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Capítulo 46: Vida secreta (2)

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- Lo recuerdo, seré muy discreta, no te preocupes, atraparemos a La Demonio Sangrienta y La Sombra en un año o menos.

- Confío en tus capacidades y las de tu equipo, ¿le dirás algo sobre su tormentoso pasado a tu hermano? ¿Y sobre lo que haces a sus espaldas?

- Él no puede enterarse de esto, todavía padece de amnesia y no quiero ponerlo en peligro.

- ¿Eres consciente de que tarde o temprano sospechara de tu misterioso trabajo? ¿Por qué no le das por lo menos una información superficial de a lo que te dedicas?

- No seas ridícula KD, no puedo decirle que pertenezco a Secret&Discreet Company y mucho menos que su prima adoptiva va tras lo que le pertenece, mi madre no lo permitiría.

- Pero hay una posibilidad de que recupere su memoria.

- Se que tarde o temprano recordará que es Miguel Flórez, y cuando lo haga será difícil contener su ira hacia Melani.

- ¿Temes que La Demonio Sangrienta le haga daño? ¿Acaso no confías en su alto coeficiente intelectual y emocional?

- No es que no confíe en él, estoy consciente de que si recupera su memoria acabará con La Demonio Sangrienta con sus propias manos y sin ayuda, pero esta misión va más allá de rencores personales, hay alguien peor patrocinandola y tenemos que descubrir quién es para detenerlo definitivamente.

- Seguramente es algún ente extranjero, nuestra organización no logro encontrar una pista confiable para encontrarlo.

- Lo sé, es por eso que el primer paso es atraparla a La Demonio Sangrienta y La Sombra, si esas chicas son inteligentes revelarán por las buenas la información, si no lo hacen, las obligaremos a hacerlo.

- Gran plan, ¿qué harás con la familia involucrada?

- ¿Los Narváez? Lo resolveré, pásame el contacto de LG, necesito protegerlos de La Demonio Sangrienta.

- Bien, te lo enviaré en unas horas, contacta con XP y VH para el siguiente paso.

- Lo haré, estoy colgando.

Lorena colgó la llamada, sacó la tarjeta SIM y la guardo en un compartimento oculto de su bolso.

La verdad era que estudiar en el extranjero había sido una brillante excusa durante los últimos dos años, ella ya se había graduado con honores hace dos años, se unió a Secret&Discreet Company y la entrenaron durante un año y medio antes de enviarla a una misión oficial, había conocido a muchos empleados de esta organización, todos en la compañía usaban las iniciales de sus nombres y muy pocos se conocían sus nombres completos, Secret&Discreet Company era extremadamente discreta y su existencia era conocida por pocos, se dedicaba a atrapar a los delincuentes más ruines del mundo y tenían alcance a la tecnología de punta para esto, unos pocos conformantes del gobierno sabían de su existencia y colaboraban al máximo con la compañia, para los ciudadanos comunes Secret&Discreet Company no existía en los absoluto y esto solo hacia que los estándares para entrar en ella fueran extremadamente elevados, Lorena había entrado por su habilidad nata de leer correctamente las expresiones de las personas y su talento para pasar desapercibida cuando deseaba.

Mientras guardaba sus cosas alguien tocó la puerta.

'Toc-toc-toc-toc'

Lorena vigilo que nada comprometedor ni sospechoso quedara fuera de su bolso antes de decir con una voz dulce:

- Adelante.

La puerta se abrió lentamente y Manuel se paró en el marco, una Carolina muy pálida se paró detrás de él, pero Lorena no le prestó mucha atención ya que no conocía a la mujer.

- ¿Se siente mejor, Señorita Botero?

La voz de Manuel era extremadamente fría, hizo que Lorena se estremeciera con una premonición de peligro, con toda la tranquilidad que pudo aparentar Lorena respondió:

- Me siento bien, gracias, Joven Maestro Narváez.

- Le invito a bajar al comedor para que coma algo, se ve que está cansada.

- No quiero abusar de su amabilidad, Joven Maestro y Segunda Señorita.

- Insisto, es un placer para nosotros tenerla en nuestra casa.

Lorena se sintió en peligro ante esa actitud tan cortes pero a la vez helada, involuntariamente dio un paso hacia atrás.

Manuel entrecerró los ojos y se acercó lentamente a ella, con cada paso que él daba ella retrocedía otro, en un momento no tuvo a donde ir, estaba contra la pared y él estaba a tres pasos de ella, mirándola fijamente, esta profunda mirada hizo temblar a Lorena de miedo, todos sus músculos se tensaron al ver que el hombre avanzaba otro paso, acortando la distancia entre ellos pero congelando el aire con su aura.

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