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Capítulo 71: Dangos (EDITADO)

"…Así que eso fue lo que pasó…"

Minato acababa de escuchar el relato de su esposa, quien le contó 'todo' lo que aconteció durante su visita a la tienda de conveniencia.

"Jamás pensé que me daría tal… regalo"

Murmuró la mujer Uzumaki de una manera pensativa.

Desde que entraron en su pasaje mental, pasando por la liberación e interacción con el Kyubi, hasta terminar con la historia de todos los eventos vividos por el zorro, no tomó más que unos segundos en el exterior.

Todo fue tan vivido, pero a la vez tan repentino.

¡Cuando su conciencia se aclaró y volvió al lugar en donde estaba sentada, casi pegó un grito y salió corriendo, ya que podía sentir el poder de Biju recorriendo su cuerpo!

Una de las cosas en las que había quedado Yuuma con el zorro gigante era que este ultimo ayudara a Kushina con cualquier problema que se le presentara.

Obviamente no viviría encerrado toda su vida, sería liberado en un momento adecuado, pero por le momento, forme un equipo con la pelirroja.

Para que el Kyubi accediera a tal petición solo puso una condición: liberar al resto de sus hermanos y que se asegurara de que los humanos no volverían a cazarlos nunca más.

Cuando Kushina recordó todo ello pensó que su mente se había vuelto loca, pero el escuchar la voz del zorro en su mente y poder acceder a ese paisaje mental a voluntad le demostró que todo había sido real.

Después de un tiempo en el que la pelirroja habló con Yuuma, las madres de los diferentes niños comenzaron a llegar, sacando de sus pensamientos a la Uzumaki, quien para distraerse de tolo lo que había vivido se puso a conversar con personas que conocía.

Cuando Kushina llegó a su casa, se sorprendió al ver a Minato sentado en su sofá mientras que Jiraiya estaba a su lado contándole algunas cosas.

Cuando vieron a la Uzumaki llegar, el ninja peliblanco se puso de pie y se le acercó para decirle que el Hokage había estado raro y que no le quería contar nada, por lo que esperaba que ella conversara con su esposo.

"Yo… tuve un encuentro con Yuuma hoy por la mañana"

Fue todo lo que le dijo Minato a su esposa después de que esta le preguntara insistentemente.

Kushina no quiso pensar que cosas presenció su marido por acción de este sujeto.

Ella le preguntó si le había hecho algo, pero el Hokage le aseguró que solo fue testigo de algo 'extremadamente inusual' por lo que había quedado conmocionado.

'Inusual' era algo que no se asociaba con aquel hombre, por lo que la pelirroja solo suspiro esperando que no haya sido nada loco.

Luego, procedió a contarle las cosas que le habían sucedido a ella, pero sin sacar alguna conmoción del ninja rubio.

El silencio se cernía sobre toda la sala.

Esto había sobrepasado el límite del sentido común para la pelirroja, mientras que para el Hokage su sentido común habia sido roto completamente.

Los dos no dijeron nada más durante mucho tiempo… Además, no era como si quisieran hablar de algo más.

Esto sería raro para cualquiera que viera a la pareja, pues sabían lo unidos que estaban ambas personas… pero hoy las cosas habían cambiado para ambos… hoy ocurrió un pequeño punto de ruptura para la pareja.

Minato no le contó a su esposa sobre lo que Yuuma le mostró, mientras que la Uzumaki no le contó al Hokage sobre lo que ocurrió después de que salieron de su paisaje mental, antes de ir a ver a los niños y sus madres…

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(Zona comercial de Konoha, noche)

"¡Demasiado delicioso!"

En una tienda ubicada en el distrito de Toguromaki, podías ver a una niña de once años, de ojos castaño claro y cabello violeta corto atado en una cola de caballo muy salvaje en la parte posterior de su cabeza.

Llevaba una blusa marrón que le cubría todo el cuerpo, un pequeño colgante que se ve como un colmillo de serpiente en un grueso cordón en lugar de una cadena para evitar que sea fácilmente arrancado en combate, un par de muñequeras blancas y espinilleras.

