Me pregunto si pudieron sentir algo de empatía por Serena.
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El mundo espiritual, un terreno que Guan Yu leyó en su juventud estaba a unos pasos de el.
Las raíces espirituales, el uso del Qi, los meridianos, el dantian, el taoísmo...la inmortalidad, un camino solitario y eterno lo esperaba al interior de la secta.
Las palabras del anciano quedaron grabadas en su mente, hasta que el no alcanzara el reino de la tierra nunca podría abandonar la secta.
Los reinos del cultivo se dividían en el reino de apertura, el reino espiritual, el reino de la tierra y el reino celestial, pensar en los niveles superiores a esos era algo que nadie en Soma tenía permitido.
Cada reino tenia 9 niveles de fuerza, donde cada uno de ellos era un mundo entero de diferencia al anterior, como una comparación, se necesitarían 100 guerreros en el nivel 1 para derrotar a un guerrero en el nivel dos del reino de apertura.
Actualmente Guan Yu se encontraba en el 6to nivel del reino de apertura, este reino era conocido como el reino mortal, debido a que solo se requería fuerza y constancia para llegar al nivel 9, solo al sobrepasar las barreras del cuerpo humano y crear una conexión con el mundo Guan Yu podría entrar al reino espiritual, el primer paso en el camino de la inmortalidad.
Al cruzar la entrada, una torre de cristal llamó su atención, sus paredes de marfil ascendían más allá de las nubes, cubiertas por una extraña capa de energía que él no pudo detectar.
—Esa es la torre del silencio...como discipulo exterior de la secta ese santuario está afuera de tus limites—
Un joven de 15 años guió a Guan Yu a través de la secta, su nombre era Li Haoran.
En la secta existían dos tipos de discípulos.
Los discípulos exteriores eran aquellos que poseían un potencial inferior, sus raíces espirituales eran débiles, su camino estaba ligado al esfuerzo y no podrían llegar a los reinos más altos del cultivo sin sacrificar grandes cantidades de recursos.
Por otro lado, los discípulos interiores fueron lo mejor que la secta podía obtener, sus raíces espirituales despertaron en su juventud permitiendo tomar prestada la fuerza de su elemento natural y transformarla en su propia fuerza.
Los maestros que enseñaban sobre el cultivo y el origen del dao tomaban a cada uno de los discípulos interiores como sus aprendices personales, con la ayuda de la secta ellos los guiaban por el camino correcto para ascender en los niveles superiores.
Li Haoran era un discípulo exterior, desde la edad de 5 años logró pasar la prueba de la secta, abandonando a su familia para perseguir la inmortalidad.
Sus maestros lo alabaron, a su edad él pudo vencer a todos sus rivales durante los primeros años, eso fue hasta el día que probaron sus raíces espirituales a la edad de 8 años.
Raices espirituales sin afinidad elemental.
Ese día los maestros cambiaron, su potencial era limitado y efímero, ellos no podían desperdiciar el tiempo para cultivar su fuerza.
—Hermano Li, ¿cuantos años lleva en el patio exterior?— la fuerza de Guan Yu estaba restringida por las cadenas mortales, el joven frente a él emitía una fuerza superior a la suya.
Li Haoran no miro a Guan Yu, el solo seguía ordenes del diácono superior.
Como discípulo antiguo de la secta no estaba de acuerdo en permitir la entrada de un hombre de 20 años al patio exterior.
—No es correcto que hables aún— dijo levantando la mirada.
Sobre ellos, dos diáconos transportaban un grupo de discípulos exteriores atraves del aire, su destino, un campo de entrenamiento para mejorar las habilidades físicas de los novatos.
—Sigueme— ordenó Li luego que los diáconos desaparecieran, faltaba poco para llegar a los dormitorios y abandonar a Guan Yu.
Guan Yu no espero que Li Haoran fuera frío con el, en su mente aún pensaba en Serena, pero el anciano en la entrada no dejaría que el escapara.
El dormitorio era un conjunto de edificios antiguos rodeados por un estanque de agua, en la entrada, cientos de niños y adolescentes salían cargando materiales hacia sus habitaciones.
