El viaje comenzó la primera semana de abril y Edward, a pesar de que lo esperaba ansioso, se dio cuenta de que su expectativa fue aplastada por la diferencia de la realidad.
Fueron preparados cincuenta camiones extra grandes y modificados para terreno de todo tipo, con barreras para protección en caso de emergencia.
Seis de ellos estaban modificados para que pudieran limpiar el camino que tenían por delante y con magia de tierra crear una calle lo suficiente aceptable como para que pudieran transitar.
Sin embargo, eso solo facilitó una parte del viaje y no era siempre efectivo.
El viaje empezó lento debido a que las antiguas carreteras y calles habían desaparecido y en la actualidad todo era un área en donde la naturaleza había tomado el control.
Si bien los camiones despejaban rápido el paso, en realidad se demoraba su tiempo, lo que hizo que Edward lo encontrara molesto.
Avanzando por el área, gran parte del terreno era desierto, pero a veces se encontraban con pequeñas áreas boscosas y rocosas, lo que hizo que el viaje se complicara.
Lo peor era que, aunque llegaban algunas criaturas salvajes y monstruos tratando de atacarlos, no lo dejaron salir afuera.
Viajaba con un asiático conocido como Zhan Tian y ese hombre era serio en su trabajo y no dejaba que se bajara del auto para que se encargara de esos enemigos, debido a que no era su equipo el encargado de la protección.
Entre algunos baches, el calor desbordante de esta área y un viaje que tardaba demasiado, Edward se sintió sofocado.
Hasta un mago volaba más rápido y eso que podía ver de vez en cuando equipos de aventureros volando.
En esta misión participaron 135 personas, de las cuales 27 eran rango A y 103 Rango B, incluyendo en este número los sacerdotes, y por último estaban 5 rangos S, sin él estar incluido.
La Cardenal Brousseau lideraba a la iglesia y sus paladines, un Archimago llamado Abdellah dirigía a los mercenarios, Makeba controlaba a los milicianos y Arnold dirigía a la fuerza del gremio, los 'Toros Rojos'.
En cuanto a Zhan Tian y su esposa Cynda, eran aventureros de un gremio, pero su fuerza estaba esperando en su destino.
Era un gran número de personas de múltiples etnias y de varias profesiones, todos dirigidos por una niña… Cada vez que Edward recordaba tal hecho, su expresión se oscurecía.
El primer día viajaron de manera aburrida y solo al final del día se cambió de equipo y lo dejaron a él que se encargara de la protección.
Las criaturas y monstruos eran mayormente de Rango B que eran salvajes y no tenían tanta inteligencia.
Para alguien de Rango A como él, fueron fáciles de derrotar, pero al menos redujeron su estrés de tal aburrido viaje.
Cuando llegó la noche decidieron acampar debido a que el terreno no estaba preparado e iba a ser demasiado complicado allanarlo durante la noche y ni hablar del cansancio del largo viaje.
Edward no fue el único que se cansó de tal aburrido viaje, los aventureros miembros del gremio 'Toros Rojos' también charlaban hablando de lo aburrido, cansador y agotador que era el viaje.
Viajar durante horas en un camión era en parte molesto y en parte cansador.
Lo único destacable era que había carpas de alta calidad que contenía un espacio en su interior con un departamento.
Tal vez no todas las carpas eran de ese tipo, pero si eran grandes y cómodas.
Los baños portátiles fueron otro alivio para el grupo y para Edward, que estaba encontrando este viaje, primitivo.
La forma que los aventureros creaban fogatas como si estuvieran en un campamento de verano, hizo que ante sus ojos pareciera un viaje sin sentido.
Lo peor fue que cuando le avisaron el lugar donde dormiría, resultó ser en la carpa principal de la persona que lideraba esta misión.
Esa niña y su amiga igual de joven… Su carpa era la más grande y era un departamento de tres habitaciones con baño y comedor, pero eso no significó que no fuera molesto.
Estaba claro para él que lo estaban poniendo a su lado para vigilarlo y asegurarlo por cualquier suceso.
Sin embargo, su molestia solo duro demasiado poco debido al cansancio del viaje.
Estaba agotado para viajar en camión durante horas, en un viaje aburrido y para colmo, estar bajo esa niña cuya fuerza desconocía.
¿Por qué dejaron a alguien como ella al mando?
La llamaban 'Protectora de Zerzura', pero era una niña y la otra era una glotona cuyo único propósito era comer.
A medio de la noche, tras haber caído rendido en un lugar cómodo, Edward escuchó ruido y cuando salió tras cambiarse pensando que era un ataque, se encontró con los líderes de la misión.