"Come despacio mocosa, te puedes atragantar o indigestar" – Yuuma, quien estaba al lado de esta niña, habló con un tono aburrido.

"¡Cuantas veces te lo he dicho ji-san, no soy una mocosa, mi nombre es Anko!" – Reclamó la niña, quien se estaba embutiendo la boca de dangos a más no poder.

Nuestro protagonista solo sacudió la cabeza por la acción de la pequeña pelipúrpura.

Anko Mitarashi era una Genin que fue atrapada por Yuuma intentando robarle en su tienda de conveniencia.

Un Genin (ninja bajo) es el rango más bajo entre los Ninjas. Para alcanzar este rango el estudiante debe aprobar el examen de la Academia Ninja.

Todos los niños que logran alcanzar este grado se convierten en ninjas en toda regla, siendo una especie de orgullo para cada una de sus familias.

No obstante, en el caso de esta pequeña pelipúrpura, las cosas eran diferentes.

La historia de Anko era muy lamentable.

Siendo huérfana, se aferró a la única figura faliliar que tenía, la cual fue la de su maestro Orochimaru, formando una relación de admiración/dependencia.

Sin embargo, cuando este ultimo escapó de la aldea convirtiéndose en un ninja renegado, ella, como la única de sus estudiantes vivos, fue señalada y estigmatizada como una de las aprendices de las artes oscuras practicadas por el ninja serpiente.

Así, fue excluida, al mismo tiempo que comenzaron los acosos, pensando que la mente de esta pequeña estaba imbuida en la perversión al igual que su maestro, por lo que varios desviados intentaron 'probar' suerte con ella, pero todos fueron apaleados por Anko.

Ya era un año desde que todo esto comenzó, por lo que nadie la tomaba en cuenta.

La pensión que recibía era insuficiente para poder vivir, por lo que había decidido intentar obtener comida de manera no honesta.

Escuchando de los niños las historias de la nueva tienda de conveniencia manejada por un civil, hizo que la pelipúrpura lo viera como objetivo fácil, sin saber que fracasaría por completo.

Por más que intentó, no pudo escapar de esa tienda, ya que cayó en una trampa extraña, en la cual no podía usa chakra en absoluto.

Todo esto hizo que su mente pensara en los peores escenarios para ella. Cuando el dueño de este lugar se hizo presente, Anko comenzó a lamentarse por la forma tonta en la que terminaría.

Cerró sus ojos y esperó que el infierno cayera sobre ella, pero nada de esto pasó.

El hombre solo la soltó y le dijo que si quería algo de comer solo era necesario pedirlo, no robarlo.

Ella pensó que este hombre estaba intentando una treta para poder ganar su confianza, ya que eso le había pasado anteriormente.

Sin embargo, ese tipo solo le dio un poco de comida y no le pidió nada a cambio.

Eso marcó algo en la niña, ya que, en los siguientes días, ella venía diariamente al lugar mientras se mantenía oculta 'evaluando' la personalidad de ese hombre, con lo cual pudo determinar una sola cosa:

¡Era un tipo mujeriego!

La cantidad de amas de cas que desfilaban por su local en las tardes era muy grotesca, teniendo a muchas mujeres sonrientes conversando activamente con el tendero, quien les devolvía una sonrisa bonita, haciendo que el rostro de esas mujeres se sonrojase.

Anko pasó una semana mientras 'evaluaba' la personalidad de ese sujeto, quien sabía de su ubicación, por lo que siempre le dejaba loncheras preparadas para que comiera y no pasara hambre.

Después de un tiempo, ella lo confrontó al preguntarle por qué la ayudaba, que era lo que el ganaría haciendo eso, a lo que el sujeto solo se encogió de hombres y le dijo que lo hacía porque quería, ni más ni menos.

Esta respuesta dejó desconcertada a la niña, quien no le creyó en su momento, pero después de otra semana de interacción, comenzó a tenerle confianza.

Justo el día de hoy cuando Anko llegó como siempre, el hombre le dijo que lo acompañara a comer en un local de comida.

