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Capítulo 10

Corriendo hacia su habitación, se sentó cogiendose por las piernas y se puso a llorar. No pudo volver a recordar aquella noche, lo sucia y desgarradora que se sentía, esta vez el señorito Ethan se volvió loco. Parecía poseído. De la nada, entró Lourdes a la habitación.

_¡Mary! ¿Que ocurre, por qué lloras? - se sentó la vieja junto a la chica- Cariño... ¿echas de menos tu casa ? - creyó eso la mujer - Veras, creo que será mejor que te quedes aquí, además ya nos hemos acostumbrado contigo y a los señores les pones muy contentos - la coge y la protege acariciando su cabeza, la joven no para de llorar, pero teme contar la verdad, por lo que se la calla - Oye, acompañame a la cocina anda, vamos a preparar un pastel - seca las lágrimas de la chica y esta asiente.

Más calmada, baja con Lourdes a la cocina y ahí de nuevo se lo encuentra, Ethan, el hombre que la tocó sin permiso. Asombrado se quedó mudo.

_¡Ethan hijo! - se acercó feliz Lourdes al muchacho - Cuanto tiempo, desde la llegada de tu hermano no te he visto, que sorpresa.

_Mi Lourdes - este feliz de verla también, la abraza cariñosamente como si fuera su propia abuela - Digamos que estaba ocupado con ya sabes que - la vieja no puede evitar sonreír.

_Mary, este es Ethan Marriot, uno de los señores de la casa, ella llegó recientemente- se dirige a él y Mary hace que lo saluda por primera vez con la cabeza, y el joven la mira sin ningún rostro en los ojos - Que silenciosos, parece que ya os hubierais visto antes, aayy... jóvenes de hoy en día, ¡voy a preparar un pastel! - dice entusiasmada - ¿deseas algo querido?

_No Lourdes, tranquila, me encanta verte así de contenta.

_Mary, vamos prepara los utensilios en la mesa - esta siguiendo la orden, lo hizo todo callada y nerviosa por la presencia del chico- Cuantame hijo, ¿ha habido una muchacha que te haya robado el corazón ya?

_No Lourdes- dice este riendo- Sabes que no soy ese tipo de hombres.

_Ay ya, eso dicen todos, pero veras que habrá una mujer que te vuelva loco - ahí ambos, tanto Mary como el señorito se miraron a los ojos, una ira recorrió los ojos de Mary y una pequrña rafaga de color rojo pasa por sus ojos, Ethan se extraña y ella lo nota - Por cierto, ¿ya has visto a tu hermano Lucas? ¿Has hablado con él? - la situación se volvió más incómoda, al fin Mary supo quiénes eran, aquel chico dulce y simpático que le ayudó con la herida y el hombre grosero que la pone mal al verle. Los dos hermanos Marriot, uno de 18 años y otro de 25, parecen iguales en cuanto a rasgos faciales, pero se nota que son muy distintos.

_Aun no - dice incómodo, de pronto entra otra figura en la cocina, es Lucas - Anda, hablando del rey de Roma.

_Hermano - se quedan en silencio se abrazan algo incómodos - Cuanto tiempo sin vernos, ¿te perdiste acaso ?

_Hola Lucas, sabes muy bien donde estaba, pero ahora he vuelto por asuntos de trabajo.

La sala se volvió más tensa.

_Muchachos, por favor, no quiero este tipo de tensiones, anda sentaros que os prepararé un pastel.

_Hola - Lucas se dirige a Mary que ya se habían visto varias veces y conversando algunas que otras veces.

_Hola - dice con sonrisa falsa, aún recuerda la escena de hace un par de minutos con su hermano.

_¿Como vas con el libro ? - este le preguntó por el libro que le había prestado para leer.

_Bien, es bastante interesante la verdad - ya habla menos tensa, siente la mirada de Ethan clavada. La situación entre los hermanos se incomoda.

_Me alegro - Ethan ve que las conversaciones de estos, es más fluida y natural - Personalmente a mi me gusta mucho y se aprende bastantes cosas de él.

