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Capítulo 30

ALEX

En cuanto Camila dijo que Santi estaba abajo, y que parecía enfadado, Gabriela no tardó nada en limpiarme la mano y bajar. Le hablaba sinceramente a Gabriela cuando le dije que me enfrentaría a lo que viniese, al menos había quedado con la satisfacción de darle una pequeña parte de lo que le había hecho sufrir a mi reina hermosa.

-Siento haber interrumpido, la verdad es que no os quería interrumpir.

-No te preocupes, no es nada, Se iba a ir de todas maneras cuando se enterase de que Santi estaba abajo.

-Al menos no parece estar tan mal como lo estaba en el momento que la sacaste de allí.

-Eso es porque estoy prácticamente seguro que se lo está guardando.

-Pero contigo habló de…

-Lo sé, pero también sé que sigue guardando cosas para ella. Espero que con el tiempo se abra al menos un poco, quiero ayudarla en lo que puede.

-Y lo estás haciendo, pero déjame decirte que tú eres la persona en la que más confía Gabriela. ¿De verdad piensas que en caso de que no confiara en ti volvería contigo? Conoces a Gabriela mejor que nadie y sabes la respuesta. Debes confiar en ella más.

-Y confío en ella más que en nadie en mi vida.

-Eso lo sé. Me refiero a que le hagas caso a lo que te dice, en lo que a ti respecta. Puede ser que no te des cuenta, pero el resto lo hacemos.

- ¿Darme cuenta de que?

-Gabriela es más abierta desde que está contigo. Estoy segura de que no soy la primera persona que te lo dice, pero ese brillo que perdió hace años volvió, y eso se debe a ti. Tú haces a Gabriela la persona más feliz del mundo por muy poco que sea. Deja esas inseguridades tuyas, porque todo lo que te dice Gabriela es cierto, no te mentiría en nada.

-Sé que no me mentiría.

-Pues ya está, deja esas inseguridades para siempre, o al menos para otro momento, porque ahora mismo nos tenemos que centrar en el monstruo de tu prometida.

-Ella no…

-No lo es, lo sé, pero como Santi le diga algo que no le guste, créeme, va a ser un monstruo. No permitirá que te pase nada, y se enfrentará a quien sea necesario.

-Yo igual.

-Por eso te digo todo eso de antes. Os amáis y no voy a permitir que nadie haga daño a mi hermana, y eso implica que no te separen de ella.

-Yo tampoco permitiría que pasara una cosa así.

-Eso también lo sé, pero hay gente que desea eso al parecer. Ahora vámonos antes de que arme la tercera guerra mundial.

Yo me reí porque me parecía un poco gracioso, pero sé lo terca que es Gabriela en el momento que se le mete una idea en la cabeza, no es nada fácil sacársela de la cabeza por no decir imposible.

Cuando llegamos abajo pude ver a algunos de los familiares de ella en la puerta de la cocina, por lo que supuse que estaba allí, pero la sorpresa me la llevo cuando medio entro en la cocina y veo a ese tipo ahí sentado. Con tan solo verlo hace que se me hierva la sangre y mi ira vuelva.

Noto como Camila pone una mano sobre mi brazo y Kevin no tarda nada en ponerse a mi lado para evitar lo que ellos pensaban que iba a hacer, porque puede ser que esté muy enfadado en este momento, pero no iba a hacer nada, solo quería saber dónde estaba Gabriela, era lo único que me importaba.

-Sei troppo geloso, un ragazo mi dà la sensazione. Dubito che il tuo con Gabriela duri troppo a lungo la vertà. (Eres un chico demasiado celoso me da la sensación. Dudo que lo tuyo con Gabriela dure demasiado la verdad.)

-Non parlare di ciò che non sai, stupido. (No hables de lo que no sabes estúpido.)

-È proprio per questo che parlo, conosco Gabriela abbastanza da sapere che odia coloro che sono gelosi. (Precisamente por eso hablo, conozco lo suficiente a Gabriela para saber que odia a los celosos.)

