Samantha se embarcá en un intenso viaje buscando su lugar en el mundo sin saber que se ha vuelto un peón para otros. Una mujer que se alzara a la grandeza, pero también oculta un secreto. …. Mientras Sam caminaba por la calle, vio como un destello robo su visión, lo siguiente que supo es que una diosa le ofrece un trato. Puedes reencarnar o morir. Sin otra opción Sam elige reencarnar, pero no esperaba que su cuerpo cambiara y fuera en una mujer, peor aún, ni siquiera es humana. Siendo lanzado a un país en guerra, vive la aventura de Sam desde una esclava, hasta una Reina. Nota. La imagen de portada no me pertenece, puedo retirarla si el autor lo desea, uno de los personajes, esta basado en el del autor de Death March.
Sentí mis párpados temblar, sentí como me agotaba solo para abrirlos.
Sin embargo, cuando por fin logré hacerlo, descubrí que a mi alrededor todo era oscuro... Sin luz...
Incluso pensé que mis ojos seguían cerrados, así que lo comprobé.
Sin duda estaban abiertos, pero en qué clase de lugar podría estar que no haya luz.
Estaba tratando de calmar mi agitada mente, cuando vi un resplandor.
Desde la distancia se acercaba, incluso pensé que algún auto o camión podría venir hacia mí.
Pero cuando la luz se acercó, lo que vi era un edificio, este es blanco, con enormes columnas en el exterior, instintivamente pensé que era algo muy antiguo, pero no tenía marcas de edad, como si fuera nuevo.
No entendía como un edificio se había acercado, los edificios no se deberían mover.
"Así que por fin despiertas Sam."
Escuche una voz de la nada, parecía que venía de todos lados y a la vez de ninguno, era un extraño sentimiento.
Comencé a buscar alrededor, pero no podía encontrar nada, quizás está persona sea quien me trajo aquí.
"No necesitas buscarme, estoy ante ti."
Cuando volvió a sonar, giré rápido y ahí la vi.
La Mujer más hermosa que haya visto en mi vida, tan perfecta que me hizo perder el aliento y mi mente se desenfoco.
"Despierta Sam, no tenemos mucho tiempo."
Su voz me hizo despertar de nuevo.
"¿Q-quién eres?" - pregunté tartamudeando.
"Yo soy Hera, la Reina Diosa del Olimpo" - me respondió solemnemente.
Una diosa... Eso hacía más fácil entender su belleza, solo un dios podía verse así.
"Hoy has sido traído aquí con un propósito." - continuó sus palabras.
"Has muerto, pero te otorgarle la oportunidad de una segunda vida." - se detuvo dándome tiempo para procesar.
Morí... Como pude morir, lo último que recuerdo fue una luz blanca, ¿atropellado? ¿Rayo? O ¿una cámara gigante.?
"¿Como morí?" - sin resistir las dudas pregunté.
"Fuiste partido en dos en una convocatoria. " - su respuesta me dejó mudo... ¿Cómo pasó eso?
"Un humano se movió durante ese momento y alteró la magia." - siguió diciendo.
"En palabras simples, eres daño colateral." - su mirada decía que no era importante.
"Por eso te daré 3 opciones, elige una" - con un poco de impaciencia me dijo.
"Primero es Renacer, te volverás un bebé y vivirás desde el inicio sin recuerdos." - eso sonaba un poco triste.
"Segundo es Reencarnar, reconstruiré tu cuerpo desde 0 y te dejaré vivir con tus recuerdos actuales." - esa parecía una buena opción.
"La última es simple, morirás, te juzgaremos por tus acciones y pasaras la eternidad en algún lugar." - sentí escalofríos al ver su mirada, diciéndome que eligiera esta.
"Vivirás en un mundo nuevo, con magia, espadas y otras razas, si eliges las primeras dos." - después de decir, se quedó mirándome como si esperara mi elección.
Después de pensar un momento decidí elegir la segunda, no quería volver a ser un bebe o morir.
" Diosa Hera, elijo la segunda opción, quiero Reencarnar. "- declare con un poco más de confianza.
