En uno de los primeros barrios de la Ciudad Zerzura, el Ministro Turay que estaba tomando su rol de vecino, estaba en la plaza principal charlando con sus vecinos.
Algunos eran las personas que vivieron en el pueblo que estuvo antes de Zerzura y otros eran lo que llegaron posteriormente.
Era el primer barrio debido a que fue el primero en ser construido cuando la ciudad se estaba formando, pero eso no significaba que fuera lujoso o algo por ese estilo.
Las casas eran bastante normales, conformando un pequeño suburbio y una de esas casas, era la suya.
Como Ministro de Zerzura, tenía un sueldo bastante jugoso, que le permitiría un departamento en un gran edificio en el centro de la ciudad o incluso, una mansión en la zona apartada de los barrios privados.
Sin embargo, lo que ganaba lo donaba y se dejaba lo justo para vivir o para pagar sus diversos estudios, que de vez en cuando tenía tiempo para completar.
Era incapaz de apoyar la ciudad con algún tipo de fuerza, pero como Ministro tenía que mostrar una imagen y esa imagen debía mantenerse también cuando hablaba.
Aprender de arte, de política, de comida gourmet, de vinos y de decenas de otras preferencias de algunas personas importantes, era una forma de mostrarse 'culto' frente a esos peces gordos, que lo mirarían hacia abajo.
Y era normal que lo miraran hacia abajo cuando literalmente salió un pueblo en medio de la nada.
"¿Ministro se encuentra bien?" Preguntó Eposi Alima una de las líderes del gremio Orisha Oko.
"Si… Estoy bien, solo estaba recordando un poco del pasado y perdiéndome en mis pensamientos." Respondió Turay notando que la Capitana Sadiya lo miraba desde lejos.
Ella era su escolta personal esta semana, un trabajo que para Turay no tenía sentido, pero que al final aceptó.
No pensaba que alguien lo atacara, a la vez que también dudaba de que fuera tan importante, al menos en el conjunto de las autoridades de la ciudad.
Su mirada luego se desvió a la plaza, en donde estaban niños, vecinos charlando y vio algunas caras conocidas.
La primera esposa del General McLean estaba aquí con Andrea, Nicholas Cowie que era el vice líder del Gremio de Mercenarios le dio un saludo mientras charlaba y si no fuera porque tenía trabajo alrededor del portal, Makeba estaría presente aquí.
Como uno de los primeros vecinos, ese hombre seguramente estaría deseoso de ver lo que habían creado.
Redirigiendo su mirada a Alima, que estaba observando el lugar junto a él, Turay sonrió un poco sin poder resistirse y en ese momento, notó a su secretario personal Sade, acercándose con cierta seriedad.
"Ministro la expedición del décimo portal finalmente ha salido. Todos los miembros de la expedición están a salvo y bajo el protocolo de cuarentena estándar." Informó Sade a su oído, utilizando un artefacto para que solo él escuchara y a la vez, para que nadie se diera cuenta.
Alima dio una mirada curiosa, por saber lo que le informaba y por la sonrisa que Turay estaba dando.
Estaban a una semana de año nuevo y hace un par de semanas atrás había entrado la expedición, pero ahora había salido finalmente con éxito.
Hubo un poco de alarma, debido a que no podían recibir más respuestas de las máquinas de comunicación dimensional, pero ahora que finalmente salieron no pudo evitar sonreír.
"¿Tiene que irse?" Preguntó Alima con cierta seriedad.
"Eventualmente, pero me gustaría terminar con esto antes." Respondió el Ministro Turay y haciéndole una señal a su vecino, que había preparado todo, la gente empezó a reunirse.
Por su parte, él se movió entre la multitud que empezó a ser más de lo que pensaba y se dirigió al centro de la plaza, en donde estaba una plataforma y una figura cubierta por una manta blanca.
Subiendo a la plataforma tomando el artefacto para hablar, Turay no se inmutó cuando vio que la plaza se estaba llenando, con más personas que los que vivían en este barrio.
