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Capítulo 51: El poder de los recuerdos (parte 1)

Vanessa parpadeó un par de veces antes de sonreír gentilmente, después bajó sus manos y lentamente el cielo se despejó. Una fina capa blanca y suave cubría ahora la mitad del imperio, dando un ambiente surrealista a la tierra de Violet Blood, ahora el aire era fresco pero el sol todavía brillaba con sus cálidos rayos cubriendo el paisaje.

Vanessa camino de regreso a la orilla del río y camino sobre la suave y fría nieve para llegar frente a Marc.

- ¿Lo hice bien? - preguntó con esperanza brillando en sus ojos.

Marc le sonrió mientras arreglaba el desordenado cabello de Vanessa.

- Lo hiciste bien. No sabía que podías hacer eso.

Vanessa curvó sus labios en una sonrisa sincera y sus ojos parecieron convertirse en medias lunas, cualquiera que le viera sonreír caería rendido a sus pies.

- ¿No me culpas por lo que pasó? - Juliana se acercó a la orilla con su rostro algo pálido, su encantador rostro de sirena brillaba con el sol, pero Marc la miró fríamente haciendo que un escalofrío le recorriera el cuerpo.

- ¿Por qué habría de hacerlo? Tuviste tu episodio de mayoría de edad y eso es comprensible - Vanessa le sonrió a Juliana mientras colocaba su brazo en el de Marc para que dejase de intimidarla con la mirada.

El agua se alteró cuando Darién asomó su encantadoramente helado y varonil rostro. La presencia del hombre hizo que Vanessa levantará su delgada ceja.

- Oh Es mi...

- Hermano mayor, lo sé - Vanessa completó la frase con su habitual sonrisa educada.

- Soy Darién Willows, señorita...

- Vanessa Hunt. Es un placer conocerle Señor Willows.

- Igualmente, Lady Hunt.

Aunque parecía una conversación normal entre dos desconocidos, Vanessa fue extremadamente cautelosa y su mirada no expresaba más que olas tranquilas de cortesía y educación.

Más en el centro del río asomó la cabeza la pequeña Rebecca, quién miraba cautelosamente a Vanessa, lista para defenderse en cualquier momento.

- Su poder es el más peligroso - Vanessa señaló con el mentón a la pequeña sirena que se encogió un poco en el agua con timidez y leve temor.

- No quice hacerle daño... - la tierna voz de la niña desequilibró momentáneamente hasta el juicio de Marc, pero Vanessa mantuvo una expresión de cortesía.

- No podrías haberme hecho daño, sólo me hiciste pasar un mal rato. Ten cuidado a donde apuntas tu poder - Vanessa sonrió amablemente, era una sonrisa que no llegaba a sus ojos - ¿Qué están buscando aquí?

Rebecca se hundió de nuevo en el agua ante el escalofrío que le provocó la mirada de la mujer. Darién frunció los labios y retrocedió un poco, no entendía por qué la mirada de esa mujer, aunque tranquila, le provocaba una sentimiento de temor.

- Pensábamos... pensábamos que no podrías tolerar el cambio... - Juliana tragó saliva y se obligó a no retroceder ante el temor que le provocaba ver directamente a los ojos azules transparentes de Vanessa.

- Fue difícil, más de lo que imagina, Lady Willows. Pero el río fluye y la vida también - Vanessa se alejó un poco más de la orilla y se dió la vuelta para mirar a Marc con amor en sus ojos - Vamos.

Marc asintió y le abrazó por la cintura para empezar a caminar con ella.

- ¡Espere! - Juliana le llamó desde el río para evitar que se fuera.

- Si gusta hablar, Lady Willows, encuentreme en la mansión en la montaña, no está tan lejos de aquí y es imposible perderse - Vanessa respondió sin siquiera darse la vuelta, su tono era cortes pero llevaba un helado aire que ni ella sabía que podía lograr aparentar, quizá no era del todo falso, quizá en lo más profundo de su corazón le guardaba algo de rencor a la sirena, pero era algo que no estaría dispuesta a admitir ni siquiera para ella misma..

Continuaron caminando sobre la nieve fresca, dejando huellas a su paso, se alejaron lentamente y sus figuras desaparecieron en el bosque con algunos árboles afectados por los rayos. El Imperio Violet Blood jamás olvidaría esa inusual y monstruosa tormenta de nieve en medio de junio, época de verano, fue algo que pasaría a los libros de historia y que cada habitante de ese imperio recordaría por el resto de su vida, luego contarían la historia a sus descendientes... y así doscientos años después de la tormenta aún se la recordaría como Tempestad de Luz o Luz en la Nieve Mágica...

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