Aurora caminó en dirección en donde vio la figura y cuando ella se giró en la esquina, frunció el ceño al no encontrar a nadie.
Justo cuando estuvo por continuar por el pasillo, para ver si lo lograba atrapar, se detuvo al sentir la presencia a su espalda.
"Que extraña forma de saludar, ¿no lo crees?" Preguntó Aurora girándose para mirar al joven de ojos zafiros.
"La última vez me llamaron pervertido. Esta vez no deseaba que algo como eso suceda." Respondió el joven con una expresión extrañamente sincera.
Los labios de Aurora temblaron al ver esa reacción.
Todavía recordaba la vez que lo vio en África y en el que ella estaba ebria, aunque lo sucedido no fue su culpa… ¡Fue él quien la acorralo!
Aurora tragó su vergüenza.
¿Debería disculparse?
Ese pensamiento pasó por su mente cuando el joven dio una sonrisa y se acercó con una sonrisa divertida.
"Este es nuestro cuarto encuentro. ¿No crees que es momento de dejar las casualidades?" Preguntó el joven con una voz casual.
Esta vez no estaba queriendo que ella se avergonzara, sino que estaba tratando de buscar algo más.
Dejar las casualidades e ir a algo más directo.
Aurora no pudo evitar que sus labios se inclinaran, no por su proactividad o como trataba de cubrir sus intenciones, sino que por otra razón.
Los ojos de Kairos brillaban y Aurora notó que estaba tratando de dar una apariencia fuerte y alguien directo, tratando de ocultar el nerviosismo.
Aurora golpeó sus labios y observando al joven, dejando que lentamente pasara el tiempo disfrutando como la tensión aumentaba, ella decidió ayudarlo.
Si bien a ella le gustaba verlo avergonzarse, que actuara de este modo también era muy agradable.
En cierto sentido despertaba su lado más generoso, aun así…
"Entonces hay que definir quien acosa a quien." Dijo Aurora y al ver que Kairos no entendía, sus labios se inclinaron en una sonrisa y comentó. "Vengo como una estudiante y de repente me encuentro contigo aquí. ¿No crees que es raro?"
Era una pequeña burla, que daba a entender que él era quien la acosaba.
"Si, yo también he pensado lo mismo…" Respondió Kairos y sacando una tarjeta de identificación, añadió. "Pero en este caso, yo trabajo aquí."
Era unas de las tarjetas que los trabajadores usaban para pasar las diferentes áreas restringidas y está en especial, tenía la foto de él grabada sin la posición que ocupaba, pero el logo demostraba que era auténtica.
Una prueba de que él no era quien acosaba a la otra parte.
Sin embargo, Aurora no se avergonzó ante esa insinuación, ya que estaba preparada.
"Me atrapaste." Dijo levantando sus manos y al ver la sorpresa de Kairos por su comentario, dio un suspiro trágico y comentó. "Lamentablemente, tengo demasiado trabajo y no puedo mantener mis… Intereses."
Cambio sus palabras a mitad, por el hecho de que a pesar de que era una mentira, decir que no podía mantenerse acosando al joven era demasiado vergonzoso.
Y a pesar de que era una actuación sus palabras eran ciertas.
Su trabajo ocupaba demasiado tiempo de su vida y muchas veces no tenía espacio para disfrutar con sus amigas y ni hablar de mantener una amistad o conocer a alguien para una situación futura.
Agregando lo que estaba por venir en el futuro, Aurora sabía que tendría demasiado trabajo.
Era injusto dar pie a cualquier situación futura cuando ella no tenía tiempo para desarrollarla.
Aun así…
"Creo que es hora de cambiar de roles, ¿no te parece?" Preguntó Aurora con un tono intrigado.
Ahora ella fue la que se sintió ligeramente nerviosa.
Era bastante extraño y tenía que admitir que le gustaba tener estos momentos en donde lo único que debía pensar era como avergonzar al joven al frente ella.
Decir que no le gustaba seria mentira, pero no era como si estuviera profundamente enamorada.
Si el joven deseaba que algo más sucediera, entonces tendrían que conocerse, para ella ese punto era el más importante.
Aunque sonaba genial en su cabeza, se estaba sintiendo muy nerviosa.
No podía negar que su petición era bastante irrazonable y sin sentido, ya que lo invitaba a que se conocieran 'oportunamente' en el futuro.
Aun así, esperó y…
"¡Si!" Respondió Kairos con un tono verdaderamente emocionado.
En vez de cuestionar o pensar que su pedido era irrazonable él aceptó de inmediato la oportunidad que ella había dado, pareciendo como si hubiera encontrado un mapa hacia un gran tesoro.
Tal vez de esa forma veía esta oportunidad.
Los labios de Aurora se elevaron con una sonrisa encantadora, al darse cuenta de que Kairos se estaba avergonzando por su respuesta tan inmediata.