No era un acto público, era un acto de vecinos realizado por él, pero que fuera el Ministro significaba que algunas personas venían de lejos y más para esta ocasión.
"Perdón por adelantarme un poco más, pero las obligaciones llaman y deseaba estar aquí cuando finalmente se revelará lo que se construyó." Dijo Turay con una pequeña sonrisa y mirando la manga de su traje, murmuró. "La primera vez que la conocí fue cuando estuve por morir… Vi a mis compañeros siendo desgarrados por lobos y pensé que era el siguiente. No lo fui."
Se había quedado cuando muchos dejaron el 'barco' conocido como África, tratando de mudarse buscando una vida mejor, incluso cuando no tenían nada en donde empezar.
Él se quedó, buscando dar una mano a aquellos que la necesitaban, pero en este mundo se necesitaba fuerza para ayudar.
El mundo nunca cambiaba… Antes del 'Gran Cataclismo', el poder y el dinero podía traer cambios, pero luego de ese evento, era la fuerza personal la que podía traer cambios.
Y él como millones de otros no despertaron ninguna habilidad sobrehumana o no pudieron convertirse en usuarios de habilidades, pero al igual como antes, el ayudar no podía ser detenido.
"Por mucho tiempo creí que era un marinero en un bote que se hundía. Buscando tapar los gigantescos huecos, sin realizar muchos cambios. Nunca me detuve, no importa si me estaba por ahogar o me estaba hundiendo." Dijo Turay y con cierta sonrisa, añadió. "Lo que algunos llamarían un tonto por ayudar, por quedarse en este lugar cuando ya no había esperanza. Sin embargo, solo me di cuenta de que la esperanza no había llegado."
¿Era un marinero que se hundía en un bote? ¿O solo un tonto testarudo que no quería dejar que ese bote se hundiera?
La respuesta estaba en cada uno de aquellos que escuchaban su historia.
Ahora pensaba que no era que no hubiera esperanza, era que no había llegado… Aquellas personas que finalmente dieron esperanza para que todo cambiara.
"Vi a mis amigos morir por criaturas, a mis conocidos morir de hambre y tuve a mi familia muerta en mis brazos. Había perdido la esperanza y lo que quedaba de mi era alguien que solo buscaba continuar, tal vez queriendo ver algo de luz en este lugar tan oscuro y lleno de peligros. Bestias, criaturas, señores de la guerra, milicianos, bandidos o jugadores, para nosotros eran mortales." Dijo Turay y con una voz algo compleja, añadió. "Hasta que las conocí y me hicieron ver algo de luz, queriendo volver a moverme sin detenerme. La esperanza para mí llego con ellas."
Había vivido toda su vida en este continente y había viajado por diferentes lugares, visto que la vida era mala incluso antes del Gran Cataclismo, pero se esforzaba por vivir o sobrevivir.
Luego de que todo empezara, el mundo se puso patas hacia arriba y vio como sus amigos morían por criaturas y bestias o vio a algunos de sus conocidos morir por hambre, sin tener nada con lo que alimentarse.
Vio morir a su familia… Y cuando esas jóvenes lo encontraron solo quedaba un hombre testarudo, que se creía que era un marinero tratando de tapar los grandes huecos del barco con su cuerpo.
Un hombre vacío que era lo suficiente testarudo como para luchar antes de morir y eso, cambio con su llegada.
Las jóvenes que cambiaron todo.
Aquellos que lo escucharon dieron miradas serias, tal vez recordando sus propios pasados y otros mostraban expresiones animadas, tal vez por las personas de la que estaba hablando.
"Pero estoy avergonzado. Puse mi supervivencia en los hombros de dos niñas, quienes decidieron cargar con nosotros. Un adulto dependiendo de unas niñas para su cuidado." Dijo Turay y notando que las expresiones de algunos que venían de lejos cambiaban, añadió. "Ellas no estaban en su mejor momento, cualquiera que la conoció esos primeros días podría verlo, pero ellas se movieron por nosotros. Sangraron, lucharon y al final no nos abandonaron."