La diferencia más común entre los discípulos era su ropa, la vestimenta común era el hanfu, un traje usado en la china de la antigüedad.
Los diáconos llevaban un hanfu de color azul, en su pecho un medallón de jade con el símbolo de una luna llena simbolizaba su autoridad.
Ellos estaban un nivel más abajo que los maestros, su función era controlar el movimiento al interior de los discípulos exteriores de la secta.
El hanfu usado por los discípulos exteriores era de color blanco, existía una pequeña diferencia entre la usada por los discípulos masculinos y las discípulas femeninas, eso era un lienzo de tela en su cuello, el de los hombres tenía la imagen de un cuervo y el de las mujeres la de una grulla.
Al llegar a su habitación, Li Haoran metió sus manos en sus mangas y sacó una llave de madera.
—Extiende tu mano—
Guan Yu extendió su mano, en la punta de la llave había una pequeña aguja.
Una gota de sangre brotó de su mano, la llave absorbió la sangre.
—Esta llave será útil por un mes...cuando pase ese tiempo tendrás que conseguir un lugar para vivir por tu propia cuenta—
Según las palabras de Li Haoran, la secta de la Luna entregaría recursos semanalmente para que los discípulos pudieran cultivar, el primer mes los discípulos podrían vivir gratis en los dormitorios, pasado ese tiempo ellos tendrán que pagar su estadía con una moneda especial que le entregaría el diácono Wu.
—Si quieres obtener más información debes hablar con el diácono Wu, él es el encargado de guiar a los novatos como tu, no lo hagas esperar—
—Gracias hermano Li— aún si la actitud de Li Haoran era fría, Guan Yu no sintió que el tuviera malas intenciones en contra de él, antes de que el desapareciera le recomendó que buscara un manual de cultivo para entrenar su cuerpo.
Al insertar la llave una corriente fría atravesó el cuerpo de Guan Yu, había sido reconocido por el dormitorio, al abrir la puerta decenas de rayos salieron de los muros y descansaron el cuerpo de Guan Yu, desapareciendo un momento después.
El interior de la habitación era simple, un lugar para guardar su ropa, una mesa pequeña y una silla. En uno de los muros había una cama con el hanfu preparado por la secta.
Guan Yu comparó la tela con su ropa desgastada, era un salto grande comparada a la ropa que usó desde que despertó en el campo de batalla, la calidad de la ropa estaba a un nivel superior incluso a la de la Tierra.
—Quizás deba cortar mi cabello...—
El cabello de Guan Yu llegó hasta la parte baja de su espalda, su rostro maduro desde que pisó este mundo, incluso su altura aumentó unos centímetros desde que despertó la espada de sangre.
Una preocupación lo molestaba en su mente, el sistema no le había enviado un mensaje nuevo, en vez de eso un cristal dorado aparecio debajo de la barra de estado.
Guan Yu intentó tocarla en varias ocasiones, pero esta fue inalcanzable para el y solo pudo esperar rellenar nuevamente la barra de estado.
Toc-Toc
Una persona llamó a la puerta.
Guan Yu intentó extender su aura, pero esta no pudo atravesar la muralla de la habitación.
La seguridad era más fuerte de lo que el penso.
—¿Hola...?—
Guan Yu abrio la puerta, detrás no había nadie, quizás alguien le estaba jugando una broma, era bastante probable considerando la cantidad de niños que vio en el camino.
—Mmm...holaaaaaaaaa—
Una niña grito con las mejillas infladas, su cabello le llegaba hasta los hombros.
Ella apretó sus puños al ver que el no la pudo ver por su altura, odiaba no ser tan alta como sus hermanos mayores.
En su frente un cristal azul brillaba cada vez que ella alzaba la voz.
—Mi error, ¿hermana menor como te llamas?—
Guan Yu mantuvo la distancia de la joven, ella vestía el hanfu del mismo color que él por lo que era una discípula exterior.
—Nana, ese es mi nombre—
Nana entró en la habitación sin pedir permiso, su cuerpo pequeño era ágil.
