webnovel

La calma antes de la tormenta

Tadaima: decimos eso al regresar a casa, puede traducirse como "ya llegue"

Okaeri: es la respuesta a tadaima, se puede traducir como "bienvenido a casa"

-----------------------------------------------------------------------------------------------

Durante el primer día, miles de asentamientos humanos se formaron dentro del bosque ilimitado, gracias al liderazgo de las personas mas capaces la cantidad de personas que murieron a manos de sus compañeros se redujo considerablemente.

Aquellos con más poder que no compartían los ideales pacíficos no dudaron en usar la fuerza para obligar que los demás siguieran sus órdenes, sus manos cubiertas de sangre fueron motivo suficiente para que los mas débiles cayeran en sus garras incapaces de oponer resistencia.

Cowler fue uno de ellos, él era un guardia de bajo rango dentro de la mafia, para él fue un golpe de suerte que despertara antes que todos los demás masacrando a cualquiera que pudiera representar una amenaza en el futuro.

Confiado de que nadie lo traicionaría ordeno que las personas empezaran a construir un campamento, sus aires de grandeza lo impulsaron a proteger lo que obtuvo en este nuevo mundo, no le importaba lo que pasara a los demás mientras él pueda estar en la cima.

—Cuanto falta, no dijiste que ellos estaban cerca— empujando al hombre con la ropa desgarrada, Cowler tuvo una extraña sensación recorriendo su cuerpo, mirando sus brazos sus pelos estaban erizados sin que el entendiera por qué.

Revisando el suelo, el guía se detuvo y levanto un trozo de fruta masticada del suelo —Ya se han marchado, este era el lugar donde la vi antes de regresar— dijo sin mirar atrás.

En la frente de Cowler una vena se hincho deformando su rostro, el no era guapo ni tenia una musculatura definida, solo confiaba en sus artimañas para derrotar a los demás, aprovechando que el guía estaba de espalda una sonrisa viciosa apareció en su rostro y corrió hacia el levantando su arma.

Crunch!

—Basura, como te atreves a hacerme perder tiempo— balanceando el garrote sobre le cuerpo sin vida del guía, Cowler libero la furia contenida en su interior —Maldito idiota, tuve que abandonar el campamento, no tienes idea de las cosas que hay en este bosque— grito sin importarle las miradas de miedo en su espalda, su cuerpo no dejaba de advertirle que algo peligroso los estaba observando.

En la Tierra, Cowler junto a sus amigos jugaban todo tipo de juegos de computadora, al ver por primera vez un goblin atacando a su campamento sus recuerdos lo impulsaron a matarlo antes que los demás pudieran darle el último golpe —No dan experiencia como en los juegos, pero su descripción es bastante precisa— sentado sobre el cadáver del goblin con el cráneo destrozado, Cowler aprovecho de reemplazar su arma por el garrote en la mano del goblin, creía que si el lograba matar al goblin podría aumentar su fuerza como en los juegos, pero después de unos momentos nada sucedió.

Mirando a su grupo, todos bajaron su rostro para evitar enfadarlo —Cuando regresemos todos dirán que fuimos atacados por un grupo de esas criaturas verdes perdiendo a uno de nuestros compañeros, entendido— grito amedrentando a los 3 hombres que lo seguían, cada uno de ellos eran bastante delgados, el tono pálido de su piel le recordó a Cowler que aun no había encontrado una fuente de alimento para su campamento.

—Regresemos!— ordeno sin darles una segunda mirada a su grupo, dejando el cadáver abandonado.

Al llegar a las cercanías de su campamento uno de los hombres cayo al suelo gritando despavorido —Que haces, porque te detienes— levantando su garrote Cowler se preparo para castigar al hombre acercándose a su lado.

—Que esta pasando aquí— mirando al suelo, Cowler sintió que su estómago se revolvía conteniéndolo con sus manos.

Aunque él no dudaba en matar a aquellos que se revelaran contra su liderazgo, nunca había visto un cuerpo sin más de la mitad de su carne sobre sus huesos. Las marcas de colmillos sobre la piel que quedaba eran del mismo tamaño que el goblin que asesino, sin perder tiempo levanto al hombre que estaba tendido en el suelo sobre su vomito y lo impulso a avanzar.

