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Expresión.

Érica con Ashanti en sus brazos bajó del auto negro y miró todas las personas que estaban llegando al velorio de los fallecidos.

La ciudad estaba de luto y como fallecieron cerca de quinientas personas y algunas de ellas eran de diversos barrios y comunidades, ellos aceptaron realizar un funeral grupal.

Estas situaciones no sucedían desde hace mucho tiempo, pero la ciudad tuvo sus momentos donde se realizaba esta clase de velorio público y las familias de los fallecidos no eran los únicos que venían a presentar sus respetos.

Ahora era lo mismo con cientos de personas en la zona exterior del edificio donde se realizaba el velorio y las personas estaban vestidas de negros dejando flores y presentando sus respetos de forma silenciosa.

"Tía…"

"Perdón."

Érica que escuchó el murmullo de Ashanti en sus brazos, volvió a caminar al interior del edificio y dejó de distraerse por sus pensamientos.

Ella encontraba extraño que la ciudad realizara esta clase de velorios, pero al entrar ella se dio cuenta de la razón.

Los velorios sucedían en diferentes partes de la ciudad y si bien algunas de las familias de los fallecidos pedían un velatorio privado o según las tradiciones más antiguas, la mayoría realizaba este tipo de velatorio.

Y en el interior del edificio estaban las familias hablando entre ellas, algunas contaban historias, otros recibían los pésames de los conocidos o vecinos y amigos, mientras que en el fondo estaban las fotos de aquellos que eran velados.

Zerzura era una ciudad multicultural con una alta prevalencia de africanos, pero también existían muchos extranjeros de diferentes nacionalidades y cada uno de ellos tenían diferentes tradiciones a la hora de velar a los muertos, pero esta forma se había vuelto una tradición en la ciudad.

Llorar con aquellos que lloraban, no solamente amigos, sino que vecinos. Las comunidades que surgían en Zerzura eran amplias y la más importante eran los vecinos y las familias de los barrios que se reunían y cooperaban mostrando una faceta unida en algunos frentes.

Aunque extraño para Érica, ella pudo entender que era normal para una ciudad que surgió de refugiados que se ayudaban uno a los otros.

Érica caminó con Ashanti que se cubría en sus brazos sin querer que nadie se acercara y ella caminó al fondo entre las personas y se dirigió a la parte trasera donde estaban las fotos en cuadros.

Vio a niños llorando por sus padres y madres, vio a madres llorando por sus hijos, hombres y mujeres llorando por sus parejas. Ancianos llorando por los nietos y nietos por sus abuelos.

Ella sintió el dolor y luego sus pasos la llevaron hacia al cuadro en donde se mostraba a Lewa y ella se quedó en silencio mirando el cuadro.

Esposa, madre, amiga, vecina y una mujer increíble.

Abajo del cuadro estaba el epitafio y Érica al ver que Ashanti estaba llorando la acercó al cuadro y su corazón dolió al ver que la pequeña tocaba la foto.

La ira, el rencor y la locura vengativa que estaba sintiendo en su pecho amenazó con salir, pero no lo hizo. Ella reprimió todo en el fondo de su mente y también contuvo sus emociones para no congelar todo a su paso y herir a Ashanti.

Y, aun así, sentía como el interior de su cuerpo se congelaba por sus emociones.

Fue Ashanti quien la volvió a traer a la realidad cuando la vio a ella sacar un dibujo en el cual estaba Arwa y Okello con una pequeña niña en los brazos, pero al lado de ellos tres estaba ella y Érica parpadeó al verse dibujada.

"No te preocupes, ma. Estaré bien y mi Tía me cuidará."

El pequeño murmullo de Ashanti que fue dado para ella misma le llegó a los oídos y Érica quiso morderse los labios al sentir como se estrujaba su corazón, pero lo soporto. En este momento necesitaba ser fuerte y no para ella misma, sino que por su sobrina que dependía de ella.

Érica al darse cuenta de que Ashanti volvía a abrazarla mientras sollozaba en silencio, ella abrió su mano y condensando su energía mágica creó una flor de hielo que se solidificó hasta el punto de que parecía una flor de cristal.