-E devrei essere geloso di te? (¿Y debería estar celoso de ti?)

-Ovviamente lo sei, sono stato il primo a fare sesso con lei. Gli piace il sesso violento. (Por supuesto que lo eres, fui el primero en tener sexo con ella. Le gusta el sexo duro.)

-Maledetto figlio di puttana. (Maldito hijo de puta)

-Alex, non ascoltarlo. Sai quello che dice non è vero. (Alex, no le hagas caso. Sabes que no es cierto lo que dice)

Ya me había acercado unos pasos a él para golpearlo, pero entre que Kevin se puso delante de mí para evitar que golpease a ese mal nacido y que sé de sobra que lo que decía Camila era cierto, me detuvo, pero la sonrisa de ese gilipollas me estaba sacando de quicio, por lo que le doy la espalda para mirar al resto.

- ¿Dónde está Gabriela?

-Está en el salón con Santi, pero dijo que no quiere que nadie entre.

-Bueno, eso es lo de menos, la esperare fuera, no soporto verle la cara a este gilipollas más en lo que me queda de vida.

-Quindi fuggi como il codardo che sei. (Eso, escapa como el cobarde que eres)

-Qui l'unico vigliacco sei tu che devi violentare mia sorella solo perché eri più che chairo che non sarebbe stata come un zio como te. (Aquí el único que es cobarde eres tú que tienes que violar a mi hermana tan solo porque tenías más que claro que ella no estaría como un tío como tú.)

Pude ver como la sonrisa de ese tipo desapareció de su rostro y sonreí a Camila para agradecerle de alguna manera. Cuando salí de la cocina me dirigí a donde me había dicho Gabriela que estaba el salón en el momento que estaba haciendo la comida, me senté fuera, me apoyé en la pared y es en ese momento justo que me doy cuenta de que se escucha un poco lo que están hablando, por lo que presto atención.

-Santi, no voy a permitir que arruines tu carrera.

-Si no quieres que lo detenga por lo que le hizo a ese chico, no encuentro otra manera de solucionarlo.

-Déjame pensar, sé que hay otra manera de solucionarlo sin que te metas en problemas.

-Pues ya tiene que ser bueno lo que se te ocurra… Mira, entiendo el por qué lo hizo, yo mismo habría pateado el trasero de ese tipo, pero en caso de que llegue a juicio, no estoy seguro de lo que pueda pasar.

Podía escuchar unos pasos de un lado a otro en el salón, y estoy más que seguro de que era Gabriela. Me gustaría entrar, y de echo lo iba a hacer hasta que alguien me agarra del brazo para evitar que lo haga.

-Ella está bien, estará pensando en lo que hacer para evitar que Santi te detenga.

-Ella no tiene nada que hacer.

- ¿Es que no te quedó claro lo que te dije antes arriba?

-Si que me quedó claro, pero son unas consecuencias que tengo que enfrentar yo mismo, al fin y al cabo fui quien provocó todo esto.

-No te voy a dejar que entres ahí dentro, pero si dejaré que te quedes escuchando como estabas haciendo hace un momento, eso sí que no te lo voy a negar.

-No sé por qué me da la impresión de que viniste para enterarte de lo que pasa ahí dentro.

-Eso es justo lo que vino a hacer. Camila es demasiado curiosa y le gusta estar enterada de todo.

Cuando Camila escucha a Kevin decir lo que dijo se gira para verlo con una mirada amenazante, pero al parecer no le afecta nada.

-Sabes que se la verdad, no me mires así.

- ¿Tú no deberías estar junto aquel tipo para evitar que se escape?

-No quiero acabar por partirle la cara, además, contamos con el resto de la familia, que a pesar de que no saben qué es lo que ha pasado no van a dejar que se escape. Además, puedo estar pendiente desde aquí.

-Eso es porque también quieres saber de lo que hablan ahí dentro.