Ésta le sonríe pero luego dirige la mirada seria a su hermano. La vieja habla con sus niños de toda la vida, estuvo en la casa desde que nació Ethan, lo cuidó y crió como su propio hijo y más tarde a Lucas, él era más especial, más cuidadoso y menos travieso que su hermano, siempre le gustó la compañía de Lourdes, apenas tenía amigos y sus padres tampoco es que estuvieran con él a menudo, los únicos cercanos a él son Lourdes, el mayordomo y su tío Craig. Ahora volvieron de Londres al acabar Lucas los estudios de medicina, pronto se convertirá en un médico muy grande. Todos hablaban entre sí, hasta Mary, menos con Ethan, que ni siquiera se miraban. Algo incómodo se fue de la sala.

_Lourdes, gracias por el pastel pero no tengo hambre, iré a mi habitación a descansar, fue un largo viaje desde Francia y me muero de sueño - se acerca a la vieja y le da un beso en la frente.

_Claro hijo, Mary te traerá un trozo cuando acabemos.

_No, no es necesario, en serio, ya comeré un trozo si es que queda más tarde - sonriendo se despidió y se marchó de la sala, Mary aliviada de no ir de nuevo a encontrarse a solas con él.

La sala se volvió más cómoda y Mary se soltó más con Lucas, al parecer hay buena conexión entre ellos. Y ahí estaban los tres hablando y preparando un pastel.

Llegando a la noche, la hora de la cena, Mary estaba algo rara, su comportamiento es algo agresivo. Su mirada ha cambiado, el color azul había desaparecido por completo. La familia cenaba en la sala principal, mientras que los criados en la cocina. La sala se volvió tensa, Mary estaba rara, las órdenes que le daba Gerard, las hacía de mal gusto, la tormenta trajo humedad e hizo el día pésimo. Algunos criados fueron a cenar en sus habitaciones, otros ni cenaron, por lo que quedaron Lourdes, Gerad y Mary.

_¿Como os fue el día? - preguntó feliz el mayordomo.

_Vi hoy a Mary llorar... - dijo así la vieja.

_¿Qué pasó?

_Nada - dice Mary con la voz cambiada y más temida , come en silencio.

_Es por su pueblo, echa de menos su casa - la vieja siguió, las uñas de Mary apretaron la madera de la mesa, sin ninguna razón se volvió furiosa. Su respiración se volvio más agitada y dolorida.

_¿Mary... estas bien ? - preguntó el viejo mayordomo, ella sigue sin contestar, la respiración se vuelve más rápido hasta que para - Querida, ¿qué te pasa? - la chica está inquieta y sollozo de dolor, un dolor muy fuerte en el pecho - Mary... - Gerard la llama nervioso, la joven lo observa a los ojos, aquellos ojos que ya no son de Mary.

Mary dio un golpe en la mesa, haciendo que la comida se tire al suelo. Tiene la mirada llena de rabia, odio y sed de sangre, por primera vez después de casi dos meses desde que llegó a la casa. Dos colmillos tan grandes como las serpientes salvajes le acaban de salir.

_Dios mío- Lourdes se tapó la boca y se aparta de la mesa.

_Mary... cálmate, soy Gerard - la chica lo miró más furiosa acercándose lentamente a él - ¡Mary! - gritó éste como si fuera una orden, esta vez no era el Gerard majo y bueno, sino serio y gobernante, Mary no le hizo caso perose detuvo un instante y se vio reflejada en las ventanas de cristal húmedo y goteante y se asustó de su figura feroz. Un grito desgarrador salió de su pecho como nunca, un grito de horror y miedo mezclado con tristeza y dolor. Todos lo escucharon, como si fuera un trueno más para el resto, pero para otra persona era un grito especial. De pronto todo se quedó en silencio, los dos viejos la miraron aterrorizados, no sabían que era capaz de hacer aquella cosa que había dentro de ella.

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