"¡¿Obligarnos a controlar a los demonios?! ¡Qué broma!"
El grito junto a un golpe del escritorio vino de repente y Agatha dio una mirada al joven que había gritado.
Mirada altiva, expresión enojada y rasgos bien definidos, lo que resaltaba eran los ojos completamente blancos.
Agatha estuvo de acuerdo con el rumor que decía que ese joven para alcanzar el rango SS tomó un elixir que como efecto secundario dejaron sus ojos en ese estado.
Ivras el autoproclamado 'Rey Demonio', era conocido por su título de Rey Demonio el Joven y era quien controlaba Iraq.
Para decirlo de otra manera, aprovechó la caída del gremio 'The Eternal Guards' de Malik Zamora y tomó el control, unificando los gremios de jugadores.
"Sí. No quiero molestias en mi frontera. Si quieres paz y tranquilidad, obedece." Declaró un hombre que estaba vistiendo con ropa antigua.
Agatha le recordó a algún un tipo de sultán antiguo con esa ropa tan elegante y majestuosa, pero extrañamente quedaba bien en ese hombre.
Tenía la apariencia madura de un hombre que llevaba una gran carga y a pesar de que en apariencia era joven, emanaba respeto.
Que desaparecía cuando uno se acercaba y lo conocía bien.
"Yo no voy a tolerar que demonios, sectas y lunáticos están rondando por mis tierras. Si quieres Iraq haz algo para calmar todo." Ordenó Yazid Abdur el-Hossain, también conocido como el Rey de Arabia.
La sonrisa despectiva con la cual miraba a Ivras era imposible que no hiciera enojar a ese joven arquero.
Sin embargo, lo único que podía hacer al enfrentarse al Titán capaz de destruir ciudades con su magia, era enojarse.
Una risa vino desde una esquina de la mesa en donde se pudo ver a 'Mercurio', líder del Gremio Los Caídos, que estaba sentado al lado de un poderoso demonio.
Alto, musculoso y de piel roja, sus cuernos grandes daban una atemorizante apariencia y para Agatha era el estereotipo de demonio puro.
El Rey Demonio Pacífico también había asistido junto al Rey Demonio Aniquilador, que no tenía intención de inmiscuirse en estos asuntos.
Ni el Cardenal Auguste, el Duque Kristoph, Vincent o el Director Finn Ackermann tenían deseos de inmiscuirse en este asunto.
Iraq tenía fronteras con los Estados Unidos de Arabia y el Titán buscaba que alguien se hiciera cargo de controlar a los demonios, sectas y lunáticos para que no causaran problemas en sus fronteras.
Como el país que estaba más cerca de estas tierras desoladas y llenas de peligros, solo con esa actitud podía mantenerse firme ante tantas amenazas.
Sin embargo, para Ivras que había tomado el control de los gremios de jugadores por medio de la diplomacia y promesas, el 'control' no era algo que pudiera hacer.
Era posible que hubiera hablado con sectas y cultos para evitar problemas para él y en este momento podía ser el representante de aquellos que no deseaban venir o que si venían iban a morir.
Literalmente… Era imposible negociar con los lunáticos más extremos y por eso se invitaron a aquellos más 'decentes'.
"Que discusión infantil. Uno no puede aceptar una pequeñez y el otro no sabe que es una negociación." Intervino Melorrill y mirando al Rey de Arabia, preguntó. "¿A caso leer tantos libros te ha hecho olvidar lo que significa 'negociar'?"
La mirada de esa delgada elfa era nada más que despectiva y daba la impresión de mirar a un niño que era un inútil.
"Tal vez, pero no puedo 'negociar' con alguien más débil que yo, al menos sin ser exigente." Respondió el Rey de Arabia y dando una sonrisa entretenida, comentó. "Y esta clase de negociación sucede aquí."
Una en donde él tenía la superioridad en casi todos los sentidos.
"Presionar de esa forma es ineficaz y no servirá en este lugar." Declaró una mujer cuya presencia era sumamente baja.
Ella había estado en la esquina de la mesa y el velo que la cubría impedía que alguien pudiera ver bien su rostro, pero todos podían sentir la mirada y como no cubría sus manos, era posible ver la piel extremadamente pálida.
