Japon - 1594, Kyoto - Oohara , mes de julio.
Después de un largo tiempo de vagabundear por aquí y por allá, Kain había vuelto a la isla del sol naciente. Hoy era un día soleado y Kain caminaba con un kimono gris para no llamar la atención. El aire caliente se podía sentir junto con el aroma de los árboles y los gritos que venían de un dojo. Kain miraba desde la distancia estudiando los movimientos de los samurái. Llevaba un gran gorro de paja, típico de la región, pero ocupaba un velo para cubrir su rostro y no llamar la atención. Aunque, una persona que se cubre todo el rostro de por si es sospechosa.
-Dime ¿Por qué te cubres la cara?- pregunto una voz juvenil desde su espalda. Mas que una pregunta, era una demanda. Por otro lado, por lo chillón de su voz, no pasaba de los diez años -si no me dices llamare a mi padre para que te eche del pueblo-
-Tranquila niña- dijo Kain tratando de no generar una escena. Levanto sus manos en señal de rendición y se dio la vuelta -solo estoy mirando como practican el arte de la espada-
-Ese acento- dijo la niña de pelo rosa en un estado alterado -¡eres un extranjero!- la joven llevaba una katana en su mano izquierda y en un gesto torpe la desenfundo -no son bienvenidos los extranjeros aquí, ustedes se robaran nuestra cultura-
Kain sonrió y se ganó en guardia, nunca se puede subestimar a los guerreros de este país. Incluso si son mujeres o son niños. La pequeña apenas podía sostener la katana y Kain se quería reír de lo simpático que se veía -¿segura que puedes manejar la katana?- pregunto preocupado, a la niña le tiritaban los brazos -es demasiado grande para ti-
La joven lo miro con lágrimas en los ojos y dijo -¡cállate!, ¿te atreves a ofender mi orgullo como guerrero? mereces la muerte- la pequeña guerrera lanzo un feroz golpe y Kain lo detuvo con el dorso de la mano. La niña quedo en shock y exclamo -¡mentira!, estoy segura que podría cortar la piel de un jabalí con ese movimiento- solo el día anterior había robado la espada a su padre y había matado algunos animales en el bosque, lo que la había llenado de confianza. Ella miro el filo de la espada y le pregunto -¿eres un tengu o algún kappa?-
Kain se rio y dijo -podría decirse, ahora que ya hemos intercambiado golpes me iré, no quiero problemas-
-Espera tengu- dijo como si no hubieran terminado su negocio -tengo que vencerte primero, ¡espera!- la niña empezó a correr con la espada, pero a los pocos metros se cansó y la comenzó a arrastrar. Después de avanzar diez metros mas se detuvo -¡maldito! ya verás, luego te cazare- dijo prometiéndole la revancha entre jadeos y transpiración. Se devolvió caminando y arrastrando la espada, pero todo su cuerpo se congelo cuando escucho un grito que vaticinaba problemas.
-¡Musashi!- grito un hombre desde la distancia, se acercaba con una clara mirada llena de molestia. Era alto, con el pelo negro y un calva estilizada para la época -¡¿adónde llevaste mi espada?!-
-Padre- dijo Musashi en un aprieto, miro en todas direcciones buscando un lugar para esconderse, pero no había. Así que lo enfrento con una sonrisa y dijo -había un tengu espiando el dojo y lo quería vencer-
-¡Cállate!- dijo el hombre casi furioso. Musashi tenía un amplio prontuario de travesuras así que sus cuentos poco poder tenían sobre él -¿porque no puedes ser más tranquila?, apenas puedes mover la espada, pero la sacas sin permiso, ve a la casa ahora mismo-
-Padre- dijo Musashi en un tono lastimoso. No obstante, le quitaron la katana y le dieron una fuerte nalgada. Después de recibir golpe en su trasero, Mushashi avanzó entre llantos y le insistió -te estoy diciendo la verdad-
-Mira como estropeaste el filo de la katana- dijo el hombre al examinar la katana -lo más probable es que golpeaste alguna piedra-
-o-
Japon - 1594, Kyoto - Oohara , mes de septiembre.
-¡Sal de tu cueva tengu!- grito Musashi en su desafío diario -hoy te venceré con todo mi poder-
En ese justo momento, Kain cocinaba carne de oso, pero se sintió frustrado al escuchar el escándalo. Su pequeña visitante ha venido durante los dos últimos meses a pelear con él todos los días. Armándose de paciencia camino hasta salir de la cueva. Una vez que salió se encontró con un bosque de colores amarillos y rojizos. Todo era precioso, pero la pequeña revoltosa hacía difícil disfrutar del paisaje. Llevaba su pelo rosa amarrado en un moño y sonreía con picardía.
-Musashi, comamos primero y después peleamos, hoy prepare estofado de oso- dijo Kain
-¿De veras?- pregunto Musashi con los ojos brillantes. Había pocas cosas que Musashi amaba y al parecer una de ellas era comer. Así que se olvidó al instante de su desafío y del camino de la espada. Ahora en su mente había una meta, llenar su estómago -eres tan tonto, ¡tienes que decir eso primero!, si compartes tu comida te perdonare, pero solo por hoy-
Kain apretó sus puños para no golpearla. Musashi era ruidosa como ella sola y glotona a mas no poder; sin contar lo descarada -ven Musashi- dijo Kain soltando un suspiro -vamos a comer, más tarde peleamos un poco-
-Bueno- respondió Musashi, siguió su camino hasta entrar en la cueva y se sirvió una porción sin pedir el consentimiento de nadie -Itadakimasu- agrego con una gran sonrisa y se llenó la boca con comida.
Kain camino y se encontró con el espectáculo, no es la primera vez, pero siempre le asombra lo descarada que es Mushashi -me pregunto ¿Qué clase de cosa tan terrible hice en mi vida para tener que conocerte Musashi?-
-Debes, haber, sido buena persona, para tener tanta suerte-
La ceja de Kain palpitaba.
-o-
Japon - 1595, Kyoto - Oohara , mes de marzo.