Niñas… No importa que a Aurora o Alice le molestara esa palabra, cuando llegaron a este lugar eran dos niñas perdidas, con pasados complicados y con sus propias pesadillas.
Aurora era una joven que venía del extranjero y Turay todavía recordaba esa máscara y armadura que había llevado, que le dejaba en claro que llevaba cargas pesadas.
Sin embargo, esa joven se echó al hombro la vida de miles de personas y luego tras salvarlos a todos, en vez de dejarlos a su suerte, los siguió cargando.
Una carga pesada en el que incluso Alice, que no mostraba interés en ellos, tuvo que cargar y ambas se enfrentaron a grandes desafíos, que la superaban, pero siguieron aquí.
No importa lo que Aurora dijera sobre que era para sí misma o como Alice deseaba mostrarse indiferente, diciendo que lo hizo por su hermana, ambas se detuvieron a ayudar y luego continuaron ayudando, cargando cientos y miles de vidas por su cuenta.
Dando una señal a sus vecinos, para que bajaran la manta, revelando la figura, todos se quedaron en silencio cuando vieron la figura.
No era la figura de Aurora, levantando su espada en lo alto, como todos la representaban, era una joven en una armadura, que se afirmaba en su espada.
Cabizbaja, se mostraba cansada, agotada y exhausta tan solo afirmándose con su espada, pero no caía arrodillada, todo mientras a su espalda una capa de oscuridad la cubría, apoyándola.
"Esta no es una estatua para alabarlas a ellas. A ninguna de las dos le gustan las alabanzas y los cumplidos. Esta es una estatua para nosotros, para que no nos olvidemos que vivimos gracias a unas niñas que sacrificaron su adolescencia buscando protegernos, cuidándonos y permitiéndonos crecer, trayendo ayuda." Anunció Turay y viendo la seriedad que compartía entre los primeros vecinos, reveló. "Que esta estatua sea un recordatorio, de que lo que tenemos es a causa del sacrificio de dos jovencitas. Sus dificultades, sus desafíos, sus lágrimas y dolor, nos permitieron por primera vez en mucho tiempo vivir y no solo sobrevivir o simplemente existir."
Muchos no 'vivían', sobrevivían y algunos simplemente existían.
Todo podría haber cambiado si Aurora se retiraba ese día que lo ayudo, pero no lo hizo y se quedó… Llevando a que cargara con la vida de más personas y luego trajera ayuda, cambiando sus vidas para siempre.
Tal vez para los ciudadanos posteriores, la participación del dúo de hermanas en su vida era más baja con el tiempo, pero para los primeros ciudadanos de Zerzura, sus vidas eran de esta forma gracias a ellas y solo a ellas.
Por eso esta estatua no buscaba alabar a las hermanas, sino que era un recordatorio para sí mismo y para todos aquellos del primer barrio que hoy ocupaban puestos importantes tanto en el gobierno como en el ejército.
La vida que hoy tienen fue gracias a esas jovencitas, que sacrificaron más de lo que seguramente ganaron.
"Cumplan con su papel y sigan con su trabajo para Zerzura." Dijo Turay y con calma, anunció. "La única forma que hay para pagarles, es apoyarlas."
Aurora no deseaba recibir un agradecimiento y hubo veces que le causaban incomodidad, ya que ella misma decía que lo hizo por sus propios intereses.
Por su parte Alice, estaba aún menos interesada en los agradecimientos y de cierta forma ambas, no deseaban ninguna devolución.
Sin embargo, era necesario devolverles algo y era imposible que no lo hicieran, no solo por ellas, sino que por sí mismo.
Y la única forma de devolver lo que ellas hicieron era apoyarlas por medio de la ciudad.
Haciendo que al menos fuera un lugar acogedor y seguro al cual pudieran regresar, cuando terminara su camino imparable.
Esa era la única manera.
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Un hombre y una mujer estaban caminando por la vereda de la Ciudad de los Ángeles, mirando el gran domo que cubría el portal a lo lejos.
La seguridad estaba en los alrededores y se veían policías moviéndose, junto a varios aventureros y mercenarios, llevando a que los transeúntes cercanos empezaran a sentir la rareza.
