webnovel

El ultimo llamado

Casa Kamisato

—Mama…— después de dos horas, Lisa y Leina cayeron dormidas gracias al aura de Jin, al escuchar las palabras que decían sus hermanas mientras dormían, Jin sintió una punzada de dolor en su corazón, él quería salir corriendo hacia el aeropuerto, lo haría si pudiera, era solo que al encontrar los rostros dormidos de sus hermanas no quiso abandonarlas, en su interior aún tenía esperanza que su madre abriera la puerta antes de que todo termine.

Mirando la hora en su reloj, Jin trato de mantenerse calmado, las explosiones en el cielo no dejaron de estallar en ningún momento, generando caos en las calles —Todo está pasando como antes— apoyando a sus hermanas sobre su cama, Jin las envolvió con una capa de aura más fuerte y se separó un momento de ellas.

Bajando las escaleras, el ruido de sus pisadas fue más fuerte de lo normal, mirando al suelo encontró fluidos mohosos por todo el lugar —Ya han llegado hasta aquí, me pregunto cómo pueden avanzar sin que pueda notarlos— como en el pasado, la humedad del ambiente se elevó a niveles nunca visto, solo era cosa de tiempo para que las enfermedades y bacterias peligrosas se extendieran sin control entre las personas.

Al mover la cortina, el paisaje mostrado le recordó a Jin que debía prepararse, los vehículos abandonados al no poder ser encendidos estaban regados por las calles.

Saliendo de una de las casas, una pareja con dos maletas gritaba entre sí, sin mirar por donde avanzaban uno de ellos se resbalo cayendo al suelo —Ayúdame a levantarme, que te quedas mirando— grito el hombre apoyando sus manos sobre el moho, la mujer a su lado era su esposa, estaba acostumbrada al trato que le daba su pareja y sin decir una palabra ella extendió su mano.

Szsch! Una fuerza invisible paso cerca de ellos.

—Porque te quedas quieta, ayúdame!— grito el hombre al ver que su mujer no se movía, mirando sus ojos encontró venas rojas sobre ellos que no eran naturales, sin perder tiempo él se levantó como pudo y la tomo de los hombros —Que te sucede, porque no dices nada— pregunto con un tono de miedo en su voz, aunque su relación en los últimos años no era muy buena, después de todo ella era su esposa.

Mirando desde la distancia Jin cerro la cortina negando con la cabeza —Ya comenzó— dijo mientras su corazón latía a mil por hora, subiendo por las escaleras Jin no se atrevió a detenerse, tenía que mantener contacto con sus hermanas en todo momento, si no era posible que nunca más las volviera a ver.

En todo el mundo, millones de personas se desvanecieron cayendo sin vida al suelo, esta era la primera oleada de personas que fueron trasladadas al otro mundo, Jin esperaba que él no fuera llevado en el primer llamado, si fuera así, él tendría un nuevo cuerpo en el otro mundo, solo aquellos que llegaran hasta el último llamado conservarían su cuerpo y su alma.

—Incluso si nos llevaran, no puedo soltar sus manos— aquellos que tocaran a una persona que había sido llamada serían trasladados junto a ella, si el marido en la calle hubiera sostenido la mano de su esposa un segundo antes, ambos aparecerían del otro lado con un nuevo cuerpo.

Cuando la última explosión en el cielo termino, un silencio invadió todo el mundo, todas las miradas se dirigieron al cielo, los que dormían se levantaron a la vez, los que lloraban a sus muertos también miraron hacia el cielo, incluso aquellos que estaban escondidos en sus bases subterráneas no pudieron evitar levantar su mirada.

~Ah…~ la voz de un ser empezó a cantar, llevando su melodía a cada rincón de la Tierra, aquellos que la escucharon sin dejar de mirar al cielo empezaron a llorar, la melodía toco el corazón de todos los seres vivientes quienes pensaban que solo un ángel podría tener esa voz.

En la casa Kamisato, Jin abrazo a sus hermanas quienes se habían despertado, al igual que todas las personas ellas no dejaron de mirar el cielo mientras lloraban, no importaba como Jin les hablara, ellas no lo escucharían.

Aun con toda su fuerza, el poder detrás de la voz estaba a niveles muy superiores de Jin, aunque él no sabía quiénes eran, sabía que no tenían buenas intenciones, si no, nunca los hubieran llevado al otro mundo.

Sin liberar una sola lagrima, Jin espero que la melodía terminara, necesitaba aguantar hasta el final sin perder su consciencia.

Luego de 10 minutos interminables, la voz poco a poco se apagó hasta que desapareció en un pequeño murmullo. Segundos después, las personas que permanecieron encantadas por el cantico recuperaron la conciencia, incluidas las hermanas de Jin.

—Onii-chan, que fue lo que nos pasó— pregunto Lisa limpiado su rostro, Leina a su costado, con un poco más de calma miro en silencio a Jin esperando que él hablara.

Dándole un abrazo más confortador a su pequeña hermana Jin respondió —No debes ponerte triste pequeña Lisa, no me gusta verte llorar, solo duerman hasta que todo termine— terminando de hablar, Jin rodeo a Leina quien no estaba contenta con su respuesta, pero en el momento que Jin las rodeo con su aura, la somnolencia invadió sus cuerpos, cayendo dormidas en la cama.