El frio había llegado a la isla del sol naciente. Los animales se habían puesto a invernar y las hojas de los árboles se habían caído. El ambiente no era el propicio ni para trabajar, ni para jugar, ni para entrenar a la intemperie, pero nunca falta la gente sin sentido común.
-Tengu- grito Musashi, pero a diferencia de otros días, hoy no había venido para retar a Kain. Como el tengu realizo muchos "tributos" el año pasado, se habían vuelto "amigos". Así que ella lo perdono y ya no lo cazaría. Así de buena era Musashi.
Musashi se paró fuera de la cueva y dijo -hoy te enseñare el arte de la espada, así que trae tu trasero aquí y llámame maestra-
-Musashi- dijo Kain somnoliento, se levantó de la cama y salió de la cueva para responderle medio dormido -¿no crees que es un poco temprano para venir a jugar?, ven acá-
Entonces Musashi entro por la puerta de piedra y le pregunto -¿Por qué eres tan vago?- se molestó al ver que una vez más a Kain hacia su camino a la cama -ya te dije, la espada…-
-Cállate niña y duerme- exclamo Kain mientras llamaba a Musashi y le ofrecía la mitad de su cama para seguir durmiendo -hace mucho frio ¿No viste que está nevando?-
-Tengu ven- dijo Musashi al borde de las lágrimas -vamos a practicar con la espada-
-Ok, Musashi-chan- respondió Kain como si estuviera cediendo, cambio el método directo e intento otro enfoque -pero ven acá y después vamos a jugar-
Musashi se rindió y acepto la propuesta. Se acostó por un momento y como estaba agradable, se acomodó y quedo fuera de combate.
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Japon - 1595, Kyoto - Oohara , mes de abril.
El invierno se había acabado, estaba un poco fresco, pero el día estaba despejado y radiante. Musashi como todos los días, corría por la montaña a ver a su amigo, Tengu. Hoy le llevaba un regalo especial, ahora sí podrían parecer verdaderos espadachines. Ella no medía más de un metro con treinta pero surcaba la montaña con grandes zancadas. Su cabello rosa se movía en una coleta juguetona que se balanceaba de lado a lado mientras corría. Una vez que llego a la cueva, Mushashi hizo lo de siempre.
-Vamos Kain- dijo Musashi a gran voz. Kain aburrido de ser llamado tengu, le dio su nombre real y de verdad se hicieron amigos. Al rato después, Kain salió vistiendo como siempre, con un kimono gris y su larga cabellera blanca arreglada en una coleta. Musashi lo miro con confianza y le dijo -hoy traje unas espadas de madera para que practiquemos-
Kain levanto la ceja izquierda en confusión y le pregunto -¿De dónde sacaste esas espadas?-
-Del dojo- dijo Musashi con unos tímidos susurros -¡no te preocupes, las devolveré más tarde!-
Kain se arrodillo y la miro a los ojos -eso está mal Musashi- dijo. Musashi era una niña después de todo y todavía está creciendo, así que no está demás corregirla -ve a devolverlas. Ven mañana y yo tendré una par solo para nosotros ¿bien?-
-¿De veras?- pregunto Musashi súper animada -¿no me mientes?-
-De veras, así que devuelve esas espadas-
-Entonces promesa de meñique-dijo Musashi levantando su pequeño meñique y un pacto se forjo.
Kain también saco su meñique y conecto ambos para jurar que cumpliría su promesa. Sin embargo no esperaba que la penalización era algo tan espeluznante.
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Japon - 1595, Kyoto - Oohara , mes de julio.
En pleno verano, los árboles estaban frondoso y el viento corría libre por las montañas. Se escuchaba el cantar de los pájaros y el trote de los caballos. En las villas sonaban dos cosas con igual fuerza, el sonido de los azadones trabajando la tierra y el grito de los guerreros practicando en los dojos. Por otro lado, a la sombra de los árboles, Kain practicaba con una espada de madera mientras su pequeña maestra le enseñaba el arte de la espada.
Musashi le dijo mientras permanecía sentada en una roca -veo que has progresado con tus movimientos, me siento orgullosa como tu maestra-.
Después de algunos meses de entrenamiento, Kain ha avanzado mucho y domina varias partes del arte, pero la sutileza de la técnica es algo que solo se pule con el tiempo.
-Por supuesto que voy a mejorar- dijo Kain, dejo su movimiento y le acaricio el pelo de Musashi -he tenido a la mejor maestra de todo el mundo-
-¡Kain!- dijo Musashi algo molesta, quito la mano de su cabello y lo reprendió -tienes la mala costumbre de tratarme como una niña-
Kain suspiro y de nuevo le acaricio el cabello -cuando crezcas te tratare como un adulto- no era que él se sintiera superior, pero quería que ella disfrutara de este momento que no volverá jamás -pero ahora solo tienes once Musashi, así que te tratare como una niña-
-Eres tan malo- Musashi inflo sus mejillas y cruzo sus brazos -¡nunca me escuchas!-
-Te escucho- dijo Kain dándole un abrazo y le explico con paciencia -pero disfruta de este momento Musashi. Cuando crezcas el mundo se complicara en gran manera-
Musashi lo miro con una sonrisa inocente y le dijo -¿Y si vivo contigo aquí para siempre?- para ella este lugar se había vuelto su lugar favorito. Más que ser tratada como un problema andante, Kain la había tratado con respeto y eso a ella le gustaba -aquí es divertido y me escuchas, comemos cosas ricas y me enseñas cosas extrañas de otros países-
-Yo vivo por mi bien y por mi propia voluntad Musashi, pero para hacer eso tienes que ser fuerte. Solo los fuertes pueden decidir cómo vivir sus vidas-
-Entonces yo seré fuerte- respondió Musashi con una sonrisa inocente y declaro sin sopesar el peso de sus palabras -y después viviré contigo para siempre-
Kain sonrió y no lo tomo muy en serio, todos cambian y ella puede volverse fuerte e irse. La verdad es que Kain ha viajado esperando encontrar algo que lo haga fuerte, pero no ha encontrado nada que lo ayude. Su fuerza ya alcanzó su máximo y difícilmente podría vencer a Alaya. Sin contar que tampoco ha encontrado formas de restaurar su alma. En estos momentos, está un poco más allá del sesenta por ciento. No obstante, en ningún momento, de estos cuatrocientos años, ha podido repararla.