La Reina Demonio Oprovana la Nigromante, ella obtuvo el título de 'reina demonio' a pesar de ser humana debido a que llevo su ejército no-muerto a Afganistán y asesinó a un antiguo demonio poderoso que controlaba esa zona.
También era conocida por ser la cabeza de la Sociedad de Nigromantes.
Una sociedad que aceptaba adeptos a la nigromancia y le brindaba un lugar seguro para ejercer su arte, lejos de las prohibiciones de los gobiernos e iglesias y de las miradas temerosas de aquellos que no le gustaba ese tipo de magia.
Oprovana tenía un punto.
En esta negociación se invitó a todos aquellos que podían relacionarse o cuyas acciones pasadas podían ser ignoradas en alguna medida, y el objetivo era conseguir la paz por medio de la negociación.
Tal vez era imposible negociar con sectas que buscaban la destrucción, muerte o esparcir el 'Caos', pero evitar que ellos tuvieran aliados, iba a generar un efecto debilitante muy útil.
Sin embargo, presionar demasiado era contraproducente.
Agatha recibió la mirada de su esposo para que interviniera y cuando estuvo por hacerlo, se quedó tiesa.
En su mente imágenes, detalles e información empezaban a llegar de repente y su expresión paso de aturdida a seria.
La energía mágica empezó a reunirse de repente en una cantidad masiva alrededor de su cuerpo y la preparación de su hechizo, destruyó las formaciones mágicas que cubrían la sala.
"…"
El Rey Demonio Pacífico y el Rey Demonio Aniquilador dieron miradas muy diferentes, el primero estaba mirando con calma y el segundo le estaba dando una mirada que deseaba pelea.
Quien actuó más a la defensiva fue Ivras quien al pensar que iba a ser atacado retrocedió sacando su arco como si estuviera listo para luchar.
"¿Qué sucede?" Preguntó Antón levantándose con seriedad.
Que su cuerpo empezara a mostrar sus músculos y las venas dejo en claro que había entendido el hechizo que estaba realizando.
Un enorme hechizo espacial que las defensas de la sala que buscaban dar seguridad a los invitados fueron destruidas.
"Se trata de nuestras hijas." Susurró Agatha usando magia de aire para trasmitir su voz solo su esposo.
La expresión de Antón se volvió fría y sus músculos se tensaron de inmediato generando una presión sofocante incluso en este lugar.
"Nos retiramos. Tenemos asuntos que tratar." Declaró Antón con una voz fría.
"¿Retirarse ahora? Todavía no terminamos con las negociaciones." Intervino Ivras de repente.
¿Estaba enojado por las constantes exigencias del Rey de Arabia? ¿Avergonzado por qué se asustó ante su abrupto comienzo del hechizo? Tal vez era una fusión de ira, vergüenza y molestia que lo llevo a intervenir ahora.
Para Agatha la razón no tuvo importancia y ella solo dio una mirada a ese joven mientras respiraba hondo.
La energía mágica de los alrededores fue atraída con su sola respiración y empezó a ser asimilada en su cuerpo, aumentando la presión que emanaba.
"Mira, niño, si no dejas de molestar destruiré todo lo que has logrado de la misma forma que hice con la sede del gremio de Malik… Y como hice con él." Declaró Agatha mientras la luz plateada empezaba emanar de su cuerpo.
Ella misma quemó la sede del Gremio 'The Eternal Guards' y lo hizo con la mayoría de los miembros de ese gremio dentro y en cuanto a su antiguo líder, ella fue una de las que participo en su caída.
Si bien no fue quien lo asesinó, las heridas de quemaduras que le había dejado eran de su parte.
"Ja. Me gusta la idea." Declaró Melorrill mientras que las formas de sus ojos empezaban a cambiar.
La presión que emanaba esa mujer hizo imposible que el Duque Kristoph hiciera algo para intervenir y la sonrisa de esa elfa, dejo en claro que no le importaba iniciar una batalla aquí mismo.
"Aunque me gusta ver arder personas y edificios, es mejor calmarnos." Intervino el líder del Gremio Los Caídos y dándole una mirada, señaló. "Si necesita moverse una gran distancia, sería preferible que se concentre en su hechizo y no perder la concentración."