Sus emociones aumentaron la potencia de su creación, dando la impresión de que no se descongelaría en meses.

Ella al dejar la flor abrazó a Ashanti y la mantuvo en sus brazos, dejándola que llorara hasta que la pequeña se quedó en silencio en sus brazos.

Al volver a caminar por el funeral en silencio vio a Okello recibiendo el pésame de los vecinos y allegados más cercanos y el hombre mostraba cansancio y agotamiento.

La muerte de Lewa fue un duro golpe para Okello, pero el hombre se mantuvo en pie y trató de verse duro para que Ashanti no sufriera. Sin embargo, también guardaba todo su dolor sin compartirlo.

Érica había estado con Ashanti durante estos dos días y había tratado de quitarle un peso de encima mientras él se encargaba de los arreglos del velatorio y el funeral. No se trataba de los gastos, ya que estos eran cubiertos por la ciudad, pero el peso de elegir cajón, la lápida, el cementerio y todo lo detalles era difícil.

Escuchando voces desde la entrada, ella se giró y vio a Aurora entrando vestida de negro y los murmullos comenzaron, pero ella fue a las familias y dio sus condolencias. Algunas de las familias al recibir las condolencias lloraron y la abrazaron y era especialmente cierto para las personas mayores.

Los hombres le daban la mano con ojos llorosos y le agradecían por haber aceptado la invitación… Aurora fue invitada a la mayoría de los velorios públicos e incluso privados y a pesar de que sonaba extraño, Érica se dio cuenta de la fuerza que brindaba su presencia.

Aurora mantuvo su semblante serio y cualquiera que la viera sentiría la fuerza no física, sino que emocional que ella representaba. Su presencia causaba algo único en aquellos que la conocían desde hace años y también en los más jóvenes que habían escuchado historias de la Protectora de Zerzura.

"¿Por qué no los detuviste? ¿Por qué dejaste que mi abuela muriera?"

Cuando Aurora iba pasando entre las familias, una niña gritó y fue hacia ella tirándole la ropa y dando la impresión que la golpeaba.

"Lina..." Aurora levantó la mano cuando los padres quisieron acercarse para detener a la pequeña y ella se arrodilló delante de la niña que lloraba.

La Protectora de Zerzura era respetada por las personas mayores, pero para los jóvenes que escuchaban las historias era admiraba a un nuevo nivel y las historias que le contaban los padres o abuelos se volvían leyendas inquebrantables.

En el peor momento de la ciudad ella aparecería. Se enfrentaría a bestias masivas, a señores de la guerra temibles y protegería la ciudad de todos los peligros. Para algunos jóvenes la idea de protección era un hecho y ahora que se daban cuenta de que ella no podía estar en todas partes, sentían decepción.

"Lo siento…"

Era un momento de dolor y Aurora lo entendió y abrazó a la niña con cariño y calidez dejando que llorara en los brazos y la niña lloró cuando escuchó la disculpa.

"De verdad lo siento." Dijo Aurora para todos, inclinándose respetuosamente delante de todos los miembros de las familias.

Érica sintió como Ashanti apretaba su brazo no por enojo, sino que al sentir que no era necesario la disculpa y ella también sentía que era innecesario.

Sin embargo, Aurora cargaba con su título de Protectora de Zerzura y a la vez con todas las responsabilidades y cargas que el título representaba, incluyendo el enojo provocado por el dolor del momento.

Algunos dijeron que no era necesario disculparse, pero Aurora con la niña en sus brazos simplemente sonrió suavemente y continúo dando sus pésames.

Luego, al dejar a la niña en los brazos de su madre, ella fue al fondo donde estaban las diversas fotos y mirando a cada una de las fotos bajó la cabeza al frente de todos por unos segundos.

Érica no supo que expresión Aurora tenía, ya que ella estaba de espalda, pero vio como ella abría su mano y sacaba una espada de su anillo espacial y luego el aura blanca brotó de su espada extendiéndose por los alrededores.

