Humanos contra demonios.
CAPÍTULO 220
Crisme está luchando contra Zei, que está usando su forma animal. Y al mismo tiempo, está luchando contra varios demonios… Está en problemas, pues está gravemente herida.
—Son... demasiados…
Lejos de ahí, Diego y Nei siguen luchando con Alex.
Sato también está peleando, ya dejó a Seiya en un lugar seguro.
Los 4 están gravemente heridos… Apenas pueden mantenerse de pie.
Nei cae al suelo inconsciente, ya no puede seguir… Sato también cae.
Alex y Diego siguen de pie.
—¿No caerás también, idiota?
—No… Aún puedo…
Toma a Dax con ambas manos y se dirige a ella corriendo.
—¡Aún no me rindo!
Intenta atacar a Alex, pero ella esquiva su ataque y atraviesa el pecho de Diego con su brazo derecho.
—Eres débil…
Diego atraviesa el pecho de Alex con Dax.
—Si un demonio pierde su corazón, no puede usar magia…
—Maldito…
Ambos caen al suelo y Dax vuelve a su forma humana.
—¡Diego!
—Dax… Transforma mi energía vital en magia… No destruyó mi corazón… Solo lo dañó un poco… Aún lo siento.
—Pero… eso te quitará años de vida.
—No me importa… Hazlo, por favor.
Dax quiere negarse, pero Diego está sufriendo demasiado… No quiere ver a Diego sufrir.
—Diego…
Abraza el cuerpo de Diego, y el cuerpo de Diego comienza a brillar.
Sus heridas se regeneran por completo y se levanta lentamente del suelo.
—Gracias, Dax… Me siento mejor.
—Diego… Tu corazón estaba muy dañado… Usaste 40 años de tu vida en eso… Tal vez más.
—No te preocupes, no necesito tanto… Moriré en un par de meses… Lo presiento.
Alex se levanta del suelo… Está ilesa. Sus heridas desaparecieron y su ropa está bien, no está rota.
—Maldito… ¡Solo me queda esta vida!
Diego se aleja junto con Dax rápidamente.
—Debo matarla de nuevo… Dax.
Dax vuelve a su forma como espada y Diego la toma con su mano derecha.
—Tengo suficiente magia para luchar.
Lejos de ahí, en un bosque, Nirfa y Diana están caminando juntas.
Diana me está cargando en sus brazos y Nirfa observa a su alrededor.
—No hay nadie por aquí… Podemos hacerlo aquí…
A lo lejos hay una cueva y Nirfa se dirige a ella.
—Vamos, hay una cueva, nadie nos verá en ese lugar.
Diana la sigue... Ambas están muy nerviosas y están un poco asustadas.
Entran a la cueva, y lo primero que ven, es a Seiya, dormida en el suelo.
—¡Seiya!
Diana se acerca a Seiya y me acuesta en el suelo, junto con Seiya.
Diana intenta despertar a Seiya.
—Oye… ¡Oye!
Seiya abre los ojos poco a poco y bosteza.
—¿Qué pasa, Diana?
Ella suspira aliviada y abraza a Seiya.
—Pensé que estabas muerta.
—No… Creo que no… ¿En dónde estoy?
—En una cueva… ¿Cómo terminaste en este lugar? ¿Qué pasó?
—No lo sé… No recuerdo nada… Creo que derroté a Alex, pero después de eso, no recuerdo nada.
—Bien… Alex está muerta… Supongo que vamos ganando.
—¿Y qué hacen?
—Seiya… ¿Cuánta magia tienes?
—Aún me queda bastante.
—Está bien… Espera afuera junto con Nirfa, debo hacer algo con Daniel.
—Vaya…
Seiya se levanta y se acerca a Nirfa.
—Hola, mi nombre es Seiya, soy compañera de Daniel.
Las dos se toman la mano y se saludan.
—Me llamo Nirfa.
—Nirfa, Seiya, esperen afuera… Y váyanse lejos, yo les gritaré cuando termine.- Dice Diana.
—¿Qué harás?- Dice Seiya.
Nirfa la toma de la mano y se aleja con ella.
—Lo mejor sería que no supieras.
Las dos salen de la cueva y se alejan.
—Bien… Es por el bien de las personas y el mundo… Debo hacerlo…
Me quita la camisa y admira mi cuerpo… Tengo un excelente cuerpo, y eso la excita.
—Vaya… Daniel…
Acaricia mi pecho y mi estómago.
—Está duro… Realmente hace mucho ejercicio…
Abro los ojos poco a poco… Sus manos están heladas… Eso me despertó.
—Diana, tienes las manos heladas… Y el piso está helado… ¡¿Por qué no tengo camisa?!
Ella se pone completamente roja y se aleja de mí.
—¡Lo siento!
—¿Q-qué estabas haciendo?
—Bueno… Rei…
-Luego de una explicación-
—¡Este mundo es realmente raro!- Digo completamente rojo.
—Daniel… Debemos hacerlo… Es la única forma.
—Mierda, mierda, mierda, mierda… ¡Mierda! Diana… No quiero que hagas algo que no quieres hacer.
—Daniel… Quiero hacerlo.
…
…
¡¿Quiere hacerlo?!
Eso realmente me sorprendió. Ella es bastante tímida conmigo, nunca me imaginé que diría eso.
—Diana…
Se acerca a mí.
—Tú nunca te burlaste de mí en la escuela… Cuando me equivocaba al leer, tú nunca te burlaste de mí… A pesar de ser tímida y rara, siempre trataste de hablar conmigo… Me defendías cuando otros se burlaban de mí… Y siendo sincera, me enamoré de ti… Pero nunca te lo dije, pues ya tenías novia.
Acerca demasiado su rostro al mío… Ambos estamos nerviosos y rojos… Y es obvio… Esta situación es algo rara.
—Tú fuiste el único que me regaló un chocolate el día de San Valentín… Eso me hizo muy feliz… Era tu amiga… Y tú eras mi único amigo…
—Diana… ¿No te arrepentirás después? No quiero hacer algo que te moleste.
—No me arrepentiré.
—Diana… Por favor, no seas como Sonia… Me gustas, pero tengo miedo… No quiero sufrir otra vez.
—Daniel… Yo nunca haría eso…
Levanta su dedo meñique y sonríe dulcemente.
—Te lo prometo.
Sonrío y abrazamos nuestros dedos meñiques.
—Confiaré en ti...
Cierro los ojos y tomo aire.
—Bien… Es por el bien del mundo…
Abro los ojos y acuesto a Diana sobre el suelo.
—Daniel… Es mi primera vez…
—No te preocupes, lo haré despacio… Lo siento, pero, ¿realmente quieres hacerlo?
—Sí… Sí quiero…
Acerco mis labios a los suyos.
—Gracias.
¿Por qué le dí las gracias? Bueno, gracias a ella, recuperaré magia, y eso me permitirá salvar vidas.
Comenzamos a besarnos… Mi lado pervertido tomó control de mi cuerpo… Mierda.