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CAPITULO 31 METALLUM por Sylar

PERSPECTIVA: Rozuel Drayt

Los monstruos del tipo "slime" son conocidos fácilmente por su apariencia de seres pequeños (del tamaño de una pelota de futbol) con cuerpo gelatinoso, son por general monstruos de bajo nivel y fáciles de vencer.

Sin embargo, los slime "variantes" son más complicados, los variantes son tipo de slime con cualidades especiales, como algunos con la habilidad de manipular fuego, otros son venenosos y hay quienes duplican o triplican su tamaño siendo más fuertes como resistentes.

Frente a mí se encontraba un slime variante conocido como "slime de metal" o slime del metal, por su capacidad de alterar su gelatinoso cuerpo a un estado metálico, pudiendo endurecerse a sí mismo para usarse como mecanismo de defensa o ataque.

—Tenia entendida que los slime de metal estaban casi cerca de extinguirse –Reitera Hersel —Los cazaban por sus pequeños núcleos mágicos.

Los slime del tipo variante a diferencia de los normales, tenían en su interior algo llamado "núcleo mágico", dicho objeto tenía la apariencia de una canica y son muy útiles para usarse con el fin de encantar objetos (armas, armadura, ect), ingrediente alquímico o incluso fabricación de artefactos mágicos. Según algunos eruditos, dichos núcleos son la causa de que estos slime tengan tales cualidades especiales en sí, aunque este hecho se sigue considerando una teoría en si (otro describen que los "variantes" son slime evolucionados).

—Ha pasado bastante desde que vi un slime de ese ejemplar y más aún como uno domesticado.

La gelatinosa criatura salta volviéndose a pegar a mi rostro, después de habérmelo quitado hace unos momentos.

—Jeje, sí que te tiene bastante cariño ese slime.

—Pues su "cariño" es irritante, a todo esto, ¿dices que esta cosa estuvo todo este tiempo encerrado en un cofre?, ¿acaso no comen o qué? –Pregunte yo.

—Claro que comen, los slime cuentan como seres vivos aun teniendo una anatomía MUY diferente a la de otros seres –Responde Hersel —Hmmm… deduzco que la magia del cofre debe de haber puesto al pequeño en un estado similar a la hibernación que usan algunos animales en invierno, cuando la abriste su efecto término permitiendo "despertarse".

Tiene sentido, se asemeja a estar en un estado de estasis o animación suspendida, pero enfocado en un contexto más mágico, aunque esta cosa no se presentaba hostil, era bastante molesto tener que lidiar con ello y apena llevo unos minutos desde que abrí el cofre.

—"Amo" –Escuche una voz susurrar tal palabra en mi cabeza.

Mire a mí alrededor, nadie más que Hersel estaba hablando conmigo y dudo mucho que me dijera eso, además esa voz sonaba un poco más infantil, como si un niño me hablara.

—"Amo".

— ¿Quién dijo eso? –Pregunte yo.

— ¿Decir qué? –Me pregunta Hersel confuso.

Entonces era el único que podía escuchar esa voz, vuelvo a oírlo y a pesar de ello no encuentro el origen de donde procede, hasta que me pongo a pensar en ello y me percato de que empecé a escucharla cuando abrí ese cofre, entonces deduje por consiguiente quien me hablaba.

— ¿Acaso tú me estás hablando en mi cabeza? –Le pregunto al slime mirándolo cara a cara.

—"Si" –Contesta dicha voz en sincronía con mí pregunta.

Entonces estaba confirmado, el slime de metal me hablaba dirigiéndose hacia a mi como su "amo" por medio de telepatía o algo así.

— ¿Dices que el slime está hablándote en tu cabeza? –Me pregunta Hersel.

—Eso parece.

— ¡Jajaja!, chico, ¿entiendes lo que significa?, eso mismo aclara entonces que este pequeñín te tiene especial cariño, se sabe de algunos monstruos mágicos domésticos que tienen un lazo especial con sus dueños y pueden comunicarse con ello mentalmente.

¿Acaso hice alguna especie de contracto mágico con esta cosa al abrir el cofre o algo así?, ¿será por eso la razón principal de ser el único de escuchar sus palabras en mi mente?, ya me era bastante complicado aprender lo básico de este mundo, supongo que tendré que acostumbrarme como todas las cosas anormales que me suceden a mi alrededor de forma inesperada.

—Deberías darle un nombre a este slime de metal, se sabe que el lazo se hace más fuerte cuando el dueño le da un nombre –Sugiere Hersel.

— ¿Ahora debo tratarlo como una mascota?, ni modo, supongo que le daré un nombre.

Me puse a meditar en uno que le pegara como anillo al dedo, consideraba sus características como pista para idear uno, era un slime de metal, con poderes mágicos en relación al "metal", eso es… "metal", "metálico", "metaloide".

— ¡Lo tengo, se cómo nombrarlo, desde ahora tu nombre será "Metallum"!, pero te diré "Allum" para resumirlo –Bautice a la criatura con su nombre definitivo —Este… ¿le habrá gustado?.

Al poco tiempo de preguntar eso, volvió a saltar pegándose a mi cara, otra vez.

—Jeje, se me hace que si le gusto –Comenta Hersel entre risas.

—"Gracias por darme un nombre, amo"

Cambie de tema, le pregunte a Hersel sobre algún lugar en donde pudiera vender la sortija con la pequeña piedra preciosa color purpura incrustada que le quite a cierto mago calvo y muerto por traidor.

— ¿¡Es eso "Arkania"!? –Pregunta Hersel señalando a la piedra purpura del accesorio.

— ¿Sabes que es esta piedra? –Consulte por la duda.

