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Capítulo 90: Kokabiel aparece

Con Issei.

"¿Eh?"

Asia preguntó desconcertada ante lo que acababa de escuchar de Issei, quien asintió cruzándose de brazos mientras sonreía.

Estaban con Irina en una cafetería cercana a la academia Kuoh. Issei había acabado sus clases y honestamente no tenía nada que hacer.

-¿Dices que Goku-san derrotó a un demonio inmortal que pretendía casarse con Rias-san? -preguntó Asia sin dar crédito a lo que oía.

-No sólo eso, sino que derrotó a las quince diablesas de su séquito sin ayuda... ¡Goku-san las humilló! -exclamó Issei entusiasmado.

Cada vez que recordaba la pelea de Goku se le ponían los pelos de punta y le motivaba a querer volverse tan fuerte como su amigo azabache.

-Oh, entonces es un chico fuerte -Irina habló un tanto sorprendida mientras bebía una taza de té.

Había escuchado esa hazaña antes de venir a Kuoh, y debía decir que estaba sorprendida. Y al mismo tiempo curiosa por conocer a Goku.

-Así es, tu amiga fue una tonta al decir que Goku-san es alguien débil -espetó Issei con el ceño fruncido ante lo dicho por Xenovia.

"Ah, ¿sí?"

La mismísima Xenovia apareció de repente y tomando una silla se sentó al lado de ellos, para molestia, enfado y desagrado del pelicastaño.

-¿Crees que tu amigo es más fuerte que yo? No me hagas reír, llevo doce años entrenando con la espada -habló Xenovia sonriendo con orgullo.

Su maestra Griselda le instruyó en el arte de la espada desde los cinco años y en este punto se había convertido en una maestra espadachín.

Xenovia blandía su espada en nombre de Dios y de cierta manera cada vez que se topaba con alguien que le obligara a combatir al máximo.

Pero en cuanto supo que había un humano que se apropió de una Excalibur y la utilizaba deliberadamente, se enfadó muchísimo.

Nadie tenía derecho a usar un arma sagrada a menos que fuera el legítimo propietario. Por eso, Xenovia quería poner en su lugar al pelinegro.

-¡Claro que sí! ¡Él venció a quince diablesas usando sólo dos dagas! ¡Y acabó con cuatro ángeles caídos por sí mismo! -declaró Issei.

-¡Jaja! ¿Esperas que te crea? -Xenovia estaba impresionada por dentro, pero también creía que todo eso se lo estaba inventando el castaño.

-De hecho Xenovia-san... -habló Asia viendo a la exorcista- Fue Goku-san quien me salvó derrotando a aquellos ángeles malignos...

Xenovia abrió sus ojos ante tales palabras, si Asia lo decía entonces realmente tenía que ser verdad. Pero aun así... no lo aceptaría.

-Ya veremos si es fuerte o no cuando regrese -Xenovia masculló entre dientes y se cruzó de brazos, Irina suspiró ante aquellas palabras.

Su amiga era bastante terca.

-Oye Ise-kun, ¿cómo es que ahora eres un demonio...? -preguntó Irina con curiosidad suscitando una sonrisa nerviosa en Issei.

Issei sonrió con nervios ante tal pregunta.

-B-bueno salí con una chica que resultó ser un ángel caído y cuando ella estaba por asesinarme apareció Goku-san -relató Issei sonriendo.

Hubo un tiempo en que Issei se sintió traumado por lo ocurrido pero Goku le dijo que lo olvidara y que se centrara únicamente en el presente.

Realmente le gustó Reynare y fue un golpe bastante duro saber que ella quiso asesinarle, pero en este momento lo había superado.

-Él luchó contra ella y venció, pero en el último segundo ella me lanzó un ataque y fallecí... pero Buchou me reencarnó como su peón -prosiguió.

No podía culparle a Goku. Es más, él lo dio todo para salvarle pero no todo salió bien. Y gracias a ese suceso, ahora ambos eran buenos amigos.

-Vaya, así que "Goku" fracasó jaja -comentó Xenovia con burla e Irina le golpeó el costado con molestia- ¡¿Qué?! Sólo dije la verdad.

-¿Y qué se siente al ser un demonio? -inquirió Irina cambiando de tema para evitar que Issei cayera ante las provocaciones de Xenovia.

Issei se tomó del cabello.

-Es difícil acostumbrarte de un día al otro, tienes que mentirle a tus padres, a tus amigos, sacrificar muchas cosas... pero después te das cuenta que a la larga compensa -habló Issei.

Todas estas palabras eran el resultado de una reflexión personal motivada por las palabras que Goku le dijo en su día y le hicieron pensar.

"Ahora que eres un demonio Issei estarás en constante peligro así como tu familia y amigos, debes hacerte fuerte para protegerlos a todos"

-Ahora tengo la oportunidad de proteger a quienes me importan -agregó con una sonrisa- "Y tal vez, tener un harem... pero más adelante"

Asia le miró con admiración, sentimiento que estaba presente en los ojos violáceos de Irina.

Xenovia bufó burlescamente escuchando aquello, pero sus ojos viajaron hasta posarse en la figura de un joven que caminaba con prisa.

