Después de las ultimas palabras de Lucifer unas esferas de fuego aparecieron que al extinguirse mostraron unas maletas. Alegremente Lucifer las tomo y con todo el animo decidió retirarse.
— Espere por favor!! No me deje así, necesito más información —Rogaba Daniel— ¿Cómo que sus nueve hijos? ¿Tendré alguna especie de poder? Acaso tendré a alguna sexy demonio sirvienta.
—Que fetiche raro tienes con las demonio—contesto Lucifer—Ustedes los humanos con sus ideas raras de romance interespecies.
La desesperación de lucifer por irse era evidente, su comportamiento mostraba un nerviosismo algo inusual, como preocupado por que llegara alguien indeseado. Pero las suplicas de Daniel no paraban, sabia que si no hacia algo pronto esta situación se alargaría mas.
—Ya basta!—Grito Lucifer—¡¡¡VIRGILIA!!!!
—Ya escuche!—Se escucho una voz femenina—ya cállate no hay necesidad de gritar.
Acompañando esas palabras se hizo presente un tubo de luz, al desaparecer dejo mostrar una despampanante mujer de piel morena, su vestido brillaba como si fuera una noche estrellada, su pelo era esponjoso con rulos en las puntas llegando casi a la cintura y de tantas tonalidades como el atardecer, su rostro tenia un maquillaje llamativo y colorido con unas pestañas tan grandes que abanicaban con el solo parpadear. Daniel quedo sin aliento al ver aquella deslumbrante mujer, no podía expresar sus pensamientos como si un nudo en su garganta estorbara a sus palabras.
—A, a, caso tú, tú eres—Tartamudeo Daniel—AH! ERES UN HOMBRE!
—CALLATE IDIOTA!!—grito Virgilia mientras lo golpeaba fuertemente en la mejilla—Me asustas.
Daniel rompió la mesa con su cuerpo y por la fuerza del golpe quedo atolondrado. Ya un poco más calmada, la ofendida Virgilia se dirigió con Lucifer.
—Entonces supongo este es el tipo.
—Así es Virgilia ¿Que te parece?
—Parece que es tonto, despistado, con falta de carácter, sencillo y poco destacable parece ser del tipo manipulable, supongo que es perfecto para tus planes.
— Si es así, entonces… ¡Ya despiertalo que el tiempo se me esta acabando! — Exigió enojado Lucifer.
Indignada Virgilia le propició una serie de cachetadas al atolondrado Daniel buscando hacerlo entrar en razón. Cuando por fin recupero la conciencia, Daniel se alejo asustado de la despampanante mujer pidiendo perdón.
—Ya paso—dijo Virgilia en un tono mas amigable—Como digo la primera impresión es lo que cuenta, aunque esto no fue como lo esperaba. En fin deja presentarme, Yo soy Virgilia, ama de la belleza y reina entre las reinas.
—Aaah ahora lo entiendo así que los de tu tipo también terminan aquí—Menciono inocentemente Daniel
—¡CLARO QUE NO IDIOTA!—acompaño con un fuerte golpe—Yo no soy de aquí ni de aya, yo no puedo ser juzgada por las leyes de Dios. Mi ser trasciende mas aya del mal y del bien soy la pureza encarnada, condenada a no encontrar mi lugar.
Estas palabras llegaron al corazón de Daniel, la seguridad que ella emanaba impregnaba su inseguro ser, como si de una santa se tratara.
—En realidad—Interrumpió Lucifer—el problema con personas como ellos es que son demasiado puros como para estar en el infierno, pero de igual manera son algo malditos como para estar en el cielo, por lo que la idea principal era dejarlos eternamente en el purgatorio, pero al juntarse muchos de ellos hacen demasiadas discusiones, peleas, dramas, shows, fiestas, cantos, en fin demasiado ruido, tanto que no dejan a los demás pasar sus condenas con tranquilidad. Como lo había dicho mandarlos al infierno era injusto pero mandarlos al cielo también era injusto por lo que mejor decidimos darles paso libre, en otras palabras pueden estar entre el cielo y el infierno, ademas para descansar un poco de ellos, también pueden ir a la tierra pero solo como seres incorpóreos.
La imagen de santa que tenia Daniel se quebró, desapareció y solo quedo una mirada de decepción.
—Cof* Cof* como sea—Rapidamente Virgilia cambio el tema—Podrías explicarme por qué me convocaste.
— Es fácil, solo quiero que seas su guía—contesto tranquilamente Lucifer—así que con esto resuelto yo me voy.
— ESPEEEERAAAAA!—Resono la aguda voz de Virgilia—Sabes tan bien como yo que tus niños no lo tomaran bien, así que seria bueno que le dieras una pequeña ayuda ¿no creeeeees?
Con un decepcionante suspiro Lucifer camino en dirección de Daniel, con cada paso este se retorcía de miedo, muy dentro de él sentía que algo estaba mal por lo que no tuvo más opción que cerrar los ojos fuertemente y esperar lo peor. La mano de Lucifer descanso sobre la cabeza de Daniel provocando que una extraña calma se apoderara del alma de Daniel, la sonrisa y mirada de Lucifer alejaron sus temores y malos pensamientos. Lucifer apoyando con solo las puntas de sus dedos le dio un giro violento a la cabeza de Daniel provocando que se desgarrara la piel del cuello y con un rápido tirón la cabeza de Daniel esta se desprendió dejando que su cuerpo se desplomase al piso como un saco de carne del cual brotó un charco de sangre, mientras la cabeza sangrante quedaba en la mano de Lucifer
"Polvo eres y en Polvo de Convertirás"