Aurora llevaba una armadura plateada y estaba manchada de sangre mirando un mapa holográfico cutremente desplegado.
"El ataque que acabamos de repeler, se debe a una mazmorra natural. Ha pasado demasiado tiempo sin limpiar y ahora se ha convertido en un nido de tales criaturas." Informó Aurora al equipo y con un tono claro, comentó. "Es mejor limpiarla ahora, así en el futuro no tenemos problemas con el viaje de regreso."
¿Ataque?
Tales palabras dejaron que Edward se quedara tieso ante el hecho de que no se dio cuenta.
Las habitaciones no tenían barreras para suprimir el sonido y eso significaba que podía escuchar cualquier ruido desde afuera.
En caso de un ataque lo hubiera escuchado, pero tal cosa no sucedió y se había perdido de la defensa.
¿Fue por qué no estaba acostumbrada a tal suceso? ¿O la falta de una red de seguridad estrecha?
Tales preguntas no importaron, los líderes prepararon un equipo dirigido por Aurora y su amiga glotona.
"Me voy a unir." Ordenó Edward cuando terminaron la conversación.
Los demás líderes de la misión le echaron un vistazo, pero se alejaron para encargarse de sus asuntos, agitando sus cabezas en el proceso.
Edward recibió la mirada de esa glotona, quien levantó la ceja, tal vez molesta por su tono.
Aun así, Aurora le dio una sola mirada antes de limpiar su equipo.
"No, esto va a ser una limpieza rápida y no eres necesario." Respondió Aurora.
Con tales palabras no le dio explicaciones y con una señal, se fue con su compañera quien prácticamente le dio una mirada burlona.
Un crujir de dientes resonó en el interior de la carpa cuando quedo solo y Edward se sintió demasiado molesto.
¿Por qué una niña como esa tenía que dirigir todo esto?
Si no fuera por ella, era muy posiblemente que sus habilidades fueran usadas como se debían.
¡Era un maldito rango A!
¡El aprendiz de un Gran Archimago de rango SS!
Estar siendo desaprovechado de este modo, para Edward esto era una gran estupidez.
¿Quién a su edad era tan fuerte?
Lo peor era que ante sus ojos esas dos niñas eran obedecidas no solo porque estaban al mando, sino que por el peso de aquellos que lo pusieron.
Esa noche se quedó despierto esperando y solo se rio después de que el grupo no llegara luego dos horas de espera.
¿Rápido?
Ja, fue una gran broma ante tal tardanza.
Al otro día debido a que se había quedado despierto durante varias horas, se levantó demasiado somnoliento.
Se durmió tarde y luego se tuvo que levantar temprano, rompiendo el horario al que estaba acostumbrando, fue demasiado costoso.
Ese día fue puesto bajo el mando de Makeba quien lideraba a los milicianos, pero cuando observó los alrededores se dio cuenta de que ni Aurora o su amiga estaban presentes.
Cuando preguntó sobre el asunto a otros milicianos le contaron que las 'Protectoras de Zerzura' se fueron por su cuenta para limpiar el camino.
De esa forma tratando de reducir los problemas del viaje.
Ese asunto fue confirmado por él mismo cuando volvieron a viajar.
Durante más de decenas de kilómetros solo se encontraron con algunas criaturas, pérdidas o unos pocos monstruos, pero todo lo demás fue seguro.
Hasta pudieron ver algunas mazmorras naturales, pero los exploradores que revisaron avisaron que fue recientemente limpiadas.
Solo cuando estaban por la mitad de llegar a su destino, el dúo regreso como si nada.
Edward no pudo decir ningún comentario, ya que al equipo que fue asignado fue el de los milicianos.
Esos individuos ante sus ojos se dejaron engañar por un título tan glorioso y vanidoso como lo era las 'Protectoras de Zerzura'.
Ninguno de ellos se tomaba bien cualquier insulto o comentario negativo sobre ellas y eso se incluía al líder Makeba.
Entonces su largo día volvió a comenzar de vuelta y si bien la mitad fue un viaje tranquilo que lo ayudó a recuperarse de su somnolencia, la otra parte fue agotadora.
Makeba no dudo en usar la fuerza de rango A de él y lo hizo trabajar en todas partes.
Al principio Edward pensó que estaba siendo reconocido, pero tras que le ordenaran atacar a un grupo de gusanos de arena que llegaban del Desierto de Sahara, se dio cuenta de que solo le trataban de hacer las cosas difíciles.
Ese hombre de piel oscura fue uno de los líderes que vio 'ordenarle' a esa niña que ellos tanto idolatraban y ahora se estaba vengando.
