminó. Prometo que no volverás a sufrir a manos de esas bestias." Dije apenas conteniendo el calor que amenazaba por salir de mi cuerpo.

Había entendido que esa era la manera de manifestar la furia que sentía en ese momento.

"S- ¿Seguro?" Preguntó con algo de duda.

Asentí sin decir alguna palabra. Era increíble que a pesar de lo anterior aún estuviera dispuesta a creer en mí.

Parecía que su voluntad era muy fuerte. Al verla con la capacidad de salir adelante suspiré de alivio secretamente.

Extendí la mano a pocos centímetros y ella cerró los ojos por el temor a ser abusada nuevamente.

Al momento siguiente una tenue luz verde iluminó la palma de mi mano y se extendió hacía el cuerpo de la mujer.

Poco después los moretones que había conseguido gracias al abuso de esas bestias sanaron. Aunque el área a usada también había sanado, su estado mental no lo fue.

Al no sentir ningún dolor la mujer abrió los ojos y se sorprendió. Revisó su cuerpo y se dió cuenta que todas sus heridas habían sanado.

"¿Que hiciste?" Preguntó desconcertada.

"Curé todas tus heridas." Dije dando una respuesta simple y directa.

Creí que eso sería todo y tome un pedazo de las prendas rotas de la mujer pero ella volvió a hablar.

"... ¿Eres un Dios?"

Al escucharla mi mano se detuvo y la observé por un momento. Parecía que algo quería salir de lo más profundo de mi mente pero no podía.

Fruncí el ceño y lleve mi mano hacía mi cabeza. Poco después ese pensamiento desapareció.

Volví a verla ésta vez con seriedad haciendo qué ella tragara saliva.

"... Sinceramente no lo sé."

"¿Eh?"

Ella parecía visiblemente confundida por mi respuesta pero ya no le preste atención. En cambio tomé dos pedazos de sus prendas rotas.

Los observé por un momento y al igual que cuando la cure de sus heridas una luz verde iluminó esos pedazos de sus prendas.

Al momento siguiente esos pedazos de prendas se convirtieron en ropa de monja y ropa interior. La expresión de la mujer era graciosa en ese momento, sus ojos estaban abiertos al máximo mientras que abría y cerraba su boca sin poder hablar.

"Pareces un pez con esa expresión." Comenté con una pequeña sonrisa.

Ella cerró la boca y frunció levemente el ceño mientras sus mejillas se hinchaban levemente.

Parecía haberse relajado al punto de poder enojarse conmigo sin ninguna preocupación. Para cambiar su estado de ánimo le arroje la ropa.

"Te hice una nueva prenda. No creo que estés dispuesta a caminar sin ropa, ¿Verdad?" Comenté.

"¿Eh?"

Su expresión se convirtió en una de vergüenza y se cubrió con más recelo sus partes íntimas.

Negué con la cabeza impotentes y giré la cabeza.

"Te esperaré allí adelante." Dije mientras señalaba el otro lado de la iglesia.

Me levanté y caminé hacia la puerta.

"¡Espera!"

"¿Hmm?"

Giré la vista ante el llamado de la mujer y esperé a que continuara.

"... ¿Puedes quedarte a mi lado?"

Incliné la cabeza hacia un lado desconcertado por su petición.

Ella pareció notar mi confusión y trató de explicarse.

"¡Quiero decir! ¡Tengo miedo de que más de esos hombres lleguen!" Dijo mientras movía frenéticamente las manos y su rostro se ponía rojo.

"¡Oh! Entiendo, me quedaré aquí mientras miró hacia otro lado." Dije y asentí hacía ella.

Luego me di la vuelta y esperé a que ella terminara de cambiarse. Tras algunos minutos, no escuché ningún movimiento más y me di la vuelta.

Al hacerlo me encontré a la mujer poniendose el hábito. Ella se dió cuenta que la observaba y se detuvo.

Luego me miró con intensidad. Luego de unos momentos me di cuenta de mi error.

Me gire rápidamente y me disculpé, sin embargo pude escuchar a la protestando en susurros.

"Ya puedes darte la vuelta." Dijo ella.

Me giré y ya estaba completamente vestida. Ella se acercó a mí y abrió la boca.

"¿Ahora que harás?"

"No lo sé. Primero debo conseguir información de la situación." Comenté negando con la cabeza.

Luego levanté la vista y la observé detenidamente. Ella pareció comprender mis intenciones y asintió.

Para los que se pregunten... Sí, obviamente es un Fanfic del Anime/Manga Idaten.

Y por segunda vez... Sí, comencé a escribirlo cuándo apenas estaba en el capítulo 3 del Anime.

Lo hice así porque se me hará más fácil crear una línea argumental algo distinta a la original con mayor facilidad.

Ya con lo visto en ese One Shot he cambiado una buena parte de la trama original xD

¡Espero les haya gustado!

JangJiancreators' thoughts
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