-Obviamente que lo quiero saber, Gabriela no me contaría lo que pasa ahí dentro, por lo que me tendré que enterar de alguna manera.

-No sé de qué te quejas, Gabriela te cuenta todo.

-No me cuenta todo, no sé porque pensáis todos lo mismo.

-Porque puede ser que sabías lo que había pasado hace cuatro años mientras tanto ninguno de nosotros lo sabía. No puedo comprender como la cubriste en algo así Kevin, eso era algo que debíamos de saber todos.

-Primera de todo yo me enteré aquel día que Gabriela le contestó borde a Carlota, estoy seguro que lo recuerdas Alex.

- ¿Fue por eso que no quería hablar de Holanda?

-Por eso mismo.

-Creo que ahora me he perdido.

-Es algo largo de contar y que te contaré en otro momento querida tía.

- ¿Qué parte no entendéis que no quiero que me llaméis así?

-Es lo que eres.

Todo este tiempo habíamos estado hablando entre susurros para evitar que Gabriela nos escuchara, pero al parecer estos dos iban a empezar una discusión, y no quería que Gabriela se enterase de que estaba aquí escuchando algo que estoy más que seguro que no quería que escuchase.

- ¿Os podéis callar un poco? No necesito que Gabriela se entere que estoy aquí.

-Ik zweer je dat ik jet soms niet kan uitstaan, dat zeg ik je echt. (Os juro que a veces no os soporto, de verdad os lo digo.)

­- ¿Perdón?

-Déjame solucionar una cosa antes, ni se te ocurra moverte de aquí, tenemos que solucionar esto.

Y en ese momento me había dado cuenta de que nos había pillado, lo que hizo que me enfadase un poco con estos dos, porque era su culpa de que nos pillaran. La puerta no tardó nada en abrirse y mostrarme a una Gabriela con cara molesta que se queda mirando para nosotros, parece que no se llevó ninguna sorpresa al vernos ahí.

-Al menos si intentáis escuchar nuestra conversación, podías ser menos evidentes ¿no os parece?

-No lo puedo evitar, sabes que Kevin me saca de quicio.

-Lo mismo debo decir de ti pequeño diablo.

-Deberías dejar de comportaros como unos niños pequeños mimados e iros a una habitación.

- ¿De qué hablas?

-Hoe graag je over Camila, Kevin, Kwijlt daar heb ik het over. (De lo mucho que te gusta babear sobre Camila, Kevin, de eso hablo.)

- ¿Qué haces qué?

-Doe niet alsof je niets weer, want je provoceert het ool met opzet, Camila. (No te hagas la que no sabes nada porque tú lo provocas a propósito también Camila.)

-Te imaginas cosas Gabriela, no hago eso que dices.

-Deja de hacerte la tonta que sabes de sobra que tengo razón.

Pude ver como los dos se sonrojaron cosa que se me hizo de lo más extraña, porque nunca había visto a estos dos sonrojados.

-Sei sfacciato, è così che tratti tua zia? (Eres una descarada, ¿así es como tratas a tu tía?)

-Sei mia zia quando ti va, ma sai che quella strategia non funzionerà per me. (Eres mi tía cuando te conviene, pero sabes que esa estrategia no funcionara conmigo.)

-A veces odio que seas tan terca y que nadie pueda cambiar esas ideas tuyas de la cabeza.

-Error, él si puede hacerlo.

Eso último lo dijo señalándome, lo que hacía que mi sonrisa se ampliase en el rostro.

-En este momento te odio Gabriela.

-Lo sé, pero estoy esperando a que os marchéis de aquí.

Nos levantamos del suelo y me iba a ir cuando Gabriela me aguanta del brazo, lo que hace que me gire y casi inmediatamente me pierda en esos ojos que tanto me gusta ver.

-Igual deberías estar ahí, finalmente es de ti de quien hablamos.

-A mí eso es lo que menos me importa y lo sabes.

-Lo sé, pero eso no implica que no debas estar ahí dentro.