¿Quién no se avergonzaría por esa situación?
Aurora podía entenderlo, y esta vez contuvo sus deseos de seguir molestándolo.
La verdad que ella también se sentía complicada al pedirle que él la 'persiguiera' y en vez de detenerse, lo dejo estar, queriendo ser un poco egoísta.
"Te aseguro que haré un buen trabajo." Anunció Kairos tratando de alejar su vergüenza y el problema fue que esas palabras sonaron extrañas.
Estaba cavando un pozo y enterrándose en él, todo por su cuenta.
Le estaba asegurando que haría un excelente trabajo en ser un 'acosador'.
Aurora tuvo dificultades para contener su risa divertida al ver al joven avergonzarse mientras trataba de actuar con normalidad.
Dudando de seguir molestándolo o no, ella pudo sentir una presencia que se acercaba y miró al lugar de donde ella había llegado.
"Nos preocupabas que no llegaras." Dijo Cithrel y acercándose con una sonrisa, dudó. "¿Sucede algo?"
Sus ojos miraron a Aurora detenidamente y luego al joven que trataba recuperar una apariencia de un alguien frío.
Aurora recibió la mirada de Kairos, quien estaba preparado para lo que fuera que ella podría hacer, creyendo en la posibilidad de que lo avergonzaría como hizo con Alice.
Sin embargo, en este caso no estaba ebria y no era tan malvada como para dejarlo tan mal.
"Solo estaba hablando." Dijo Aurora y mirando Kairos, comentó. "Mi nombre completo es Aurora Campbell. Esperó noticias tuyas."
Con esas palabras tomó la mano de Cithrel y huyó, dejando atrás ese pasillo y dirigiéndose a donde se vendían las bebidas.
Luego como si no sucediera nada se apartó de Cithrel y fue a la máquina expendedora para tomar algunas bebidas.
"¿Qué sucede?" Preguntó Aurora al recibir la atención de la princesa.
Cithrel la estaba observando con cierta expresión extraña en su rostro, que era imposible de no distinguir.
"Si digo que estoy celosa, ¿me creerías?" Preguntó Cithrel y al ver que Aurora la miraba de forma extraña, se rio y comentó. "En realidad, me di cuenta de que si quiero tenerte tengo que ser más proactiva."
"…"
Aurora se quedó en silencio ante ese comentario y no podía negar que estaba nerviosa, ligeramente tímida.
Le gustaría creer que era porque hace un momento había estado con una persona que le llamaba a la atención, pero… Mirando la sonrisa coqueta de Cithrel y como ella se acercaba, no podía mentirse.
Dudando un momento, al final decidió ser sincera.
"A mí no…"
"¿No te gustan las mujeres? No tengo problemas, si soy sincera…" Respondió Cithrel terminando sus palabras y acercándose a su oído, murmuró. "Yo quiero tenerte de otra 'forma'."
Aurora tembló como un conejito que se encontró ante un depredador que le estaba revelando sus colmillos.
La voz de Cithrel fue demasiado seductora y tentadora, hasta el punto de que ella sintió que era demasiado atractiva.
Cithrel dio una sonrisa al ver que Aurora estaba avergonzada y luego se fue dejando salir una encantadora risa.
Aurora miró la espalda de esa elegante y atractiva mujer.
Esa mujer no era una 'princesa', era un príncipe galante y coqueto… Uno muy bueno.
Tenía que admitir que ver actuar a Cithrel tan proactivamente, la hizo sentir bastante bien.
Nadie podía negar que ser 'apreciado' era algo increíble.
Con una expresión más animada se dirigió a la mesa, donde todos siguieron charlando tranquilamente.
Cuando todos terminaron de comer, la Profesora Forde los hizo despedirse y agradecerle la atenta atención de la Empresa Cosmos y los empleados le dieron una pequeña caja como regalo.
En ella se encontraba el último diseño de los relojes holográficos que ahora tenían una mayor capacidad y un grado más alto de seguridad.
Como todavía no salía a la venta, todos los estudiantes quedaron impresionados y a la vez muy satisfechos.
Menos Aurora que se quedó mirando la caja dándose cuenta de su error.
"No le di mi número." Murmuró con una expresión completamente atónita.
En realidad, quería cambiar el rol de quien 'acosaba' para que la otra parte fuera la que se acercara, pero Aurora también había pensado darle su número para facilitar el trabajo.
Ahora mirando la caja del reloj holográfico se dio cuenta de que tal vez no le dejó un trabajo fácil.
Aun así, recordando esa vez en áfrica donde había salido de un gran hotel de cinco estrellas, Aurora solo se encogió de hombros sin darle tanta importancia.
Tal vez pueda realizar un buen trabajo como un 'acosador'… Con esa idea en su mente, ella se rio entretenida.
