La mirada aguda de Sheng Yize se posó sobre la bolsa de papel en sus brazos. En ella había unos productos para el cuidado facial, snacks y varias corbatas de una marca de lujo.
—¿Un regalo? —tomó una y sonrió con frialdad.
An Xiaxia se mordió el labio. Yin Ruge las había comprado con descuento y le pidió que se las diera a An Yibei de su parte. Dudó y luego asintió. No tenía idea de qué había hecho mal, pero, en ese instante, el rostro de él se volvió alarmantemente sombrío.
—¿Me necesitas para algo? —preguntó ella a regañadientes.
—¿De lo contrario no te puedo ver? —dijo él con una risa.
—Ya terminamos... No creo que necesitemos vernos de nuevo —forzó una sonrisa y fingió ver su teléfono. Luego él tomó su muñeca con fuerza y la arrastró afuera del edificio con una mano. Sus zancadas eran tan grandes que ella tuvo que trotar detrás de él para alcanzarlo.
—¡Suéltame! —forcejeó todo el camino, pero fue inútil.
Apoya a tus autores y traductores favoritos en webnovel.com