—Nadie podrá destruir mi imperio, ni siquiera esas malditas criaturas verdes— avanzando hasta el campamento, los cadáveres empezaron a aparecer en el camino, en el mejor de los casos ellos conservaban parte de su ropa, pero la mayoría de la carne había sido devorada por los goblins.

—AHHHHH!—

En la entrada del campamento, un hombre sosteniendo un infante en sus manos corrió hacia el grupo de Cowler al verlos, sus ojos estaban rojos llenos de lagrimas mientras la sangre no dejaba de caer de sus brazos —Ayudaaaaa!— alcanzo a gritar antes que se quedara en silencio.

Detrás de él, un goblin cubierto por un traje de cuero gris saco una daga de su ropa y se lanzo contra el hombre cortándole el cuello con un movimiento de sus manos.

Cayendo sobre su propia sangre, el cuerpo sin vida del hombre soltó al infante en las manos del goblin.

—Que mierda hacen, ayúdenlo— levantando su garrote Cowler corrió hacia el goblin preparado para rescatar a la criatura en sus manos.

Aunque no le preocupaba que los hombres murieran por sus manos, él tenía algo de sentido común, por más que quisiera forjar su propio imperio si no tenía gente a quien ordenar el no sería nada.

Debajo de la cubierta que cubría el rostro del goblin, este hablo en un lenguaje desconocido para los humanos, en el momento que Cowler pudo atacar al goblin, este esquivo el golpe de forma natural y dando un salto desapareció detrás de las chozas que habían construido.

—No se queden ahí, busquen mas sobrevivientes— dejando sus órdenes, Cowler entro en una choza buscando algo que pudiera salvar, no se dio cuenta que sus seguidores habían huido del lugar en la primera oportunidad que tuvieron.

Las chozas estaban construidas en forma piramidal con ramas y hojas resistentes, al cruzar la entrada de una de ellas el hedor a sangre inundo las fosas nasales de Cowler quien se cubrió la nariz.

—AHHHH! Cuando los encuentre pagaran caro por lo que hicieron— en el suelo cinco mujeres yacían sin vida abrazadas entre ellas, estas fueron las mas bellas del grupo que Cowler aparto para su deguste en la noche.

Conteniendo la respiración, el salió de la choza y reviso las demás encontrando solo cadáveres por todas partes.

Al notar que los goblins habían abandonado el campamento, la ira creció en el corazón de Cowler —Porque detenerme en este pequeño lugar, solo necesito crear otro campamento, nadie podrá detener que mi imperio se levante sobre todos los demás— convencido en su propia locura, el abandono el campamento con una mochila llena de suministros en su espalda.

Horas mas tarde, Jin exploro el campamento destruido, la cantidad de sangre regada por el suelo era algo que una persona común no podría aguantar.

4 de 5 colmillos recolectados

Jin no quería dejar solas a sus hermanas, aun si confiaba en el aura para detectar a los enemigos, algunos seres en el mundo podían ocultar su presencia, siendo los mas peligrosos que Jin podría encontrar en este momento.

—Solo uno más, no quiero encontrarme con el grupo de exploración goblin— fue debido a la misión lanzada por el sistema que Jin abandono su base, la recompensa era algo que el necesitaba con urgencia.

Caminando por el campamento, un radar floto delante de Jin indicando la posición del ultimo objeto de su misión.

Al llegar al objetivo, una choza semidestruida bloqueaba su camino —este debe ser el lugar— luego de que se asegurara que nadie estaba en el interior, Jin dio una patada mandando a volar toda la construcción.

En el suelo, los cuerpos llenos de insectos comiendo su carne no perturbaron la mente de Jin, cuando el tuvo que alzarse contra los ejércitos del imperio Valiro, los cuerpos de sus compañeros sufrieron el mismo destino, sin poder tener una tumba donde llorar por ellos.

5 de 5 colmillos recolectados

Levantando el ultimo colmillo del suelo, el pergamino en las manos de Jin se convirtió en partículas junto a los colmillos de goblin que recolecto en el campamento.

Formando un vórtice en el aire, las partículas crearon lazos cristalinos que se fueron fortaleciendo con el paso del tiempo transformándose en una espada de tres pies de longitud.

Cayendo en las manos de Jin, un sentimiento cálido recorrido su cuerpo al tomar con fuerza su empuñadura.