Mercurio… Esa era el nombre con el que se presentó y por la mirada que daba ahora, estuvo claro que sabía a donde intentaba ir, pero ella no pudo pensar demasiado.
Al ver que nadie tenía otra queja, Agatha abandonó la sala y cuando caminó varios pasos, la Cardenal Najjar apareció delante de ella.
Entre la multitud había algunos paladines que tenían expresiones tensas pensando que la situación en el interior era preocupante.
"Quiero que reúnas a todos los paladines. Iremos a Zerzura." Declaró Agatha con seriedad.
La mayor parte de su concentración estaba en un hechizo espacial de movimiento y lo peor era la interferencia que había del otro lado.
Preparar un hechizo de movimiento espacial para llegar a cualquier lugar del mundo era fácil para alguien como ella, pero la posición a donde se dirigía en este momento tenía interferencia.
Artefactos o algún mago molesto estaba interfiriendo, para Agatha era lo mismo.
Cada minuto de retraso que tenía, iban a ser horas de castigo para aquellos que atacaron la ciudad de sus hijas.
******
"¡GRAAA!"
Golpeando un Mamut de rango A con sus puños cubiertos de fuego, César soltó un poderoso rugido.
Golpe tras golpe, la sangre del mamut sangriento salpicó su rostro hasta que sus puños llegaron a los músculos de esa bestia.
"¡GRAAAAA!"
Otra vez con un rugido sus dos puños cayeron a la espalda del Mamut, haciendo que esa gran bestia cayera en medio de su carga.
Esa bestia gigante estaba tratando de cargar en contra de la muralla de la ciudad, buscando derrumbarla, y él tuvo que detenerlo.
Sin embargo, este pequeño cambio no fue nada comparado a lo que sucedía en toda la ciudad.
César sin tener tiempo para respirar tuvo que agitar sus brazos para golpear a una hiena, enviándolo lejos y luego tuvo que soportar la mordedura de otra hiena en su otro brazo.
Al tener sus manos ocupadas, él simplemente le mordió la nuca a la hiena y cuando le arrancó un pedazo de carne volvió a moverse.
"¡Cuidado con los hechizos!" El rugido de Makeba vino desde lejos y los hechizos de la muralla pasaron por la cabeza de César.
Explosiones de toda clase y de todo tipo de elementos golpearon cerca de él y César que estaba en el suelo se volvió a levantar.
Sus puños estaban rodeados en fuego que emanaba un desbordante calor, pero sus acciones en todo el campo de batalla solo podían considerarse como minúsculas.
Los robots constructores habían saltado de la muralla para resistir los ataques de lo mamut y los drones estaban cortando con sus láseres a las criaturas, pero la cantidad de bestias era enorme.
Incluso cuando decenas drones estaba acribillando a una araña de rango S por su cuenta y otros estaba disparando a todas las bestias, el número de enemigo no disminuía y como si fuera poco, las bajas de su lado cada vez se elevaban más.
Cadáveres de bestias, de humanos y carcazas metálicas destruidas.
*BOOM*
La explosión de un robot constructor hizo reaccionar a César y al ver a un grupo de milicianos atacado por una mantis gigante, se movió.
Cargando hacia adelante usando todo su peso para alejar a las bestias que buscaban detenerlo y encendiendo sus brazos con fuego buscando cubrirse por completo, se convirtió en una bola de fuego que parecía rodar por el piso.
Hasta que logró llegar a su objetivo y saltó directamente a la mantis, usando su propio cuerpo para alejar a esa criatura de rango S.
"¡GRAAAAA!"
Su furioso rugido volvió a sonar haciendo temblar y dudar a las bestias de bajo rango, pero a la vez atrayendo a esa poderosa mantis.
"¡Huyan ahora!" Exclamó César mientras trataba de retroceder manteniendo la atención de la mantis sobre él.
El grupo de milicianos era de bajo rango y ellos hicieron lo que pudieron para eliminar a un mamut que se acercaba a la muralla, tratando de disminuir la carga de la barrera.
Sin embargo, ahora de los cinco miembros solo quedaban tres y uno de ellos ya no tenía piernas, y el otro había perdido su brazo.