"Muy bien, pero desafortunadamente no puedes ser un humano, ya que tendrías dificultades." - en algún momento saco un libro y comenzó a leerlo.
"Mmm [perdido] es mala opción, monstruo no es mi jurisdicción, ¿quizás un animal?, no, morirías rápidamente." - sus palabras extrañas por algún motivo me ponían nervioso.
"Muy bien, serás un semi humano, alégrate, ahora elige una raza." - dijo mientras me daba una lista con cientos de nombres.
No entendía la mayoría, así que decidí elegir un animal que conocía.
"Lobo, quiero un lobo." - cuando dije eso, la lista desapareció y la Diosa volvió a leer su libro.
"Mmm lobo, hay muchos tipos, pero están bajo Fenrir, mmm coyote y zorro bajo Loki, ooo un lobo terrible... ¡Tch! Esta bajo Apolo..." - escuchar sus palabras solo me desanimaba.
"¡Aja! Una subespecie, será Hyaenidae, excelente nadie tiene posesión sobre este." - expresó emoción al encontrar lo que buscaba.
"Muy bien Sam, ahora serás un semihumano Hyaenidae, mmm debe haber alguna forma de acortarlo, originalmente eran subespecies de lobos, pero la evolución los cambio." - ella declaró como un hecho.
Pero ese nombre me molestaba un poco.
"¿Podría decirme como se llama normalmente? " - pregunté cortésmente.
"Oh sí, es una hiena, felicidades por tu reencarnación, te daré algunos regalos para que sobrevivas." - dijo casualmente anotando en su libro.
Hiena... no es ese animal del desierto que se ríe de forma macabra.... ¿eso era familiar de los lobos?, supongo que podría elegir un mejor animal.
"Nombre completo: Samantha, raza: Hiena..." - cuando escuche sus palabras algo en mi se quebró.
"¡Espere! No me llamo Samantha, soy Sam un hombre." - declare con total convicción.
"Mmm, ¿de verdad? ¿Sam es abreviación de Samantha no?... Pero tienes razón." - expresó desconcierto.
"Lo siento Sam, pero ya escribí el registro y no puedo cambiarlo, además tu alma no soporta más tiempo aquí." - mostró una mirada de disculpa.
"Pero yo..." - antes de terminar sentí como todo volvía a oscurecerse.
"No te preocupes, seguramente estarás bien, suerte en Gea Sam." - Fue lo último que escuche de su voz.
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Cuando pude abrir mis ojos vi un inmenso cielo azul, observando mis alrededores la hierba verde cubría todo el lugar, supuse que estaba en una pradera.
"¿Que paso?" - Pregunte confundido mientras trataba de reincorporarme.
Pero al escuchar mi voz, me sentí extraño...
"¿M-me enferme?" - podía sentir el temblor en mi desconocida voz.
Aun con miedo, mire hacia abajo observando con detalle mi cuerpo, estaba desnudo, había dos enormes montículos en mi pecho, estaban cubiertos con un ligero pelaje beis claro, había una pequeña protuberancia rosada en la punta.
En mis brazos y piernas el pelaje era igualmente ligero, pero había algunas manchas oscuras, y mis manos pies tenían garras cortas... al menos todavía tenía 5 dedos.
Pero podía decir con seguridad que ya no era humano, llevando las manos a mi cara, pude sentir el suave pelaje, y más aún, noté que mi cara era un poco diferente, como si mi boca fuera ligeramente más larga.
Al final, conteniendo la respiración, baje la mano hacia la parte más importante de mi cuerpo... un escalofrió recorrió mi espalda cuando note que no estaba... había perdido lo más importante de mi cuerpo...
"Se fue..." - Sentí presión en el pecho, y no podía respirar correctamente al notar la realidad.
Mientras trataba de formar palabras en mi garganta, un fuerte dolor detrás de mi cabeza me robo la conciencia.
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"Agh" - El dolor agudo me despertó, sin embargo, nuevamente estaba ante un paisaje desconocido, estaba mirando la tierra en el camino y podía ver una gran cola escamosa moviéndose frente a mí.