—Es un mineral mágico que sirve como amplificador de magia, en tiempos de guerra era muy usado ya que potenciaba la magia permitiendo a los magos que la tenían convertir ataques mediocre en devastadores, eso llevo a que las vetas de este mineral fueran muy sobreexplotada hasta el punto de agotarse muy rápido, hoy en día este mineral ronda en muy escasa cantidad –Explico Hersel como todo un historiador de minería.

—Interesante, ¿y cómo cuanto sacaría de esto?.

—No lo sé, pero aun siendo pequeño tendría una buena suma, de eso seguro estoy, lo puedes vender en una tienda de subasta de Argoh, entrégale la sortija y ellos se encargaran de vendérselo al mejor postor, claro que tendrás que darle una pequeña suma de la venta a ellos por sus servicios, pero ya entiendes la mecánica, ¿no?.

Hersel me explico donde llegar al establecimiento que se encarga de realizar las subastas, si bien la aldea de Argoh cuenta con tres sitios de subastas, sin embargo él me recomendó la más usada, una dirigida por un tal Gongo. Marche hacia allí llevando a Allum conmigo sobre mi hombro, le ordene que en todo momento se quedara quieto y no me hablara mientras sostuviera conversación alguna con alguien.

Como era de esperarse el edificio de subasta era grande y glamoroso tanto dentro como fuera, pese a ser de un solo piso era amplio y contaba con varias salas, la principal siendo la más grande del sitio era en donde se llevaba a cabo la subasta de los objetos, todos los ítem a subastar se guardaban con mucha cuidado en el sótano en donde contaban con una estricta y eficaz seguridad.

Las subastas se realizan en dos categorías, la "ordinaria" que se lleva a cabo lunes y miércoles y la "especial" la cual se hace todos los sábados, la diferencia entre ambas es que en la subasta "especial" asisten los más adinerados (incluyendo aventureros) y solo los objetos que se consideran realmente valiosos entran a ser pujados en esta categoría (ya que la suma de estas pujas son enormes), por lo que dependiendo de la decisión del dueño la sortija con la piedra Arkania pasaría a una de las dos (y eso influenciara en las ganancia que tendría si se vende).

Me acerque a interactuar con uno de los empleados del lugar, por lo visto de manera discreta ocultaba su asombro al ver a un niño con un slime de metal en su hombro en un negocio como este.

—Disculpe, hay un objeto que quisiera entregar para que lo subastan, ¿quisiera saber cuánto es el porcentaje con el que se quedan al venderse el producto? –Pregunte yo.

—Ah sí… un momento por favor –Contesta el momento retirándose momentáneamente.

Al regresar, el hombre trae consigo a un gordo de piel morena, vestía una extensa túnica blanca con capa y usaba un sombrero de tinte árabe similar a lo que usan los sultanes, claramente era un noble.

—Saludos niño, soy Gongo el dueño de esta tienda de subasta –Se presenta el obeso muy cortésmente —Entiendo que traes contigo algo que quieres subastar, pero temo que hay cierto… inconveniente que me impide aceptar cualquier cosa de ti en mis negocios.

— ¿Qué?, ¿me estas discriminando por ser niño acaso? –Le pregunte enfurecido.

—Oh claro que no niño, te confundes, la razón del porque no puedo ofrecerle mi servicio a usted es porque cierto noble comerciante… se enfadaría conmigo si supiera de esto y… temo que pueda arruinar mi negocio de forma permanente con su "influencia".

—Ese noble que menciona, ¿es Nardez Gramour?.

El hombre asentó la cabeza respondiendo "si" a mi presunta, me retiro frustrado al ver que mi medio para conseguir un buen dineral fue jodido por culpa de ese gordo bastardo que desea arruinármela toda.

—Tranquilo Roz… aún quedan dos sitios en donde puedes vender esta sortija –Me dije a mi mismo para mantener la calma.

Los otros dos sitios de subastas mostraban ser inferior comparado a el de Gongo, sin embargo ese no era problema, sino que incluso en estos lugares se me negó el servicio de subasta por culpa de Nardez y sus amenazas, ya no tenia en donde venderlo, de momento este plan estaba acabado.

— ¡Ese maldito gordo! –Exclame molesto dando un fuerte pisotón en el suelo.

— "¿Amo?" –Replica Allum con un tono preocupado.

—Disculpa por eso, creo que ya tuve demasiado este día.

Era de noche, estaba cansado y de mal humor, me dirigí a la posada en donde suelo hospedarme, pedí algo de comer y tras terminar luego una habitación para irme a descansar, por suerte dejaban que Allum pudiera estar conmigo. Una vez en cama me costaba dormir ya que no dejaba de sentir esa despreciable sensación de intensa frustración, todo por culpa de una persona en específico.

No mentiré si se me pasó por la mente la ligera idea de querer asesinarlo, contando con un arma de fuego como el AK-47 me sería fácil liquidarlo (aunque tendría que lidiar con sus guardaespaldas personales), sin embargo temo que eso desataría enormes sospechas contra mí, ya que mi arma se ha hecho conocer bastante como "artefacto mágico", si ese gordo de mierda llegara a ser asesinado, dudo mucho que dejen pasar ese homicidio, lo investigarían y sin duda seria el mayor sospechoso de todos (creo que hasta el único), entonces estaría en graves problemas, me tacharían de criminal y terminaría perjudicándome aún más las cosas.

—Que dilema…

—"¿Amo?, ¿estás bien?".

—Estoy algo preocupado…

—"¿De qué amo?".

—No sabría por dónde empezar… han pasado semanas desde que me fui, me pregunto cómo estarán las cosas en Windaz.

Allum se acurruca sobre mí como si fuera un gato, aunque aún no me acostumbraba del todo a su tacto sobre mi piel, lo tolere y pude distraerme un momento de mis problemas para finalmente dormir.

Continuara…

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