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Mundo Shinobi - Clones verdaderos - 553 - NSFW

Kain levantó las piernas de Akako y las puso sobre sus hombros mientras la miraba recostada en la cama. Su cabello rubio estaba suelto y regado alrededor de su rostro. Los ojos enfocados en él. Los labios rojos, pero se le había corrido el labial. La piel aceitosa y sudorosa en igual proporción. Los senos grandes e hinchados por la excitación. Los pezones erectos y su pecho subiendo y bajando por todo el sexo que habían tenido.

Afuera del departamento el cielo estaba oscuro y estrellado. Ni siquiera habían comido, solo se dedicaban al sexo y como respuesta a eso, Akako estaba tan húmeda que Kain solo tuvo que empujarlo suavemente y entro hasta el fondo. Akako soltó un gemido, le dolía, tenía la vagina hinchada y adolorida de tanto sexo.

Kain lo empujó hasta el fondo y lo sacó, también estaba sensible, le dolía el pene, pero la lujuria era mayor. Él entraba en Akako, ella estaba resbaladiza, cálida y suelta. Él lo metía hasta el fondo, presionaba un poco, movía sus caderas en círculos y después lo sacaba. Él tomo el tronco y lo froto contra el clítoris de Akako. Ella soltó un fuerte gemido, mitad por la lujuria, mitad por el dolor que le producía haber tenido tanto sexo.

Kain siguió moviendo sus caderas, jadeaba como un perro, pero continuaba vigorosamente. Él bajo las piernas de Akako, acercó su rostro a los senos y le lamio los pezones. Estaban muy duros por toda la excitación. Él siguió subiendo hasta la cara, le lamio las mejillas, ella acercó su boca y se besaron. Kain lo fue presionando más profundo. Akako gemía mientras se aferraba a la cama.

Kain lo metió una última vez, Akako soltó un gemido ahogado y se aferró a Kain con todas sus fuerzas.

Kain se detuvo, lo dejo dentro de Akako y se quedó quieto. Ambos respiraban con dificultad. La habitación estaba hedionda a sexo. Lo habían hecho en tantas posiciones y en todo tipo de lugares. Kain apoyo sus manos en la cama y se hizo a un lado. Él cayó de espalda sobre la cama y miró el techo, estaba oscuro, pero por fin se dio cuenta que estaba muy oscuro. No solo era la sombra proyectada por las cortinas. Él miró hacia el ventanal que daba al balcón. Había un pequeño espacio en la cortina que le dejaba ver hacia afuera. El cielo estaba oscuro y estrellado, era de noche.

Kain soltó una suspiro, todavía estaba recuperando su fuerza. Él miró a Akako, ella también estaba cansada, sudorosa, con una expresión lánguida. Kain se acercó a ella y la beso. Él llevó su mano al vientre de Akako, la acaricio, pero ella lo detuvo.

—Déjamelo a mi— susurro Kain y la beso.

Akako fue reciproca, ya no lo detuvo y lo dejo hacer lo que él quisiera.

Kain sentía sus propios genitales adoloridos, así que intuyo que Akako también podría estar incomoda, pero en lugar de emitir ninjutsu médico, él proyecto esencia vital. Akako sintió un tremendo alivio como un sentimiento fresco que calmo el dolor en sus genitales. Ella no tenía idea de lo que estaba pasando, pero era bueno, excelente, lo mejor que le podría pasar ahora.

Kain termino el tratamiento y la abrazó. Él noto como el cuerpo de Akako se relajaba, seguramente ella estaba en su límite. Kain acaricio el abdomen, pero apartó su boca y la dejo de besar. En su lugar, él llevó su boca al oído de Akako y le dijo —te daré un pequeño premio—

—¿Eh?— dijo Akako, pero antes de que ella pudiera decir algo más, ella sintió una fuerte estimulación en su entrepierna. Ella apretó sus muslos, contrajo su cuerpo y se afirmó de Kain con todas sus fuerzas. Ella sintió como en su cabeza escuchaba un suave pitido que fue aumentando en intensidad hasta que todo se fue a blanco y cayó inconsciente.

