Manos peludas y grandes que conformaban fuertes puños.
Eso era lo que el joven gorila veía cuando se miraba las manos y en ese punto pensó en su gente.
Antes del 'Gran Cataclismo', su gente solo era considerado como animales, pero ahora eran diferentes.
Tenían la inteligencia, la fuerza y la capacidad que los mismos humanos tenían.
¿Eso era suficiente para hacerse un lugar en este mundo?
El joven gorila pensó en su tribu que fue atacada por esa horda y precisamente en los Rinkhals que se aliaron con humanos para vender a las crías.
Él había mirado por lo que Alice llamó 'internet' y había visto como en algunos lugares era completamente legal la venta de criaturas mágicas inteligentes.
Sacadas de su hogar, esclavizadas y vendidas a lugares lejanos tan solo para ser usadas como escudos de carne.
Su gente para hacerse un lugar en este mundo necesitaba ser fuerte… O necesitaba alguien que sea lo suficiente fuerte como para protegerlos.
El joven gorila no pensó en que ese 'alguien' seria él.
Durante el asalto de la tribu de verdad intentó ayudar, pero solo era un mero rango B que, comparada a las demás criaturas, solo era una del montón.
Fue imprudente, pero a la vez carecía de la fuerza necesaria para ayudar a su gente de verdad.
Sin embargo, su carencia de fuerza debía terminar y él debía avanzar.
Para proteger a su gente como esos ancianos que murieron durante el asalto de la horda, pero no solo de amenazas del bosque mágico, sino que del mundo.
Para brindarle esa protección necesitaba fuerza… Una fuerza mayor de la que él podía imaginar.
Tal vez él no iba a ser alguien que le diera un lugar a su gente en este mundo, cuando en el bosque existían bestias que trataban de darle a todas las 'bestias mágicas' un lugar en el mundo, pero quería ser al menos un protector.
El joven gorila cerró sus puños con fuerza y luego se levantó.
Estaba en la pequeña habitación de descanso dentro del campo de entrenamiento y al salir caminó al área de batalla.
En ese lugar se encontraba Alice comiendo una bolsa de papitas.
"Te ves determinado." Dijo esa jovencita y dando una sonrisa, dudó. "¿Has pensado en tu objetivo?"
Alice le había ordenado que entrara en la habitación y pensara lo que buscaba lograr, lo que deseaba conseguir.
No fue tan difícil para él encontrarlo, su deseo de protección era algo natural para su gente y esta vez el joven gorila no fue diferente.
Solo que había una diferencia.
"Quiero mejorar y ser más fuerte. Quiero que cuando escuchen mi nombre todos tiemblen y nadie se atreva a provocar a mí o a mi gente." Anunció el joven gorila con una fuerte voluntad en su voz.
Esa jovencita le dio una mirada y con una suave sonrisa guardó sus papitas.
El joven gorila pensó que se le iba a reír, pero esa sonrisa no era de burla, ni de diversión, sino que llevaba un poco de orgullo por acertar en su idea.
Ella había mencionado que había visto potencian en él y por eso lo estaba ayudando.
También había algo de aburrimiento que la empujo a esas acciones y era posible que lo tratara como un modo de entretenimiento.
Era difícil entender las emociones de una humana, pero esa joven humana no ocultaba tales emociones.
Sin embargo, ahora esa mirada de entretenimiento y diversión cambio, volviéndose una mirada más profunda.
"Este mundo es curioso. Aquí no se mata para hacerse fuerte, se necesitan objetivos para fortalecerse… Aquí la 'voluntad' de cada uno puede cambiar el mundo o a nosotros mismos." Detalló la joven y mirándolo de forma directa, agregó. "Bueno, también están individuos que no necesitan objetivos o que mejoran de forma natural… Como yo."
La oscuridad bajo sus pies apareció y lentamente empezó a expandirse cubriendo el suelo.
"Por supuesto… Yo no soy normal." Murmuró Alice y dando una sonrisa, su sombra empezó a cubrir todo el suelo, dirigiéndose a las paredes.
El joven gorila trató de retroceder, pero la velocidad con la cual se movía la oscuridad para cubrir toda el área de entrenamiento fue demasiado rápida.
Alice mantuvo su mirada con calma.
"¿Quieres proteger a tu gente? ¿Quieres que todos tiemblen cuando escuchen tu nombre? ¿Deseas que nadie nunca te provoque?" Cuestionó esa jovencita y con una sonrisa, señaló. "Entonces debes volverte alguien aterrador."
Esas palabras empezaron a sonar más siniestra y ante la oscuridad del lugar, el joven gorila tembló de forma instintiva.
La luz de los focos empezó a ser tragada por la oscuridad y todo empezó a quedar oscuro.
