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14- El Invitado Especial

Namjoon se veía al espejo incrédulo, sin cabida en su cabeza para lo que sucedería en menos de dos horas. Se casaría. Siempre pensó que si llegaría a tener novia, pero jamás pensó que tendría una vida marital. Estaba un poco nervioso. Sin embargo, algo que llegó de atrás de él le erizó el cabello de la nuca.

—Ese traje te queda bastante bien Joon.

Era la voz de su hermana, que al darse vuelta, la vio sentada sobre la mesa del comedor, con una mariposa carmesí sobrevolando su cabeza.

—¿Qué estas haciendo aquí?— le preguntó Namjoon intrigado y emocionado a la vez.

—Bueno, no me iba a perder el gran día de mi hermanito, el de allí arriba hace excepciones con este tipo de cosas y por hoy me tienes aquí.— terminó ella con una pequeña sonrisa.

—Te amo Lee. La mejor hermana del mundo.

Hora y media después

—¿Estás lista Yang?—le preguntaba Jeong Yeon mientras ella jugueteaba con el velo.

—Como nunca antes.— respondió ella con una sonrisita.

—Al salir de aquí serás la señora Sam Yang Mi.

—Así será.

Mientras tanto en el altar

—¿Cómo te encuentras?—le preguntó Sun hee a Namjoon con una pequeña sonrisa en su rostro

—Más nervioso que nunca.

—Tranquilo Joon, todo saldrá bien.

—Eso espero, la amo de verdad Sun hee.

Recuerdo de la proposición de Nam

—¿Ok, todos listos?— preguntó Nam cuando los preparativos para su proposición a Yang Mi habían acabado.

Un auto había quedado de llevar a Yang Mi a la cafetería donde él le propondría matrimonio. Ella simplemente sabía que Namjoon le había preparado una sorpresa o algo así, pero no tenía ni idea de lo que le esperaba detrás de la puerta de la cafetería. Al abrir la puerta todas las luces se apagaron, y del fondo de la cafetería se encendió una vela. Entonces se oyó la voz de Namjoon cantando Someone like you de Adele y mientras varios amigo/as de Nam, incluyendo al capitán de la policía, a Jeong Yeon, y a otros. Ella solo miraba asombrada, con las lágrimas al borde de los ojos.

-Jo Yang Mi, mi amor.—empezó Namjoon—Desde el día que te conocí, hubo algo en mi que cayó de inmediato por ti. Tú le das luz a mi vida, haces mis días más brillantes tan solo con que tú estés en ellos. Por eso quería hacerte una pregunta.

Entonces él levemente se arrodilló y sacó una pequeña caja de su bolsillo, donde se encontraba frente a los ojos asombrados de Yang Mi un anillo dorado con un bello diamante.

—¿Jo Yang Mi, aceptarías ser mi esposa?

—Yo, y-y-o a

Regresando a la boda

—Yo acepto.— dijo Yang Mi en el altar, con el amor de su vida tomándole las manos, viendo sus ojos y pensando que es la mujer más afortunada de todo el mundo.

—Y tú, Sam Namjoon. ¿Aceptas a Jo Yang Mi cómo tu esposa, en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y la pobreza, hasta que la muerte los separe?— dijo el ministro encargado de casar a la feliz pareja.

—Yo aceptó.— dijo Namjoon con una gigante sonrisa en su rostro.

–Entonces, yo los declaro marido y mujer. Puede besar a la novia.

Tras esas palabras, Namjoon presionó sus labios contra los de Yang Mi, al igual que ella presionó los suyos contra los de él. Se sumergieron en un romántico beso que aunque duró solo unos pocos segundos, fue tan hermoso para ellos que pareció durar una eternidad.

Cuando se separaron para tomar aire, con una voz que apenas y estaba allí, Namjoon dijo a su hermana antes de que desapareciera.

—Gracias por estar aquí conmigo.

—Felicidades Nam, te quiero.— dijo ella para desaparecer un instante después.

El Fin