El aura la tocó a ella y Érica pudo sentir como aliviaba su mente de una manera extraña. No eliminaba el dolor, pero sintió como si esa aura la ayudara a lidiar con ello.

Aurora dejó su espada enfundada entre las flores del área y luego se dio vuelta y volvió a dar sus pésames a las familias.

Hasta que Aurora llegó al frente de ella y Ashanti.

"Mis más sentidos pésames." Dijo Aurora inclinándose a ambas como lo hizo tantas veces antes.

A pesar de que había dado sus pésames a todas las familias que estaban en este velatorio, ella seguía mostrando el mismo dolor que la primera vez.

"No es tu culpa…"

Ashanti murmuró lo que Érica había querido decir y Aurora al levantar la cabeza le sonrió suavemente sin decir nada.

Érica vio los ojos de su amiga y entendió que ella se sentía culpable y tal idea lo hizo preguntarse si Aurora tenía culpa en esto. Con todo lo que estaba sucediendo y con lo que ocurrió antes con su amiga, la pregunta era seria, pero ella dejó de pensar en el tema.

Aquí los únicos culpables eran aquellos bastardos que provocaron todo esto.

Aurora, luego de dar sus condolencias, se despidió y se fue probablemente teniendo que asistir a otros funerales.

Érica se quedó en silencio y Ashanti le dio una mirada.

"Tía puedes bajarme. Estoy mejor." Dijo Ashanti y al ver que ella la miraba preocupada, sonrió y murmuró. "Iré a hablar con los demás niños."

La expresión de Ashanti era seria y para Érica fue obvio que la pequeña quería mostrarse fuerte. Quizás para no preocuparla a ella y a Okello o tal vez queriendo imitar a Aurora.

Fuera como fuera, Érica la bajo y le acarició el cabello.

"Si necesitas algo puede contar conmigo." Dijo Érica y luego de ver que Ashanti asentía la dejó ir y la vigiló desde lejos.

Ella, al ver que Ashanti iba a hablar con otros niños para dar sus pésames queriendo mostrarse como una adulta, jugó con su anillo espacial y su mente volvió a la idea de venganza.

Se vengaría por lo ocurrido y lo haría a toda costa.

Érica sin quitarle los ojos de Ashanti sintió una mirada y al girarse vio a Okello viniendo hacia ella y el hombre le dio una media sonrisa.

"Gracias por estar con Ashanti y por ayudarme durante estos días." Dijo Okello forzándose a sonreír.

"Es lo mínimo que puedo hacer." Respondió Érica y con seriedad, declaró. "Después de todo soy su tía."

Para Érica el título de Tía que le dio Ashanti representaba el cariño que ella le tenía y también el peso de la admiración que le daba, pero también era la responsabilidad. Hace tiempo que ella había dejado de querer ser la tía 'buena onda' y había pasado a ser una tía cercana como un familiar real.

Y ahora más que nunca, ella quería acompañar a ambos y ayudarlos y sintió que era lo correcto para Lewa.

Después de todo, Lewa también la había tratado como parte de la familia y ella era su única amiga fuera de sus compañeros, con lo cual había compartido diversas experiencias.

"Por supuesto que lo eres." Respondió Okello con una suave sonrisa sincera y sacando un cristal del anillo espacial se lo pasó a ella. "Este no es un agradecimiento. Lewa y Ashanti estaban planeando una fiesta y ahí te lo íbamos a dar, pero… Aunque las cosas no salieron como quería es tuyo."

Érica recibió el cristal y si al principio quiso rechazar el regalo cuando su mente entró al cristal pudo percibir la información del interior y al revisarlo ella abrió su boca totalmente sorprendida.

"A ella le hubiera encantado tu expresión." Dijo Okello en una media broma y una mezcla de dolor y luego, controlando lo último, murmuró. "No necesitas decir nada ni hacer preguntas del tema. Pediré días en el ejército y lo pasaré con mi hija. De esa forma te daré tiempo para que juegues con el regalo."