-¿Por qué estás tan triste Kain?- pregunto Musashi posando su pequeña mano en la cara de Kain -¿algo te duele?-
-Cuando seas más grande te diré- dijo Kain y le beso la frente. Después camino para seguir con sus ejercicios.
Musashi se quedó impresionada y se tocó la frente, miro a Kain con las mejillas enrojecidas y salió corriendo con dirección a su casa.
-o-
Japon - 1595, Kyoto - Oohara , mes de octubre.
A mediados de otoño, Kain continuaba con sus entrenamientos, a las afueras de la cueva que funcionaba como su casa, sobre un piso de tierra cubierto de hojarasca amarilla y naranja por el color de las hojas. Realizaba sus movimientos rudimentarios, siguiendo la kata que le había enseñado su super maestra. No obstante, esto era un repaso, así que una vez que completo todos los movimientos, tomo su posición una vez más y espero la señal para que empiece la prueba.
-¡Ahora Kain!- dijo Musashi en su modo instructora, hoy llevaría a cabo una prueba y no será indulgente -comienza. ¡Kamae!- Kain realizo el primer movimiento, con un centro de gravedad sólido y preparado para hacer un movimiento cortante. Musashi continuo -eso es, primera forma- nunca pensó que sería tan buena maestra, pero Kain lo hace muy bien, así que hay que ser estrictos para que no holgazaneé -segunda forma. Cuida la dirección de tus pies y baja un poco más tu centro de gravedad-
-¿Así?-
-Mm, ahora sigue. Tercera forma…-
Después de seguir varios movimientos, terminaron la sesión de estudios y Musashi se sentó frente a Kain para corregir sus pensamientos y conceptos erróneos.
-No crees que últimamente ¿estas siendo muy estricta conmigo?- pregunto Kain, notando el estado un poco alterado de Musashi y preguntándose si ella tenía problemas.
-Tengo mis propias razones para ello- respondió Musashi en un tono serio. Al contrario de lo que pensaba Kain, Musashi no era estricta con él por algún problema, sino que lo preparaba para el futuro -no te preocupes y sigue entrenando-
Kain sonrió y como siempre le acaricio el cabello de Musashi -¿no crees que te ha crecido mucho tu cabello?- pregunto, a Musashi le llegaba con facilidad a la mitad de la cintura -¿Por qué no lo arreglas de una manera diferente?-
Musashi acaricio su largo cabello rosa y le pregunto con timidez -¿Cómo te gustaría?-
-Siempre que te guste está bien para mí, lo que importa es que tú te sientas cómoda-
-Le preguntare a mamá entonces- (¿por qué tiene que ser tan indiferente?, hombre de corazón frío).
Después de conversar un poco más, terminaron la lección de entrenamiento y Kain se fue a preparar el almuerzo.
Musashi lo siguió adentro de la cueva y mientras lo miraba cocinar, le pregunto -¿Por qué no me enseñas a preparar comida?- este era su talón de Aquiles y su desgracia como mujer, no perdería como guerrero, pero la cocina era un campo en el que se había rendido.
-¿Estas segura?- pregunto Kain sabiendo sus debilidades -no quiero comer carbón-
-¡No me subestimes!- grito Musashi, pero después de media hora ocurrió lo inevitable y Musashi se pregunto -¡¿Cómo pudo terminar tan negra esta carne?!- ni siquiera ella misma se lo pudo explicar…
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Japon - 1596, Kyoto - Oohara , enero.
Era pleno invierno y a las afueras de la cueva había caído nieve. No obstante, el mal tiempo no impedía a Musashi de ocupar sus tiempos libres e ir a ver a Kain. Mientras ella dormía cómoda en la cama de Kain, este último cocinaba. El aroma de las especias y la carne agradaba al olfato.
Una vez que Kain termino de cocinar, se acercó a la cama y dijo -Musashi, ya está listo- acostumbrado a pagar sus "tributos" a su maestra, ya se había acostumbrado a este sistema. Mientras ella dormía, él cocinaba -lávate las manos para comer-
-A vo(ya voy)- dijo Musashi somnolienta, se levantó mientras se rascaba los ojos con el dorso de la mano y se dirigió a un balde con agua, movió su nariz de aquí para allá sintiendo el agradable aroma -huele bien- dijo. Se mojo la cara para despertarse y camino a su mesa para dos.
Kain se rio y le respondió -te has vuelto más dormilona con el frio-. El entrenamiento de Musashi se ha vuelto mas intenso con cada año que pasa, así que cuando Musashi se relaja, duerme mucho y por lo usual es en la cama de Kain -¿no será que te has convertido en un oso de verdad?-
-¡Cállate tonto! ¿Cómo le puedes decir eso a un mujer?- respondió Musashi
Por un lado Kain se reía y por el otro Musashi se sentaba a su lado y lo pellizcaba.
-Ouch, no seas tan violenta por favor- dijo Kain, tomo un cuenco con comida y se lo paso -ya me golpeas suficiente cuando entrenamos-
El resto de la comida siguió en silencio. Solo se escuchaba el movimiento de los palillos y el roce de los cuencos. Una vez que terminaron, Musashi miro a Kain con un rostro de disculpa y pena. Ella agacho su cabeza dejando ver su mollera rosa y le dijo -¡Kain!, mi entrenamiento llego a una etapa crítica y ya no puedo verte tan seguido, lo siento-
-No te preocupes maestra- dijo Kain en un tono suave. Gesticulo una sonrisa y le acaricio pelo como siempre lo hace -sigue tu entrenamiento y cuando estés lista volveremos a entrenar-
-¿Promesa?- pregunto Musashi levanto su meñique y mirando a Kain con esperanzas
-¡Promesa!- respondió Kain enganchando su meñique con el de Musashi -vamos, ahora que todo está bien, come un poco más- y acerco la olla con arroz. Le lleno otro cuenco, le agrego dos trozos de filete y se lo entrego
-Esto te queda tan rico- exclamo Musashi el barril sin fondo -no creo que me aburra algún día-
-Gracias maestras- respondió Kain. Según él, si Musashi pudiera pasar todo el día comiendo, lo haría -pero si sigues comiendo así, te volverás un oso de verdad-
-Si sigues burlándote de tu maestra, incrementare tu régimen de entrenamiento- respondió Musashi apuntalándolo con sus palillos.
