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El Mundo del Río y otras historias (6)

Ella lo miró inexpresivamente.

¿Es realmente una promesa?

Tanto como pueda serlo cualquier otra.

Está bien.

Había nacido, dijo, en la región de Goshen, que se hallaba en la región de Mizraim, es decir, Egipto. Su tribu era la de Leví, y había acudido con otras tribus de Eber a Mizraim hacía unos cuatro años.

El hambre en su propia región los había empujado hasta allí. Además, Yuseph es decir, José los había invitado a ir allí. Era el visir del Faraón de Egipto, y por lo tanto estaba en su mano el traer a las tribus a las fértiles tierras al este del gran delta del Nilo.

¿Quieres decir que la historia de José es cierta? dijo Mix. ¿Fue vendido como esclavo por sus hermanos, y se convirtió en la mano derecha del Faraón?

Bithniah sonrió y dijo:

Debes recordar que todo eso ocurrió cuatrocientos años antes de que yo naciera. Puede que fuera o no fuera cierto, pero esa fue la historia que me contaron.

Me resulta difícil creer que un Faraón hiciera de un hebreo nómada su primer ministro. ¿Por qué no elegiría a un egipcio, un hombre civilizado que conociera todos los complicados problemas de administrar una gran nación?

No lo sé. Pero el Faraón del Bajo Egipto, por aquel entonces, cuando mis antepasados llegaron a Egipto, no era un egipcio. Era un extranjero, uno de esos invasores de los desiertos que los ingleses llaman los reyes pastores. Hablaba un idioma muy parecido al hebreo, o al menos eso me dijeron. Puede que considerara a José más o menos como un primo suyo. Un miembro de su pueblo, al menos, y por lo tanto más digno de confianza que un egipcio nativo. De todos modos, no sé si la historia es cierta, puesto que no vi a José con mis propios ojos, por supuesto. Pero mientras mi gente estaba en Goshen, la gente del Alto Egipto conquistó a los reyes pastores y puso a uno de los suyos propios como Faraón de todo Egipto.

Entonces, dijo Bithniah, fue cuando los hijos de Eber y de Jacob empezaron a empeorar. Habían entrado en Mizraim como hombres libres, trabajando bajo contrato, pero entonces se convirtieron en esclavos, de hecho si no oficialmente.

Sin embrago, no fue tan malo hasta que el gran Ramsés se convirtió en Faraón. Era un poderoso guerrero y un edificador de fortalezas y ciudades, y los hebreos estaban entre los muchos pueblos destinados a esta tarea.

Ese Ramsés, ¿fue el primero o el segundo? preguntó Mix.

No lo sé. El Faraón antes de él se llamaba Seti.

Entonces debió tratarse de Ramsés II dijo Mix. ¡De modo que él fue el

Faraón de la Opresión! Y el hombre que le sucedió, ¿se llamaba Merneptah?

Pronuncias su nombre de una forma extraña, pero sí, él era.

El Faraón del éxodo.

Sí, el de la marcha. Fuimos capaces de escapar de nuestro cautiverio debido a que Mizraim estaba revuelto por aquel entonces. La gente de los mares, como los llaman los ingleses, y como eran llamados en mi época, invadieron la región. Según tengo entendido, fueron derrotados, pero durante la época de los disturbios aprovechamos la oportunidad para huir de Mizraim.

Moisés, ¿no fue al Faraón y le pidió que a su pueblo le fuera permitido el irse?

No se hubiera atrevido. Hubiera sido torturado y luego ejecutado. Y muchos de nosotros hubieran sido degollados como ejemplo.

¿Oíste hablar de las plagas que asolaron a los egipcios y que Dios envió a petición de Moisés? ¿El Nilo convirtiéndose en sangre, la plaga de las langostas, la muerte de todos los primogénitos masculinos de los egipcios y la marca con sangre de los umbrales de las casas de los hebreos a fin de que sus hijos fueran respetados?

Ella se echó a reír y dijo:

No hasta que llegué a este mundo. Hubo una plaga que arrasó todo el país, pero mató tanto a hebreos como a egipcios. Mis dos hermanos y una hermana murieron de ella, y yo enfermé también, aunque sobreviví.

Mix le preguntó acerca de la religión de las tribus. Ella dijo que había una mezcla de religiones en las tribus. Su madre había adorado, entre otros, a Él, el principal dios que los hebreos habían traído consigo cuando habían entrado en las tierras de Goshen. Su padre se había inclinado por los dioses de Egipto, especialmente Ra. Pero había participado en la oferta de sacrificios a Él, aunque estos fueran pocos. No podía permitirse pagar muchos.