Que acabara a gusanos de arena que se ocultaban bajo tierra en donde sus relámpagos no podían llegar fue una prueba de ese trato.
Lo peor era que no podía decir nada debido al aire frío que liberaba Makeba y su mirada que claramente esperaba una respuesta.
Solo a la noche tuvo la oportunidad de librarse de ese individuo demasiado serio y pudo acercarse a los aventureros del gremio, los 'Toros Rojos' quienes lo aceptaron y lo invitaron a beber de forma secreta.
Los aventureros de ese gremio eran más relajados en sus conductas, lo que fue agradable tras haber pasado trabajando todo el día.
Cuando regreso a la carpa, se encontró con una reunión de los líderes dirigidos por Aurora.
Los fruncir de ceños que le dieron fueron bastante prominentes y eso se debía al olor a bebida que era fácil de detectar para individuos sobrehumanos como un Rango S.
"Bebiendo alcohol en medio de una misión. Dejando de lado tu edad, deberías saber lo que se puede o no hacer." Dijo la Cardenal Brousseau mirándolo a él y desviando su mirada a Aurora, recomendó. "Es necesario castigar aquellos que se relajaron en este momento."
"Estamos cerca del bosque mágico. Tal lugar no es una broma, no sabes lo que puede salir y a pesar de que hay personas en guardia, si una manada de bestias mágicas peligrosas aparece, estaremos en problema." Declaro Cynda con frialdad.
Las expresiones de gran parte de los líderes se volvieron frías, no necesitaron pensarlo demasiado.
Un adolescente llegando luego de beber unas copas se podía considerar imprudencia, pero el problema era que ya no podía ser tratado como un adolescente.
Se trataba de una misión realizada en un lugar peligroso del cual él era miembro.
El bosque mágico estaba poblado de bestias mágicas y algunas de ellas eran extremadamente peligrosas, mientras que otras estaban en conflicto con humanos.
¿Cómo en su sano juicio se le ocurrió hacer eso?
Su cansancio, estrés y enojo por la situación que se había encontrado durante todo el día, lo llevo a este punto.
Edward pudo ver que ante los ojos de cada uno de esos líderes, él era un 'adolescente imprudente', sin embargo, quienes sufrirían eran aquellos que le dieron de beber.
El problema era que él llegó de alguna parte y aquí estaban todos los líderes y ellos conocían a sus miembros o al menos lo debían conocer.
Que Arnold pusiera una mirada oscura era la prueba de que sabía quiénes eran los individuos que posiblemente bebieron en esta situación.
Que un adolescente imprudente bebiera era muy diferente a que un aventurero contratado para una misión lo hiciera.
"Me encargaré de arreglar sus actitudes y haré que esto no vuelva a suceder." Respondió Arnold de forma fría.
Edward estuvo por decir que tomaron unos tragos o fue 'solo un poco', pero al momento siguiente, al sentir las atmósferas de los presentes, se quedó en silencio.
Entendiendo de que tales respuestas iban a ser una excusa de un adolescente que no deseaba ser regañado.
En este momento cualquier respuesta parecería una excusa.
"Entiendo, te lo dejaré a ti." Respondió Aurora y golpeando el mapa, declaró. "Es hora de elegir cuál es el mejor camino."
Sin interferir en las decisiones y control de otro líder, ella solo delegó el mando, dejando que Arnold se hiciera cargo de los miembros de su grupo.
Ella había entendido que castigarlo por ella misma iba a ser ineficiente y solo crearía más problemas debido a que pasaría por arriba del gremio que estaba presente.
Edward se quedó en silencio al notar tal hecho y esperó en una esquina mientras los escuchaba hablar.
Había dos caminos para dirigirse a su destino.
El primero era rodear el bosque mágico para dirigirse a Zinder a través del desierto y gran parte de la zona llana.
Se iban a demorar, ya que había que pavimentar un nuevo camino y parte de esas tierras eran desérticas.
Si bien los camiones eran todoterreno y podían viajar en el desierto, mientras que aquellos modificados podían usar magia de tierra para solidificar la arena y crear un camino, el ambiente era el problema.
El calor desbordante del desierto, las criaturas y todo tipo de gusanos que llegaban desde el Desierto de Sahara en el norte.
Tal vez estaban lejos de tal lugar, pero debido a que nadie controlaba el límite de ese enorme desierto, las criaturas migraban y llegaban a esa área.
Se decía que en esa área el desierto limitaba con el enorme bosque mágico, en donde un lado era húmedo debido al bosque y el otro lado era caluroso.