El joven gorila quiso decir que él no era un niño para temer a la oscuridad y que gracias a su naturaleza tenía cierta visión nocturna superficial.
Sin embargo, esas palabras no pudieron salir cuando la oscuridad se volvió tan densa y profunda que no dejo nada a la vista.
Entre lo que desapareció estaba Alice y cuando el joven gorila se dio cuenta de ello, pudo sentir una presencia en todo el lugar.
Primero fue ligeramente fría y daba la sensación de peligro, pero luego cambio volviéndose aterradora.
"¡GRAAA!"
El joven gorila sintió que su piel se erizara mientras que su cuerpo temblaba y al verse temblar de forma inconsciente, rugió para alejar ese miedo.
Ese rugido funcionó y él pudo sentir un calor ardiente en su interior, que evitó que se congelara ante la frialdad de la presencia y el miedo.
No obstante, eso fue todo.
"Ugaa…"
Una mano vino desde el frente y el joven gorila, aunque intento atraparla, la oscuridad cubrió sus manos y él gritó con temor al retroceder.
Por un momento sintió que su mano estaba siendo devorada y cuando se miró la mano, notó una herida ligera en uno de sus dedos.
Su corazón dio varios latidos cuando esa herida empezó a crecer como si fuera más grave de lo que creía.
"¿Quieres llorar? Parece que eso es todo lo que tienes."
La voz siniestra vino desde todas partes y esas palabras despectivas consiguieron que el joven gorila apretara sus dientes.
"¡Yo no lloro!" Gritó con todas sus fuerzas para alejar su miedo y avanzó hacia donde había venido el brazo.
No veía muy bien, y ante sus ojos todo era oscuridad, pero necesitaba actuar.
Moverse y continuar en movimiento, porque sentía que, si se detenía, sería derrotado.
"…"
El joven gorila dio su mejor puñetazo cuando sintió que la oscuridad se retorcía al frente de él y su puño hizo temblar de forma superficial la oscuridad, pero fue detenido por algo sólido.
La sensación de 'derrota' que sintió antes cambio y ahora el joven gorila pudo sentir un gran peligro… Y miedo a la muerte.
Era la intención asesina combinada con una sed de sangre que solo podía venir de una criatura que se había bañado en sangre.
No… Era peor, era la de una monstruosidad capaz de devorar todo, que dio la impresión de que lo devoraría no solo a él, sino que, a su gente, conocidos y todo lo que le importaba.
El joven gorila quedó paralizado y su mente quedo demasiado abrumada ante esas emociones, impidiendo reaccionar cuando ese 'monstruo' apareció.
Era la criatura negra que había visto la primera vez, pero a diferencia de esa vez que en ese momento pareció 'amigable', ahora dio una sensación de miedo primordial.
Venía del miedo al sentir que sería devorado.
Esa criatura cuyo rostro empezaba a detallarse en la masa negra que conformaba la cabeza, reveló una gran sonrisa con decenas de colmillos afiliados y como si fuera poco una lengua apareció, lamiendo sus propios labios.
"¿En dónde quedo tu voluntad?"
La voz sonó en los oídos del joven gorila y lo que lo hizo reaccionar fue el dolor extendiéndose por su cuerpo.
Esa monstruosidad lo había lanzado a lo lejos haciendo que su cuerpo rodara por el suelo.
"¿Eso es todo lo que tienes? ¿Te pusiste un objetivo tan grande y solo llegarás a este punto?" Dudó la monstruosidad mientras caminaba hacia él.
Sus dedos empezaron a transformarse en garras generando la ilusión de que lo cortaría en pedazos.
Los recuerdos de verla en batalla en contra la horda vino a su mente y la impresión esa criatura aumento, logrando que sintiera simpatía por esas bestias.
Terror y miedo se combinaron, pero esas palabras estaban levantando algo más.
"Patético y débil. En esa forma morirás como una criatura insignificante." Murmuró la criatura ya no con un tono frío, sino que indiferente y 'superior'.
No era un monstruo y tampoco una humana, dio la sensación de superioridad, como si él ante sus ojos no fuera nada.
Una mota de polvo en su camino.
Esa indiferencia dejó ver un desprecio mayor del que sus insultos pudieron lograr.
"César con esa actitud miedosa, nunca alcanzarás tus objetivos." Señaló la criatura de forma indiferente.
Esas palabras que negaban su objetivo, la indiferencia y el desprecio hizo que el joven gorila se sintiera humillado, pero sobre todo él se sintió enfurecido.
Escuchando el ruido de su corazón que para él volvía a latir, al mismo tiempo el joven gorila sintió que una ardiente ira proveniente de la humillación, el desprecio y la negación de sus objetivos, cubría su cuerpo.