Como Kain tenía la mano en la entrepierna de Akako, pudo sentir en su palma todos los fluidos que esparció Akako, fue una gran cantidad como si ella estuviera orinando. Él sonrió, esto era demasiado, pensó. Por eso se había prometido como regla hacerlo como un premio caprichoso y ocasional. El uso indiscriminado volvería insensibles a las mujeres que lo probaran muchas veces. Y eso que solo era un 10% de la estimulación original que había logrado Nagisa a través de su técnica de percepción. Aquella vez fue una situación crítica, su sistema nervioso se descontrolo al punto de estar cerca de la muerte.

En ese aspecto, Mana Izumi fue inteligente e instintiva. Ella era el tipo de persona que odiaba perder el control y claramente, cualquiera que pruebe esta estimulación, perdería el control. Aunque sea como Kain dijo, un 10%.

Kain miró a Akako, ella estaba inconsciente, pero seguía gimiendo. Su cuerpo se seguía contrayendo. Kain llevó la mano a la entrepierna y solo basto que la tocara levemente para que ella soltara un gemido fuerte y volviera a soltar una gran cantidad de fluidos. Kain soltó un suspiro, todavía era muy fuerte un 10%. Tendría que disminuirlo a la mitad si quería que realmente fuera una situación estimulante y la gente sobreviviera para contarlo.

Kain estaba cansado, sudoroso, había perdido toda su esencia; estaba en el interior de Akako. Él soltó un suspiro, cerró los ojos y se quedó dormido.

Kain parpadeo un poco, sentía como la luz le llegaba a los parpados. Además, sentía algo cálido en su entrepierna, era una sensación agradable. Kain abrió los parpados y miró, vio el techo y soltó un suspiro. Él miró hacia abajo y vio una cabeza con cabello rubio, liso y largo. La cabeza se movía de arriba abajo mientras la boca producía ruidos obscenos.

Akako lo sacó de su boca y tomo una profunda respiración. Ella lo vio grande y erecto. Ella miró a Kain y al verlo despierto, se ruborizo y le dijo —Kain-sama, Akako te va a servir—

Ella ni siquiera espero que Kain dijera algo, solo subió encima de él, apoyo sus piernas en la cama y bajo su entrepierna. Kain entro fácilmente en ella y ella soltó un suave gemido. Akako miró a Kain mientras levantaba y bajaba su trasero, lo recibía hasta la base, movía las caderas en círculos y volvía a levantar su trasero.

—Kain-sama, Kain-sama— dijo Akako entre jadeos —Akako está muy caliente, Akako quiere tu semilla. Embaraza a Akako, te quiero, te amo— ella levantaba y bajaba las caderas muy rápido. Ella gemía cada vez con más fuerza. Era uno de los efectos secundarios de la estimulación de Kain. El cuerpo quedaba muy sensible, el cerebro afectado por la potente estimulación de neurotransmisores.

Akako bajo violentamente su cadera y aplasto la entrepierna de Kain. Ella se quedó quieta, su cuerpo tenso, la cabeza agachada y los ojos cerrados mientras soltaba un fuerte gemido. Ella se cayó hacia adelante, encima del pecho de Kain. Ella jadeaba con los ojos cerrados, pero sacaba su lengua y lamía el pecho de Kain. Ella gemía mientras su cuerpo convulsionaba. Kain la abrazó y Akako se estremeció.

—Kain-sama— susurro Akako —¿Qué le pasa a Akako? Estoy loca, Kain-sama, estoy loca— pero su cuerpo no paraba de estremecerse. Ella se aferraba a Kain mientras jadeaba.

Kain le acariciaba la espalda para que ella se calmara, pero era para peor. Ella más se estremecía, así que Kain dejo sus manos quietas en la espalda de Akako. Ella por fin se comenzó a relajar. Akako jadeaba, ella besaba a Kain en el pecho, subió por el cuello, le beso la mandíbula y busco su boca. Sin embargo, eso fue para peor, porque en medio del beso, ella soltó un fuerte gemido y su cuerpo se volvió a estremecer. Ella gimió, pero volvió a besar a Kain y la estimulación continuo.

Kain pudo sentir todos los fluidos que salían de Akako. Ella se estremecía y se aferraba a los brazos de Kain hasta enterrarle las uñas. Sin embargo, ella no paraba de besarlo hasta que por fin colapso y cayó inconsciente.