La niña en un primer momento quería negarse, pero cuando escuchó que se trataba de la tienda de dangos, ella gritó eufórica mientras corría y abrazaba la mano de este hombre, llegando al momento en el que nos encontramos.

"Claro, lo que tu digas"

Respondió nuestro protagonista mientras sacudía la cabeza al ver como la niña se embutía esas bolas de harina.

Estaban sentados en una de las mesas de este lugar, aunque les quedaba grande solo para dos personas, no se sentía incomodo para nada.

Durante todo este tiempo en el cual la niña iba a su tienda para comer, el había estado hablando con las diferentes mujeres que lo visitaban para decirle, entre otras cosas, que no creyeran en los diferentes rumores tejido alrededor de esa niña.

Y como por arte de magia, la cantidad de personas que hablaban mal de ella disminuyó drásticamente.

Incluso los hombres que intentaron aprovecharse de ella 'desaparecieron' misteriosamente, con lo que las diferentes noticias falsas sobre ella terminaron.

"Hey Ji-san… gracias por lo que has hecho"

Anko dejó de comer mientras tenia la cabeza agachada mientras trataba de no mostrar sus ojos.

Ella estaba muy feliz al comer su dulce favorito en este lugar al cual anteriormente no pudo entrar ya sea por que no tenia dinero o por las malas miradas que recibía.

Sin embargo, desde que empezó a visitar al tipo frente a ella, los comentarios negativos comenzaron a disminuir y las malas miradas ya no eran sentidas por la niña.

¡Incluso esos hombres despreciables se había ido sin dejar rastro alguno!

Ella no era una tonta, era una Genin que fue entrenada por uno de los ninjas más perverso de Konoha, por lo que sabía que esto no era coincidencia

"No se de lo que hablas mocosa, solo come tus dulces tranquilamente y deja de llorar que se puede mal interpretar"

Yuuma habló mientras sonreía y le acariciaba la cabeza suavemente, haciendo que la niña se sintiera inexplicablemente segura, un sentimiento de pertenencia y familiaridad que nunca habia sentido antes, ni siquiera con su maestro.

Esto hizo que la niña aguantara las ganas de llorar ya que no quería mostrar una cara llena de mocos.

"Idiota…sniff… no me trates como a una niña… sniff… y no estoy llorando…"

Anko comenzó a moquear mientras tenia la cabeza agacha, pero no era por pena, sino más bien por alegría de poder encontrar a alguien con quien sentirse segura.

Esta escena era algo que llamó la atención de una chica que estaba sentad adentro de este ligar.

Era una bella y joven adolescente con el cabello negro y largo, con ojos de color rojo, los cuales tenían un anillo adicional en ellos.

Llevaba un traje de mallas negras el cual se adosaba a toda su figura en desarrollo.

Sobre estas mallas tenía una especie de kimono negro. Las mallas cubrían sus rodillas y codos, dándole una apariencia muy estilizada.

Esta muchacha estaba sentada junto a cuatro muchachos, uno de aspecto tosco y descuidado, el segundo de ellos tenia una pañoleta negra envuelta en su cabeza y el ultimo vestía un spandex verde.

"Kurenai-san ¿Qué miras?" – Preguntó el chico con la pañoleta, pero no recibió una respuesta verbal de la mujer, quien seguía mirando la interacción entre nuestro protagonista y Anko.

Solo atinó a señalar con la cabeza el lugar a donde estaba su concentración.

"Oh, ese sujeto es el tan aclamado dueño de la nueva tienda de conveniencia, Aunque es la primera vez que lo veo, su apariencia es muy joven, un poco más que nosotros quizás" – Comentó el chico de aspecto tosco.

"Está con la niña serpiente" – Dijo el muchacho con pañoleta en la cabeza.

"No la llames así Genma, ella tiene su nombre y es Anko" – respondió Kurenai.

"Perdón, mi mal" – murmuró Genma.

"Se dice que ese sujeto no tiene chakra, pero puedo decir que todo su cuerpo está llenó de vitalidad ¡se nota que irradia mucho poder de juventud!" – El sujeto con spandex verde y corte de cabello en forma de hongo habló.

