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Capítulo 3

-Okay, ¿Verdad o reto?- Dijo Emily después de darle un sorbo a su bebida.

-Verdad.- Se limitó a decir Miguel Ángel.

-¿Yo te gusto? Quiero que digas la verdad.- Dijo Emily mientras humedecía sus labios.

-Ummm, no.- Respondió él mientras le quitaba la gaseosa de las manos.

Ella sólo sonrió un poco, como si supiera que él estaba mintiendo. A fin de cuentas sólo era un juego.

-Es mi turno, ¿Verdad o reto?- Le dijo Miguel ángel.

-Reto.- Dijo ella seguido de hacer un movimiento con su mano.

-Bésame.- Se limitó a decir Miguel Ángel.

Se podía notar en su expresión que ella creía que él estaba bromeando, pero no era así.

-Tranquila, estoy bromean...- Iba a decir Miguel Ángel cuando ella lo interrumpió con un beso.

Pipipi. El ruido del despertador sacó del sueño a Miguel Ángel, que se dirigió tambaleando hacia el baño para lavarse la cara. Miró en el espejo su rostro y deseó con pasión poder volver a su sueño.

James le tocó la puerta a Miguel Ángel como de costumbre para que bajara a desayunar.

-¡El desayuno está listo! Recuerda que hoy no iré a la escuela.- Gritó James.

-Está bien. Bajaré en un minuto.- Respondió Miguel Ángel.

Miguel Ángel se sentó en la cama un poco confundido. Por varios segundos tuvo la mirada borrosa y no recordaba haberse quedado dormido la noche anterior. Era muy extraño pero no le dió mucha importancia y bajó a desayunar.

Lo hizo con rapidez y se fue a duchar.

Miguel Ángel iba a salir de la casa justo cuando vio a Emily salir de la suya.

Casi de inmediato él se escondió. Ni siquiera él entendía porqué se escondía.

Después de ver que Emily se alejaba, Miguel ángel sacó el auto de la cochera y se marchó.

Condujo como de costumbre a la escuela. Se estacionó y entró a clases.

El día estaba transcurriendo bien. Nada fuera de lo normal. Miguel Ángel estaba en la clase de Literatura. Era la profesora Marisol quien daba esa clase. Una profesora bastante estricta. Alta de estatura, tez blanca, grandes ojos y unos enormes lentes que la complementaban.

-Ver a la profesora Marisol con sus grandes lentes y su ropa anticuada me dan ganas de cambiarme de aula, ¡aghh!- Dijo Jennifer. La novia de James.

Miguel Ángel y ella se conocían desde hace un año. Sólo por vídeollamadas. Tenían algunas clases juntos así que era la perfecta oportunidad para hacerse amigos.

El timbre para almorzar sonó y casi de inmediato Miguel Ángel recogió sus cosas y salió del aula.

Mientras guardaba sus pertenencias en el casillero vió a Emily entrando a la cafetería. Terminó de hacer lo que estaba haciendo con rapidez y fue a donde se encontraba ella.

La buscó con la mirada entre todas las personas que se encontraban en la cafetería.

-Oye quiero explicarte porqué actué tan raro en tu casa ayer.- Dijo Miguel Ángel mientras se sentaba en la mesa en la que ella se encontraba.

-No te preocupes. Olvida eso.- Dijo Emily mordiendo una papa frita.

Ella sonrió sin abrir la boca y a Miguel Ángel le pareció un poco tierno pero en vez de decirle eso le dijo:

-Pareces una tonta poniendo esa cara.-

-Y tú un aburrido con la tuya.- Emily se echó a reír.

De un momento a otro la sonrisa se borró de su rostro.

Emily vió a Nate Brown. Su ex-novio. -¿Cuando volvió?- Se preguntaba ella.

Él estaba sentado en la mesa de enfrente solo. Todos le tenían miedo por su personalidad fría y cortante.

Emily no podía dejar de mirarlo. Tampoco podía dejar de preguntarse qué hacía él aquí. Porqué había vuelto a la escuela.

-¿Tienes algún problema conmigo?- Dijo Nate en voz alta.

De un segundo a otro la cafetería se volvió silenciosa.

Todos, incluso las cocineras, dejaron de servir la comida. Emily se volteó rígidamente hacia él. Su mandíbula estaba contraída y sus labios estaban apretados en una línea recta.

-¿Disculpa?- Preguntó Emily cautelosamente.

-¡¿Acaso estás sorda?!- Exclamó seguido de poner sus puños en la mesa.

Emily escuchó el movimiento de una silla a unos centímetros y por el rabillo del ojo pudo ver a Miguel Ángel ponerse de pie.

-No le hables así.- Dijo Miguel Ángel con voz ronca.

Nate sólo lo miró muy molesto por haberlo interrumpido.

-Mi asunto es con ella.- Respondió entre dientes.

-Los problemas que tengas con ella... Caminó hasta ponerse frente a Nate y emily comenzó asustarse ...los arreglas conmigo.-

-Miguel Ángel, no hagas esto.- Le susurró Emily después de acercarse a él.

Nate respiró profundo. Poniendo toda su atención ahora en Miguel Ángel.

-Más vale que le digas a tu noviecita que deje de mirarme como una perra.- Dijo Nate con mucha autoridad.

Sus palabras fueron abruptamente reemplazadas por el golpe que Miguel Ángel le lanzó a la cara.

Todos estaban sorprendidos, no sé si era posible que hubiera más silencio.

Nate limpió las gotas de sangre que brotaban de sus labios y empezó a golpear a Miguel Ángel como si intentara matarlo.

Emily iba a intervenir pero un chico la sujetó. Ella estaba llena de impotencia al ver como golpeaban a Miguel Ángel y nadie hacía nada. Emily no los culpaba, le tenían miedo a morir a Nate.

Emily sólo se preguntaba dónde podría estar James, el hermano de Miguel Ángel.

Cuando por fin Emily pudo zafarse de los brazos del chico, corrió y se puso delante de Miguel Ángel.

Ella tenía a Nate justo al frente, él tenía una estatura y ojos intimidantes.

-Quítate de enfrente o te golpearé a ti también.- Dijo Nate sin falta de masculinidad en su voz.

-No te atreverías.- Se limitó a decir Emily.

Ella obviamente estaba asustada pero escuchar a Miguel Ángel gemir de dolor detrás de ella le daba más valentía.

Algunos podrían pensar que era extraño que en sólo 2 días ella defendiera a Miguel Ángel de esa manera. Incluso hasta para Miguel Ángel era extraño.

-¿Me estás retando Emily?- Respondió mientras apretaba su mandíbula.

-¡Señor Brown! A mi oficina.- Dijo el director.

Después de que Nate se fue a la dirección Emily ayudó a Miguel Ángel a pararse y fueron a la enfermería.

En ese lugar le dieron un permiso a Miguel Ángel para irse a casa, porque la enfermera dijo que él debía descansar.

Emily lo acompañó a buscar sus cosas y se despidió de él haciendo un gesto con su mano y una sonrisa.

Cuando Miguel Ángel se iba a casa pasó por la oficina del director y la puerta se abrió. Nate salió acompañado del Sheriff Thorne y lo miró con la misma intensidad de antes.

Cuando Miguel Ángel estaba apunto de salir al exterior volteó hacia los pasillos solamente para confirmar que Nate seguía observándolo como si estuviera planeando su siguiente ataque.

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