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Orario ha perdido a sus campeones 2.211

Hera, Loki y Freya estaban delante de una mujer de cabello blanco y mirada inocente. Las tres la miraban y sobre todo su visión se posaba en el enorme vientre. Meteria, de la familia Hera, estaba a punto de dar a luz, pero antes de que eso pasara, la diosa Hera había despedido a la mayoría de los aventureros, dejando a los justos para mantener la limpieza de la mansión. Como Meteria estaba embarazada, Hera no la obligaría a trabajar. En lugar de eso, Hera había comprado una casa de un piso para que Meteria pudiera vivir por su cuenta.

-¿Te gusto la casa?- preguntó Hera cubierta por una larga capucha de color café claro y textura suave. Freya utilizaba un conjunto similar. El sol estaba en lo alto del cielo y ninguna de las diosas quería ser reconocido, pero eso sería un poco difícil, ya que a su lado se encontraba la diosa Loki, pelirroja y de mirada juguetona.

-Sí, dama Hera, es lo más lindo que han hecho por mi- dijo Meteria con una amable sonrisa rebosante de alegría -se lo agradezco desde lo más profundo de mi corazón-

-No te preocupes, niña, es lo menos que puedo hacer por ti- dijo Hera -ahora ¿Entiendes la razón de esto?-

Meteria asintió y dijo -sí, lo siento- derramo grandes lagrimas

Hera asintió, se acercó a ella y la abrazó -me alegro de haberte conocido. Pase lo que pase, escuches lo que escuches, preocúpate solo de cuidar tu salud y la de tu hijo. Eso es lo principal-

-Sí- respondió Meteria con voz compungida

Hera se alejó de ella, saco un pañuelo del interior de su capucha y le limpio las lágrimas -cuídate- dijo

-Sí- volvió a responder Meteria con voz triste, ella hizo una reverencia limitada por su enorme vientre para despedir a la diosa. Después de eso, Hera en compañía de los otros dos dioses se alejaron y caminaron con dirección norte.

Detrás de las tres diosas iban Riveria, un pequeño guerrero pallum llamado Finn y un grueso enano de nombre Garreth. Ellos iban en silencio, sin preguntar porque vinieron al distrito herrero a escoltar a las diosas y a una mujer embarazada.

-Oye, Hera- dijo Loki en un tono de voz molesto -¿Por qué molestarte con un antiguo aventurero? Tus cosas están a punto de terminar-

Hera se detuvo y cruzó la mirada, pasando por Freya quien iba en medio para terminar en Loki, quien hizo una sonrisa astuta -cállate, impertinente. Uranos te está escuchando-

-Ups, mi error- dijo Loki de forma bromista -vamos, te invitare una copa, ya que me vas a vender tu casa, es lo mínimo que puedo hacer-

-Si no te callas la boca, le pediré a mi marido que te la calle. Kain estará muy feliz por arreglarte esa sonrisa estúpida-

-El elfo apestoso- dijo Loki, puso un rostro enfadado y miró hacia otro lado -no eres para nada divertida-

Hera tomo una profunda respiración y dijo -mis motivos no son de tu interés, ojalá pudieras ser un poco más reservada como nuestra amiga-

Loki miró a Freya y esta última hizo una mueca de superioridad, como si fuera mejor que ella. Loki bufo y continúo caminando mientras avanzaban por las calles y pasaban por el lado de la torre de Babel.

Una vez que llegaron al restaurant que siempre visitaba la familia Dragonroad en la región norte de Orario, se fueron al tercer piso y lo reservaron para ellas. Riveria, Finn y Garreth se quedaron en el segundo piso. Solo eran las tres diosas y nadie más.

-Bueno, creo que este es el fin- dijo Loki de forma abierta -menuda mierda-

-Nada que hacerle, así son las indicaciones de Uranos. Es momento de cambiar de Era- dijo Freya, se cubrió la boca y miró a Hera -solo fue una coincidencia, no lo dije a propósito-

Hera ni siquiera la miró, vio la copa con jugo de naranja -me tiene sin cuidado sus razonamientos- dijo -ya les pasara a ustedes. Yo pude sacar algo valioso ¿Ustedes podrán decir lo mismo?-

Loki y Freya fruncieron el ceño. Todo se veía ideal desde fuera, pero por dentro les desagradaba la situación. Ellas acercaron su mano a la copa con vino y le dieron un largo sorbo.

Freya dejo la copa en la mesa y miró a Hera, no había razón para estar enemistadas. Todos estaban en la misma posición -¿Qué vas a hacer desde ahora?- pregunto

-Cuando pase lo inevitable me refugiare en la casa de Kain y me dedicare a cuidar de mi hijo- dijo Hera con tranquilidad -una vez que él despierte, me dijeron que iríamos a un lugar lejano-

-Yo- dijo Loki abriendo los ojos y dándole una mirada viperina -todavía no lo creo. Ese apestoso elfo, dejado fuera de todo esto-

-Anoche cayó dormido, asusto a todo el mundo y tuve que actuar mi parte. Era algo que arreglaron los que están por encima de Uranos-

Las tres diosas cayeron en la contemplación. La familia Hera había sido casi disuelta, solo quedaban diez aventureros que serían absorbidos por la familia Loki. En cuanto a Freya, ella realizaría un ataque en conjunto contra la familia Zeus y matarían un listado de aventureros problemáticos. Aunque Maxim se esforzó durante décadas en llevar a su familia por el buen camino, el dios Zeus en su egoísmo tenía tratos con ellos y les presentaba trabajos fuera de la ley. Muchos de ellos estaban con la mierda hasta el cuello y no era bueno que continuaran viviendo.