"Voy a hablar con ellos un momento"

Derrepente la muchacha de ojos rojos se levantó y caminó hacia la mesa en donde estaba sentados Anko y nuestro protagonista.

Kurenai Yuhi es una Kunoichi de Konoha quien tiene el grado de Chunin, al igual que los otros tres sujetos sentados con ella en su mesa.

Los Chunin (Ninja Medio) son ninjas que están calificados para liderar, guiar y velar por la seguridad de otros ninjas. El Chunin tiene que alcanzar un nivel de madurez que primeramente consiste en mostrar dotes de liderazgo y destreza táctica.

Ella habia notado al sujeto ya que su rostro es algo que no pasaría desapercibido para una mujer, menos para una adolescente como ella.

Sin embargo, lo que le llamó más la atención fue la niña pequeña que acompañaba a ese hombre.

'Vaya… ni siquiera tuve que hacer nada para que esa chica venga hacia mí' - Se dijo mentalmente Yuuma mientras sentía como la pelinegra se acercaba.

De las conversaciones que tuvo con Anko sabía que Kurenai era una amiga de ella, por lo que era probable el que quisiera saber como es que la pequeña pelipúrpura estaba tan cercana a alguien como él.

"Hey mocoso, levanta la cabeza, alguien quiere verte" – Yuuma dijo de manera repentina, lo que hizo que Anko levantara la cabeza y la moviera a diferentes lados mientras buscaba a la persona que quería verla.

"¡Oh Kurenai-neesan!" – Exclamó la niña al ver el rostro familiar de la mujer pelinegra, quien se detuvo al lado de la mesa en donde estaban ellos dos.

"¿Te encuentras bien Anko? Parece que estuviste… llorando" – Preguntó la muchacha con ojos rojos mientras tocaba el hombro de la niña sin quitarle la mirada al sujeto sentado frente a ella.

El sujeto tenía un rostro muy bueno, malditamente bueno para cualquier mujer, por lo que Kurenai trataba de concentrase en mirarlo mientras no quería distraerse ya que si él había hecho llorar a su pequeña amiga, por más caliente que esté este tipo, ella le daría una lección.

Anko, quien se dio cuenta de la situación un poco extraña en la que se encontraba, sacudió las manos para poder aclararla, ya que podría prestarse para sacar malas conclusiones.

"¡Claro que si neesan! Solo estaba feliz de que ji-san me invitara unos dangos, por lo que no debes preocuparte, sabes que se me cuidar" – Dijo la pelipúrpura para poder pasar esta situación.

"Con que es así eh… pensé que tendrías algún problema" – Dijo la pelinegra mientras seguía mirando a Yuuma.

"Supongo que tengo que aclarar esta situación. Mi nombre es Yuuma y soy un amable tendero que solamente trajo a esta mocosa a comer dangos ya que no quiero que siga robando en mi tienda"

Nuestro protagonista habló tranquilamente mientras las ultimas palabras las dijo en voz baja para que solo Kurenai las escuchara.

"¡Hey! ¡Solo intenté robarte una vez, no es que lo siga haciendo!" – Exclamó Anko con una mirada sorprendida por las declaraciones del sujeto frente a ella.

"¿Es eso verdad Anko, intentaste robar?" – Preguntó de manera extraña Kurenai, a lo que la pequeña ninja pelipúrpura solo encogió el cuello y no la miró, aceptando la culpa de esto.

"P-ero solo fue una vez…" – Susurró la amante de los dangos – "¡Después de ello, él me ha estado dando comida para que yo no pasara hambre, por lo que no he tenido que hacerlo de nuevo!" – Exclamó la niña mientras señalaba a nuestro protagonista.

Kurenai vio de manera sorprendida a Anko y luego a Yuuma, ya que no esperaba que este sujeto ayudara a quien intentó robarle.

"Ahh… en verdad lo siento. Siempre he intentado ayudar a Anko, pero con lo que he podido hacer no logré mucho. No pensé que ella tendría que recurrir al robo, pero me alegro que no lo denunciaras y en vez de eso la ayudaras. Perdón por mirarte de mala manera, pensé que tendrías otras intenciones ya que los rumores sobre ti no son muy buenos" – Dijo la pelinegra a nuestro protagonista.