Jin no quería que ellas pasaran lo mismo que en el pasado, antes él no tenía la fuerza suficiente para protegerlas, en su mente aun podía escuchar sus gritos cuando el ultimo llamado llego.

Con cada segundo que pasaba, millones de personas en todo el mundo caían sin vida al suelo, no importaba si fueras rico, pobre, si estuvieras en el mar, el cielo o bajo la tierra, si eras seleccionado tu conciencia era succionada por un gran vórtice invisible en el cielo en solo un segundo.

Crac!

Como si algo se rompiera, cientos de ruidos se escucharon en el cielo, sin necesidad de mirar Jin entendió lo que pasaba —El ultimo llamado—

Al igual que en el cielo de la Antártica, los vórtices invisibles tomaron forma física, revelando un portal de energía oscura en su interior, a su alrededor miles de grietas se extendían por el cielo, con la forma de garras colosales que intentaban romper todo a su paso.

Las personas que aún se mantenían en la tierra hace mucho tiempo habían perdido la cordura, de la nada todos sus seres queridos quedaron con sus ojos vacíos succionados por la muerte, antes que llegara el ultimo llamado usando sus manos intentaron quitarse la vida, quizás así podrían reunirse otra vez con sus seres queridos.

BOOM! BOOM! BOOM! …

Las explosiones regresaron, junto a las grietas en el cielo que se seguían multiplicando, poco a poco, una de las grietas más grandes se rompió por completo, revelando parte de un ojo tan grande como dos estadios de fútbol.

Moviéndose en todas direcciones, la pupila del ojo gigante se detenía un segundo sobre un desdichado, que luego de un instante caía sin vida al suelo.

Ja Ja Ja! Una risa grave y maliciosa resonó detrás del ojo, en todo el mundo más grietas se fueron ensanchando, revelando grandes ojos que sin perder tiempo empezaron a arrebatar las vidas de las personas que miraban.

Cubriendo el cuerpo de sus hermanas, Jin no podía permitir que ellos se llevaran sus vidas, diferente al último llamado, si el ser detrás de esos ojos te elegia, no existía otro mundo más adelante, su mirada solo significaba el fin de tu existencia, incluso tus seres queridos olvidaran que alguna vez naciste, no había otra oportunidad, solo oscuridad y un lamento sin fin.

Después de unas horas, cientos de millones de vidas fueron cosechadas en todo el mundo, aunque esta era una fracción pequeña de vidas comparada al total de seres humanos, estos nunca volverían a ver la luz del día, no existía reencarnación u otra oportunidad para ellos, solo serían un nutriente más para las existencias sobre este mundo.

OHM!!!

—Por fin— grito Jin al sentir que la tierra comenzó a temblar, mirando a sus hermanas se sintió feliz de que ellas aun respiraban, habían aguatado hasta el llamado final.

Sin dejar de temblar, las grietas en el cielo empezaron a cerrarse lentamente, furiosos al ver que su banquete estaba terminando, detrás de los ojos, voces grotescas empezaron a elevar su voz, junto a ellos grandes garras del tamaño de una montaña intentaron romper por la fuerza las grietas en el cielo, creando explosiones colosales, pero aun con toda sus fuerzas, estas siguieron cerrándose sin ceder ni una sola pulgada.

Con la última grieta en el cielo sellada, los temblores en toda la tierra empezaron a aumentar su intensidad, junto a ellos las personas buscaron lugares más abiertos para estar seguros, aquellos que no se habían recuperado de todo lo que habían visto se quedaron en el mismo sitio, siendo sepultados por grandes masas de concreto.

Por otro lado, Jin se sentía seguro en su casa, en el pasado esta resistió todo tipo de movimientos terrestres, el nivel del temblor actual no era algo de que preocuparse.

Mirando hacia el cielo, Jin rezo en su interior por el bienestar de su madre, tenía las esperanzas de volverla a encontrar en el otro mundo, no descansaría hasta lograrlo, unos segundos después, la imagen de una mujer rubia con un carácter fuerte y un manejo de la espada excepcional vino a su mente.

—Emily…— él no pudo contactarla al final, si el flujo de la historia continuaba como antes, en unos años más ella moriría por el cáncer enraizado en su pecho, solo había una forma de curar su cáncer, eso era a través del sistema, pero aún no lo había obtenido, en su interior Jin esperaba obtenerlo nuevamente, no creía que el ser que le dio la segunda oportunidad se lo quitara.

En el momento que la tierra dejo de temblar, todo el mundo termino, incluso Jin no pudo reaccionar cuando millones de haces de luz descendieron del cielo tragándose a todas las personas que tocaban, no paso un solo segundo y todas las personas en la tierra desaparecieron, dejando un vacío que sería llenado por los animales que aún quedaban.

Con el cuerpo pesado, Jin intento abrir los ojos, pero por más que lo intentaba, estos se mantuvieron cerrados, antes que siguiera intentando abrirlos, debajo de su visión un pequeño número apareció.

98.5%

Con el corazón en la mano, Jin se llenó de felicidad en su interior, ese número solo significaba que el sistema estaba por iniciar, no entendió porque aun no podía abrir los ojos, pero cuando el sistema empezara, él podría obtener respuestas.

Siguiente capítulo