Humanos contra demonios.
CAPÍTULO 178
Izuke aterriza en el suelo y observa a su alrededor confundido.
—¿Eh? ¿En dónde estoy?
Está actuando como si no supiera la razón por la cual está en ese lugar.
¿Por qué?
Porque perdió sus recuerdos.
—¡¡Enano!!
Drekar se dirige volando hacia él rápidamente, está realmente enojado.
Es muy humillante para él que un simple chico hada le haya hecho daño.
—¡¡Maldito enano!!
—¿Eh?
Drekar aterriza frente a él e intenta golpearlo en la cara con su puño derecho.
Izuke se hace a un lado, esquivando el golpe.
Fue demasiado fácil para él esquivarlo.
—¿Eres un demonio? Creí que ya había terminado con todos.
Izuke salta y le da una gran patada en la cara, que lo saca volando rápidamente.
—Está bien… Necesito pensar… Creo que derroté a Golan, y después de eso, me desmayé y aparecí en este lugar… Esto es raro.
—Tu alma reencarnó. Derrotaste a Golan hace miles de años.- Dijo Saito, dentro de su mente.
—¿Volví a nacer? ¿Quién eres?
—Sí, volviste a nacer… Soy… Soy un buen amigo… Luego te explico, debes derrotar a ese demonio. No te preocupes, el Dios supremo le quitó poder como castigo por renunciar, así que podrás derrotarlo. Ambos tienen la misma fuerza.
—¿Dios supremo? Esto es bastante raro…
—Invoca una espada…
—¿A Crismei?
—No, otra espada. Crismei ya no puede ayudarte.
—¡¿Eh?! ¿Por qué?
—Luego te explico todo…
Drekar se dirige volando rápidamente hacia Izuke.
—¡¡Te mataré!!
Drekar comienza a atacarlo usando sus puños, pero es inútil, Izuke esquiva rápidamente sus ataques.
Los movimientos del demonio se volvieron más rápidos y poderosos.
—Es bastante rápido… Estoy usando demasiado poder mágico en mi cuerpo, y apenas logro esquivar sus ataques.- Pensó Izuke.
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(Infierno del mundo 1.)
Saito, Crismei y Desmolfer están observando a Izuke pelear por medio de un enorme espejo.
El Dios supremo está flotando detrás de ellos.
—A Drekar lo castigué quitándole poder mágico y fuerza. A Izuke lo castigué borrando todos los recuerdos que tenía después de morir, y también borré los recuerdos que tenía de ti, Saito. Luego descubrirás el por qué lo hice.- Dijo el Dios supremo.
El Dios supremo desaparece y las lágrimas de Saito caen al suelo… Está realmente triste… Acaba de perder a su hijo para siempre.
A su primer hijo.
Aunque no era de su sangre, él lo vio crecer.
—El Dios supremo nos prohibió volver a ver a Izuke… Eso es demasiado cruel.- Dijo Crismei llorando.
—Él tiene sus razones, hija.- Dijo Saito llorando.
—Sabes, Saito, extraño al otro Saito. Antes eras divertido y grosero… Ahora simplemente eres alguien aburrido y llorón.- Dijo Desmolfer.
Saito cierra los puños con furia y voltea a verla.
—¡No estoy de humor, perra!
Saito le da un gran golpe en la cara a Desmolfer y ella choca fuertemente contra el suelo. Saito la golpeó fuertemente con su puño derecho… Es demasiado fuerte... Y estúpido.
Golpeó a la Diosa del infierno, una acción muy estúpida, pero valiente.
Nadie se atrevería a hacer lo que él hizo.
—¡Acabo de perder a mi hijo!
Su ropa cambia y su apariencia cambia un poco también. Ahora es un chico joven con el cabello blanco, ojos verdes, delgado, pero con músculo, alto, usa una camisa negra y pantalones negros. Usa pulseras rojas y un collar con una pequeña espada.
Parece un chico de 20 años.
—¡¿Quieres que vuelva a ser el mismo de antes?!
Saito toma del cuello a Desmolfer y la levanta.
Desmolfer simplemente sonríe.
—Ese Saito me encanta… Realmente extrañaba verte así. Aunque estás lejos de igualar a mi querido Daniel.
Saito la suelta.
—Usaba mi otra forma para que mi hijo no me viera raro… Ya no es necesario que oculte mi verdadera apariencia… Y maduré, Desmolfer… Ya no soy el mismo chico que trata como sirvientes a todos.