-o-
Japon - 1597, Kyoto - Oohara , marzo.
Después de que Musashi empezó con su entrenamiento dejo de venir y solo aparecía una vez al mes para comer. Fue un gran cambio en el horario de Kain, así que aprovechando que hoy no tenía nada que hacer. Arreglo sus cosas para hacer un pequeño viaje a la costa y cerró herméticamente la cueva. Avanzó todo el camino hasta un denso bosque y evito a los japoneses que se escandalizan de cualquier extranjero que llegue a sus tierras. Por supuesto, él no puede salir sin que "alguien" se dé cuenta y una vez que ese "alguien" sintió la ausencia de Kain, lo siguió hasta alcanzarlo.
-¿A dónde vas Kain?- desde lo alto de la copa de un árbol pregunto Musashi, su voz hizo eco en el bosque.
-Quiero ir a dar una vuelta a la costa- respondió Kain con una sonrió mientras se daba la vuelta -no te preocupes maestra, te traeré algo rico para comer-
-¿No te vas?- pregunto Musashi bajando del árbol de un salto. Se acercó con un rostro preocupado y dio un pequeño salto para colgarse del cuello de Kain. Para sus trece años, Musashi era alta, pero aun así, sus pies quedaban volando -no te vas a ir sin decirme, ¿verdad?-
-Tranquila maestra, todavía tengo mucho que aprender del camino de la espada- dijo Kain, aunque maneja la espada, el estilo de la espada que nació en esta tierra no era parecido a nada que hubiera conocido antes. Ni siquiera los guerreros que luchaban con dagas tenían tal presteza -así que no me iré-
Kain entonces tomo a Musashi de sus caderas para poder bajarla, pero esta le dio un beso en los labios y salió corriendo.
Kain quedo mirando como la sombra de Musashi se desvanecía en el bosque y murmuro -parece que los niñas cada año son más precoces-
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Japon - 1599, Kyoto - Oohara , marzo.
-¿Por qué tienes que ser tan grande?- pregunto Musashi, se paraba frente de Kain y se comparaba. Para sus características japonesas, Musashi ya era bastante alta, pero en comparación con Kain habían por lo menos veinte centímetros de diferencia -Por dios-
-Mal por ti niña- respondió Kain sonriendo. Poco a poco empezaba a notar los cambios y solo la seguía llamando niña porque eso la fastidiaba. No obstante, los atributos femeninos de Musashi se habían desarrollado en gran manera -¿hace frío allá abajo?-
-¡No soy pequeña!- dijo -mira, son bastante grandes- Musashi levanto sus enormes senos y miro a Kain con algunas expectativas de que algo pasara -dime ¿no quieres probarlos?-
Desde que comenzó este año, Musashi constantemente a estado tentando a Kain para que la ataque, pero él siempre le responde "espera un poco más hasta que hayas madurado". Cosa que cabrea a Musashi, pero con lo cabezota que es, nunca se rinde.
-Espera hasta que madures- dijo Kain una vez más, es difícil mantenerse firme ante tal tentación, pero Kain no quiere hacerle daño.
-¡Córtala!- le dijo Musashi en un tono firme -muchas niñas que viven en la villa, ya son madres y están casadas- era una época en la que muchas niñas se casaban jóvenes, habían casos en que contraían nupcias antes de que llegara su primer periodo -¡eres mi hombre, así que cumple con tu trabajo!-
-¿Estas segura?- pregunto Kain con una mirada seria. Empezar una relación no era un problema, pero esto llevaba a muchas cosas que se deberían considerar -una vez que seas mía ya no podrás ser de nadie más, no te dejare jamás-
Musashi entonces desato su kimono purpura y se acercó a Kain. Ella lo abrazo desnuda y dijo -es inevitable que seas mío. Lo mismos digo Kain, una vez que seas mío, no me podrás abandonar-
-Entonces te comeré- respondió. Kain se preocupaba por ella y su pequeño cuerpo japonés. Lo acariciaba con cuidado y añadió -tu cuerpo todavía esta joven así que lo haremos con suavidad-
-o-
Japon - 1600, Costas de Yakushima , abril.
-¿Entonces, esta es la manifestación final de tu poder?- pregunto Kain. En estos momentos se encuentra en un mundo donde priman los colores oscuros y grises. Detrás de su joven esposa se puede ver un guerrero furioso, que es la viva imagen de los protectores de buda.
-¿Quieres probar mi fuerza?- pregunto Musashi revelando una sonrisa desafiante y con sus dos espadas desenfundadas.
-No seas arrogante pequeña- respondió Kain, le dio una mirada y pensó "esta mujer ha crecido engreída ya que ningún guerrero que se ha topado en su camino la ha vencido". Kain la ama, pero piensa que sería dañino para ella seguir así -puede que seas mi maestra, pero estas a unos cuantos siglos adelantada si crees que me puedes vencer-
-Si te venzo hoy me tocara arriba y tendrás que escucharme- exclamo Musashi con absoluta confianza
-Y ¿si te venzo?- pregunto Kain con una mirada picara -¿cuál será mi premio?-
-Ya veremos-
Kain desenvaino y miro a Musashi con una sonrisa juguetona. Hoy en día Kain maneja un estilo similar al de Musashi, con cuatro katanas. ¿Por qué?, pues…como Musashi es su esposa y además tiene un carácter mandón, le prohibió que flojeara y le exigió que se pusiera al día para que no la avergonzara. Así que Kain se vio obligado a entrenar sin descanso en sesiones de: sexo, ejercicio, comida, sparing, sexo, comer, sexo, ejercicio, sexo, dormir.
Ahora que está en un nivel decente con las katanas, Musashi le mostró su habilidad final. Lo que no sabe Musashi es que Kain puede ser un prodigioso principiante con la katana, pero sus años de lucha no son de adorno.