Después de unos momentos de analizar note mi situación, por algún motivo estaba sobre el hombro de alguien, y esta persona tenía cola de reptil...
"Si estas despierta, puedes caminar sola." - Una estricta voz femenina me saco de mis pensamientos, antes de que me bajaran de nuevo.
Una vez estuve de pie de nuevo, noté que tanto mis piernas, como mis brazos tenían cadenas y esposas.
Levantando la vista, ante mi estaba una mujer hermosa, ella tenía un largo cabello rojo oscuro. su ropa consistía en un extraño conjunto de tela blanca un poco dañada, y usaba protecciones de cuero en sus brazos y piernas.
Ella tenía escamas pequeñas en el cuello, los brazos e incluso las piernas, además de la ya mencionada larga cola en su espalda... una cola...
Cuando el pensamiento llego a mí, giré rápidamente la vista, y pude ver una pequeña cola moviéndose de vez en cuando.
"¡Hey!, no me estas escuchando" - la chica llamo mi atención con más fuerza.
"L-lo lamento, solo que estaba sorprendido." - Le dije mientras me disculpaba.
"Muy bien, ahora eres mi sirvienta, así que debes comportarte." - Declaro como si fuera lo más natural del mundo.
"E-eh, ¿sirvienta? ¿por eso me encadenaste?" - Pregunte mientras sentía realización.
No era un completo idiota, si alguien te golpea y te pone cadenas, significa que eres un cautivo.
"Así es, estas en el antiguo territorio de mi tribu, por ley si te venzo y capturo, te vuelves mi propiedad." - Su mirada mostraba que no entendía porque no lo sabía.
"¿E-entonces que pasara conmigo?" - la incertidumbre pudo más conmigo.
"E-eh, l-lo normal, llevaras mis cosas, limpiaras mi casa, harás la comida y calentaras la cama." - Un poco confundida comenzó a enumerar las tareas, pero había algo extraño en sus palabras.
"¿Calentar la cama?" - no pude evitar preguntar, ya que, si resultaba que esta mujer quería hacerme dormir con hombres, bien podría intentar morir por mí mismo.
"Si, es normal que calientes mi cama antes de dormir, mi padre me lo dijo." - Expreso con total confianza, pero eso solo me hizo sudar frio.
Qué clase de padre le diría eso a su hija, aun así al menos era una mujer, con eso en mente comencé a pensar en lo que debería hacer.
"¿No tendrías algo de ropa?"- Pregunte mientras mi cara se calentaba. - "No creo que sea bueno que siga desnudo."
"Tienes razón, te daré algo cuando lleguemos a casa." - Con una expresión comprensiva me insto a caminar detrás de ella.
"Por cierto, puedes llamarme Liza, pero si hay alguien más, llámame Maestra, mmm y tu ¿cómo te llamas?" - Me examino un momento, antes de preguntarme.
"S-soy Sam... Samantha." - No pude evitar que mi ánimo se agriara al pronunciar mi nombre.
Después de eso, caminamos tranquilamente. Cerca de una hora más tarde llegamos a una colina, y cerca pude ver una pequeña aldea, con cerca de 50 edificios fácilmente vistos desde la distancia, esta tenía una cerca de madera alrededor del área.
Cuanto más nos acercábamos, notaba que la mayoría de habitantes eran reptiles, algunos como Liza y otros diferentes, pero también había otras razas, aunque la mayoría tenían algún grillete o cadena en su cuerpo.
"Oh, has vuelto, y parece que lograste atrapar tu primer esclavo." - Dijo un guardia desde la cerca de madera.
"Mmm" - Liza solo asintió en respuesta y me acerco un poco a ella.
A partir de ahí, caminamos hasta su casa, esta estaba ubicada en el borde, no hablare sobre las burlas o comentarios sexuales que recibí en el camino.
"Muy bien, aquí viviremos, ve alrededor mientras busco ropa para ti." - Me dijo antes de caminar a una habitación lateral.
Era una casa de madera, tenía 4 habitaciones, 2 recamaras, 1 baño y una cocina-comedor.
Aquí es donde sin saberlo, mi historia comenzaría.