*BOOM*
La gran criatura lo trató de aplastar con sus pies, pero el joven gorila se forzó a moverse y logró esquivarlo al rodar.
La onda expansiva lo alejo un poco y esta vez trató de levantarse.
El miedo todavía continuaba cada vez volviendo la impresión de muerte más palpable, todo gracias a esa feroz sed de sangre.
Aun así, forzó a su cuerpo a moverse, alejando los instintos de supervivencia naturales que lo instaban a huir y controlando su cuerpo de forma consciente.
"¡Mi nombre no es César!" Rugió cuando la furia superó todo miedo y temor.
Corriendo hacia la criatura negra golpeó la pierna con una mayor fuerza de lo que había golpeado la pared en su entrenamiento y al no ver reacción volvió a golpear.
Su puño dolía demasiado, pero la ira se convirtió en locura y el calor que cubría su cuerpo deseo salir.
*BOOM*
Y lo hizo… Su puñetazo se cubrió de llamas y al golpear creo una pequeña explosión en la pierna de la criatura.
El joven gorila no sintió felicidad o complacencia al ver ese suceso, en su mente solo estaba llena de deseo de eliminar a su objetivo, hasta el punto de que el 'calor' estaba instándolo a golpear.
La furia enloquecida lo empujo a golpear una y otra vez con cada vez más fuerza, pero antes de que pudiera darse cuenta, sintió un gran dolor en su estómago.
"No dejes que la ira te controle."
Esas palabras no las escuchó ni mentalmente o de forma real… La entendió a través de la patada de la criatura.
Al caer el joven gorila respiró hondo exhalando un aliento caliente y sus puños que estaban cubiertos de fuego, mermaron esta vez ya no descontrolados, sino que en control.
Ese control logró darle una mayor intensidad a sus nuevas llamas.
No iba a ser controlado por el miedo instintivo y tampoco iba a dejar que la ira lo controlara.
Para hacer frente a esa criatura debía estar consciente, sin dejarse controlar por el miedo ni por la ira, porque esa era la única forma que podía enfrentar a la criatura antes de caer.
Una pequeña risa vino de la criatura como si notara sus emociones.
El joven gorila trató de controlar su mente que se desviaba entre lo real e irreal… Entre la idea de que esto era un combate a muerte o un entrenamiento, pero algo le dificultaba estabilizar su mente.
No obstante, decidió tratarlo como un combate en donde si caía, perdería… Y perder en el bosque mágico significaba morir.
"¡GRAAAA!" Gruñendo con locura el joven gorila volvió a atacar.
******
Aurora al llegar a la entrada del edificio en donde residía dio un suspiro.
Había estado preparando su partida a Zinder para ir a las aldeas y repetir su oferta mientras observaba si las consecuencias de guerra habían llegado al área.
Sin embargo, cuando apenas terminó su trabajo un mensaje vino de la Cardenal Brousseau, diciéndole que posiblemente Alice estaba 'entrenando' a su invitado de forma agresiva.
Nadie pudo ver la batalla y todas las cámaras del lugar entrenamiento fueron cubiertas por oscuridad, pero el problema era que el mago mental que fue llamado por Alice, habló del tema todo pálido.
El deber del mago era hacer que el joven gorila se volviera sensible tratando de convertir el entrenamiento en una batalla real y de esa forma, ayudar al entrenamiento a través de la magia mental.
No obstante, esta vez el mago detalló la presión, la sed de sangre y el miedo que sintió a pesar de que no había visto nada debido a que el interior del coliseo fue tragado por la oscuridad.
Luego cuando salieron algunos sacerdotes tuvieron que curar al joven gorila, quien obtuvo bastante heridos y el cual ya había dejado el centro médico.
La razón por la cual suspiraba era por la ferocidad de su hermana y parte por haber dejado al joven invitado bajo el cuidado de esa glotona.
Innegablemente era parte de su culpa si algo le sucedía al invitado.
Dudando un momento, pensando que iba a encontrarse a un gorila atemorizado, ella entró al edificio y caminó suavemente por el pasillo.
No escuchó llanto o alguna muestra de miedo, sino que desde la sala se pudo escuchar una charla.
"¿A qué hora aparece?"
La voz del joven sonó y lo que continuo fue…
"Solo espera. Ya viene." Precisó Alice.
Aurora que se acercó silenciosamente pudo ver desde la entrada de la sala, a Alice y al joven gorila mirando la televisión.
Esa glotona tenía una fuente de papitas y estaba recostada en el sillón de forma relajada mientras que del otro lado estaba el joven gorila lleno de moretones y cortes, que se regeneraban con lentitud debido a la cantidad.
"Oh, si es un verdadero gorila…" Murmuró el joven gorila mirando la televisión.