El que quedaba más sano debido a que no podía cargar a ambos tuvo que elegir a quien tenía más probabilidades de vivir antes de retirarse a la muralla en donde la barrera estaba extremadamente débil.
No había pasado tanto tiempo desde que comenzó la batalla, pero el número de bestias fue tan alto que, a pocos minutos, la barrera estaba debilitándose de forma extrema.
"¡GAAAH!"
Golpeando su pecho para atraer la atención de esa mantis, eso fue lo único que César pudo hacer para atraer la atención de ese poderoso enemigo y darle, aunque sea una pequeña posibilidad para que alguien rescatara a ese hombre sin piernas.
Sin embargo, el costo fue demasiado alto.
Esa mantis tenía patas delanteras afiladas como si fueran hoces y César entendió que eran capaces de cortarlo a la mitad.
"…"
Lo hizo con su propio cuerpo cuando tuvo que esquivar el salto mortal de esa mantis que, a causa de la alta velocidad, cortó profundamente uno de sus brazos.
Retrocediendo un poco, César prestó atención adaptándose naturalmente.
La presión que emanaba su oponente no le daba miedo y la velocidad con la cual se movía no era nada comparado a Alice.
Movimientos salvajes, que buscaban desgarrarlo no tenían la precisión de ataques mortales de alguien poderoso y no causaban el dolor, que Alice había causado.
De esquivar dos movimientos, paso a diez y cuando alcanzó a esquivar el ataque número treinta, César vio su oportunidad.
"¡GRAAA!"
Rugiendo como si fuera una bestia ignorante que avisaba de su ataque, él corrió hacia adelante y cuando la mantis estuvo por cortarlo, un humano cayó sobre la mantis.
*BOOM*
Usando la oportunidad que ese hombre le brindo, César saltó y golpeó con su puño la cabeza de la mantis.
Su solo puñetazo generó una onda expansiva que extendió llamas y cubrió parte del cuerpo de su oponente.
El hombre que se llamaba 'Makeba' tras caer al suelo fue a ver al miliciano, pero lamentablemente ya había muerto.
Su expresión se volvió extremadamente fría y ambos se miraron, antes de mirar a su objetivo.
"¡GRAA!"
Un poderoso rugido que hizo retumbar la tierra vino desde el fondo del ejército de bestias y César pudo ver que algunas bestias de rango S dejaban de atacar la muralla e iban en esa dirección.
La mantis también hizo lo mismo y cuando César se miró con Makeba, ambos entendieron lo que debían hacer.
Corriendo detrás de esa mantis, César rodeó sus puños de fuego y utilizó a la mantis que habría camino para avanzar.
Cuando se alejaron de la zona de batalla y empezaron a escuchar enormes explosiones, ambos actuaron al mismo tiempo.
Makeba 'parpadeo' arriba de la mantis usando su peso para aplastar y derribar a la criatura.
Por su parte, César se movió rápido y tomando una de las patas de esa criatura, ejerció todas sus fuerzas y logró arrancarla.
Cuando intentó ir por la segunda pierna, una pata se dobló y atravesó su brazo, pero César apretando sus dientes sostuvo esa pata y dejo que su fuego lo quemara.
"…"
Al caer al suelo con la pata en sus manos, pudo ver que Makeba golpeaba una y otra vez la cabeza de la mantis hasta que pudo herirla de gravedad y al final matarla.
César no estaba mirando esa acción, sino quien estaba más lejos y a donde algunas bestias de rango S avanzaban.
Una criatura negra de cinco metros se estaba enfrentando a un poderoso Xenosmilus de seis metros de alto y trece de longitud.
Que, a pesar del tamaño de su cuerpo, sus movimientos eran rápidos y sus garras poderosas.
A veces con un solo ataque, la bestia lograba arrancar una enorme parte de la masa oscura que formaba la criatura negra, pero esta última se volvía a regenerar.
Las bestias de bajo rango que trataban de atacarla por la espalda eran derribadas y el Xenosmilus volvía atacar.
Pedazos tras pedazos de masa negra, la oscuridad empezaba ser esparcida por la tierra y desde esos lugares tentáculos empezaban a salir, buscando evitar que otras bestias se acercaran.