Kain se lanzó en dirección a Musashi sin tanta fuerza y velocidad, solo para probar su fuerza, lo cual enojo a Musashi. En reflejo al ataque de Kain, Musashi ordeno a la divinidad que atacara con un gran golpe, pero para su sorpresa, Kain se transformó en niebla y la espada de la divinidad paso sin siquiera tocarlo.
-Ponte serio, vamos a tener una larga conversación- dijo Musashi entre enojada y asombrada -¿vamos a ver qué cosas me has estado ocultando?-
-¡Vamos!- respondió Kain con una sonrisa -es solo un pequeño truco, pero tienes razón, no hay para que contenerse-
Entonces Kain ocupo su visión espectral y ataco con todas sus fuerzas. Musashi que tenía su habilidad ocular, fue capaz de predecir todos sus ataques, pero en respuesta, Kain con toda su experiencia evadió todos sus golpes sin recibir ningún daño.
Cuando Musashi y Kain estaban cansados. Musashi declaro un empate y lo perdono.
Kain al escuchar esto guardo sus katanas y emitió la segadora de almas. Musashi quedo petrificada al ver tal arma, después miro como Kain ondeó el arma y toda la energía del espacio y el tiempo fue absorbida. Dando de esa manera, paso a un paisaje costero con gaviotas volando a lo lejos.
Musashi miro al suelo y se mordió los labios, conoce a Kain durante muchos años de vida, pero este tiene un montón de secretos que aún no conoce.
Musashi levanto su mirada y dijo -quier… -
Pero Kain la interrumpió con un beso y después le dijo -está bien, sabía que este día llegaría y ahora te diré quién soy-
Musashi abrazo a Kain y después de un tiempo lo abrazo del cuello y lo beso apasionadamente. Lo miro a los ojos y dijo con un tono voz triste -eres mío, es inconcebible que mantengas algún secreto de mi- el solo pensar que en realidad no sabía nada de Kain, la hizo sentirse mal -¡no lo vuelvas a hacer!-
-Ven amor, vamos a comer lo que te gusta y después conversaremos largo y tendido-
-o-
Japón - 1601, Islas de Ryukyu , noviembre.
Kain y Musashi estaban en una cabaña cerca del mar, este se volvió su lugar favorito después de vagar de aquí para allá durante años. Cuando llegaba la época de invierno siempre se instalaban en un lugar y entrenaban, pero ya no vagabundeaban por el país. A Musashi le gustaba mucho dormir y comer en esta época, pero algo ha cambiado en el último mes. Hablo con una anciana de un poblado cercano y esta le dijo que tenía cara de embarazada. Musashi fue corriendo a buscar a Kain con su rostro aterrorizado y le pidió que la revisara. Efectivamente estaba embarazada. Kain le había dado medicina para cuidarse, pero como es una idiota se olvido de tomarla. Ahora estaba en la cama con Kain, acostada sobre su pecho, pensaba en eso. Miraba la oscuridad de noche que lo cubría todo excepto la chimenea, la cual los iluminaba con su incesante crepitar.
-Kain, tengo miedo- susurro Musashi mientras contemplaba el fuego de la chimenea.
-Es normal, todas las mujeres experimentan lo mismo- respondió Kain -todas mis anteriores esposas también pasaron por lo mismo- Musashi se enojó y con sus manos de cangrejo lo pellizco, Kain exclamo -¡ouch! a ¿Qué vino eso?-
Musashi lo ignoro y le dijo -me molesta cuando me comparas con tus esposas-
Kain suspiro y beso la frente de Musashi sin darle más vuelta al asunto. Por otro lado, Musashi soltó a su marido y recostó su cabeza y una vez más pregunto -¿es difícil ser madre?-
-Igual que todas las cosas nuevas en este mundo- respondió Kain, después de todo, los retos de la vida vienen y se van, pero tener hijos tenía un sabor totalmente diferente -no te preocupes, te ayudare con mi mejor habilidad. Dime ¿quieres pasarle tu "Tengan" a nuestro hijo?-
-Sí, lo quiero, pero no es fácil- respondió Musashi pensando en todo el entrenamiento y sufrimiento que tuvo que pasar -tendrá que esforzarse si lo quiere-
Kain asintió, le acarició el cabello y dijo -sé cómo hacer una medicina si no puede despertar la habilidad, puedes darle la medicina y de esa forma pasar tu legado-
-¿Por qué nunca lo has usado en ti?- Musashi sabía cuan valiosa era su habilidad, pero Kain lo hablaba como si nada.
-No la necesito- desde un punto de vista, la experiencia sería un poder increíble, pero difícil de adquirir. Sin embargo Kain ya lo poseía -mi visión espectral es más que suficiente-
-¿No quieres ser como yo?- pregunto Musashi con un rostro triste -¿no te gusta mi poder?-
-No es eso- Kain la beso en labios y aclaro -no seas tonta, jamás me desagradaría ser como tú, es solo que no lo necesito-
-¡Quiero que lo tengas!- declaro Musashi con una mirada obstinada -quiero que mi esposo tenga todo lo que yo tengo-
-Ok, ok, entonces te enseñare algo bueno a cambio- Kain recordó a su amigo Leonardo y se rio pensando en lo cabreada que estará Musashi cuando choque con la misma pared -pero si logras aprenderlo será cosa tuya. Tuve un amigo que es un genio o al menos así se considera él y no lo pudo aprender-
-¿Es una mujer?- pregunto mientras sostenida con sus pinzas la carne de Kain.
Este último actuaba y le decía -ouch, ouch, no es una mujer. Es solo un anciano que ya paso su mejor momento, ouch. Suéltame amor, si no mataras al padre de tu hijo antes de que él nazca-
-Te creeré por ahora, pero ten cuidado que te pille en algo extraño-
-¿No eres un poco paranoica?-
-¡Cállate!, me dormiré, así que no me molestes-
-o-
Japon - 1602, Islas de Ryukyu , febrero.
-Tiene que ser una broma- dijo Kain con incredulidad.