Pero incluso con eso las personas miraban al par, que estaban caminando en dirección al portal y la mayor razón, era por la belleza de la mujer.
Era joven rondando su veintena, cabello negro y largo, ojos celestes, piel blanca que daba la impresión de ser suave y un vestido que revelaba su figura atractiva.
Su mirada indiferente y distante solo causaba que los espectadores, sintieran que el atractivo aumentaba como una joya que no estaba al alcance de todos.
"Parece que pronto empezara." Murmuró el hombre que caminaba a su lado.
Era un hombre con cabello negro algo corto y con una barba negra prolija, que cubría su mandíbula dando cierta apariencia masculina atractiva a la vista.
A simple vista las personas creería que el hombre rondaba los cuarenta y a pesar de que estaba al lado de una jovencita a la cual doblaba la apariencia, nadie pudo soltar ni siquiera un murmullo.
Eso fue por su físico entrenado, no lo suficiente como para parecer extremadamente musculoso, sino que lo suficiente para dejar en claro que, bajo esa camisa, había un cuerpo aterrador.
Los aventureros al escuchar sus murmullos dudaron de este par que llamaba tanto la atención, pero entonces una alarma sonó.
La gente se quedó aturdido al escuchar esa alarma que sonaba por primera vez, pero luego tras girarse, pudieron ver que en el domo empezaba a ocurrir algo.
"Se recomienda la evacuación de inmediata. ¡Repito todas las fuerzas deben evacuar de inmediato!"
El altavoz empezó a sonar y la gente empezó a actuar de inmediato, sintiendo el peligro que se filtraba desde el Octavo Portal Abismal que apareció en esta ciudad.
Gritos, alaridos, advertencias y el megáfono advirtiendo sonaban mientras que el dúo caminaba en dirección del portal sin temor.
"Algo está queriendo salir. Justo como me habían informado." Dijo la mujer y sonriendo mientras la luz plateada empezaba a iluminar el cielo de la ciudad, añadió. "Hemos llegado justo a tiempo."
En medio del aturdimiento de los espectadores al ver esa luz plateada que cualquiera podía reconocer, pudieron escuchar la explosión de la barrera y la niebla de corrupción extendiéndose, todo mientras una figura salía.
Todos tuvieron el mismo pensamiento al mirar en esa dirección… La expedición del Octavo Portal Abismal había fallado.
Aquí finaliza el volumen 2, al menos la parte de la historia principal, cuyo nombre es ‘Necesidad’. Siempre tengo cosas que decir, pero lo dejaré para cuando la historia paralela termine… Y si, la historia paralela continuara hasta que termine, que serán alrededor de 30 capítulos si contamos los otros 5 que no se pudo publicar -Al menos lo que tengo pensado-. Bastante o poco dependiendo de quien lo vea, pero en mi caso quiero darle el final que deseaba, sin extenderme demasiado ni tampoco dejar personajes fuera o sin mostrar lo que deseaba.
La última vez me di un tiempo cuando finalizo el volumen, pero ahora continuara con la historia paralela hasta que acabe, así que se seguirá publicando los capítulos, pero dejaré la encuesta de antemano por aquí… ¡Y si, también hay una encuesta!
Si tienes tiempo pueden responderla, son más preguntas que la anterior, pero no es obligatorio responder todo, así que lo dejo a su decisión.
Les dejo el link de la encuesta y también de discord en donde se publicara, por si desean ir directamente desde ese lugar.
https://forms.gle/Y8jKgMVTZGWnGiB66
https://discord.gg/WG8FX75
Psdt: Aviso por aquí, que esta semana estaré ocupado y tendré un corto viaje de una semana y tendré problemas de internet, así que si es posible seguiré subiendo capítulos de forma constante como siempre, pero es posible que días continuos no se publique nada, todo depende del internet y la suerte. (Tambien dejare los links en los comentarios, ya que he visto que no se puede copar directamente).
Dicho eso, antes de hacerlo más largo, gracias por leer!