Una regeneración que parecía infinita en contra de un poderío implacable… Dos tipos de enemigos se enfrentaban entre sí y César entendió que Alice estaba haciendo tiempo.
Sin embargo, al ver que otras bestias de rango S buscaban atacarla, también comprendió que ese Xenosmilus buscaba eliminar su objetivo rápido.
*******
Un poderoso corte de garra dividió la tierra y parte de la criatura negra haciendo que el interior de la sombra en donde se ocultaba Alice temblara.
Ella siguió controlando la oscuridad y con sus puños volvió a atacar, como si su resistencia fuera infinita.
Su oponente entendía que no debía morderla y comer su oscuridad, pero comprender ese hecho no hizo nada para cambiar la situación.
El Xenosmilus era fuerte y grande mientras que Alice no dejaba de regenerar la oscuridad que conformaba su 'forma de guerrero'.
"¡GRAAA!"
Rugiendo otra vez con fuerza, el Xenosmilus ordenó que las otras bestias atacaran y Alice se movió.
Atrapando a un leopardo por su estómago, ella usando su forma de guerrero de forma directa lo golpeó en contra del suelo.
Al mismo tiempo de su palma de la mano una lanza atravesó el estómago de ese enemigo de rango S, pero una araña de grandes patas la presionó de la espalda.
Alice dejo que esa pata se hundiera en su cuerpo y antes de que pudiera reaccionar, un Rinkhals se retorció, rodeando su cuerpo y desde su boca serpentina, lanzó su veneno corrosivo.
La cabeza de su forma de guerrero empezó a ser carcomida y Alice solidificó lo máximo que pudo su oscuridad, pero fue insuficiente.
*BOOM*
Las criaturas saltaron y al momento siguiente un zarpado que destrozó la forma de guerrero la alcanzó.
"Ugh…"
Alice en el interior de la sombra sintió como todo se agitaba y por primera vez en mucho tiempo, pudo recibir el daño en el interior de su sombra.
Afuera solo quedaban charcos de oscuridad mientras un corte cubría varios metros, pero ella mantuvo su mirada en la sangre que había tosido.
No era roja, sino que lentamente se estaba volviendo negra.
"…"
La sangre seguía cayendo por sus labios y Alice se quedó en silencio, ignorando el dolor y mirando la sangre negra.
Esa sangre era la prueba de que estaba dejando de ser humana o al menos lo más humana que podía sentirse.
Ahora si buscaba ganar, solo debía dejarse llevar… Volver a ser lo que siempre fue.
Solo debía dejar de jugar la farsa en la que se encontraba y aceptar la realidad.
Una realidad que atraería miradas de miedo, terror y pánico… Cuando ella pensó en esa situación pudo ver a su hermana viéndolo de esa forma y Alice no le agrado.
"Que débil…"
Su voz salió de su propia boca y ella simplemente actuó sin importarle las consecuencias y ese posible futuro.
La oscuridad que estaba esparcida por los alrededores, que el Xenosmilus vigilaba con cautela, empezó a reunirse.
"¡GRAA!"
El Xenosmilus dio una orden para que las otras bestias atacaran, pero cuando la serpiente volvió atacar esta vez se hundió en la oscuridad… Y ella lo devoró.
La araña que trató usar su pata para derribarla, no pudo retroceder cuando su pata quedo atorada y la oscuridad que conformaba a esa forma gelatinosa de color negro, empezó a cubrir la araña mientras la devoraba.
La oscuridad continuó extendiéndose por el piso donde estaban otros cadáveres al mismo tiempo que los devoraba a todos.
Como si fuera un río de oscuridad, los cadáveres empezaban a ser tragados y devorados de forma directa, mientras que la masa negra aumentaba cada vez más de tamaño.
Aquí tenía todo para crecer, para cambiar y solo necesitaba empezar y como una bola de nieve cayendo por una colina, una vez que empezara a rodar ya no podría detenerse.
"¡Grrr!"
Con un rugido enfurecido, el Xenosmilus que estaba actuando a la defensiva, saltó para cortarla, pero en medio de su viaje la masa oscura se convirtió en una mano gigante.