Issei también le reconoció.

-¡Oye Kiba! ¿Adónde vas? -le preguntó Issei extrañado por lo enigmático que se veía Kiba con una capucha, como si se estuviera ocultando.

Kiba apenas se inmutó y siguió su rumbo ignorando a su compañero. Issei se quedó perplejo ante la actitud extraña del rubio.

Horas después.

Tal como habían acordado, se reunieron nuevamente en la sala del club de investigación de lo oculto para trazar un plan de contingencia.

Suzaku estaba con Asia diciéndole lo sucedido durante la última semana con Goku, y la antigua monja quedó en shock escuchando todo.

-¿Dices que te vas a casar con Goku-san? ¡Felicitaciones a ambos! -exclamó ella muy contenta y Suzaku asintió sonriendo.

Akeno se encontraba conversando con Tsubaki haciéndole varias preguntas que dejaban con las mejillas totalmente rojas a la heterocrómica.

Irina y Xenovia estaban sentadas ambas en una esquina mientras Koneko comía chocolate, sola y sin hablar con nadie, como de costumbre...

Issei charlaba con Rias y le dijo algo que dejó con el entrecejo fruncido a la princesa pelirroja.

-¿Qué? ¿Dices que Yuuto se fue sin dar ni una sola explicación? -preguntó Rias teniendo un mal presentimiento y su peón dio un asentimiento.

-Me ignoró totalmente, y la verdad se veía muy extraño... como si quisiera pasar desapercibido -explicó Issei con la mano posada en la barbilla.

Rias sabía que Kiba estuvo bastante raro desde que salieron del inframundo. El acto de hoy sólo confirmaba las sospechas sobre su caballero.

"¿Qué es lo que tiene en mente?"- Rias no pudo evitar hacerse tal pregunta llevándose la mano a la barbilla, pero no hallaba respuesta alguna.

Kiba siempre fue alguien un tanto misterioso, escondía mil cosas tras su sonrisa y para Rias era imposible adivinar lo que estaba pensando.

PAM.

De pronto, todos sintieron un poderoso temblor que hizo vibrar al viejo edificio donde se ubicaba la sala del club de investigación de lo oculto.

-¡¿Qué fue eso?! -exclamó Xenovia sacando a la luz su espada y se asomó a la ventana al mismo tiempo que los demás, para ver qué sucedió.

Vieron un cráter en el centro del patio y al levantar la vista vieron a dos seres con seis pares de alas negras en sus espaldas.

-Deben ser Satanael y Kokabiel -murmuró Sona con una expresión seria, esto se estaba complicando más de lo que había pensado.

-¡Ese de ahí es Kiba! -exclamó Issei con suma perplejidad señalando el cuerpo que uno de los dos seres de alas negras llevaba en su brazo.

"Ese idiota... ¿qué pretendía hacer?"- inquirió Rias apretando sus puños, mentiría si decía que no estaba atemorizada en este momento.

-Jajaja, hacía mucho tiempo que no te veía... Himegimi -manifestó Satanael con una sonrisa mientras sus ojos estaban puestos en Suzaku.

-Eres tú Satanael... ¡veo que las cucarachas no mueren aunque las pises una vez! -habló Suzaku con una pequeña sonrisa en sus facciones.

Satanael apretó sus puños con molestia ante aquel comentario pero un gesto de Kokabiel hizo que se tranquilizara, olvidando así su enfado.

-Lamento presentarme sin previo aviso en tu ciudad Rias Gremory, aunque uno de tus siervos quiso darme la bienvenida... -habló Kokabiel.

Sin pensárselo más veces Kokabiel arrojó el cuerpo de Kiba como si fuese una plaga y Rias desplegó sus alas volando a por su siervo.

-¿Qué es lo que quieres... Kokabiel? -preguntó Rias con el ceño fruncido, ya con Kiba estando en sus brazos pero estaba inconsciente.

-Tranquila, hoy sólo venía a ver a Son Goku, he escuchado buenas cosas sobre él y quería conocerle... ¿dónde está? -preguntó el Cadre.

Fácilmente podría obtener las Excalibur de Xenovia y de Irina, aquí el verdadero problema era Goku y quería solucionarlo cuanto antes.

-Lamento decírtelo pero no está, vuelve más tarde -comentó sarcásticamente Suzaku para molestia de Satanael y también de Kokabiel.

Rias admiró que la Himejima fuera capaz de expresarse así frente a dos ángeles caídos que habían vivido desde tiempos inmemoriales.

-Muy bien, díganle que si no regresa en los próximos dos días... -habló Kokabiel alzando su mano al cielo para desconcierto de Rias.

Flush.

Una lanza diabólicamente enorme surgió en la mano de Kokabiel dejando estupefactos a todos los presentes del lugar por lo que observaron.

Satanael sonrió con satisfacción.

-Si Son Goku no regresa en dos días, destruiré esta ciudad... -advirtió Kokabiel con un tono más serio y mucho más tétrico que el de antes.

La lanza de disipó en cuanto bajó el brazo y desapareció del lugar en un parpadeo, dejando a cada uno de los presentes con una duda...

¿Regresaría Goku a tiempo?

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