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Soma

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Ciudad fronteriza, Soma.

Entre dos cadenas de montañas, la ciudad de Soma protegía el límite del imperio demoníaco, sus murallas se elevaban centenares de metros sobre la tierra con grandes ballestas en cada una de sus torres.

En la tierra, miles de carretas hacían fila esperando su turno para entrar a la ciudad.

—¡Alto ahí!— grito uno de los guardias —Quitate esa capa y muestra tu rostro— ordeno apretando la lanza en sus manos.

Frente al guardia, un hombre cabizbajo sostenía un pequeño equipaje en su espalda y una espada oxidada en su cintura.

El hombre al sentir el frío del arma apuntando a su cuerpo no hizo ningún sonido. Levantando sus manos, una gran cicatriz se extendió sobre sus brazos al quitar parte de su capa.

—¡Deja de jugar conmigo!— el guardia tiró de la capa revelando el cuerpo del hombre —Un humano...¡que hace una basura como tu en mi ciudad!—

Dos guardias dejaron su posición y enfrentaron al hombre delante de ellos, sus cuerpos medían más de 3 metros, solo uno de sus golpes era necesario para eliminar a una criatura débil como el.

El hombre en la fila abrió uno de sus ojos.

La intensión asesina se desplegó robando el aire de los más débiles.

—Detente idiota...acaso no ves que es un demonio como nosotros— un anciano salió del interior de la muralla con un gran pergamino en sus manos al escuchar el alboroto.

El hombre parado frente a la fila tenía un ojo lleno de oscuridad y una cicatriz profunda en su pecho. En la raza de los demonios solo había dos familias que tenían esa característica innata, una solo fue conocida por los eruditos debido a que esa familia desapareció hace miles de años en la historia, y la segunda familia era la del propio emperador, sea como sea el anciano no quizo tener problemas en su ciudad.

No importaba como el joven llego a sus puertas, acercándose empujó a los guardias a un lado —Disculpe las molestias, si esta de paso estos guardias no le quitaran más de su tiempo— girandose agregó —¡Ustedes dos vuelvan a su lugar!—

Guan Yu no entendió que estaba pasando, aún así parecía que no tendría problemas para entrar a la ciudad.

Había pasado una semana desde que recuperó la consciencia, las heridas en su cuerpo lograron sanarse, pero las cicatrices permanecieron por toda su piel.

El no pudo ver su propio aspecto, su cabello negro había crecido llegando hasta la parte baja de su espalda y en el centro de sus ojos un hilo dorado dividía sus pupilas a la mitad.

Después de vagar por varios días encontró una caravana que se dirigía a Soma, los lideres del grupo eran demonios menores que se especializaron en el comercio, solo un par de cuernos en sus cabezas los diferenciaban de un humano normal.

El anciano despidió a Guan Yu entregándole una bolsa y dejándole unas palabras —Joven, le aconsejo que no se acerque al área oeste de la ciudad, esos bárbaros podrían confundirlo como mis guardias—

Guan Yu cruzó la gran muralla llegando a una carretera capaz de permitir el viaje de 6 carretas a la vez.

En el camino todo tipo de razas demoniacas recorrían las calles visitando las tiendas llenas de luces y productos exóticos para Guan Yu.

¡ROAAR!

Un dragón de inundación salió de un edificio pequeño, sobre él, un gigante con dos cabezas tiró de sus cuerdas y lo guió hacia el norte.

Una criatura de nivel dorado no era más que una montura para el gigante, al inicio Guan Yu se sorprendió, pero al seguir avanzando la imagen se repitió cientos de veces.

Clanc Clanc

En el interior de la bolsa que el anciano le entregó a Guan Yu, 15 monedas de oro descansaban con la imagen de un rostro en ambos lados.

—Oye tu, muevete— Guan Yu no se dio cuenta que bloqueaba el camino, mirando hacia su costado vio que aún quedaba espacio suficiente para que la carreta avanzara.

—Acaso no me escuchaste imbecil— el chófer de la carreta era un demonio con piel roja vestido con un traje de mayordomo —El maestro se enojara si me demoro— sacando un látigo de cuero, el chófer lo tensó en el aire y lo azotó contra Guan Yu.