Ella había conocido a Moisés cuando ella era todavía muy joven. Él era un muchacho salvaje (esas fueron sus propias palabras), medio hebreo, medio mizraimita. La mezcla no era nada raro. Las mujeres esclavas eran a menudo violadas por sus dueños o se entregaban voluntariamente a fin de obtener más comida y comodidades para la criatura. O a veces simplemente porque les gustaba tener relaciones sexuales. Incluso había algunas dudas acerca de si una de sus hermanas era o no hebrea, si su padre había sido hebreo o egipcio.

Había también algunas dudas acerca de la identidad del padre de Moisés.

Cuando Moisés tenía diez años fue adoptado por un sacerdote egipcio que había perdido a sus dos hijos en una plaga. ¿Por qué adoptaría el sacerdote a Moisés en vez de a un muchacho egipcio, a menos que el sacerdote fuera realmente el padre de Moisés? La madre de Moisés había trabajado durante un cierto tiempo para el sacerdote.

Cuando Moisés tenía quince años, había regresado a los hebreos, y se convirtió de

nuevo en un esclavo. La historia era que su padre adoptivo había sido ejecutado debido a que practicaba secretamente la religión prohibida de Atón, fundada por el maldito Faraón Akenatón. Pero Bithniah sospechaba que fue a causa de que Moisés se hizo sospechoso ante los ojos de su padre de dormir con una de sus concubinas.

¿No tuvo que huir más tarde al Midian, a resultas de haber matado a un egipcio contramaestre de esclavos? Se supone que mató al hombre cuando lo descubrió maltratando a un esclavo hebreo.

Bithniah se echó a reír.

Probablemente la verdad sea que el egipcio lo descubrió a él con su esposa, y Moisés se vio obligado a matarlo para evitar ser él el muerto. Pero escapó al Midian. O eso es lo que dijo cuando regresó algunos años más tarde bajo un nombre falso.

Moisés debió ser un lujurioso del infierno dijo Mix.

El chico creció con características de macho cabrío.

Al regresar con su esposa medianita, Moisés anunció que los hijos de Eber habían sido adoptados por un dios. Este dios era Yahvé. El anuncio cogió por sorpresa a los hebreos, la mayoría de los cuales no habían oído hablar de Yahvé hasta entonces. Pero Yahvé había hablado a través de una mata ardiendo a Moisés, y Moisés había sido encargado de liberar a su pueblo de la esclavitud. Era un hombre inspirado y hablaba con gran autoridad, parecía arder realmente con la luz de Yahvé tanto como la mata ardiendo que describía.

¿Qué hay acerca de la separación de las aguas del Mar Rojo y de ahogar luego al Faraón y a sus soldados cuando persiguieron a tus hebreos?

Esos hebreos que vivieron mucho después que nosotros y escribieron esos libros de los que me han hablado eran unos mentirosos. O quizá no fueran mentirosos, sino que simplemente creyeran las historias que eran contadas de boca en boca a lo largo de muchos siglos.

¿Qué hay acerca del becerro de oro?

¿Te refieres a la estatua del dios que el hermano de Moisés, Aarón, construyó mientras Moisés estaba en la montaña hablando con Yahvé? Era un becerro, el dios mizraimita Hapi con forma de becerro. Pero no era de oro. Estaba hecho de arcilla.

¿Dónde podíamos conseguir oro en aquel desierto?

Pensé que al liberaros de la esclavitud habríais llevado con vosotros un buen botín en vuestra huida.

Pudimos sentirnos lo bastante afortunados llevándonos con nosotros nuestras ropas y nuestras armas. Nos marchamos apresuradamente, y no deseábamos lastrarnos más de lo necesario, por si los soldados iban detrás de nosotros. Afortunadamente, las guarniciones estaban faltas de hombres por aquella época. Muchos soldados habían sido llamados a la costa para luchar contra la gente del mar.

¿Moisés hizo las tablas de piedra?

Sí. Pero no había diez mandamientos en ellas. Y estaban escritas con jeroglíficos egipcios. Yo no podía leerlos; las tres cuartas partes de nosotros no podíamos. De todos modos, no había espacio suficiente en las tablas como para escribir diez mandamientos en jeroglíficos egipcios. Y la escritura duró poco. La pintura era mala, y los ardientes vientos y la arena la arrancaron muy pronto de la piedra.

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