Esa mano extendió otros brazos y Alice logró atrapar al Xenosmilus cuyo tamaño era enorme.
La forma de guerrero lo igualaba en altura, pero para ganarle a una poderosa criatura de ese tamaño, necesitaba formar algo más… Más grande y más poderoso.
"¡GRAAAAH!"
Queriendo huir de ese brazo al sentir el peligro, el Xenosmilus logró escapar con gruesas heridas de cortes en su cuerpo, que provenían de las garras de la gran mano.
Sin embargo, su reacción fue lo suficiente oportuna y pudo evitar la enorme boca que se había formado en la palma de la gigantesca mano.
Alice se sintió agotada por controlar esa fuerza que superaba su capacidad actual, pero su conciencia se mantuvo lucida y fría.
Solo necesitaba liberar su hambre y saciarla con todos los cadáveres y cuerpos de todo este lugar… No, no solo las criaturas, sino que la naturaleza y todo aquello que tuviera vida.
De esa forma cumpliría con su objetivo de defender Zerzura para su hermana.
Ante ese pensamiento, la mano que conformaba al gigantesco brazo de oscuridad empezó a cambiar cuando garras empezaron a formarse.
*BOOM*
Ella lo movió al Xenosmilus que estaba a diez metros y esa criatura retrocedió de forma veloz, pero sus colmillos mostraron que estaba furioso.
Se estaba enfrentando a un rango S, que a través de la rápida regeneración de la oscuridad no podía cortar.
Como una bestia mágica que no usaba magia y dependía de su físico, el Xenosmilus tuvo que cortar a su presa, pero Alice no caería con uno o dos cortes.
Ahora su brazo al caer devoró los cadáveres de las criaturas que estaban en el suelo y cuando se volvió a levantar, los cuerpos pegados a la oscuridad y siendo devorados pudieron ser vistos.
Viendo que su objetivo estaba distante y a la defensiva, Alice extendió su oscuridad por el suelo cubriendo otros cadáveres y devorándolos.
"Eh…"
En tan solo un instante había alcanzado los cien metros de radio y cuando Alice estaba sintiendo que su cuerpo estaba cambiando, dejo salir un ruido de sorpresa.
Al límite de su oscuridad, una joven de cabello y ojos negro piso la oscuridad con total calma.
"No necesitas hacer eso… Solo necesitas apoyarme." Pidió Aurora que había llegado de repente.
Alice no se preguntó cómo pudo llegar a este lugar a pesar de que la última noticia la marcaba en un lugar distante, sino que parpadeó incrédula al verla y dejo que su hermana se hundiera en la oscuridad.
El brazo en el exterior se movió para todas partes buscando atacar como si hubiera enloquecido, pero en el interior de la sombra, Alice pudo ver a su hermana entrar a este lugar.
"Lo siento por no llegar a tiempo." Murmuró Aurora y apretando el agarre de su espada, anunció. "Pero no te preocupes… Podemos defendernos juntas."
Su mirada estaba en las manchas negras de su ropa y Alice al darse cuenta de que estaba siendo consolada por su hermana, sintió que no deseaba cambiar.
Que deseaba permanecer al lado de Aurora, siendo la hermana que esa jovencita tanto cuidaba y de cierta forma entendía… Alice sintió que a pesar de estar rodeada de oscuridad no estaba sola.
"Entiendo."
Y por eso, se dejó consolar por su hermana, queriendo continuar de esta forma, solo por un tiempo más.
******
El brazo gigante volvió a agitarse y golpeó el suelo en donde el Xenosmilus había escapado.
Los gruñidos de esa bestia y las venas en todo el cuerpo musculoso dejo en claro que esa bestia estaba furiosa, pero también se notó relajado.
¿Pensaba que la oscuridad había enloquecido y entrado en un frenesí?
*BOOM*
El brazo gigante volvió a caer levantando una nube de polvo y el Xenosmilus que esquivó por poco, agitó sus garras.
Los cortes volaron por el aire y dividieron la base del brazo por completo haciendo que cayera al suelo como si no tuviera vida.
En ese pequeño momento la guardia del Xenosmilus bajo por completo y Aurora saltó desde la oscuridad en el suelo.