-No se depriman- dijo Hera -solo les cuento estas cosas para que jueguen lo mejor posible sus cartas. No las puedo ayudar, pero saber que el juego está arreglado, les evitara hacer apuestas innecesarias-

-Eso, no me hace sentir mejor- dijo Loki con el ceño fruncido, ella se levantó y grito tirando la copa al piso -esto es una puta mierda-

-Loki, cálmate- dijo Freya manteniendo la calma. Loki la quedó mirando enojada, pero Freya mantuvo la calma y continuo -eres la diosa de las travesuras ¿Esto es todo lo que puedes hacer? ¿Lanzar una rabieta? Mantén la calma, las cosas cambiaran, podemos hacer algo para salir de la mejor manera posible-

Loki soltó un suspiro y se sentó en su silla como si hubiera perdido todas sus energías -¿Qué pasará con Zeus?- preguntó

El silencio se propago por un instante hasta que Hera tomo su copa con jugo de naranja, bebió un pequeño sorbo y dijo de manera indiferente -todas las personas tienen un propósito, un ciclo, todos. Cuando ese ciclo haya terminado, bueno, es fácil saber lo que pasará-

Hubo más silencio que fue llenado por las pisadas de un garzón que subía las escaleras. El asomo su cabeza, Loki le hizo el gesto para que se acercara y una vez que él se acercó, ella le señalo el vidrio y la mancha de vino en el suelo. El garzón entendió de inmediato y se dedicó a limpiar mientras las diosas permanecían en silencio.

Unos minutos más tarde trajeron los menús que ellas pidieron, pero nadie probo bocado. Todo era muy incómodo y amargo para si quiera pensar en comer. Hera termino su jugo, se levantó y miró a las dos diosas que quedarían como las cabezas de los dioses.

-Les deseo lo mejor- dijo Hera -espero que sean tan afortunadas como yo, pero que sus familias tengan un mejor final-

Hera camino a la salida a paso lento mientras Loki y Freya la quedaban mirando.

Al mismo tiempo, Viggo se movió al distrito de entretenimiento de Orario y anduvo dando vueltas hasta que encontró a la amazona que frecuentaba el dios Zeus. Viggo se metió en un callejón y la amazona lo siguió hasta que ambos se perdieron al final de un callejón. Viggo se apoyó en la pared y se cruzó de brazos, haciendo ver los músculos de sus brazos más prominentes.

La amazona, una mujer coqueta, de piel morena, cabello oscuro y actitud relajada, se acercó contoneando las caderas y se detuvo delante de Viggo. Lo miró de la cabeza a los pies, encontrándolo joven y apuesto, además de fuerte. Ella estiro su mano derecha para pasarla por los pectorales, pero Viggo estiro su mano derecha y le sujeto la muñeca.

-No estoy interesado en eso, dame lo que te pedí y yo te daré lo acordado- dijo Viggo con una expresión amigable, pero con una mirada seria.

-Deberías relajarte más- dijo la amazona con voz coqueta, casi parecía que estaba gimiendo

-Lo haré, en otro lugar y con otras personas. Ahora ¿quieres los valis o no?-

-Lo valis siempre son buenos, es una pena, te habría hecho un gran descuento- dijo la amazona con una mirada significativa. Viggo negó con la cabeza y la amazona llevo su mano al sostén. Ella metió su mano a la tela, dejando ver su pezón oscuro para ver si tentaba a Viggo, pero no hubo reacción. Ella encontró lo que buscaba, un mechón de cabello blanco.

Al mismo tiempo, Viggo desabrocho una bolsa de cuero que llevaba en la cintura. La levanto y la agito, haciendo sonar las monedas en su interior. La amazona sonrisa contenta, le tendió el mechón de cabello y Viggo le tendió la bolsa. Ambos tomaron lo que querían. La amazona abrió la bolsa, viendo muchas monedas de alto valor mientras Viggo miró el mechón de cabello.

-Esto queda entre tú y yo- dijo Viggo -si alguien lo sabe, no vivirás para contarlo, aunque vuelvas a Telskyura-

-Eso es una gran promesa- dijo la amazona con una sonrisa burlesca, pero cuando vio que Viggo no insistió en su amenaza y solo la miró con desdén, sintió miedo.

Viggo camino a la salida del callejón y se alejó del distrito de entretenimiento. Se metió por unos callejones y como no pudo sentir que alguien lo estuviera siguiendo, se metió a un callejón sin salida y comprobó que el mechón de cabello era el que necesitaba. Sus pupilas emitieron un brillo dorado y su vista voló a la distancia hasta detenerse en la plaza, frente a la entrada al calabozo. Un dios de cabello y ropa blanca, más parecido a un anciano, estaba durmiendo en una de las bancas.

Viggo cortó su poder divino y sonrió complacido. Cuando los dioses hagan su movimiento en Orario, Viggo haría su propio movimiento. Ya no había nada que hacer por sus hermanos, así había dicho Kiara. Su padre no lo pudo soportar, así que fue puesto a dormir mientras todo pasaba, pero Viggo era diferente. Lo hecho, hecho está y había que sacar el mayor partido posible a la situación. Con un solo movimiento prepararía al héroe y eliminaría un problema futuro que había persistido durante mucho tiempo.

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