Como todavía hacia un poco de frio, Kain y Musashi se quedaron en su cabaña. Ahora que Musashi estaba embarazada, se quedaba más seguido acostada y salía a caminar cuando no nevaba, pero solo por un tiempo. Kain por su parte cuidaba mucho de ella y solo salía a comprar ciertas cosas. No obstante, en uno de esos días de aburrimiento, Kain le enseño a Musashi cómo hacer sellos. Musashi los practico durante todo el día y cuando se cansaba demasiado, dormía. Después de unos dos meses de práctica, ensayo y error, Musashi logro dominar la habilidad que ni Leonardo había podido.
Cuando Kain le enseño a Leonardo la habilidad de realizar sellos, este lo intento una y otra vez durante años, pero nunca pudo lograr retener una energía. Kain por su parte que solo ha tocado la superficie de esta habilidad, no pudo juzgar porque no funcionaba. Pensó en teorías, una más complicada que la anterior, pero nada funcionaba para Leonardo.
Ahora que ve a Musashi sellar energía solar en una pequeña piedra, quedo con la boca abierta. ¿Cómo un gran genio como Leonardo no pudo lograrlo?, pero su esposa que es "especial" lo pudo lograr. Suspiro y dijo -Bueno, un misterio más para la vida- sin darle mayor importancia e ignorando la realidad, no le dio más vueltas al asunto. Era lo más sano.
-Soy genial ¿no?- dijo Musashi al ver que tuvo éxito y se acercó a Kain con su pequeña barriga -soy incluso mejor que tu amigo ¿cierto?-
-Por supuesto amor- respondió Kain, Musashi que vio a Kain un poco incómodo pregunto -¿estas teniendo problemas como mi "Tengan"?-
-Más o menos, es un poco difícil acostumbrarse-
-¡Haz tu esfuerzo!, no le puedes enseñar a nuestro hijo esa cara-
Kain sonrió y miro a Musashi, la atrajo y la beso -¿qué te parece una pequeña siesta?- pregunto.
-Estaría bien, después de todo falta para que se vaya el frío y creo que es un buen momento para que viajemos de vuelta a la casa de mi padre. Yo creo que estará más furioso que cuando me fui de casa, pero ya no podemos deambular por ahí con un bebé-
-Bueno, no te preocupes- Kain trata de calmar a su esposa. Las preocupaciones le pueden hacer mal, pero en el fondo de su corazón, él sabe lo que le pasara -con mi habilidad cómo está, tu padre no tendrá quejas-
-Lo sé, no eres el más fuerte con las katanas, pero tu habilidad con ellas es decente, en unos pocos años más podrías llegar al nivel de mi padre-
Kain no siguió con la conversación, tomo el cuerpo de Musashi en brazos y la llevo a la cama. Hay se acurrucaron los dos y durmieron plácidamente.
-O-
Japon - 1606, Kyoto - Oohara , abril.
Como la fama de Musashi se empezó a extender poco a poco por todo Japón, mucha gente vino a desafiarla o contratarla, pero murieron o fueron ignorados. Había señores feudales que vinieron a buscarla para casarse con ella, pero al enterarse que tenía un hijo y más encima su padre era un extranjero, la despreciaron. Por supuesto esa gente termino sin su cabeza sobre sus hombros.
Por otro lado, cuando volvieron a su hogar, el padre de Musashi no quería a Kain ni a su nieto. Fue una tristeza muy grande para Musashi, pero con el tiempo poco a poco lo supero. No se pudo hacer cargo del dojo de su padre. Si lo hubiera querido hacer, tendría que haber abandonado a su hijo y a su marido, esa era la solicitud de su padre. No obstante, Musashi no lo aguanto más y corto toda relación con él. Kain puede ser una cosa, pero su hijo era un tabú, si no fuera su padre hubiera muerto de la manera más trágica.
Así que igual que antes de salir a vagabundear, Musashi y Kain vivieron en la antigua cueva que funcionaba como casa. En estos momentos, Kain estaba acompañando a una joven figura similar a la de él.
-Ven acá Gin, déjame limpiarte- le dijo Kain a un pequeño niño con su mismo color de pelo y de ojos. El niño sonrió y corrió hasta Kain. Gin que casi había cumplido cuatro años era un niño muy sano y fuerte, extremadamente fuerte. Sus rasgos japoneses lo hacían ver exótico junto con su cabello blanco y ojos Lazuli. Pero eso no importaba mucho, más allá de que algunos niños lo evitaban por su miedo a los extranjeros.
Gin dejaba que poco a poco su padre le limpiara la cara. Su suave padre siempre estaba con él, caminaban juntos y él le enseñaba un montón de cosas. Todos los días eran mágicos, porque todos los días aprendía algo nuevo.
Su madre por otro lado, pasaba gran parte de su tiempo entrenando y muchas veces salía por qué venia gente a buscarla. Se iba por uno o dos días y después volvía. Una vez que terminaba la comida, por alguna razón, su madre siempre lo hacía dormir muy temprano. Solo su padre sabía cuál era la intenci��n.
Kain por su parte, no se preocupaba por la comida ni la vivienda. Todo podía ser hecho con su poder y los japoneses le tenían miedo a él y a Musashi, no se atreverían a enfrentarlo directamente. Por otro lado, Musashi salía de vez en cuando, porque venían tipos a comprobar su habilidad con la espada. Solo una vez volvió con una herida severa, pero comió la medicina de Kain y listo. No obstante, siempre hay tontos que no entienden el alcance de su fuerza.