Él también tenía una fuente de aperitivos y estaba completamente concentrado en la película.
Estaban viendo la 'Tierras de los Simios' y estaban en la parte final en donde los gorilas se enfrentaban a los humanos para obtener una porción de tierra que les perteneciera a ellos.
El protagonista era lo que de un gorila se esperaba, pero también mucho más.
Fuerte capaz, tenaz e imparable combinado con inteligencia, astucia y objetivos claros.
"Es increíble y todo, pero no entiendo por qué me llamas 'César' por él." Murmuró el joven gorila, pero Alice le dio una señal para que siga mirando.
La batalla final avanzó hasta que el antagonista humano se enfrentó al protagonista gorila.
Fue una batalla intensa de dos rangos S que destruyeron un área por completo y la batalla fue en aumento, hasta que el gorila obtuvo la victoria.
La batalla terminó cuando la presencia de ese gorila empezó a aumentar y si bien mostrar cómo se 'sentía' una presencia era complicado, el director logró conseguirlo.
Tanto humanos como gorilas temblaron y detuvieron su batalla ante la presencia del gorila cuyo cuerpo empezaba a cambiar.
"Yo soy César… El futuro gobernante de estas tierras, aquel que protegerá a su gente y derribará a sus enemigos."
Esas fueron las palabras del protagonista cuando llegó al rango SS.
Durante toda la película ese gorila buscó el significado por el cual su cuidador le puso el nombre de 'César' y en su búsqueda miró hacia atrás en la historia, para tratar de encontrar respuesta.
Sin embargo, solo en este momento encontró el significado… 'César' para él fue un nombre que le fue dado por otro, pero ahora hizo ese nombre suyo.
Dándole su propio significado.
¿Por qué eres César?
Esa pregunta quedó a la deriva en el aire y nadie tuvo que decirla, pero Aurora pudo sentirla cuando miró al joven gorila que seguramente tenía la misma pregunta.
De lo que trataba la película era de formar una identidad propia que, si bien tomaba similitudes de otro lado, iba a pertenecer a uno propio.
La película mostraba como los gorilas encontraban su identidad, que le pertenecía a ellos y con el significado que solo ellos le daban… Un significado propio.
"Yo soy César…" Murmuró el joven gorila y mientras su presencia de rango A aparecía, declaró. "Y seré el protector de mi gente."
Su voz y tono llevaba una profunda determinación y tras darle significado a su propio nombre se recostó en su sofá.
Alice dio una sonrisa algo alegre.
"Ese es un buen nombre, César." Señaló sin cambiar su sonrisa.
El significado era lo que le agrado y esta vez ese joven gorila, dio una risa entretenida.
"Lo es…" Respondió el joven gorila… No, respondió César.
Aurora que observaba pudo ver como ambos se acostaban en sus respectivos sillones y continuaban mirando el final de la película.
Ella cuando recibió la mirada de su hermana, le hizo una señal para que continuara viendo y se alejó.
Cuando estuvo afuera, su expresión tembló y Aurora se quedó un poco en blanco.
Su hermana estaba cómoda viendo una película con ese joven gorila y cuando Aurora miró hacia atrás, se dio cuenta de que su amiga nunca se había acercado a alguien como ahora.
Durante su tiempo de Primera Heroína, Alice siempre se ocultó en su sombra y permaneció allí, sin deseos de salir no importa cuánto ella la presionará.
Durante su infancia, fue indiferente y ella nunca tuvo amigos, manteniéndose a su lado… Pero ahora fue diferente.
Tal vez era un pequeño paso, pero la cercanía que estaba formando Alice, hizo que Aurora se sintiera muy atrás.
Para que Alice se acercara a alguien por más mínimo que fuera, resultaba un gran paso y ese 'paso' consiguió que Aurora pensara que su progreso era nulo.
¿Había cambiado algo desde que llegó a África?
Las pesadillas todavía continuaban y si bien había noches tranquilas, otras eran demasiado para ella.
Cada vez se ensangrentaba más sus manos, creyendo que solucionaría todo con sangre y al mismo tiempo, se mantuvo alejado de todos… Y alejando a todos aquellos que deseaban acercarse.
Si Alice, quien parecía no mostrar cercanía a nadie, estaba dando ese paso… ¿Por qué ella no podía?
Ante tal pregunta, Aurora vio su reloj holográfico brillar y ella incontinentemente se puso a leer el mensaje.
Era un aviso de que el portal para viajar a Zinder ya estaba preparado y ella se movió.
Había venido para invitar a su hermana, pero ahora solo quiso que ella se quedara y disfrutara la película.
Sus pensamientos y sus dudas solo la molestarán por unos segundos, antes de pensar en el trabajo.