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CAPÍTULO 81- La furia de Daniel.

Humanos contra demonios.

CAPÍTULO 81

Los compañeros de Daniel están caminando juntos por la Capital.

Las calles están adornadas con pinturas del rostro de Daniel.

Hay puestos de comida por todas partes, hay puestos que venden pinturas del rostro de Daniel, muñecos, collares... Venden mercancía sobre Daniel.

Daniela aprovechó y compró un pequeño muñeco Daniel... Aunque lo hizo a escondidas y lo está guardando en su pecho.

—Vaya, realmente aman a Daniel.- Dijo la abuela de Daniel asombrada.

—Daniel derrotó a los demonios, es obvio que lo aman.- Dijo Rem.

—Por cierto, ¿realmente te sientes bien?- Dijo Sonia observando a la abuela de Daniel. Sonia parece muy preocupada por ella.

—Sí, lo estoy, el Orco no me violó, y Dani curó mis heridas.

—Espero que Daniel mate al Rey.- Dijo Cris enojado.

—Ahora que me doy cuenta, no hay Orcos.- Dijo Sara observando a su alrededor.

No hay ningún Orco, solo hay humanos.

—Tienes razón... No hay Orcos...- Dijo Sandro con una mirada seria.

Sandro se aleja caminando.

—Sonia y Cris, váyanse de aquí y llévense con ustedes a la abuela de Daniel. Los Orcos están planeando algo.

—¡Sí!- Dicen Sonia y Cris.

(Un poco lejos de ahí, en el casino.)

Hay varias cosas que no perdono.

La discriminación.

El acoso sexual.

... Y la más importante... Qué alguien le haga algo a mi abuela.

Cuando otros chicos insultaban a mi abuela por ser pobre y no tener dinero para comprarme cosas, los golpeaba. Nunca me importó que los demás se burlen de mí por ser pobre... Pero nunca dejaré que se burlen de mi abuela.

Y los Orcos cometieron el gran error de lastimarla.

Se metieron con la persona equivocada.

—... Huelen horrible.

Estoy parado frente a los tres Orcos raros.

Estoy vestido con la ropa que me regaló Desmolfer. Ya no es necesario que siga vestido de mujer.

Rei está en mi mano derecha.

—Experimentaron con ellos... Son muy raros.- Dijo Rei.

—Sí... Mejor terminemos con esto.

La puerta se abre y me alejo volando inmediatamente.

Tengo el cuerpo contra el techo, afortunadamente el lugar es enorme, así que el techo está muy alto, solo pueden verme si levantan la mirada.

—Reaccionaste muy bien, Daniel.- Dijo Rei.

Observo a Luna, ella es la que entró.

—¿Luna?

Luna se acerca a los Orcos.

Se sienta frente a ellos y un brillo blanco la rodea.

Un brillo comienza a rodear a los Orcos.

—¿Qué hace?

Deja de brillar y el Rey entra y se dirige a ella. El Rey está acompañado por 2 enormes Orcos con armaduras negras.

Luna se levanta y voltea a ver al Rey.

—Terminé.

—Esto será suficiente. Muchas gracias por tu ayuda.

—Devuélveme a mi hijo, por favor.

—Claro, lo haré.

Truena los dedos y un tercer Orco con armadura entra. Arrastra el cuerpo de un niño de 5 años, que tiene el cabello blanco... Ese niño... N-no... Por favor, no... No creo que seas tan cruel...

—¡Toma!

El Orco le lanza el cuerpo a Luna.

Luna lo atrapa y lo abraza.

—¡Hijo!- Dijo sonriendo y llorando, ella realmente está muy feliz.

M-maldita sea...

Su sonrisa desaparece poco a poco... Ya se dio cuenta.

—¿Hijo?

—Nunca dije que te lo devolvería con vida.- Dijo el Rey sonriendo.

—¡Hijo!- Dijo Luna abrazando con fuerza a su hijo... Está llorando demasiado... Perder a un hijo es muy doloroso.

—M-maldito.- Digo enojado y apretando mi puño izquierdo con fuerza.

—Ya no te necesito.- Dijo el Rey.

Se aleja caminando y los Orcos con armaduras se acercan a ella.

Luna se sienta sobre el suelo mientras abraza a su hijo.

—Pronto estaré contigo, hijo.- Dijo Luna sonriendo.

Uno de los Orcos intenta golpearla usando una espada.

Bajo rápidamente y observo el ataque en cámara lenta.

Yo te protegeré, Luna.

Aterrizo frente a Luna y uso a Rei para detener el ataque del Orco.

Nuestras espadas chocan y observo al Orco con una expresión de furia.

Los mataré.

—Odio a las personas que se aprovechan de otras...

Luna levanta la mirada y me observa.

—Daniel...

Salto y le doy una gran patada con mi pierna derecha en la cara al Orco y lo saco volando.

Los otros dos intentan atacarme.

Rápidamente me alejo y tomo del brazo derecho a Luna.

Me alejo junto con ella y evito el ataque.

—Luna, espérame aquí.

La suelto y me dirijo a los Orcos.

—Terminaré con esto rápido.

Los Orcos se acercan a mí e intentan atacarme.

Esquivo los ataques fácilmente y le corto la cabeza a uno de ellos.

Volteo a ver al otro Orco y le corto la cabeza con un rápido ataque.

—Son lentos.

El último Orco está inconsciente y le atravesé la cabeza con mi espada.

—Terminé... Por ahora.

Me acerco a Luna y sonrío.

—No te preocupes, reviviré a tu hijo.

—¿R-revivir?

Lejos de ahí, Sandro está luchando contra un Orco.

La Capital está rodeada por un campo de fuerza negro.

Los Orcos están matando a los humanos.

Sandro salta, y con un rápido ataque, le corta la cabeza al Orco con su espada.

Aterriza y observa el cielo negro.

—La Capital está rodeada por magia, nadie puede salir... ¿Qué está planeando el Rey?

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