Espada Goblin

Rareza Blanca

Se fortalece hasta 5 veces al alimentarse de la sangre de sus víctimas, logrando subir su rareza en un nivel hasta que la batalla termine.

Revisando la agudeza de la espada, al leer su habilidad Jin se sintió con suerte —No está mal, esto me servirá por ahora— amarrando la espada en su cintura, Jin no perdió un segundo y regreso a la base con una sonrisa en su rostro, la recompensa de la misión era lo mejor que podía obtener hasta el momento.

La rareza blanca en las armas es la mas baja de todas, los niveles más fuertes eran el gris, marrón, dorado y platino. Desde la rareza dorada las armas poseen habilidades especiales como la que Jin obtuvo en su espada, este era un beneficio obtenido solo a través del sistema, en el comercio del imperio Valiro solo su espada podía valer miles de monedas de oro.

Respondiendo a las preguntas de sus hermanas por toda una hora, Jin junto a ellas despejaron la caverna que se convirtió en su base inicial, recolectando ramas y hojas de gran tamaño luego de un tiempo pudieron crear 3 camas lo suficientemente acogedoras para dormir tranquilos.

Al llegar a la cueva, una barricada de troncos protegía la entrada, dejando una abertura secreta por donde Jin podía salir sin que otros pudieran verlo.

—Tadaima— avisando su llegada, Jin dejo su espada y su bolso sobre una mesa que Leina construyo con los materiales que trajo Jin.

—Okaeri onii-chan— respondió Lisa saltando a los brazos de su hermano —Snf Snf— oliendo con el aroma que trajo Jin, ella revelo una sonrisa brillante en su rostro.

Sacando un objeto entre sus pertenencias, Jin lo dejo en las manos de Lisa quien abrió sus ojos al reconocer la fruta en sus brazos.

—Siii— grito ella abrazando el regalo que trajo Jin.

Acercándose al escuchar a su hermano, Leina estaba mas tranquila al encontrar que Jin no tenia heridas sobre su cuerpo, mirando la fruta en las manos de su hermana pregunto —Okaeri nii-san, como conseguiste esa sandia—

Dejando que Lisa bajara de él, Jin se acercó a Leina y la rodeo con sus brazos —Nii-saan!— grito con una voz baja mientras ella relajaba su cuerpo, no le molestaba las muestras de cariño de su hermano, era solo que instintivamente su cuerpo reaccionaba cada vez que sentía la calidez que provenía de él.

—Espero que te guste— un segundo después, un collar artesanal se posó en su cuello de Leina, con una gema calipso colgado de él.

Dejando el rostro ruborizado de su hermana Jin agrego —Encontré la sandia en el camino, a su alrededor había más tipos de frutas, creo que si logramos almacenar un poco de ellas no debemos preocuparnos de la comida por un tiempo, además— revisando en su bolso, dos pequeños cuencos llenos con agua fueron apoyados sobre la mesa —a unos minutos de aquí hay un riachuelo que baja de la montaña, solo necesitamos tener recipientes para poder almacenarla—

Acercándose a la mesa, Leina tomo los recipientes de agua y los miro detenidamente.

Después de unos segundos, ella camino a un rincón de la caverna con los recipientes de agua dejando solo una frase atrás —no te preocupes nii-san, creo que puedo arreglar el problema del agua—

Mirando extraño a su hermana, Lisa apretó la ropa de su hermano —Onee-chan se ve diferente— escuchando las palabras de su hermana, Jin recordó como ella había actuado en el pasado, en ese tiempo Jin se había unido a un grupo de sobrevivientes, el tiempo que paso con ellas disminuyo por su trabajo construyendo el muro para defender el campamento, fue en ese tiempo que la distancia entre ellos se agrando provocando que ella le gritara cada vez que podía.

Negando con la cabeza, Jin fortaleció su determinación, mirando a la pequeña Lisa que trataba de abrir la sandía —espera un momento Lisa— tomando un trozo de madera del suelo, Jin uso su espada con habilidad transformándolo en una cuchilla precisa de madera —esto debería servir—

Entregando el cuchillo a su hermana, Jin le enseño a cortar la sandia con cuidado, aunque era riesgoso que ella manejara ese tipo de armas, el se concentro en desarrollar sus habilidades manuales, tal vez en algún momento ella pudiera usarlo para defenderse —Solo espero que ese día nunca llegue—

Siguiente capítulo