Después de limpiar a Gin, Kain sintió una energía aproximándose y dijo en fuerte tono -¡Sé que estás ahí!, contare hasta tres para que salgas- dirigió una mirada severa -si no lo haces yo mismo te sacare-
-Parece que lo rumores son verdaderos, la gente que vive aquí tiene alguna habilidad- hablo un hombre de cabello largo y una gran katana -pero me extraña que hagas tareas de mujeres-
-Mis asuntos no son tu problema- Kain no estaba para juegos, esté tipo soltó un poco de su sed de sangre en frente de su hijo, esto ya no era un encuentro casual -¿Qué quieres?-
-Quiero a ese pequeño, sus rasgos son únicos y hay un daimio que pagara un buen una buena suma- tomando una postura desenvaino su gran espada -pero eso es solo una excusa, solo quiero pelear con la gran Musashi-
-Bien, ven aquí- dijo Kain extendiendo su mano y sujeto a su enemigo con su telequinesis, miro a su hijo y le dijo -Gin, ve a la casa. Yo iré en un rato más y te daré tu comida, tengo que hablar con mi amigo-
-Sí papá- respondió Gin con una voz pequeña mientras se metía a la cueva
Kain vio irse a Gin y después de que ya no se vio, atrajo al guerrero con su telequinesis -ahora, si no quieres morir la muerte de un perro- dijo haciendo el gesto de apretar con su mano. De manera instantánea el cuerpo del guerrero fue forzando a retorcerse -me dirás que daimio fue tan estúpido-
El guerrero soltó un alarido ensordecedor que reverbero por todo el bosque.
-No quiero escuchar tus gritos pequeño guerrero- dijo Kain rompiéndole de forma irreflexiva una de las piernas -quiero escuchar tu nombre y el nombre de tu empleador, debes saber que todos morirán, solo es cosa de tiempo-
-AHHH… te lo diré, pero suéltame-
-Bien- dijo Kain asintiendo mientras sellaba las energías del guerrero y lo soltaba en el suelo.
-No pensé que fueras tan estúpido como para soltarme- dijo el guerrero con desdén, aunque tenía una pierna rota, tomo su espada y la apunto a Kain-ahora muere por mi espada- pero cuando trato de moverse no pudo invocar sus fuerzas y aterrorizado pregunto -¿Qué me hiciste?-
-Si te portas bien y me dices ¿Quién fue el estúpido que te contrato?- Kain cruzo sus brazos con una agradable y sádica sonrisa -puede que te devuelva tu poder-
-Sasaki Kojiro- respondió tartamudeando y miro al suelo -me contrato un daimio de la prefectura Tokyo-
-Bien, Sasaki. Si quieres desafiar a un duelo a mi mujer, no tengo ningún problema, según ella, esa es su cultura. Ella estaría muy molesta si te mato sin honor, así que ve y búscala. Pero nunca más vuelvas a pensar en mi hijo, sino te haré inmortal y te cortare ambos brazos. Dime ¿Cómo crees se vería un samurái viviendo por siempre sin sus brazos?, seria digno de ver-
-Señor yo- respondió con miedo y tartamudeos -no lo haré más, lo prometo-
-Eso espero- dijo Kain mientras soltaba el sello -no me importa tu cultura, pero de dónde vengo la familia es sagrada. Espero que respetes eso-
-Lo tendré en cuenta -afirmo Sasaki mientras se daba la vuelta para irse cojeando y nunca más volver a este terrible lugar.
-o-
Japon - 1607, Kyoto - Oohara , marzo
-¡Gin!,¿A dónde estás?, sino vienes te haré entrenar aún más- dijo Musashi en medio del bosque que antecedía su hogar. Cómo Gin ya había alcanzado cierto grado de desarrollo, según Musashi, era tiempo de que empezara a entrenar -más te vale que traigas tu pequeño trasero aquí-
Kain salió de detrás de los árboles y cargaba a Gin, le acariciaba la espalda y le dijo a Musashi -está bien que estés inspirada, pero se un poco más relajada- Kain no está en contra del entrenamiento, pero los métodos de Musashi lo dejan con la boca abierta.
Musashi lo miro indignada y dijo -relajada mi culo, a mí me criaron así y mi hijo no va ser menos-
-Entonces explícale a Gin, él no sabe cómo funciona el mundo- las repentinas experiencias y sobre todo las nuevas nos asustan. Desde niños el dolor nos asusta y cuesta asimilarlo incluso cuando somos grandes, pero sin esfuerzo no hay logro -solo hace unos meses lo único que hacía era jugar y estudiar, el entrenamiento de la espada es nuevo y un poco áspero-
-Ok- Musashi suspiro y miro a su hijo -lo siento Gin. Ahora, ven con mamá- entonces Gin asintió y estiro sus brazos hasta alcanzar a Musashi.
Kain miro a su hijo y dijo -Gin, tu madre te ama y por eso quiere que seas fuerte. Este mundo es muy peligroso y para poder proteger lo que uno quiere debes ser fuerte, ¿entendido?-
-Sí padre- respondió Gin con una peque��a voz
Musashi miro la cara de resignación de Gin, solo pudo suspirar y pensar en una mejor forma de enseñarle -vamos Gin- dijo -vamos a casa y mamá te hablara de sus experiencias-
Kain vio a los dos partir, pero de repente sintió algo horrible a unos kilómetros de distancia -Musashi- dijo en un tono serio -tengo algo que hacer. Volveré en dos o tres días. No dejes solo a Gin-
-¿Es muy serio?- pregunto Musashi preocupada
-Más o menos-
-o-
DIOS HYLDEN
Kain desapareció de la vista de todo ojo y se movió a toda velocidad, pasando valles y montañas. Su velocidad modifico el clima y el viento. Parecía el dios de la velocidad que viajaba para entregar el mensaje de los dioses.
Después de medio día de viaje llego a una pequeña Isla y dijo al cielo -no esperaba verte aquí, cosa nefasta y apestosa-
A lo que una energía empezó a emitirse desde un agujero del espacio y desde ahí emergió una entidad aterradora. Un hombre apareció desde el espacio, tenía el cabello blanco igual que Kain, pero sus ojos eran amarillos y sus ropas no eran de estas tierras, parecían antiguas y provenientes de medio oriente. La entidad lo miro y dijo -no sé quién eres, pero te estaba buscando. Tu intervención con el destino de este mundo ha cambiado el futuro en gran manera y ha hecho imposible para mi seguir mis planes. Ahora tengo que mirar un vez más en el futuro y recalcular todos mis movimientos. Cosa que es molesta y por toda mi pérdida de tiempo, pagaras-
-Alaya me comento una vez, que hay algunos como tú que pueden ver el futuro. Pero nunca pensé que me encontraría con un viejo fósil hylden merodeando-
-¿cómo sabes ese nombre?... no importa, pronto morirás. Mi nombre en este mundo es Solomon y esta será tu tumba-
Solomon levanto ambas manos y trajo varias sombras de almas impías que rodearon a Kain. Pero este ultimo no se inmutó y desenvainando sus espadas, las esgrimió como si danzara con el viento. Nada lo podía tocar y todos sus golpes eran precisos y letales.