—¿Eso es un golpe?— dijo Guan Yu sosteniendo el látigo en sus manos.

—¡Devuelvemelo!— grito el chofer.

Guan Yu no escuchó sus palabras, con cuidado observo el látigo. No pudo destruirlo con sus manos, si otro demonio más poderoso hubiera usado el látigo dudaba de poder quitárselo con facilidad.

Los gritos del chófer llamaron la atención de los demonios en las cercanías, Guan Yu no quería problemas, solo buscaba obtener información para poder regresar con su familia.

Antes que él estuviera encerrado, se mezcló con las sombras y escapó del cerco a su alrededor, aunque hubieron demonios que notaron el truco que usó Guan Yu, estos solo se quedaron en silencio y decidieron volver a sus propios asuntos.

Sin su látigo y con la mirada de cientos de demonios curiosos, el chófer pateó a las bestias que arrastraban su carreta y siguió su camino. Era la primera vez que un idiota se interponía en el camino de los subordinados de su maestro, no esperaba el momento de contarle para que lo asesinaran sin piedad.

...

Con una de las monedas en sus manos, Guan Yu abrió las puertas de una taberna escondida en un callejon pequeño.

En el interior diablillos verdes con pequeñas alas en sus espaldas peleaban entre sí bebiendo un líquido violeta.

Al escuchar la puerta cerrarse, el tabernero dejó las copas sobre la barra y miró a su nuevo cliente. Una sonrisa amplia aparecio en su rostro al notar la moneda en sus manos.

Guan Yu no perdió tiempo y se sentó frente a la barra. Escuchando las conversaciones en el camino supo el verdadero valor de las monedas que le entregó el anciano.

—Joven— el tabernero extendió una bebida frente a Guan Yu —Porque no pruebas el trago de este anciano...o no tienes el estómago para ello—

Guan Yu observó con cuidado al Oni delante de el, su cuerpo era musculoso rozando los 3 metros de altura con un cuerno en su frente como un anciano agradable. Solo su respiración calmada fue suficiente para que Guan Yu entendiera que el tabernero fue un guerrero en su juventud.

El trago frente a Guan Yu era de color violeta, el mismo que bebían con locura los diablillos cerca de él —Oye mocoso...si no te gusta la amabilidad del maestro arroja esa bebida hacia aca—

Los diablillos se tambalearon al intentar levantarse, como ellos, otros demonios estaban con los rostros rojos de tanto licor en sus cuerpos.

—¿Como se llama este trago?— dijo Guan Yu levantando la jarra.

—Cola de escorpión...mi hija creo su nombre— dijo el tabernero con una sonrisa, detrás de él se pudo escuchar algunos platos rompiéndose en el suelo.

—Buen nombre— Guan Yu bebió el trago de un solo golpe.

Una sensación de picor recorrió su garganta mientras la temperatura de su cuerpo se elevo, por un momento su respiración se detuvo cuando miles de agujas lo atacaron desde el interior.

—¿Sorprendido? este es mi mejor bebida hasta ahora—

El rostro de Guan Yu se tornó rojo por unos segundos, su cuerpo intentó controlar el alcohol que se mezcló con su sangre, aun así no pudo negar que era un buen trago.

—Muy buen trago...aunque creo que podría ser mejor— dijo Guan Yu recordando la bebida que le sirvió Emily, nada podría superar la técnica de su compañera.

—¡Como dijiste!— dijo el tabernero golpeando la barra con su puño derecho —enséñame tu mejor trago si quieres seguir aquí, si no, solo lárgate—

Guan Yu observo el rostro del tabernero, una cicatriz oscura aparecio debajo de su oreja cuando el se enfureció.

—No tengo problemas con eso, enséñame tu bodega y haré una bebida que te dejará satisfecho—

La técnica de Guan Yu para hacer tragos no era de las mejores, pero comparado al trago del oni no dudaba en crear algo mejor.

Luego de seguir al oni al interior de la taberna, una sombra se mantuvo observándolos en la distancia, detrás de cada movimiento un destello rosado se mantenía en el aire.

En el interior de la bodega cientos de ingredientes de todo tipo estaban apilados sobre las estanterías.