"¡GRAA!"
El Xenosmilus era rápido, pero ella también lo fue y su espada cortó superficialmente la piel de esa gigantesca bestia.
*BOOM*
Al caer al suelo al otro lado, Aurora trató de retroceder, pero un zarpazo vino de repente y ella se cubrió con su barrera celeste.
La potencia del ataque y la fuerza la envió a volando hacia atrás, golpeando y rodando por el suelo en dirección al brazo negro.
Sin embargo, en vez de golpear ese brazo, se hundió en la oscuridad y al otro lado, Aurora sintió que era recibida suavemente.
"Yo recibo los ataques y tú lo cortas." Dijo Alice que estaba en el interior de la sombra.
Ella había hecho que la oscuridad la recibiera para reducir el impacto y Aurora con su cuerpo adolorido se levantó.
"Entiendo, he visto su velocidad y si me esfuerzo, puedo hacer algo." Murmuró Aurora y al ver un asentimiento, corrió a la pared negra del límite del interior de la sombra.
Su cuerpo no chocó, sino que como si atravesara una fina cascada su cuerpo dejo el interior de la sombra y salió a la espalda del Xenosmilus.
Pedazos de masa oscura estaban repartidos por el suelo y en algunas partes estaban cubiertos de oscuridad, lo que significó que todo este era el dominio de Alice.
"¡GRAAA!"
El Xenosmilus trató de darse vuelta para atacarla, pero su pata fue atrapada por un brazo negro.
En otra parte el brazo gigante de antes se había derretido y ahora lo que estaba saliendo de la oscuridad era la forma de guerrero tradicional.
Aurora aprovechó ese momento y empujándose con toda su fuerza, avanzó cortando la pata trasera.
Su aura roja era fuerte, pero la piel del Xenosmilus era demasiado dura y los músculos eran aún más impresionantes.
El corte que dejo fue pequeño y cuando ella aterrizó cerca del frente de esa bestia, se hundió en la oscuridad bajo sus pies.
"¡GRa!"
Aurora estuvo segura de que vio las fauces de esa bestia tratando de atraparla y sin importarle, priorizó sentir los alrededores.
Como su hermana le permitió hacerlo, pudo 'sentir' que Alice había entrado en su forma de guerrero mientras buscaba retener a la bestia y controlar su boca.
El cuerpo del Xenosmilus era poderoso y la forma de guerrero de Alice no tenía la fuerza para igualarlo, es por eso que utilizó su oscuridad.
Brazos negros, cadenas o tentáculos cualquier cosa para frenarlo servía… Esa glotona lo logró.
Fue por un momento, pero la bestia fue detenida y Aurora volvió a avanzar hasta que se adentró en una pared de oscuridad.
"GRrr…"
Al salir por el estómago de la forma de guerrero, Aurora escuchó los gruñidos de la enorme bestia arriba de ella e ignorando la colosal batalla en su cabeza, miró el estómago del Xenosmilus.
Con su aura roja volviéndose escarlata empujó a su espada al estómago de la bestia mientras corría con todas sus fuerzas.
"¡GRAA!"
El Xenosmilus era puros músculos e incluso en su estómago los músculos tensos le impidieron cortar profundamente y al escuchar el rugido de dolor de esa bestia, Aurora cambió de táctica.
Dejando de cortar el estómago y corriendo a la parte trasera mientras sentía que el cuerpo de la bestia bajaba, Aurora pudo escapar de ser aplastada.
Al llegar a la parte trasera, ella dudó un milisegundo sobre atacar la pata que estaba lleno de músculos o lo que estaba bajo la cola y…
"¡GRAAAAAAAAAAAA!"
Un rugido extremadamente doloroso fue soltado por el Xenosmilus seguido de una furia implacable que Aurora estuvo segura de que estaba dirigida a ella.
Su aura traslúcida dejo de rodear su espada y Aurora no solo vio la cola cayendo al suelo, sino que el ano de la bestia cortado.
"Ugh…"
Sin darle tiempo para reaccionar, el Xenosmilus la pateó hacia atrás y Aurora no pudo evitar gemir de dolor ante la fuerza.