Antes que Guan Yu pudiera reaccionar la joven saltó encima de la cama —Oye tú...aún no me has dicho tu nombre— dijo ella.
Guan Yu se sorprendió por la joven, su velocidad estaba más allá de lo que el podía ver, incluso una niña como ella era alguien capaz de vencer con facilidad a un hombre común.
—Mi nombre es Guan Yu, desde hoy soy un discípulo más, espero que nos llevemos bien—
Si Guan Yu estuviera en la Tierra, el estaría preocupado de que ella pudiera tramar algo contra él, había escuchado noticias de familias que se especializaron en enviar a sus hijas a personas solitarias y tenderles una trampa amenazando con acusarlo con la policía a cambio de dinero.
Nana no aparentaba tener más de 12 años, su mirada no dejó de buscar entre las pertenencias de Guan Yu.
—¿Que es esto hermano Guan?—
Nana levantó uno de los pergaminos que dibujó el monje, un brillo dorado aparecio en sus ojos mientras ella buscaba algo en su interior.
Peligro
Guan Yu se movió instintivamente, dos llamas aparecieron en las manos de la joven preparada para quemar los pergaminos.
—Oh oh oh—
Ella saltó hacia atrás evitando el agarre de Guan Yu.
—Me gusta esto, ¿me lo regalaría hermano Guan?—
Guan Yu pudo ver las intenciones en los ojos de Nana, en el momento que ella pudiera quemaría los pergaminos.
—Aún necesito esos pergaminos, después de un tiempo si aún los quieres te daré una copia de ellos—
Nana negó con la cabeza, algo atrajo su atención de los pergaminos y no quería soltarlos.
—¿Quizás necesites algo de mi?—
Guan Yu trató de obtener su atención, no podía perder los pergaminos, si quería volver con el monje los necesitaba para encontrar el camino.
—Si...— ella solo dijo una palabra, su mirada no se despegó de los pergaminos.
—¡Nana!— un grito se escuchó en la entrada.
Detrás, un anciano con cabello blanco miró con severidad a la niña.
—Que te dije sobre molestar a los nuevos— el anciano saco un pequeño colgante y se lo arrojó a la niña.
—Pero...— ella trató de contradecir al anciano mientras atrapaba el colgante.
Aprovechando el descuido de Guan Yu ella guardo uno de los 3 pergaminos en su ropa.
—Sal de la habitación y cumple las órdenes que te dieron— el anciano no miro a Guan Yu en ningún momento.
—¡Si!— ella saltó de la cama y se paró al lado del anciano, en sus manos un pequeño colgante de madera tenía escrito su nombre.
—Hermano Guan, el diácono Wu me dijo que no podrá verlo hoy, envió este colgante que le permitirá poder asistir a las enseñanzas de los maestros durante el dia—
—¿Porque el diácono Wu no me puede ver?—
Algo en las palabras de la pequeña y la actitud del anciano llamo la atención de Guan Yu.
—Eso no te importa, debes estar agradecido de que Nana te haya traído el colgante...—
La mirada del anciano se posó en el cuerpo de Guan Yu por un segundo, el no podía creer que su maestro permitió que una basura como Guan Yu ingresara a la secta, sin raíces espirituales solo sería una pérdida de recursos.
—Vamonos, debes regresar con tu hermana antes que llegue la noche— el anciano ordenó a Nana, el vestia un hanfu azul.
Nana miró hacia atrás, levantando sus manos ella se despidió de Guan Yu y desapareció con el anciano.
...
El sol aún estaba arriba.
Habían muchas cosas por hacer y el no sabía por dónde empezar, por ahora el no podría recibir la guía del diácono Wu.
Caminando por la secta, un grupo de jóvenes con hanfus de color gris llamó su atención, era la primera vez que Guan Yu vio a un discípulo interior.
El grupo tenia entre 15 a 18 años, 3 mujeres y 6 niños, que caminaban por una carretera de piedra.
Delante de ellos, un joven manejaba una espada corta con destreza, sus movimientos fueron perfectos repitiendo los pasos de su técnica de cultivo.
Era un cultivador de espadas.