—P-padre… I-Izuke da miedo.- Dijo Crismei con una voz baja y nerviosa.
Saito voltea a ver el espejo y sus ojos se abren completamente.
—¿Hijo?
Izuke está… humillando a Drekar.
—Olvidé ese lado salvaje suyo.
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Izuke está completamente herido y no tiene su brazo izquierdo. Tiene heridas en todo su cuerpo y le falta su ojo izquierdo.
Está usando una espada en su mano, y ataca a Drekar rápidamente.
La espada de Izuke es roja y su empuñadura es negra.
Drekar no puede escapar del castigo que está recibiendo por parte de Izuke.
—Un niño… ¿lo está derrotando?- Dijo la voz de una chica, que sale de uno de los robots.
—Ese monstruo derrotó a decenas de nuestros compañeros, pero… ¿un niño lo está derrotando?
Izuke ya casi termina de derrotarlo.
Solo falta el ataque final.
—¡¡Esto no puede estar pasando!!
—Ya cállate.
Izuke parte a Drekar a la mitad y deja de atacarlo.
Izuke lo partió literalmente a la mitad. Lo partió desde su cabeza hasta su entrepierna.
—L-lo logré…
—A-ahora, Izuke, toca su rostro y di lo siguiente: "Desaparece".- Dijo Saito.
—Pero está partido en dos… ¿En cualquiera de los rostros?
—Sí.
Izuke se agacha y deja su espada en el suelo.
Coloca su mano sobre la mitad derecha del rostro de Drekar.
—Desaparece.
Drekar desaparece e Izuke se sienta en el suelo.
—L-lo logré… Fue bastante difícil, me provocó mucho daño…
Los 6 robots se acercan a él.
—¡Oye, niño, ¿estás bien?!- Dijo la voz de un hombre.
—¡Idiota, claro que no está bien!- Dijo la voz furiosa de una chica.
Izuke toma su espada.
—Estoy en un lugar raro y con robots… Usé el hechizo: "¡Espada sepo dex!"
Es un hechizo que le permite invocar una espada.
Izuke observa su espada de cerca.
—¿También eres un hada como yo?
Algunas espadas invocadas con ese hechizo son hadas.
Izuke lo sabe por experiencia propia.
—Sí, amo. Mi nombre es Hanako.- Dijo la espada, que tiene voz de mujer adulta.
—Te oyes como una mujer… ¿No tienes apariencia de niña?
—No, yo evolucioné.
—Ya veo...
Las heridas de Izuke desaparecen y una vestimenta blanca aparece en su cuerpo. Incluso su brazo se regeneró.
Ahora está usando una camisa blanca de manga larga y un pantalón negro.
—¿Eh? ¿Mis heridas desaparecieron? Estoy bien… ¿Qué pasa?
—Es la última ayuda que te doy… Lo siento… En unas horas hablamos. Trata de adaptarte a ese mundo.- Dijo Saito.
—¿Quién eres?
—Soy un buen amigo… Luego te cuento.
—¿Un… amigo?
Izuke bosteza.
Comenzó a sentir mucho sueño por la falta de energía.
—Tengo… mucho… sueño…
Cierra los ojos y cae al suelo dormido.
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(Pov- Daniel.)
(Al día siguiente.)
(Mundo 1.)
Estoy sentado en el sofá y bostezo.
Ah... Crismi me dejó agotado anoche.
Pero fue una experiencia interesante.
Debo admitir que me gustó.
—Tengo sueño.
Lo hice con Crismi por horas, y combinado con las pesadillas, podría decirse que prácticamente no pude dormir.
—Daniel, te ves cansado.
Rei se acerca flotando hacia mí.
—¿Tienes sueño?
—Vaya, vaya. ¿Se nota demasiado? Bueno… Estuve con Crismi por 5 horas… Ella es toda una experta en el tema del sexo… Me dejó exhausto… Y también me desperté varias veces en la noche… Tenía pesadillas… O eso creo… Olvidaba todo cuando despertaba.
—¡¿Me estás presumiendo que puedes durar 5 horas?!
Por su tono de voz, parece algo enojado… No quería presumir.
—¿Eh?
Rei vuelve a su forma humana.
—¡Yo puedo durar más!
—... ¿Qué?
Me toma del brazo izquierdo.
—¡Iremos a la zona prohibida de la ciudad!
—¿A la zona prohibida?
... ¿Qué le pasa a Rei? Actúa muy extraño.