Su barrera personal se hizo pedazos y su aura celeste que apareció un poco tarde, no la protegió por completo, pero le permitió ser lanzada hacia atrás.
El Xenosmilus empujó a la forma de guerrero de Alice y girándose, Aurora pudo entender que su ataque había enfurecido total y completamente a su oponente.
Esa enorme bestia felina era gigantesca y la presión que liberaba era aterradora, lo peor eran los afilados colmillos y su musculoso cuerpo.
Un luchador con garras, resistencia natural, agilidad y extremadamente instintiva… Uno de los peores enemigos que podían intentar derribar.
"¡GRAA!"
El Xenosmilus corrió hacia ella, pero Aurora preparó su espada en alto.
Sintió que su sombra estaba conectada con Alice y luego pudo sentir la presencia de su hermana a su espalda.
Afiladas garras y una boca grotesca llena de colmillos, Alice estaba dispuesta a luchar de forma tan 'deshonesta' como Aurora.
Sin embargo, la bestia se detuvo y miró a lo lejos.
Sus sentidos extremadamente agudos fueron bastante únicos, pero Aurora también sintió lo que la bestia sentía y aunque un poco tarde, dio una mirada al cielo.
Una enorme luz plateada como un gigantesco sol apareció en el cielo de la ciudad Zerzura y desde ese lugar un enorme rayo plateado fue disparado por los alrededores de la ciudad.
Con decenas de metros de grosor, todo fue desintegrado a su paso y entonces como si fuera un meteorito, un luchador cayó en el área norte.
*BOOM*
Aurora escuchó una enorme explosión y aunque estaba lejos pudo ver la onda expansiva generada… También vio como una enorme cantidad de aves desaparecía.
El Xenosmilus al ver que los refuerzos llegaban, simplemente empezó a correr antes de que notaran su presencia.
Su velocidad fue enorme y Aurora al verlo huir, ni siquiera intentó perseguirlo.
En el aire, el sol plateado seguía dejando caer enormes pilares plateados que arrasaban con todo a su paso.
Aurora al ver ese poderío, sabía de quién se trataba y no pudo evitar suspirar aliviada al ver que todas las bestias huían.
Dándole una señal a su hermana, ambas volaron para volver a la ciudad y en medio del campo de batalla se encontraron a Makeba y a César.
Este último estaba sangrando bastante y Makeba también estaba muy malherido, pero él mostraba un aura de rango S.
¿Había logrado ascender?
Sin poder felicitarlo, Aurora vio varios cuerpos de milicianos en el área y cuando se fue acercando más a la muralla, el número de cadáveres aumentó.
Al cruzar la muralla en donde algunos magos estaban literalmente inconscientes a causa del gasto de energía mágica, ella avanzó al área central.
En la zona médica se escuchaban gritos de dolor y ayuda junto a las órdenes de los médicos y sacerdotes.
Sin embargo, por lo demás, Aurora pudo sentir un silencio tétrico incluso entre los milicianos.
Su corazón empezó a latir con mayor fuerza y al no ver a ningún líder del grupo, ella avanzó con mayor velocidad.
Los soldados se estaban moviendo a la iglesia al igual que algunos sacerdotes y Aurora se dirigió a ese lugar con su amiga a su lado.
En medio de su camino pudo ver drones y robots destruidos, mientras que también había algunos aventureros muertos.
Cuando se fue acercando cada vez más a donde estaba la iglesia, Aurora pudo ver varios cadáveres putrefactos, esqueletos y se dio cuenta de que hubo un nigromante en este lugar.
Al final ella se detuvo en la entrada de la iglesia.
La iglesia estaba en construcción, pero al menos la parte delantera había terminado y las escaleras para dirigirse a piso de abajo estaban construidas.
Era en ese lugar, en donde estaba llena de cadáveres, tanto de paladines como de aventureros y ciudadanos, era en donde se encontraban los altos mandos.
Entre las lágrimas, el dolor y la perdida que era escuchado por todo el lugar, Aurora caminó a donde Zhan Tian estaba sentado.
Sosteniendo a alguien en sus brazos mientras lloraba, Aurora se quedó en blanco cuando vio quien era.
El cuerpo sin vida de Cynda estaba en los brazos de su esposo.