La réplica que estaba en el cristal era compleja y estaba llena de conocimiento y detalles, pero Érica pudo percibir la forma de un lancero y lo impactante era que reconoció el rostro que se proyectaba en su mente.

Zerzura tenía uno de los lanceros más hábiles y capaces de este planeta. Un antiguo Gran Señor de la Guerra y lancero de rango SS con una mayor experiencia que cualquier otro individuo en estas tierras.

El Escudo de Zerzura ahora estaba completamente en sus manos y Okello le sonrió antes de dejarla sola.

Érica cerró los ojos y en este punto lo que sintió no fue felicidad, sino que fue confianza de que su venganza se cumpliría. Incluso si a quienes enfrentaba eran más poderosos que ella.

******

Aurora al terminar de asistir al último velorio privado y dar su condolencia salió por la entrada principal y al salir hacia afuera caminó por la ciudad, pero al darse cuenta de que muchos la miraban ella utilizó un artefacto de ocultación y saltó en el cielo.

Al volar unos metros unos drones se acercaron, pero al reconocerla la dejaron pasar y ella voló a lo alto del edificio de la Empresa Apicius y se sentó en los límites de la terraza suspirando del cansancio.

Cada condolencia que ella dio fue sincera y aunque unos pocos la acusaron a ella de no haber estado durante ese día, Aurora entendía que lo hicieron por el dolor.

Sin embargo, ella lo sabía… Ellos estaban en lo correcto.

Fue su culpa.

La secta de Ketzula oficialmente atacó la ciudad para vengarse de ella, pero incluso las verdaderas mentes maestras buscaban atacarla a ella.

Aun así, a pesar de que ella sabía que era la culpable, no podía dejarse llevar por esa culpa ni sentirse culpable. No en este momento que la ciudad la necesitaba.

Aurora vio la ciudad desde lo alto y las decenas de edificios, departamentos y a lo lejos los suburbios y ella respiró hondo silenciando su reloj holográfico que seguía sonando por sus compañeros, conocidos y también los informes de Atenea que seguía investigando.

"No quiero que esto vuelva a suceder." Murmuró Aurora en voz baja.

La oscuridad a su espalda dio forma a su hermana y Alice se sentó a su lado y ambas miraron a la ciudad.

Ella no quería que la ciudad volviera a estar en peligro por su culpa. Incluso si Atenea vigilaba toda la ciudad, cada pueblo y la seguridad aumentaba de manera extrema, la verdad era que la ciudad podía seguir estando en peligro y si iban a por ella, lo estarían por su culpa.

La ciudad tenía millones de habitantes y si bien la ciudad en sí era bien protegida gracias a la muralla y la seguridad, los pueblos que rodeaban la ciudad y estaban en el territorio carecían de la seguridad tan estricta de la ciudad.

Al final ella sabía que su deseo era un sueño irreal. Ella era parte de la ciudad y la ciudad era parte de ella y aquellos que la querían eliminar irían a por la ciudad y más si creían que la ciudad representaba algo más de lo que se veía a simple vista.

Aurora había leído sobre la 'fe' de los dioses y la adoración de habitantes que tenían sobre santos, reyes o emperadores, y los habitantes de esta ciudad le tenían respeto y admiración. Los detractores eran minorías entre las minorías y si aquellos que la querían muerta creían que la ciudad representaba parte de un plan mayor en un ascenso que no existía, entonces estaba en peligro.

¿Qué podía hacer para protegerla? ¿Rezar a dioses? ¿Pedirle a su cuñada? ¿A su sistema?

"Hay una manera." Dijo Alice de repente y cuando ella la miró, su hermana se giró hacia ella y reveló. "Eres a quien buscan, pero si no estás ellos no irán a por la ciudad."

Aurora frunció el ceño al escucharla, pero su hermana la miró detenidamente.

"¿Que estás dispuesta a hacer por tus objetivos?"

La pregunta llevaba un significado profundo y Alice empezó a contar los detalles del plan que ella tenía en su mente durante un largo tiempo.

Dejando a Aurora en silencio escuchando.

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