- ¿Es lo que quieres?

-Sabes lo que pienso, pero te lo tendría que contar luego y no quiero interrumpir nuestra noche y arruinar lo que sea que tienes en mente.

Con esas palabras me había quedado un poco impactado la verdad. Con todo esto se me había olvidado lo que le dije a la mañana, pero al parecer a ella no, y parecía que le apetecía.

- ¿Te sigue apeteciendo salir?

-Claro, pero si no te apetece lo entiendo…

-No está bien, obviamente que quiero pasar tiempo contigo, no tuve la oportunidad de estar pegado a todo el día como es costumbre.

-Me tendrás lo que queda de tarde y toda la noche para ti mi vida.

-El hombre más afortunado del universo.

-Entonces somo los dos afortunados por tenernos en la vida, porque me siento igual.

-Gabriela creo que se… Siento interrumpir chicos.

-No te preocupes y mejor cuéntame cuál es tu idea.

Estuvimos hablando por una hora y Gabriela discutía todos los planes que Santi proponía, y se enojaba considerable cuando yo decía que era mejor que Santi hiciese su trabajo, definitivamente cuando mi prometida se enojaba era mejor alejarse, más que nada porque se callaba y su mirada asustaba un poco, o al menos eso es lo que provocaba a los demás, yo tenía claro que no haría nada a nadie por muy enfadada que esté.

Al final, y a pesar de que no quería que lo hiciese, convenció a Santi de hacer su plan, el cual consistía en que ella diría que fue ella la que lo golpeo hasta dejarlo con esos moretones y algún que otro corte a lo que Santi le encontraba una pega, y era que ella no tenía las heridas mientras que yo sí a lo que Gabriela respondí que tenía un plan para solucionar eso, pero que no nos contó.

En este mismo momento estábamos en la huerta y el ambiente estaba un poco tenso por parte de su familia que por su cara sabía que se estaban preguntando qué era lo que había pasado hace rato con ese tipo.

-Podéis cambiar esa cara, al final querías celebrar ¿no?

-Obviamente que queríamos celebrar, pero ¿cómo pretendes que nos quedemos tan tranquilos cómo estás tú en este momento después de que no entendamos que pasó hace cuatro años?

-Porque como dijiste, pasó hace cuatro años, está en el pasado, y segunda, porque no quiero amargaros el día.

- ¿Más de lo que pareció que te lo amargó Federico hace rato?

-No me lo amargó, solo me llevé una sorpresa al verlo.

-Una sorpresa no agradable.

-Eso quedó más que claro abuela, pero no quiero que os sintáis mal más.

-Lo haremos siempre, eres el pilar de esta familia prácticamente, la que le da vida y está ahí para lo que necesitemos cualquiera de nosotros. De vez en cuando nos gustaría poder devolverte el gesto.

-Pero no es necesario.

-Eso es lo que tu piensas, pero realmente nos gustaría poder ayudarte más a menudo.

-Lo hacéis, pero en serio, estoy bien. Os contaré más adelante que es lo que pasó hace cuatro años, en serio, pero…

-Eso dices siempre y al final nunca cuentas nada Gabriela.

Su abuela se había quedado mirando para ella fijamente intentando descifrar si lo que decía Gabriela era cierto.

-Nerea, dice la verdad.

- ¿Cómo la puedes creer abuela? Siempre hace igual.

-Porque en este momento no está mintiendo. Además, si ella dice que es cosa del pasado, está bien, lo contará si quiere, es su vida al final.

-Gracias abuela. Ahora lo que te iba a pedir antes.

- ¿Qué es?

-Saca lo que llevas esperando desde que Alex se apareció en casa.

- ¿En serio?

-En serio, pero nada de contar historias ridículas por favor te lo pido.

Con eso salió rápidamente hacia la casa para ir a coger los álbumes que pero al parecer parecía contenta por poder mostrarlos, y la sonrisa de Gabriela me lo confirmaba.

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