Guan Yu se acercó a una estantería y comenzó a inspeccionar cada ingrediente, aunque la mayoría no eran nativos de la Tierra, sus características eran similares.

Sobre una de las mesas, restos de animales se mantenían conservados en frascos de cristal, si el tuviera evaluación no dudaba en usarlos para crear el trago.

—Usare esto— Guan Yu recogió algunas hierbas amargas junto a dos frutas en forma de calabaza, luego de probar sus sabores él estuvo seguro que solo eso era suficiente.

Usando el horno del oni, Guan Yu dejo hirviendo la mayoría de los ingredientes mientras exprimió el contenido de las frutas en una fuente pequeña.

—Estas seguro de lo que haces...no me importa perder esos ingredientes, pero si tu trago es una basura deberás pagar por todos ellos— dijo el oni recordando la moneda de oro en su bolsillo.

—No hay problema...pero que gano yo si mi trago es mejor—

El oni recordó el pequeño equipaje que llevaba Guan Yu en su espalda —Veo que debes ser nuevo en la ciudad, si necesitas un lugar para dormir te puedo hacer espacio en una de las habitaciones traseras—

—Es un trato— dijo Guan Yu extendiendo su mano para cerrar el trato.

—¿Que haces?— el oni no entendió que hacía Guan Yu.

—En mi pueblo nos damos las manos cada vez que llegamos a un acuerdo— el recordó que ya no estaba tratando con humanos, ahora estaba en la ciudad de los demonios, su cultura era algo desconocido para el.

El oni reveló una sonrisa pícara en su rostro, sin previo aviso el envió un puñetazo al pecho de Guan Yu —Así lo hacemos en mi taberna— el golpe le quitó el aire a Guan Yu, aunque el podía evitarlo, en ningún momento sintió una amenaza real de parte del oni.

Guan Yu golpeó el pecho del oni, pero este no mostró ningún signo de dolor o retroceso, dejando un mal sabor de boca a Guan Yu.

Con el oni mirándolo en todo momento, Guan Yu terminó de preparar el trago después de 4 largas horas.

Sobre la mesa, un pequeño barril contenía el trago que creó Guan Yu. El oni se acercó con curiosidad llevando una jarra en sus manos —¿Puedo?—

—Adelante, aún quedan 2 barriles mas—

Al quitar la tapa del barril de madera, una fragancia ácida se extendió por la bodega llenando las fosas nasales del oni.

La saliva comenzó a caer de su boca al observar el líquido dorado en el interior del barril.

Glup...

De un solo bocado el bebio el contenido de la jarra.

Sus ojos se abrieron ampliamente mientras la punta de sus dedos se extendieron en contra de su voluntad, la corriente de alcohol penetró cada centímetro de su cuerpo creando una calidez más allá de su imaginación, incluso lo amargo de su sabor le daba un toque especial que no pudo sacar de su mente.

Antes que su conciencia dejara su taberna, el oni comenzó a anotar en su mente todos los ingredientes que usó Guan Yu, no podía desperdiciar la oportunidad de probar nuevamente un trago celestial como el que tenía en frente.

—Y...¿gané?— el oni bajo los hombros al mirar la sonrisa en el rostro del joven, si no fuera por su ojos oscuros el no creería que fuera un demonio, por un momento el penso en mentir, si usaba bien sus palabras podría engañarlo para que el le debiera un favor al dejarlo vivir en su taberna.

—N....— su voz se detuvo, detrás de su espalda una cuchilla filosa se posó en su piel.

—Papá, ¿quien es este joven?—

—¿Papá?— Guan Yu no podía creer las palabras de la joven que apareció en la bodega.

Vistiendo un delantal sobre su ropa, una joven en sus 18 años camino alrededor de ellos sin soltar el cuchillo en sus manos, solo un pequeño cuerno en su frente la diferenciaba de una humana.

Su cabello rosado ondeó en el aire mientras sus manos se acercaron al barril sobre la mesa —Papá, ¿tu hiciste esto?—

Sin esperar una respuesta, ella levantó una de las jarras y se sirvió un poco.

Sus ojos se cerraron al sentir la calidez del líquido bajando por su garganta, su padre se llevo su mano al rostro y negó con la cabeza.

Hic....

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