Kain levantó su mano derecha y se enfocó en su habilidad de gravedad. Él atrajo su brazalete negro y se lo puso en el antebrazo izquierdo. Él activo el brazalete y apareció un listado de procesos en su rango de visión —análisis de estimulación de percepción sobre Akako Hoshino— dijo

Al instante apareció un cuadro de dialogo enlistando decenas de procesos. Cada proceso fue resuelto en milésimas de segundos. Todo el proceso no demoro más de diez segundos y apareció en su rango de visión un cuadro de dialogo con la figura de Akako. La silueta giraba mostrando las zonas de mayor actividad. Prácticamente todo su cuerpo era una zona erógena, el sistema nervioso estaba afectado al punto de caer en peligro.

Kain llevó su mano a la espalda de Akako y emitió esencia vital. El cuerpo de Akako recibió la energía y ella soltó un suspiro de alivio —un 10% sigue siendo demasiado. Incluso un 5% es demasiado— susurro —realiza simulación con un 1% de estimulación—

Kain vio en su rango de visión la silueta de Akako. En la simulación la energía fue introducida a través de la región genital, pero, aun así, 1% era demasiado. Llevaba el cuerpo más lentamente al límite, pero seguía siendo peligroso hasta el punto de afectar a futuro el sistema nervioso. Claro, sin un tratamiento adecuado. Sobre todo, porque Akako no era shinobi.

Kain paso varias horas revisando varias simulaciones mientras Akako dormía encima de él. El día avanzaba hasta que dio el medio día y Akako por fin se despertó.

Para ese momento, ella dormía sobre la cama cubierta por una sábana. Akako se sentí lánguida y débil. Se sentía sedienta como si no hubiera bebido agua en un mes. Ella tanteo la cama, pero no encontró a Kain. Ella levantó la cabeza, pero le dolió la cabeza y apoyo su nuca en la cabecera. Ella se agarró la cabeza y sintió un fuerte dolor como si tuviera resaca. Ella soltó un suspiro y dijo —Kain-sama, Kain-sama— pero él no respondió.

Akako apoyo sus manos en la cama y se levantó lentamente. La sábana cayó y su torso quedó expuesto. Ella miró hacia los lados y pudo escuchar el suave ruido de la ducha. Ella parpadeo un par de veces, se acercó al borde de la cama y se bajó. Ella apoyo sus pies en el piso de cerámica, pero sintió sus piernas débiles. Ella soltó un gemido, pero endureció sus músculos para que sus piernas la pudieran soportar. Ella camino hacia el baño, perdió el equilibrio y choco con la pared, apoyo las manos y se equilibró.

Akako entro al baño y miró hacia la mampara de la ducha. Ahí estaba Kain, debajo del agua de la ducha. Akako se acercó a la mampara, la abrió y entró. Kain se dio cuenta de ella, se dio la vuelta y Akako se lanzó a sus brazos. Ella lo abrazó y cerró los ojos. Ella no era de agua fría, la odiaba, pero en estos momentos, el agua fría se sentía increíble.

—Kain-sama, me siento débil— dijo Akako

—Lo sé, vamos a pasar el resto del día aquí— dijo Kain y la abrazó —mañana viajaremos—

—Gracias, en serio— susurro Akako y ella apretó sus muslos sintiendo un cosquilleo en su entrepierna —todavía estoy sensible—

—Sí, lo estarás todo el día, recién en la noche volverás a la normalidad. No te preocupes, me quedaré contigo todo el tiempo—

—Gracias— susurro Akako

Kain negó con la cabeza mientras la abrazaba. Él ocasiono toda la situación, lo mínimo que podía hacer era cuidarla.

—Kain-sama— susurro Akako, ella levantó su rostro y lo miró a los ojos mientras el agua de la ducha la empapaba, su cabello rubio caía lacio —Akako está muy caliente, te quiero—

Kain la miró a los ojos, la beso y la guio a la pared de la ducha para apoyarla. Él levantó la pierna de Akako y entró en ella.

Akako se abrazó a él y cerró los ojos mientras relamía sus labios.

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