Solomon se enfureció ya que no pudo matar Kain, entonces invoco a varios hylden de una dimensión y lo atacaron simultáneamente, pero no hicieron ninguna diferencia. Solomon apretó su puño y dijo -veamos qué te parece la magia-. Solomon se lo tomó en serio y se transformó en un monstruo gigante con cuernos de alce en su cabeza y un gran ojo en su pecho.
-Parece que por fin muestras tu horrible forma, no te preocupes, también te daré una sorpresa- dijo Kain. Guardó sus katanas y emitió la segadora de almas.
Lo cual Solomon no se lo tomó muy bien -¡maldito!- grito -hasta donde nos vas a perseguir, te matare y me libraré de ti de una vez por todas-. Entonces Solomon invoco columnas de hielo para que aplastaran a Kain, pero este ondeó la segadora de almas y fuego solar explotó evaporando el hielo.
Una vez más Solomon utilizo magia, esta vez utilizo fuego y Kain lo contrarresto libero gigantes cantidades de agua de la segadora de almas.
-Cómo te resistes, recibe mi poder- dijo con un grito estridente, levanto ambas manos y recitó -¡Ars Almadel Salomonis!-
Y Kain sintió una enorme cantidad de energía juntándose en el espacio-tiempo, trató de juntar todas sus energía para soportarlo y erigió una muralla de fuego solar para frenar el ataque, pero no fue suficiente. Solomon lanzo un rayo rojo como la sangre con una fuerza devastadora y golpeo a Kain de lleno.
Después del ataque, Kain cayo a la playa con un brazo y una pierna menos. Todo su cuerpo estaba cubierto de heridas y sentía que ya no podía luchar más. Su amigo, que durante muchos años estuvo dormido, despertó y le dijo lo que serían sus últimas palabras
Raziel (Kain, utiliza la forma de sellado más fuerte que tengas, no están fuerte como el sello primigenio, pero por lo menos sobrevivirás).
-Pero tú no sobrevivirás-
Raziel (es mejor que dejar esa cosa libre, ¡Kain Lemuria!).
Sí, es verdad, Kain ya no era el vástago del equilibrio que vivía solo para desafiar su destino. Habían más cosas importantes ahora que desafiar a los dioses y al destino.
-Adiós mi viejo amigo, no te olvidare-
Raziel (lo mismo yo, no "mueras")
Kain junto toda su fuerza y reunió todas las energías de la segadora de almas, su propia alma y el alma de Raziel, miro a Solomon y con su pierna restante, se lanzó para hacer su último ataque.
Solomon que vio esto, se rio y no se defendió ante el aparente ataque suicida. Kain saltó a toda velocidad y conectó su puño en el plexo solar. Solomon no sintió nada y le dijo -fútil intentó, muere para siempre vástago del equilibrio- tomo la cabeza de Kain con su monstruosa mano izquierda para aplastarla.
Pero Kain se rio y dijo -ya no soy ese- tosió sangre -ahora soy algo que tu nunca entenderas. VAE VICTOS- gritó una última vez abriendo la palma de su mano y liberando el sello en Solomon. Se creó una marca en forma de círculo con varios runas que emitían poderosas energías.
-No, no, NO. ¿Qué me hiciste?- grito Salomón asustando, pero antes de que pudiera continuar, cadenas celestiales embestidas en una aura roja como la sangre, lo maniataron y lo aprisionaron en un agujero negro que lo mantendrá tranquilo por un tiempo.
Kain cayó de los cielos y aterrizó en pleno mar. Su cuerpo estaba destrozado y había perdido todos sus poderes. Nado como pudo y al llegar a la orilla, utilizo sus katanas para apoyarse y caminar en dirección a su casa. Todo el camino decía como un mantra "tengo que llegar a mi casa", una y otra vez, como auto convenciéndose de que no puede fallar a su esposa y a su hijo "tengo que llegar a mi casa, tengo que llegar a mi casa".
-o-
Japon - 1607, Kyoto - Oohara , abril
-Por fin llegue- dijo Kain a los pies de la pequeña montaña en donde estaba su hogar.
Cuando finalmente había recuperado los sentidos después de la lucha, se dio cuenta de que podía tomar una de sus propias medicinas y regenerar su cuerpo. Está se llevó unos diez años de su vida. En un estado normal, no sería ningún inconveniente, pero el problema es que ahora ya no tenía su poderosa alma y solo quedaba un poco más de un cuarto de su fuerza total. En pocas palabras, solo le quedaban unos años de vida. Morir no es un problema porque puede reencarnar pero ¿Qué pasará con su esposa y su hijo?
Gin que estaba mirando desde la cima de la montaña, vio a Kain y fue corriendo a buscar a su madre.
Kain camino apoyándose en una de las katanas y con dificultad alcanzo la cima, en donde alguna vez estuvo la cueva en donde él y Musashi compartieron tantos recuerdos.
Musashi salió de la casa, lo vio y corrió con lágrimas en los ojos, corrió hasta abrazarlo, pero con su estado debilitado, los huesos de Kain crujieron y Musashi se asustó -¿qué te pasó?-
-Muchas cosas -dijo Kain mientras abrazaba Musashi y soltaba la katana -vamos a casa-
Kain camino con Musashi y Gin por última vez. Después de eso, vivió dos años más postrado en cama y murió sin dejar un cuerpo el que enterrar, solo quedaron cenizas.
Y con esto terminamos este volumen. Espero que lo hayan disfrutado. No obstante, este no es el final. Como pudieron apreciar en los capitulos finales, mi calidad de escritor mejoro bastante. Así que esperen mejores y mas entretenidas historias.
Mañana mas...