Después de la advertencia de Edward me encontraba un tanto confundida, realmente creo que ése chico siempre termina por confundirme. No sabía si debía irme o quedarme, Jacob no ha hecho más que tratarme bien desde que nos conocimos y jamás se ha mostrado a sí mismo como un idiota, pero tampoco puedo ignorar del todo las cosas que Edward dijo.
A la hora del almuerzo, fui a la cafetería con mi mejor amiga para comprar algo de comida y luego elegimos una mesa vacía al centro del lugar donde pudiéramos sentarnos juntas. Estábamos pasando el rato bastante tranquilas mientras comíamos hasta que Jacke llegó con sus amigos y se sentaron en nuestra mesa. No podía creerlo, algunos de sus amigos son realmente populares y justo ahora estaban sentados junto a mí ¡Oh por Dios!
— Hola linda, voy a almorzar contigo hoy. — dijo besando mi mejilla.
— Qué sorpresa Jacob, pero… ¿Es necesario que estén aquí todos tus amigos? No creo que yo les agrade.
— ¿Mis amigos? ¡Por supuesto que sí! Pero no les tomes importancia, ellos ni siquiera nos están poniendo atención, están muy entretenidos con Jeanne. — dijo mientras se acercaba tentadoramente a mis labios, ¿Podría tratarse de nuestro primer beso? Estaba realmente atónita.
— Tienes razón, hay que comer. — dije nerviosamente y tomando mi distancia de él.
— Bien.
Comimos en silencio escuchando la conversación entre Jeanne y sus nuevos amigos hasta que se dirigieron a nosotros.
— Entonces… ¿Ustedes en serio están juntos?
— Por supuesto que sí, ¿Verdad Lizzy?
— Desde luego. — respondí un tanto sorprendida por su respuesta inmediata y sin titubeos.
Conversaron entre ellos por un rato y luego me percaté de que Edward estaba bastante cerca de mí, sentado en la mesa que estaba junto a la nuestra. Nuestras miradas se cruzaron por unos segundos hasta que Jacob, Jeanne y sus amigos se levantaron repentinamente de la mesa mientras me observaban para que hiciera lo mismo.
Fuera de la cafetería, nuestros amigos nos brindaron un poco de privacidad y se adelantaron a clase para que pudiera hablar más cómodamente con Jacke, pero ciertamente yo estaba más nerviosa que nunca por estar a solas con él. Una vez a solas, él se deshizo de su sudadera y me abrazó en un gesto que no supe cómo interpretar.
— Luces muy linda el día de hoy Lizzy.
— Gracias, tú no estás mal — respondí riendo mientras me quitaba la bufanda que llevaba puesta.
— Ja — dijo quitándome de las manos la bufanda.
— Ey, devuelve lo que me pertenece.
— ¡No! Intenta recuperarla.
— Vamos, dime qué quieres. Te daré lo que sea que esté a mi alcance.
— Bueno, quiero que me beses. — dijo acercándose mucho a mí y luego yo me acerqué a sus labios.
— ¡No! — respondí alejándome de él repentinamente.
— ¡Ven aquí! — dijo acercándose a mí nuevamente y luego finalmente me besó.