"Oh ¿qué tipos de rumores hay sobre mí?" – Un 'curioso' Yuuma habló.

"Bueno…" – Kurenai no sabía cómo decirlo – "Se dice que estás haciendo cosas indebidas con mujeres casadas, por lo que te están llamando…. destructor de hogares" – Dijo de una manera incomoda Kurenai, haciendo que Yuuma solo se quedara con una mirada de póker.

"Puff… ¡Jajajaja eso si suena como tú ji-san!" – Exclamó riendo la pequeña Anko mientras escupía la bebida que estaba tomando.

"Pero al parecer que solo son rumores Yuuma-san, por lo que no debes hacer caso de ellos, muchas personas inventan cosas solo para molestar al resto, así que no te centres en eso" – Tratando de cerrar ese tema Kurenai habló apresuradamente.

"Jejeje… la gente si que es imaginativa" – Yuuma solo sonrió ante esta declaración – "Gracias por decírmelo, creo que me he ganado un apodo sin que hubiera hecho algo malo, pero creo que es hora de hacer las cosas bien"

Yuuma habló de una manera que confundió a las dos muchachas, ya que no entendieron su significado, pero no se molestaron en preguntar.

"Bueno mocosa, me paso a retirar, espero que para la próxima no solo vengas a holgazanear a mi tienda, tienes que entrenar duro y alcanzar tus metas ¿Entendiste? Si haces misiones exitosas, te invitaré de nuevo a comer"

Yuuma habló mientras se ponía de pie, haciendo que Kurenai se quedara momentáneamente perdida en el cuerpo de este sujeto.

"¡Que no soy un mocoso!" – Exclamó la niña pelipúrpura – "¡Y yo no estoy holgazaneando! Solo voy a descansar después de mis entrenamientos. Pero bueno, supongo que tienes razón, me esforzaré para poder tener una buena cena ¡así que prepara tus bolsillos ji-san!"

"Jajaja, eso espero. Me paso a retirar, fue un gusto conocerte Kurenai, si estas interesadas en algún artículo de casa puedes visitar mi tienda, estaré a gusto en atenderte" –

Nuestro protagonista habló mientras se acercaba un poco a la mujer pelinegra quien se habia quedado perdida en la constitución de este sujeto.

"¿Eh? ¡Ahh!… si, claro, también fue un gusto conocerte"

Kurenai salió de su trance para solo responder automáticamente a las palabras de este sujeto, quien se alejaba de la mensa mientras cruzaba el umbral de la puerta y perderse en el camino lleno de gente, no sin antes pagar por el consumo de la niña pelipúrpura.

"Neesan… ya se fue, cierra la boca" – Dijo Anko con una voz un poco rara.

"¡Q-Que estás hablando mocosa! ahora me tendrás que explicar cómo es que estabas tratando de robar a personas civiles"

Tratando de escapar de las palabras dichas por Anko, Kurenai habló mientras cogió a la niña y la arrastro fuera de tienda para tener una conversación 'adecuada'

"Ella se fue" – Dijo el joven con la pañoleta en la cabeza.

"Si… parece que se olvidó de nosotros" – Respondió en muchacho con aspecto tosco.

"Oh ¡Al verlo caminar se puede decir que irradia mucha juventud! – Dijo el tipo de spandex verde.

Nuevo capítulo muchachos~

Me he quedado mucho tiempo en este pequeño arco, el cual comenzará a resolverse, viendo las consecuencias tanto en Minato como en Kushina.

Así mismo voy integrando a más protagonistas. Todas las fechas, lugares, vestimenta y edades son acorde a la cronología en la que se encuentra Yuuma, por si alguien me quiere decir que tal peronaje no se ve tal y como lse ve en la serie, como es el caso de Kurenai, quien cuando era Chunin no tenia sus vendas blancas caracteristicas.

Y para todos los que desean momentos de 'cultura' ya vienen los limones ( ͡° ͜ʖ ͡°)

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