Tenía que admitir que para ser el día en el que las iglesias darían su comunicado, ella estaba bastante animada.
******
Un anciano de larga barba blanca se movió por el pasillo.
Su túnica se agitaba débilmente y cada vez que se encontraba con alguien, ellos bajaban la cabeza en saludo.
El anciano asentía con una expresión imperturbable como salido
Paso a paso salió del pasillo a una sala de conferencia y subió a la plataforma de conferencia.
Las cámaras parpadearon continuamente mientras cientos de reporteros graban y sacaban fotos.
El anciano observó las expresiones de los presentes.
Algunos estaban curiosos, otros preocupados y algunos dejaban ver sus nervios, pero cada uno de los presentes estaba atento a su figura.
El Sumo Pontífice Abraham levantó su mano y todos los presentes se quedaron en un completo silencio.
A su espalda Cardenales de la Iglesia del Tiempo y el Espacio, junto a los 'Ejecutores del Orden' de la Iglesia del Orden, subieron a la plataforma.
Las dos grandes iglesias habían decidido dar un comunicado juntos, tratando de demostrar la profunda cercanía entre ambas iglesias que servían a 'Dioses Primordiales'.
Como el Sumo Pontífice de la iglesia del Tiempo y el Espacio, él era el encargado de dar el comunicado.
"El mundo está en un cambio constante. Un cambio que no puede ser detenido." Dijo el Sumo Pontífice desde el principio.
Estaba ante los ojos del mundo y las cámaras estaban trasmitiendo a todo el mundo, aun así, el Sumo Pontífice permaneció en una calma total.
El mundo estaba cambiando… Era una verdad innegable que venía sucediendo desde el Gran Cataclismo.
En menor o mayor medida el mundo cambiaba.
"Durante miles de años nuestros 'guardianes' nos han protegido y mantenidos alejados de ese cambio."
Los 'guardianes'; los antiguos dioses de la tierra que ahora se estaban debilitando lentamente habían mantenido la barrera dimensional para proteger a la humanidad de la energía mágica.
Protegiéndola del cambio.
"Luego antes de que nuestros Guardianes dejaran esa tarea, otro ser decidió tomarnos bajo sus alas."
Era conocido que los Dioses de la Tierra no pudieron mantener la barrera dimensional, pero los Dioses en vez de dejar que la humanidad atravesara duramente por la prueba del cambio, pidieron ayuda otra existencia.
De esa forma la humanidad quedó bajo la protección de esa existencia.
Tal vez su 'ayuda' fue de una manera extraña y algunos dirían que, para peor, pero era innegable que, sin el Dios del Tiempo y el Espacio, sería dudable si ellos pudieran sobrevivir.
El conocimiento que trajeron los jugadores de Terra nova fueron armas para toda la humanidad.
Sin embargo…
"Tenía que llegar un momento en el cual abriríamos nuestras alas y enfrentaríamos nuestro futuro por nuestra cuenta. Enfrentaríamos el cambio."
El anciano como un creyente de esa existencia desde que había ido a Terra nova como un jugador, tenía un gran conocimiento.
Cada mundo sufría un gran cambio cuando las barreras dimensionales se debilitaban, era inevitable.
Esta vez fue diferente, a pesar de que hubo un gran cambio en realidad no fue tan drástico, muy diferente a otros mundos.
La protección que ese Primordial brindaba era mayor de lo que esperarían.
Lamentablemente, las personas no lo entendían y en vez de conocer esa realidad, usaban el momento de paz para enfrentarse entre sí, creyendo que esa protección duraría para siempre.
Y ahora…
"Debemos enfrentar un gran cambio. En el futuro 'Portales Abismales' llegarán a este mundo. En donde aparecen y a donde se dirigen, son respuestas que deberemos descubrir por nuestra cuenta."
Toda la sala se quedó completamente aturdida ante esa información tan chocante.
Cuando las primeras mazmorras temporales aparecieron, la Iglesia del Tiempo y el Espacio y la Iglesia del Orden informaron sobre esa situación.
Sin embargo, ahora era diferente.
Se los estaba dejando en un camino cuyo destino era desconocido.
"Es en este momento que la humanidad debe permanecer unida para enfrentarse a las consecuencias de este cambio. Somos lo suficientemente fuerte como para continuar por nuestra cuenta y seguir adelante, creando un nuevo y maravilloso camino."
La humanidad era fuerte, no había duda de ello.
El problema era la unión… Ese era un gran problema.
"¡Enfrentaremos este cambio y juntos prevaleceremos!" Anunció el Sumo Pontífice Abraham, luego dejando que los cardenales se encargaran de responder las preguntas y a dar más información descendió del podio.
Su expresión imperturbable no cambio desde principio a fin, pero por dentro su mente suspiraba.
Cambio.
Para los conocedores el 'cambio' solo era una faceta del 'Caos' y eso es lo que se acercaba.