Calor, criaturas de todo tipo, incluyendo al peor enemigo que podían tener para un viaje… Gusanos de tierra capaces de ocasionar problemas sin que se dieran cuenta.
Si bien había ciertos radares en algunos de los camiones, no tenían equipos ni vehículos de mayor tecnología a causa de que la Empresa Apicius no podía comprar equipo militar.
Era por eso que ahora solo trajeron camiones de gran tamaño modificados manualmente.
El otro camino era atravesar el bosque mágico por donde había llegado el antiguo Señor de la Guerra 'Gran Kan'.
Debido a que él había traído algunos vehículos militares, el camino fue creado y si bien había pasado bastante tiempo, parte de ese camino seguía en pie.
El problema era que no sabían lo que se encontrarían dentro del bosque mágico, al menos no con total certeza.
Si tenían suerte se encontrarían con criaturas o monstruos, pero en el peor caso se podían encontrar con bestias mágicas con inteligencia y eso significaba que podían estar en problemas.
Una cosa era ser atacados por criaturas o monstruos sin inteligencia que se movían de forma repentina y otro asunto muy diferente era que una bestia mágica planeara un ataque.
Por ese camino llegarían más rápido, pero había demasiada incertidumbre.
"Tampoco hay que subestimar el desierto y los elementos. El calor puede llegar a afectar los vehículos y recalentarlos. Ni hablar del viaje de vuelta. Imagínense decenas de personas en un camión, amontonado, sin aire acondicionado." Dijo Abdellah y con un tono serio, agregó. "Además, tampoco hay que olvidar a los gusanos, pueden ser un problema cuando están bajo tierra."
No todos tenían la capacidad para atacar a un gusano que se ocultaba bajo tierra y cuando se tenía que elegir era preferible luchar en el aire en contra enemigos voladores.
Al menos, en ese sentido, los rangos A tenían la capacidad para luchar en el aire o usar objetos, en cambio, era más difícil sacar a una criatura de la tierra o hacerle daño.
El lugar quedo en silencio.
Cada uno tenía sus puntos buenos y sus puntos malos, no solo había que pensar en el ahora, sino que también tenían que mirar el futuro.
Edward se quedó en silencio mientras miraba como Aurora golpeaba la mesa con una mirada pensante.
La incertidumbre estaba presente en ir por el interior del bosque mágico debido a que esta era la primera misión de este tipo.
"Es imposible decidir por mi cuenta. La situación está más allá de mi consideración, lo dejaremos a votación." Declaró Aurora con seriedad.
Su expresión no llevaba vergüenza al decir que esto estaba más allá de su decisión.
Algunos asintieron en entendimiento sin decir demasiado ni verse perturbado.
Edward frunció un poco el ceño, para él liderar era tomar el mando por completo y ante sus ojos Aurora acababa de fallar.
Al final se terminó decidiendo rodear el bosque mágico e ir por el desierto, debido a que parecía menos peligroso.
Los males conocidos a veces generaban una mayor confianza y eso sucedió.
Entonces, al final, todos se fueron tras arreglar los pormenores y él quedó solo con Aurora.
Edward había esperado que a causa de sus acciones recibiera un castigo de la otra parte debido a que Arnold parecía serio al ir a castigar a los aventureros que se estaban tomando el trabajo como vacaciones, pero no sucedió.
Aurora simplemente le dio una mirada y tomando sus platos de comida salió del lugar muy seguramente para hacer guardia.
Edward se quedó en silencio.
No fue regañado, no hubo decepción ni nada por el estilo y la mayor razón era que esa niña no esperaba nada de él.
Eso lo molesto.
¿Cómo no lo iba a molestar?
Él era un miembro de esta misión, pero en vez de ser regañado por sus acciones, fue claramente ignorado… Como si él no mereciera su atención.
Esa acción hizo que Edward se molestara cuando se fue a su habitación, sin embargo, el cansancio del día lo desbordó y cayó dormido.
Fue recién varias horas después que se volvió a despertar y se levantó tras escuchar ruido desde afuera.
Había pensado que era un ataque nocturno, pero cuando fue al pasillo se dio cuenta de su error.
En medio de la noche se escuchaba un ruido bajo de llanto que provenía de la habitación de Aurora y Edward se congeló.
Fue cuando vio a Alice salir de su habitación y dirigirse a la habitación de su amiga, cuando Edward reaccionó.
Sin embargo, luego de que entrara Alice, toda la habitación quedo completamente en silencio como si nada hubiera sucedido y dando la sensación de que todo había sido un sueño.
Sin que nadie supiera lo que pensaba, Edward volvió a su habitación, sabiendo que había que continuar el viaje.